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Seres irracionales

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—¿Un parque? pensé que íbamos a hacer algo divertido —Daisuke se paró en el borde de un campo de arena con un columpio medio viejo y un asiento de madera en medio de un parque metiendo la punta de su zapato en ella como si pensara que podría no ser sólido debajo, Ken sonrió sintiéndose cómodo en el lugar donde estaba, hoy era una buena tarde en la calle y los dos estaban libres de toda tarea, hoy el plan tranquilo lo había elegido Ken.

—Esto es divertido. Vamos, no he estado en columpios desde hace muchisimos años —Empujó gentilmente a Daisuke ignorando el suave resoplido de la exasperación.

—Seguramente habrá una razón para ti, pero ambos somos demasiado grandes para esto.

-Será divertido, me gusta la tranquilidad que este parque me transmite —No volvió a decir más y sonrió para sus adentros cuando escuchó el suave crujido de pisadas sobre las astillas de madera que venían por parte de su chico.

Estaba oscuro y en algún momento de la tarde las farolas se encendieron lanzando círculos de luz amarillo-blanco impares, rodeados por capas de sombras que se hicieron más profundas cuanto más se extendían. Aquí y allá un grillo cantaba suavemente, y la luna y las estrellas estaban borrosas y oscuras sobre ellas, ocultas por nubes aleatorias que avanzaban en un silencio apacible.

Ken se sentó en un columpio y escuchó la extraña melodía de cadenas que crujían bajo su peso, y las empujó hacia atrás lo suficiente para hacerlas crujir un poco más. Era una melodía rara, pero a él le gustaba. Cerró los ojos y vibró junto al sonido, deteniéndose cuando un objeto sólido bloqueó su movimiento hacia adelante.

—Eres raro —le dijo Daisuke sonriendo, sus dedos envolviéndose alrededor de Ken, alrededor de las cadenas de los columpios.

—Me amas, a mi y a mi rareza —respondió él, sonriéndole al chico que estaba en frente suyo

—Demasiado, cabrón —Daisuke se acercó y Ken se movió, dejando espacio entre sus piernas para que Daisuke se acercara todavía más a él y rodearle con sus piernas.

—Me encanta este lugar y este momento —dijo en voz baja, con los ojos azules ahora oscuros en la penumbra, Daisuke miró su labio inferior entre los dientes y tuvo el agradable impulso de acercarlo más y morderle aquel labio con mucho amor

—Imagina poder hacerlo aquí, Daisuke —Volvió a decir pero en un tono de voz muy sensual, Su propio estómago se tensó cuando dijo esas palabras; La emoción, la anticipación, la aprensión, todos se enroscaron juntos.

—Yo… —Daisuke se mordió el labio más fuerte, ¿Qué pasa si... qué pasa si no... no podemos... y si a nuestros deseos sexuales hacen que... nos descubran? estás demasiado bueno ahora mismo, mirandome con esos ojos libidinosos —Dijo mirandole a los ojos

—Está bien. Estamos bien —Ken sacó una mano de debajo de Daisuke y extendió la mano para ahuecar su rostro, el pulgar sobre su mandíbula, luego sus labios, burlándose de la costura entre ellos, Daisuke suspiró y la punta de su pulgar se deslizó entre los cálidos labios de su chico aún sentado en el columpio.

—Te amo

Por parte de Ken no hubo respuesta, solo una sonrisa cómplice y un chirrido proveniente de las cadenas del columpio por un movimiento sensual que hizo, seguidamente Daisuke Empujo la cabeza de Ken hacia la suya, sus bocas se encontraron suavemente, un suave y casto beso hasta que Ken gimió y abrió la boca, sacando la lengua para lamer los labios de Daisuke, su mano se deslizó de la cara de su chico hacia abajo para acurrucarse alrededor de su cintura, tirando de él de forma increíblemente cerca, el calor fluyó entre ellos mientras el beso se profundizaba, los sonidos suaves y húmedos fluían ahora ya en la noche.

Cuando Ken gimió débilmente de nuevo, Daisuke se echó hacia atrás, pasándo la mano por el pelo, apartándolo de la cara de Ken.

—No deberíamos

Ken le hizo una mueca lamiendo su labio inferior

—No puedes decir eso porque quieres esto al igual que yo

—¿Donde quedó el Ken tímido, recatado y puro?

