La bruja
Tenía las dos manos alrededor de su cabeza, y arqueaba mi cadera para entrar de la forma que me sintiera más. Mientras, veía como sus pechos botaban al ritmo de mis embestidas, o buscaba su mirada. Pero ella tenía los ojos cerrados, como para concentrarse en el momento. Así estuvimos largo tiempo. Me asombró un poco no cansarme y mi...