Una joven, una sombra y una obsesión
La sombra, tan cruel, sacia su vista con tan magnífico espectáculo… la muchacha se mira ante el espejo acaricia sus senos y con sus manos delicadas como seda recorre palmo a palmo su sutil cuerpo, sube su mano hasta sus labios, humedece suavemente sus dedos con el roce de su lengua; nuevamente su mano desciende a paso lento hasta dete...