El despertar
El peso de las cadenas, combinado con el crujido de mi traje, me provocó un estremecimiento. “Necesito… aliviarme antes de salir,” dije, sintiendo una mezcla de vergüenza y curiosidad. “Por supuesto, mi señor,” respondieron, guiándome a una letrina elegante y futurista. Sus superficies eran de obsidiana pulida, y un zumbido ...