La señora del embajador
Yo seguía sin poder decir que no a nada, era como que no tenía voluntad, pero disfrutando a más no poder, en un momento siento algo viscoso que me empieza a llenar el recto y ella gemía y gritaba, pero seguí taladrándome el culo hasta que se le empezó a bajar, me la sacó y me chorreaba la leche por...