En los veranos, me voy a un lugar en la costa con mis viejos, siempre salgo con el mismo grupo de chicos que son hijos de los amigos de mis viejos y amigos de estos chicos.
Siempre me porté bien, porque antes me portaba bien, pero este verano sabia que me iba a costar no mandarme cagadas (porque se enterarían todos, inclusive mi hermana), pero no pude jeje
Al segundo día de llegar, y después de juntarnos con todos los chicos, uno de ellos Tomy, me lleva a casa con la camioneta. Con Tomy nos conocemos desde hace años, pero nunca había pasado nada, pero esa noche ayudada por lo que había tomado, el calorcito del verano, la poca ropa que yo tenía, él que se metió con la camioneta entre los médanos, ayudo a que me mostrara tal cual soy ahora.
En los médanos detuvo la camioneta, nos empezamos a besar, descubrió una de mi partes más sensibles, que es mi entrepierna, me empezó a acariciar, lo dejé, dejé que avanzara, llegó hasta mi conchita y vio que estaba totalmente mojada, se volvió re loco, me saco la bombacha, junto con la mini, y nos pasamos a la parte de atrás.
Si bien no era muy cómodo alcanzó para que me pudiera coger en varias posiciones, primero yo arriba de él clavándome su pija y saltando y después lo mismo pero de espalda a él, fue una nueva y hermosa experiencia para mi hacerlo en los médanos, después me bajé, así medio en bolas, me arrodille sobre la arena fría, esperando, mi premio, la lechita que me llenara la boca.
Obvio para arreglar esta situación y no quedar como una trolita y tener una pija segura todo el verano me puse “de novia” con él, y por ahora nos seguimos viendo. La verdad es que me decía que no podía creer lo cambiada que yo estaba, por no decirme lo putita, y me cogía todos los días.
Pero esto no es lo más importante que quiero contar, porque coger en una camioneta es algo que creo que todos lo han hecho.
Voy el primer día a la playa, lo vi y me sorprendió.
La barra en donde vendían licuados, gaseosas, jugos, la atendía un chico con el pelo largo, con rastras, lleno de tatuajes y aros, y otro chico más. No se pero el tatuado me llamo la atención, porque tenía muy buen lomo y no era feo, y nada que ver con los chicos con los que yo estuve.
Obviamente empecé a tomar licuados todos los días, a veces sola, a veces con “mi novio”. Cuando iba sola, solamente iba con la bikini, lo tomaba en la barra, mirándolo y me ponía en la boca la pajita como si fuera una pija, ¿me explico?
Poco a poco empezamos hablar y me tiraba onda, yo siempre pedía uno de frutilla, hasta que un día me dice que cuando quiera tomar el de banana él lo hacía muy bien, y lo podía tomar en el depósito (era una casucha de madera al lado de la barra donde guardaban la mercadería) Esa tarde voy con “mi novio”, él me pide uno de frutilla, lo miro al tatuado y le digo “ hoy quiero el de banana con lechita”, jaja, creo que ya tenía la pija parada detrás de la barra, me miro como diciendo “sos una hija de puta”.
Así, fueron pasando los días, yo sentía que me cogía con la mirada, y yo, para ser sincera me portaba como una trolita calentona, que es lo que más me gusta hacer jaja.
Hasta que llegó un día en que me pasa lo de siempre, ya era tarde, me había quedado sola en la carpa, porque mi viejo ya se había ido, cosa rara, porque siempre se queda hasta tarde, pero el día estaba feo, y ya había muy poca gente.
Me empezó a pasar lo de siempre, esa adrenalina que me hace mojar de solo pensar que en ese día me podía dejar coger por él, pero no estaba segura, fui a caminar volví, hasta que me animé, fui a la barra y le dije “ vengo por mi licuado de banana con lechita”.
No sé si el tatuado lo esperaba o no, pero me lo preparó y me dijo si lo quería tomar con el (y me señala el depósito), yo no le contesté nada, solo fui solita caminando al depósito.
