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Mi prima Claudia (Parte 6)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Esa tarde del 3 de enero mi amigo llegó a eso de las 18 horas, más temprano de lo que esperábamos, ya que estábamos a minutos de tener un nuevo encuentro sexual. Nos saludamos, charlamos un rato y tomamos unos mates antes de irnos.

Mi amigo era homosexual y estaba en pareja. Mientras hablábamos, Claudia fue a preparar sus cosas y a cambiarse de ropa para irnos a casa, al salir todos quedamos impactados… Claudia estaba por demás hermosa, su cabellito suelto, su carita redonda parecía más aniñada, su piel blanca levemente bronceadita, sus ojitos dulces maquillados, su tierna sonrisa, sus labios carnosos maquillados con un rouge rojo brillante y excitante, una camisita blanca de mangas cortas, fruncida a sus brazos, desprendido de manera insinuante los dos primeros botones, su camisa levemente entallada insinuaban los 95 cm de su busto, llevaba una minifalda de fondo blanco con un estampado de pequeñas y tupidas florcitas en rojo tenue y celeste, entallada en su cintura y caderas mostrando seductora su colita parada y luego acampanada deteniéndose a unos 10 cm por encima de sus rodillas, mostrando sus piernas que eran resaltadas por unos zapatos abiertos con tiritas de cuero, plataforma de corcho y tacos muy altos, demostrándome en toda su plenitud y junto a su manera de ser porque estaba perdidamente enamorado de ella.

No necesito nada para que Dani comprendiese lo que pasaba entre nosotros, después de felicitarnos dijo:

D- Chicos eligieron un camino sinuoso ríspido y áspero, cuando sus padres lo sepan van a tener que luchar con uñas y dientes por defender ese amor que los une, pero si se quieren como parece, peleen, no se entreguen, no se den por vencidos, y no duden en pedirme consejo…

Nos fuimos, tardamos algo más de media hora en llegar, varias veces estuve a punto de desviar mi camino hacia algún hotel alojamiento, pero Claudia no quería, sus palabras fueron:

C- No quiero ir a un hotel, quiero hacerlo en nuestras casas, quiero que esas paredes sean testigo de nuestro amor.

Cuando llegamos a casa algunos de quienes se cruzaron nos vieron tomados de la mano y haciéndonos arrumacos, el cambio era evidente en lo que se daba con Claudia, lo que nadie sabía era la relación fraternal que nos unía.

Fuimos a mi departamento, apenas cerramos la puerta nos abrazamos y nos besamos con pasión durante largos minutos, luego nos detuvimos, nos miramos a los ojos y dije:

G- Estos días, vivimos un corto y hermoso noviazgo, pero jamás sentí tanto amor por alguien como el que siento por vos, por eso quiero saber si queres ser mi esposa

C- Ay Gaby… claro que quiero ser tu esposa, sé que lo nuestro no va a ser fácil, cuando nuestros padres se enteren seguramente lo nuestro sea un camino difícil, pero estoy dispuesta a transitarlo con vos, junto a Vale y a los hijos que vendrán… ¡¡¡Te amooo!!!

Nuestros labios se unieron en una vorágine de ardiente pasión, mis manos se depositaron en su cola y mientras acariciaba sus nalgas su lengua se introdujo en mi boca, y entre besos y caricias fuimos hasta la habitación.

Ahí nos fuimos quitando la ropa, ella se quitó su camisa; sus senos redondos y firmes asomaban bajo su diminuto corpiño blanco, sus pezones se marcaban en él erectos y duros, sus manos fueron a su minifalda y jugueteó con la cintura de ella que era elastizada en una especie de striptease y poco a poco la fue bajando dejando su cuerpo al descubierto, llevaba una diminuta bombachita con cola-less blanca haciendo juego con su corpiño. Giró para dejar la pollera sobre una silla y disfruté viendo el empalme casi perfecto de sus piernas y sus nalgas.

Yo me acerque por detrás, la tomé por el vientre y comencé a besarle y chuponearle su cuello, y apoyé mi pene endurecido contra su cola, así de espaldas desprendí su corpiño y acaricié sus senos diciéndole

G- Sos lo más hermoso y dulce que tuve en mis brazos, te amo

Caímos en la cama, ella quedó sobre mí, sentí sus senos duros, sus pezones erguidos sobre mi pecho, luego los deslizó por mi pecho hasta quedar arrodillada en el piso a los pies de la cama, bajó mi slip, mi pene estaba completamente erguido, entonces lo sostuvo contra mi vientre con una de sus manos, su lengua ardiente fue recorriendo mis testículos y subió por el tronco de mi pene erecto lentamente lo recorrió con su lengua hasta llegar a mi glande, deslizó su lengua por él, luego lo beso y lamió por varios segundos, para luego introducirlo en su boca y comenzó a succionarlo, yo me sentía en otro mundo, hacia esfuerzos por no acabar, luego con voz entrecortada dijo:

C- No te contengas más… no me voy parar hasta que acabes en mi boca

Volvió a introducirlo en su boca y no se detuvo en su succión hasta que mi pene explotó lanzando en su garganta ese semen tan deseado, y fue saboreando cada gota de él luego de ello se levantó y fue a enjuagarse la boca.

