La maestra de español (2)
Yo no dudé en corresponder. Fue un beso intenso, cargado de deseo. Bajé mis manos y acaricié su trasero. Creo que la tomé por sorpresa porque dio un pequeño brinco. Retiré mis manos enseguida, pero ella no se alejó. Al contrario, me abrazó por la cintura. Volví a tocarla, esta vez con más cuidado, y mi mano derecha se deslizó...