Ni bien entre vi que era un lugar lleno de cajones de cervezas gaseosas, me parte la boca de un beso, yo también lo beso como desesperada, me acaricia, yo tenía solo la bikini, y no fue nada lo que tardó en sacarme la parte de arriba y comerme, mis tetas, me las comió literalmente, y yo me tiraba sobre los cajones mientras sentía el placer de lo que me hacía, ya estaba entregada.
Mientras me besaba las tetas me empezaba a meter la mano por la conchita, a esta altura ya estaba en bolas, me metía los dedos, y yo seguía apoyada solo atinaba a abrir mis piernas cada vez más, ya las tenía en el aire dejándole mi conchita a su disposición. Y así, me robo el primer orgasmo. No sé si sería la situación, el lugar, saber que afuera estaba su amigo sabiendo lo que me estaba haciendo, que yo solita fui a que me cogiera, pero todo me calentaba mucho.
Me incorpore, me puse de rodillas, le baje su traje de baño, y muy despacito como siempre empecé a gozar esa pija hermosa que tenía, primero acariciándola, besándola toda, poniéndome solo la puntita en la boca hasta que me la trague toda y se la chupe, como hay que hacerlo, él me empujaba la cabeza hacia su pija y me decía “putita chúpamela, sigue así” eso me calentaba, lo miraba y se la seguía chupando.
Me siento en los cajones abro bien mis piernas y empiezo a sentir esa pija dentro mía, que con lo caliente y lubricada que estaba entro muy fácil, no estaba muy firme así que me colgué de sus brazos mientras me seguía cogiendo, me bombeaba desesperadamente, me temblaban las piernas y me saco mi segundo orgasmo.
Después el se sentó en los cajones, yo de espalda a él, agarrándome de donde podía, me clave la pija y empecé a saltar sobre ella, yo estaba media de cuclillas, sentía que explotaba, así seguimos hasta que acabe de nuevo.
No teníamos mucho tiempo, me pone su pija en la boca, se la empiezo a chupar, me empieza a coger por la boca, hasta que siento esa hermosa leche calentita que casi me ahogaba.
Me limpié con lo que encontré, y salimos, obvio su amigo me clavo la mirada, me sentí muy puta, pero me gusto, me gusto haberlo hecho ahí, en el balneario.
Pero lo que más me gusto con el tatuado no fue eso, lo que más me gusto lo contare más adelante.
Los días siguieron pasando y yo con mi novio o sola, lo seguía histeriqueando al tatuado, como sabemos hacer nosotras, iba solo con bikini a tomar licuados, apoyaba mis tetitas sobre la barra, chupaba la pajita como si fuera una pija mirándolo y todo eso, y sabía que a él le calientan esas cosas.
Hasta que llego el día, en que me dice que a la noche había una joda en su casa, y me pregunta si yo quería ir, que iba a estar muy buena. El ya me había contado que vivía con unos amigos en una casa en un balneario pegado al que estaba yo, me dice que iba a ver chicas y chicos, que se iba a poner muy bueno, me da la dirección y me dice “te espero a eso de las 12”.
La verdad es que me quede helada, me apuro el turro, y yo no sabía qué hacer, ¿ir a una casa donde solo lo conocía a él?, me daba cagazo, por otro lado como él trabaja en el Balneario donde yo voy, me pasaba algo y seguro mi viejo lo hacía mierda, pero igual era riesgoso.
Llega la noche y como siempre me empezó a dar esa adrenalina de hacer o no lo prohibido, pero paso lo de siempre, lo termino haciendo.
Le digo a mi vieja que unas compañeras de la facultad habían alquilado una casa en ese balneario, me prestó la camioneta y fui.
Llegué, con un cagazo de puta madre, lo llamo al celular porque no ubicaba la casa, sale, lo veo y entramos.
Bueno y ahí empezó la cosa, poca luz, todo un quilombo, desordenado, botellas de cerveza por todos lados y ese olor raro que yo lo conocía. Había dos chicas más (que eran amigas), yo y cinco chicos.
