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Nuestra amiga argentina se la vuelve a montar con Belu

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Lo que voy a contar no es nada nuevo, pero tengo la necesidad de contarlo.

El viernes a la noche me fui a cenar con mi novio y después fuimos a su casa, nada, cogimos toda la noche como cualquier pareja que coge bien -por eso no me voy a poner a contar detalles de eso-, dormimos, llegue a casa a las 15 h., dormí un rato, pero la verdad es que el sábado a la noche, no quería salir con él, quería hacer algo distinto, si trampa, quería estar con otro, ¡pero lo tenía que hacer bien! y pensar como lo hacía.

Llamé a mi amiga Belu (hablé varias veces de ella, es re puta la guacha), le dije si no quería hacer fiestita a la noche (si así de una se lo dije, estaba muy caliente con hacer algo distinto).

Me dijo que le diera un rato, a la hora me llama y me dice que arregló con dos amigos que fueran a su casa (hay algo que yo no sabía, que después les voy a contar).

Ya estaba jugada, ¡no le iba a decir que no!, yo se lo había propuesto, llamo a mi novio, le digo que estaba muerta, que no me sentía bien, que me iba a acostar temprano y que mañana (por el domingo hablábamos), obvio, como siempre me lo creyó.

Belu, me dice que me vaya vestida bien de trola, yo no conocía a los chicos que le había dicho de ir a su casa y eso me calentaba más, me daba más adrenalina, porque sabía que iba a terminar cogiendo con uno o dos chicos que ni conocía, pero ¡eso me calentaba mucho!

Mis viejos se habían ido a cenar afuera, así que no tenía problema de salir vestida bien trola (si no, me cagan a pedos), me puse una pollerita cortita, ajustada, de esas que cuando una se sienta se queda casi en bolas, una blusa y un suéter.

Llego a lo de Belu, y ella, también estaba, vestida re puta, nos matamos con unos besos, abrazándonos (con ella también estuve varias veces), me mete la mano debajo de la pollerita, me toca la conchita, yo ya con mis piernas abiertas, hasta que me hace acabar, pero me dejo ¡re caliente!

Al ratito tocan, el timbre, suben los chicos. Nos saludamos y al toque uno empieza a besarse con Belu, el otro, me abraza, me pone de espalda contra una pared (yo estaba entregada, fui para eso), me empieza a besar el cuello, me pasa las manos por las tetas (yo me dejaba como una puta), me apoya su pija bien dura en la cola, abro las piernas, ¡para sentirla más!

Me desabrocha la blusa y me saca el corpiño y me amasa las tetas, yo ya estaba bien caliente (repito quería sentirme re puta esa noche), y empiezo a gemir, a gozar, me saca la pollerita y la bombacha e intenta ponérmela de una en la cola y le digo que ¡no!, ¡que así no!

La miro a Belu y ya estaba en bolas y a punto de ¡dejarse coger!

Mi chico me lleva al sofá, al lado de Belu, me empiezo a besar con ella, a tocarnos, a besarnos las tetas, mi chico me la quiere poner en la conchita, le digo que se ponga un forro, se lo pone, y me empieza a coger, a Belu también se la estaban cogiendo, mientras nos besábamos (es lo que más me gusta una mujer y una linda pija), hasta que terminamos acabando las dos ¡casi juntas!

Belu, me dice que me ponga en cuatro en el sofá, le hago caso, ella hace los mismo, y los chicos nos empiezan a poner las pijas en las conchitas, y sentía que de a poco quería metérmela en la cola (y me di cuenta que a Belu le hacían lo mismo, nosotras nos damos cuenta de eso).

La cosa, es que de a poco, con la pija, con los dedos llenos de mis jugos, me empiezan a lubricar la cola (no muy bien), hasta que siento que de a poco me la empieza a meter en la cola, la miro a Belu, me besa, me agarra de la mano, me amasa las tetas, esto me hizo calentar mucho, mientras siento que cada vez la pija estaba más dentro de mi cola, Belu me dice: “forra a mi también me están rompiendo el culo, goza boluda” y no iba a queda como una forra, me dolió al principio hasta que entro toda y me empecé a mover hasta que sentía que acababa dentro de mi cola desesperadamente (obvio con forro).

Nos quedamos los cuatro en bolas en el sofá, hasta que, no pasó mucho tiempo, los chicos se paran y nos empiezan a meter la pija ¡en la boca!, tanto Belu como yo se las empezamos a chupar, despacito, besándole los huevitos, besándoles las pijas hasta que se las chupamos, nos metimos las pijas enteras en la boca, hasta que nos llenaron de leche. Vi que Belu se la seguía chupando hasta dejársela toda limpita y yo hice lo mismo.

Y ahora viene la parte que les conté al principio (cuando les dije “que había algo que no sabía”)

Belu, es del interior, vive acá, los viejos la bancan, pero gasta mucha guita y cuando no le alcanza trabaja de prostituta, pero me había dicho que eso no lo hacía más (me mintió).

Bueno la cosa es que ya habían pasado como una hora y media, dos, y Belu, les dice: “bueno chicos, ya está, hasta acá termina nuestro servicio”. ¡SERVICIO! Me quería morir yo no fui a hacer ¡ningún servicio!, los chicos se visten les dejan la plata que ella había arreglado, me quiso dar la mitad, esta vez le dije que sí, ¡me calentó trabajar de puta!, y me lleve la plata que me gané trabajando de eso (que es de lo único que trabajé, pero es otra historia).

Se fueron los chicos, le digo que es una guacha, que no me había dicho que íbamos hacer de putas, me pregunta: "¿te gustó?, guacha, gozaste como una perra”, le digo que sí, que me gustó, si me gustó, pero eso de haber trabajado de puta me dejó caliente.

Con Belu estábamos solo con las blusas, nos empezamos a besas hasta que ella primero me saca la blusa, después yo a ella, terminamos en su cama, primero abrazadas, besándonos, tocándonos, sintiendo nuestra piel, jugando entrecruzarnos las piernas, hasta que nos empezamos a tocar las conchitas y terminamos en un 69, chupándonos las conchas y metiéndonos bien los dedos en la cola y acabando como guachas.

Después nos seguimos quedando en la cama abrazadas, hasta que nos quedamos dormidas un par de horas y me despierta con una hermosa chupadita de concha que me volvió loca, porque aparte me acariciaba las piernas y yo sola también me tocaba, hasta que me hizo ¡acabar de nuevo!

Bueno, para no hacerlo muy largo terminamos duchándonos juntas, enjabonadas me tire en el piso de la ducha y mientras ella se agarraba de los azulejos le devolví la chupada de concha, le metía la lengua ¡en la concha!, ella en puntas de pie, re caliente, hasta que la hice acabar de nuevo.

Y terminamos las dos enjabonadas, acariciándonos, poniéndonos de nuevo los dedos en la concha hasta que acabamos las dos juntas.

Y aunque no me crean a la vuelta, que ya era de día, pensaba en mi novio, ¡pobrechito!, seguro que se quedó en su casa, no creo que me haya cagado.

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