¿Una fantasía o realmente sucedió?
Tus labios se apropiaron más tarde de mi sexo, cerrándose sobre mi glande y succionando con auténtica maestría, lentamente mi pene iba entrando más y más en tu boca, controlabas completamente el ritmo y la profundidad de las embestidas. Tu boca, tus labios, tu lengua hacían estragos sobre mi pene. Lo hacías bien, muy bien, mi plac...