Bueno al rato a las dos chicas, las empiezan a toquetear, besar, meter mano los cuatro chicos, el tatuado, ya me estaba besando y también metiéndome mano por debajo de la blusa, sentía como me tocaba mis tetas, mi panza, eso ya me calentaba, intento desabrocharme el shortcito que llevaba, y lo frene, le dije que no, pero su mano ya estaba sobre el short acariciándome mi conchita y mis piernas solas se abrían.
Hasta que llegó, lo que obvio iba a llegar, a que a las otras dos chicas las empiezan a dejar en bolas, en ese momento no me pude negar, lo deje, si lo deje que me fuera sacando la blusa, el corpiño, me besara, me comiera mis tetas, yo ya estaba totalmente entregada, se baja el pantalón y me dejo a mi vista esa pija ¡totalmente parada!, que no hizo falta que me dijera nada para que me la empezara ¡a comer!
Dándome cuenta de lo que me hacían, pero sin importarme, uno de los otros chicos me saca el shorcito y me deja en bolas, mientras sentía como me acariciaba la conchita y me comía la cola, metiendo su lengua todo lo que podía.
Ya estaba entregada, caliente excitada, con ganas que me hicieran sentir bien puta, que me hagan gozar y me sacaran la calentura que me habían provocado.
Le sigo chupando la pija al tatuado y siento como el otro chico me empieza a meter la pija en la concha, yo estaba en el sofá en cuatro, abro mas mis piernas, para que me coja mejor, mientras se la seguía chupando, y a las otras dos chicas también ya se las estaban cogiendo, a una un solo chico y a la otra entre dos.
Obviamente termine acabando como una perra, mientras el tatuado me llenaba con esa hermosa leche calentita la boca, y yo me encargue después de lamérsela hasta que le quede bien limpita y el chico que me estaba cogiendo también me acabo en mi conchita.
Después una de las otras chicas se acerca a mí, me da un pico en la boca, me agarra de la mano y me lleva que le chupemos entre las dos la pija a otro chico, es una de las cosas que más me gusta (chupar entre dos una pija), creo que fue la mejor chupada que le hicieron en su vida, porque mientras se la chupábamos nos besamos, ella me empezó a tocar (como para probarme si me iba la onda con mujeres) y me puse más loca todavía, le chupábamos la pija, nos besábamos y nos tocábamos.
Mientras hacíamos eso, los dos chicos que todavía no habían acabado, nos acomodan para empezarnos a coger de atrás (por la concha) y así nos cogieron, nos cogían y me besaba con esa chica y esa pija en el medio, ¡nada!, no les puedo contar como acabamos, porque acabamos las dos juntas, a los gritos.
El chico al que se la estábamos chupando se levanto, y a nosotras dos nos seguían cogiendo los mismos chicos, pero empezaron a intentar ponerla en nuestras colitas, a mí, al menos, y con lo lubricada que estaba y los dedos que ya me había puesto para dilatarme, y que tanto me gustó no me dolió tanto y entro con facilidad, hasta que me empezó literalmente a taladrar la cola, yo ya no podía hacer nada, solo gemir, gritar gozar, ya era de él, podía hacer conmigo lo que quisiera, acabe de nuevo como una zorra, el también.
Ahí la cosa se calmo, nos quedamos todos en bolas, en los sillones, les cuento algo, después que se me pasa la calentura me da un poco de cosita estar así en bolas, medio me tape con unos almohadones.
Hasta que al rato, una de las chicas, le empieza a toca la pija al tatuado obvio que se le re paro, yo la acompañe y se la chupamos entre los dos, después me subí arriba del tatuado y lo empecé a montar, me re clave esa pija en mi concha, mientras que la chica con la que antes nos habíamos acariciado, me empieza a besar y a tocar las tetas, ufff, para mí eso es lo más, tener a una pendeja que me caliente y una pija en la concha, creo que fue la vez que más acabé, ¡me retorcía de los gritos y los gemidos!
