Humillando a mi marido
Mi marido había prendido a ser obediente a todo lo que yo me mandara así que guado por su instinto llevó su boca hasta el dedo de mi amante y se lo metió en la boca y comenzó a chuparlo, como si fuera una polla de pequeño tamaño, y así estuvo un rato hasta que el dedo quedó completamente limpio...