La maestra de español (2 - continuación)
Me levantó con delicadeza, aún agitada. Se puso de pie, rodeó mi cintura con sus brazos y me abrazó, recargando su rostro contra mi pecho, con los ojos cerrados. Su respiración aún agitada, su cuerpo caliente. Nos quedamos así unos segundos, como si no existiera nadie más. Ella quedó con el pantalón abajo, al igual que su ropa i...