Volvió y antes de acostarse a mi lado bajó su bombachita, que era lo único que me impedía disfrutar por completo de su perfecto cuerpo, luego se acurrucó a mi lado, la abrase y le dije cuanto la amaba, luego me coloque encima de ella, nos besamos, mis manos acariciaban sus senos, sus pezones se pusieron rígidos, mis labios tomaron contacto con ellos, los lamí, los bese, los chuponee, Claudia gemía y se revolcaba en la cama, luego baje deslizando mi lengua por su tórax y besándolo, ella no paraba de gemir y de gritar, así hasta llegar a su pequeña bombacha, la fui bajando muy lentamente y mientras lo hacía besaba su cuerpo en dirección a su conchita.

Cuando bajé totalmente su bombacha mi boca besó su concha, lamí sus labios vaginales, para luego abrir sus labios vaginales e introducir mi lengua en ella, un grito muy profundo de placer nació de su boca, al tiempo que gemía y se revolcaba en la cama y decía casi de manera suplicante

C- Me encanta amor… pero ya no soporto más… quiero que me cojas

Mi pene erecto comenzó a jugar en las puertas de su vagina, ella gemía, gritaba se sacudía en la cama suplicando que la penetrase. Luego de jugar con ella en la puerta de su vagina, mi pene excitado por demás empezó a avanzar, al hacerlo un profundo grito de placer partió de su boca, y continué avanzado dentro de ella y su cuerpo comenzó a agitarse, a convulsionarse cuando ella se estremeció entregando su primer orgasmo. Deje mi pene quieto dentro de su vagina, la besé en la boca con pasión, sentía como sus labios vaginales vibraban por ese hermoso momento de placer.

Cuando se calmó continué deslizando mi pene en su vagina, recorriéndola, sintiendo su lubricación y vibrando ambos, aceleré el ritmo, por momentos me detenía intentando prolongar ese momento crucial, hasta sentir que no podía más, se lo hice saber, segundos después mi pene explotó con furia lanzando en su interior la calidez de esa eyaculación tan deseada, su cuerpo volvió a agitarse y convulsionarse con un nuevo orgasmo, mientras nuestras bocas se unieron con desesperación acallando y ahogando en parte los gemidos y gritos

Nos habíamos calmado, nos besábamos, nos acariciábamos, cada beso, cada caricia, disfrutar su cuerpo era sublime y entre los dos había nacido una pasión enloquecedora que iba más allá de la cama.

Nos besamos durante largos minutos, ella sintió mi pene endurecerse. Luego se colocó de costado, yo pase mi mano por debajo de su cuerpo, tomé con mis manos sus senos y comencé a besar su oreja, luego y fui besando con pequeños chupones su cuello evitando dejarle marcas en él, Claudia comenzó a excitarse cada vez más se, su boca gemía y gritaba a la vez. Claudia se colocó en la cama boca abajo, acaricié su espalda, mientras mis ojos se deleitaban viendo sus nalgas, tenía una cola aterciopelada, paradita…

Comencé a besar y recorrer con caricias su espalda, hasta llegar a su cintura, su boca daba suaves alaridos de placer, mis manos vibraban al disfrutar de su piel y de su belleza.

Bajé por su cuerpo y mis manos comenzaron a recorrer sus piernas de una perfección increíble, mis manos se deslizaron por ellas acariciándolas, disfrutándolas, y mi boca y mi lengua las recorrieron trepando por ellas desde las rodillas, ambos volvíamos a estar muy excitados.

Así llegue a la zona de empalme de sus piernas y sus nalgas, mi lengua se deslizó por cada una de ellas, mi boca besaba sus nalgas redondas, paraditas, las besé y chuponee delicadamente, disfrutaba el contacto con su piel suave y tersa, ella gemía, gritaba, su cuerpo se agitaba y se sacudía sobre la cama.

