Economista y prosti: El reencuentro con Maca. Mi confesión
Lamí y chupé su ano, un amor de culito. De pronto, comencé a jugar con el consolador, se sorprendió pero no le molestó. No quise forzar nada y apenas le metí menos de la mitad. Gemía y tomaba grandes bocanadas de aire. Se lo saqué, se lo di y me devolvió el juego. Luego de un rato, nuevamente estábamos una...