Violadores seriales (Capítulo 1)
La presa estaba acorralada. Nosotros, los cazadores, habíamos puesto trampas para que cayera, y ahí estaba ella. Se llamaba Alexia. Ale para sus conocidos. Ali para los más cercanos. Fui yo personalmente quien la eligió. Cuando, en nuestra última reunión semanal, se la propuse a los otros cazadore...