Entonces me acosté sobre ella, con mi pene endurecido y súper excitado, me extendí sobre ella y nuestras bocas con desesperación se besaron, con pasión durante varios minutos, y dije:

G- Estoy loco por vos, te deseo

C- Yo también… apenas me tocas, apenas me acaricias me pongo como una brasa

G- Querés seguir cogiendo.

C- Siii….me volví adicta a vos, tus besos en mi cola me enloquecieron

G- ¿Querés que te la haga de nuevo?

C- Si mi amor, es lo que más deseo en este momento, quiero disfrutarlo sin miedo

Volví a besar su boca, su cuello a acariciar sus senos, sus pezones hinchados, me incorporé un tanto de su cuerpo, ella hizo lo mismo sin dejar que su cola dejase de tener contacto con mi pene erguido mientras nuestras bocas seguían besándose.

Me arrodille sobre la cama ella se quedó en cuarto patas, una de mis manos acariciaba su cuello, la otra estaba en su cadera y ambos acomodados para esa tan ansiada penetración. Cuando sintió mi pene en las puertas de su ano, ella giró su cabeza y me miró, entrecerró los ojos y gimió profundamente llenando de pasión y ardor la habitación.

Entonces poco a poco fui entrando en su cuerpo gozando ese sublime instante de poseernos mutuamente, ambos gemíamos, y poco a poco fui penetrándola hasta entregárselo por completo y lentamente. Durante varios minutos fui recorriendo su ano acelerando mis movimientos, retrocediendo y avanzando en ella sintiendo que mi pene estaba a punto de estallar entonces lo introduje lo más que pude en ella, mis manos aferraron sus caderas ya se me dificultaba contenerme y sentí mi pene eyacular, lanzando en el interior del cuerpo de Claudia mi semen, ella gimió profundamente, su cuerpo comenzó a convulsionarse violentamente, mis manos fueron a su vagina la acaricié disfrutando sus vibraciones y sus labios mojados por el orgasmo, nuestros cuerpos permanecieron así unidos, hasta que mi pene perdió su rigidez saliendo de su cola.

Luego nuestros cuerpos cayeron en la cama ahora con Claudia boca arriba y nuestras bocas se unieron en un prolongado y apasionado beso, luego de varios minutos así ella dijo:

C- No puedo y no quiero vivir sin vos, siempre soñé con mi príncipe azul, y ahora que lo encontré soy la mujer más feliz del mundo

G- Nunca nadie nos vamos a separar, va a ser difícil pero juntos vamos a lograrlo, espero que Vale acepte lo nuestro…

C- Espero que lo entienda. Me voy a duchar y tenemos que comprar algo para la cena

G- Pedimos una pizza, mañana vamos al súper

Mientras estuvimos solos Claudia y yo, todo siguió igual, nos hicimos algunas escapadas de fin de semana para ver a Vale y en la semana nuestro amor se fue afianzando y consolidando cada día más. Cuando Vale volvió de sus vacaciones, nos cuidamos en que ella nos viese pero a pesar de esos cuidados ella fui la primera en descubrirnos, nos estábamos besando en el living cuando ella nos vio… al principio no sabíamos qué hacer ni que decir, pero para sorpresa nuestra ella aceptó lo nuestro, estaba feliz y enseguida me llamo “Pa”, le pedimos que mantuviese el secreto que nosotros buscaríamos el momento para decirles a nuestros, “padres-tíos-suegros” lo nuestro.

Pero contarlo se nos hacía problemático, no encontrábamos el momento para plantear la situación hasta que Vale sin querer me llamó “Pa” delante de nuestras madres y ahí contamos todo… por supuesto como lo preveíamos nadie lo acepto, salvo la pareja de mi madre, hubo discusiones, peleas y unas cuantas cosas más.

Luego de dos meses mi madre con su pareja volvieron a casa, ella convencida por él aceptó lo nuestro, tiempo después fue la mamá de Claudia la que se acercó, el padre de Claudia llegó a nuestra casa después llegó acompañado por el resto de la familia y poco a poco la relación se restableció. Al principio esa relación era un tanto fría, pero con el tiempo fue cuasi normal.

Hoy pasaron un poco más de 8 años desde que Claudia y yo empezamos esta relación, una relación que ambos sabemos fue la mejor decisión que pudimos haber tomado, el amor entre ambos es infinito, no podemos estar el uno sin el otro, Vale crece feliz al lado nuestro, y ahora sentimos que estamos poniendo a nuestro amor la frutilla del postre… hace una semana nos confirmaron un nuevo embarazo de Claudia, y nuestro segundo hijo… la familia se afianza y crece y creo que es el final de mi relación con todos ustedes… muchas gracias por todo.

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