Relato de una esclava feliz
Me lo regalaron justo el 25 de diciembre. Y ese mismo día las dos estrenaron el regalo... La señorita Rocío su pequeño látigo, que sinceramente no hace mucho daño, pero si te golpean muy seguido con él y con cierta fuerza, si te puede llegar a doler. Y mi señora Laura, también estreno su fusta, que esa sí que duele...