Infiel por mi culpa. Puta por obligación (17)
Su respuesta es una ambigüedad que tiene visos de provocación. Y sin embargo es el tono de su voz y la forma en que lo ha dicho, más la alongada posición de los antebrazos, –apoyados los codos sobre el tejido negro que cubre sus rodillas– con sus manos encarceladas por la firmeza de sus dedos entrelaz...