Mi esposa y yo, nuestro primer dogging
El tipo empezó a penetrarla suavemente a manera que la vagina de mi esposa se acostumbrara a tener encajada semejante verga y una vez hecho eso, el tipo no tuvo piedad, mi esposa tenía llorosos los ojos de las embestidas que le daba. Tanto así que los indigentes cercanos levantaron la cabeza para ver que sucedía. Yo me incorporé con...