Cuando terminamos, esta chica, que por lo que vi es re lesbiana, se tiro encima mío, si ¡encima mío!, se sentó arriba mí y me empezó a besar, a tocar, terminamos en un 69 mientras nos cogían.
Ya había pasado demasiado tiempo, eran como las 7,30 de la mañana y me tenía que volver.
No sé, fue una noche re loca, con gente que no conocía, pero todo tiene una explicación jeje, pero no me arrepiento, me gusto todo lo que me hicieron sentir.
Sigo contando.
Como mi viejo la casa de vacaciones la había alquilado por enero y febrero, y en febrero estaba medio al pedo me fui unos días, en la casa estaba sola mi hermana con unas amigas. En realidad no fui por mi hermana, ya que no me llevo bien con ella, la verdad es que fui a ver qué onda daba con el tatuado.
El primer día que llegue a la playa, obvio que se sorprendió, porque pensaba que no iba a volver, ya que de mis amigos no había nadie, pasé el día tranquila, lo fui a histeriquear y cuando ya casi no quedaba nadie en la playa me dice de pasar al depósito (en donde me cogió la primer vez), no sé como hice, me moría de ganas pero le dije que no, y me fui dejando a su vista mi culo, ¡para que se quedara bien caliente!
Al día siguiente, paso lo mismo, lo fui a ver varias veces, porque si no me embolaba (ya les dije que no había ningún conocido), empezó a irse todo el mundo y me voy a verlo y le pido un licuado y me dice algo que fue más o menos así:
Tatuado: chetita, si queres un licuado a esta hora, solo tengo el de banana, que viene con mucha leche, ¿lo queres?
Yo: obvio nene, sabes que me gusta con mucha lechita.
Tatuado: pero a esta hora ya no vendo licuados (yo sabía que eso era mentira), pero por vos haría uno, pero lo tendrías que tomar ahí (y me muestra el depósito). El depósito es un cuartucho de madera donde guarda la mercadería.
Yo: bueno, lo tomo ahí.
Ya me empezaba a mojar sabiendo que me iba a dejar coger de nuevo, que me estaba regalando como una trolita, pero ese tatuado me podía, con estas rastras rubias, algo muy loco, pero me podía.
Me prepara el licuado y me lleva al depósito, obvio que lo primero que hace es partirme la boca, lo abrazo y nos matamos con un beso, mientras me cuelgo de su cuello y mis piernas las cruzo en su cintura quedando yo en el aire, y él metiéndome toda su mano en mi culo, debajo de la biquini, que ya me la estaba sacando, me siguió besando, me saca la parte de arriba de la bikini, me deja desnuda, eso me calienta mucho…
Con solo tocarme la cabeza, yo ya sabía lo que tenía que hacer, me agacho, le bajo su shorcito, y me encuentro con esa hermosa pija que de a poco se la empiezo a chupar, a besar, a comer, estaba desenfrenada, desde el día anterior que la quería tener ¡en mi boca!
Se la sigo chupando hasta que siento que va a explotar, le pido que no acabe, me la mete de nuevo en la boca, no me pude resistir, y empiezo a sentir esos chorros de leche calentita que casi me ahogan, me la trague toda, se la limpie con la lengua.
El: “Hija de puta, ayer me dejaste caliente a mí, hoy te dejo caliente a vos” NO ME PENSABA COGER EL PUTO, ME ACABO EN LA BOCA ¡Y SE SACO LA CALENTURA! Me dice que me esperaba a la noche en su casa, le digo que no, que está con sus amigos, pero me insiste y me dice que lo más seguro que iba a estar solo, o al menos con uno de los chicos, pero que iba a estar con su novia.
Llega la noche, yo no sabía que hacer (aunque se siempre lo que termino haciendo), y me decido a ir, no perdía nada. Estaba sola en casa así que me vestí bien perra, con una re mini y un top, nada más.
