Economista y prosti: Un excepcional nuevo hombre en mi vida
La conversación fue larga mientras nos acariciábamos y mis tetas recibían su lengua y mis pezones sus pellizcos. Los besos fueron sucios y nos pasábamos saliva y semen uno al otro, las lenguas enloquecidas. Mientras su pija, ya casi blanda, de alguna manera mantenía su cabeza dentro de mí. Le conté todo lo que quedaba por contar, q...