Llego, me dice que está un amigo en uno de los cuartos con la novia, que no pasaba nada, y me lleva a otro cuarto. Estábamos los dos muy calientes, mientras me besa, me saca el top, me come las tetas, me las besa, yo sola me saco la mini y ya estábamos los dos en bolas, me tira en la cama y me dice “ahora te toca disfrutar a vos”, me empieza a chupar la conchita, muy despacio, apenas me la rozaba con su lengua, y eso me ponía más caliente, yo abría cada vez más mis piernas, le empujaba la cabeza para que me la comiera, pero no, el guacho me quería tener bien calentita, hasta que sí, me empieza a meter la lengua y los dedos en la concha, yo estaba más que mojada, me come la conchita y me seguía metiendo los dedos y me preguntaba “ putita ¿te gusta esto?” y le digo que sí, que soy su putita, que siga, y más me calentaba porque me seguía diciendo que era su puta hasta que acabe a los gritos, mis piernas ya no respondían y quería que me siguiera cogiendo.
Me acuesto se tira arriba mío, me pone las piernas sobre sus hombros y me empieza a dar embestidas como una burro, me dolía, me gustaba, gemía, gritaba, me hizo acabar otra vez y el también.
Nos quedamos en la cama, el se prende un cigarro (me entienden, ¿no?) un cigarro de los que yo nunca había fumado, y me da una pitada, después otra y otra, ya no me importaba nada, se la empiezo a tocar y se le empieza a parar, y me la pongo toda en la boca y no sé el tiempo que se la estuve besando, chupando, perdí la noción del tiempo, me pongo arriba de él y empiezo a saltar sobre su pija, pocas veces tuve tantas ganas de coger, saltaba como loca, estaba como loca.
Me inclino hacia a él, escucho que entra alguien en la habitación, era uno de sus amigos que vive con él, pregunta si se puede quedar, le digo que si que se quede, y empiezo a sentir como su lengua empieza a meterse en mi culo, mientras el tatuado ¡me seguía cogiendo!, y le pedía que me siguiera chupando la cola, “putita ¿te gusta?” si, le dije: “soy la puta de los dos segui, segui”
Yo ya ni sabía lo que hacía, todo me gustaba, tanto me movía que el tatuado termino acabando, me salgo de arriba de él, se prende otro cigarro, me da un par de pitadas y me empieza a coger su amigo, él se tira arriba mío, y otra vez ¡las embestidas!
En un momento, ya no me acuerdo como fue, me empezó a coger de parado, es una de las cosas que más me gustan, yo colgada de su cuello, y él me sostenía de la cola mientras me cogía, pero se empezó a mover a caminar, a mi nada me importaba, me lleva así, cogiéndome hasta el comedor, donde había otro chico más, yo nunca lo había visto.
Me acomoda en el sofá, me recuesto sobre él y mientras me seguía cogiendo el otro chico otra vez me empieza a lamer la colita, pero me empezó después a poner los dedos, y de a poco la pija, me dolía, gritaba, gozaba, pero no podía decir que no, me estaban cogiendo los dos y el tatuado me ponía su pija en la boca, ME ESTABAN COGIENDO ¡DE A TRES!, y yo quería más, y más.
Termino acabando a los gritos, mucho no me podía mover pero tuve un orgasmo infernalmente largo, no paraba de gemir, de gozar, de acabar. Todo esto mientras todos me decían que era una puta, que me iban a coger toda la noche, no sé, yo no les decía nada, solo quería pijas ¡y mas pijas!
Después me cogió el tatuado otra vez, delante de los chicos, yo los miraba mientras me cogía, y ellos me iban poniendo sus pijas en la boca, hasta que me acabaron los dos juntos, me llenaron la boca de leche, el tatuado me lleno la conchita de leche y yo volví a explotar en otro orgasmo.
No sé cuando me quede dormida en bolas en el sillón, me desperté y era de día, me habían tapado con una sabana. Me levanto tapándome con la sabana, lo veo al tatuado, me da un beso, le pido mi ropa y me fui.
Noche rara, no sé si me arrepiento, nunca había sentido los orgasmos de esa manera, una cosa loca, pero para hacerlo una sola vez, me volvía Buenos Aires y no creo que lo vuelva a ver.