—Se fué al igual que mi virginidad —Le dedicó una mirada inocente pero mezclada con un fuego sexual muy marcado, Daisuke sonrió tambien mirando a cada lado y luego le volvió a decir

—Estamos en un parque. ¿Hola? y el público?

—Oscuro —Se lamió sus propios labios de nuevo y Daisuke se estremeció, las manos se deslizaron hacia abajo, aferrándose casi desesperadamente de la cintura de Ken.

—No toques más abajo. Manten esa mano por encima de mi cintura

—Mmmm ¿Por?

—Tengo fiebre Daisuke, fiebre de tí

¿Órdenes a Daisuke? pero en que estaba pensando Ken, pero de todas formas tuvo efecto porque las manos traviesas del chico pelirrojo le siguieron acariciando cada parte de su cuerpo, especialmente los muslos

—Oscuro, pero aún público. Y... —No pudo decir nada más, Ken tomó su rostro y lo besó otra vez, lamiendo su boca, burlándose de la lengua, lanzándose rápidamente contra la costura de sus labios, incitándolo a abrir. Entonces gimió, un sonido bajo y hambriento que escuchó resonó en la garganta de Ken, y sus buenas intenciones se desvanecieron como el humo, con las manos bajó hacia un culo apretado y redondo que era demasiado, demasiado sexy para un chico tan femenino como él.

Unas manos cálidas y fuertes le acariciaron la cara, se metieron en el pelo y echaron hacia atrás la cabeza, Ken gimió cuando Daisuke abandonó su boca: ¿cuándo perdió el control de este beso?, y luego gimió cuando el calor húmedo atravesó su mandíbula y bajó por su garganta. Se estremeció cuando Daisuke raspó sus dientes sobre el bulto de su manzana de Adán antes de chuparlo suavemente, y sintió el agarre en su culo sexy de nuevo a pesar de que estaba sentado en el columpio

—Me estás matando —pudo decir, aunque su voz no sonaba como debiera, era ronca, áspera y muy sexy.

—Bueno, esa es la idea —Ken Escuchó la nota burlona en la voz de Daisuke y no pudo detener su sonrisa, su chico se estaba viniendo arriba totalmente, estaba de lleno en este juego entre los dos

—¿Crees que el columpio nos sostendrá a los dos? —Volvió a decir, todavía tenía esa sonrisa arrogante,

—Probablemente no. Pero podemos intentar... o podríamos ir a estirarnos en el tiovivo.

Daisuke estuvo de acuerdo con la idea tan mórbida.

—Vamos a intentarlo.

Ken entrecerró los ojos hacia él.

—Bien, pero tengo que mover tu mano —Se movió hacia atrás contra la mano de Daisuke sonriendo vacilante cuando este apretó ligeramente y acarició su cadera, frotando suavemente la parte delantera de sus pantalones cortos. Eran holgados, pero no podían ocultar completamente la erección allí. Ken hizo un ruido suave en su garganta cuando Daisuke apretó, sacudiéndose suavemente, lentamente, solo sintiendo la creciente dureza.

—Súbete, amor —Ahora Ken se frotó asi mismo provocando un gemido de excitación en Daisuke, calentandose todas las partes, enviando chispas flotando por sus venas.

No deberían hacer esto... y no deberían hacer esto aquí, donde casi cualquiera podría verlos. El parque estaba a solo unas cuadras de una casa.

Pero todo eso se desvaneció cuando Daisuke se subió encima de la polla de Ken con los pantalones medio quitados y sin esperar a hacerlo en el lugar que habian dicho.

Era incómodo, porque realmente no encajaban; las cadenas a los lados del columpio se clavaron dolorosamente en las caderas de Ken y sabía que Daisuke tenía que sentirse moderadamente incómodo; debido a cómo estaba a horcajadas en su regazo, las cadenas se clavaban en los costados de sus piernas.

Pero tampoco parecía importar, por la misma razón: Daisuke estaba en su regazo.

—Me gusta esto —murmuró este ultimo, inclinándose para frotarle el cuello con besos, Ken rió suavemente e inclinó la cabeza hacia atrás; su peso los balanceó suavemente, chocándo ambos cuerpos, Ken movió sus caderas hacia arriba, suspirando cuando Daisuke empujó contra él. La fricción, la fricción deliciosa, envió calor a través de él con cada latido de su corazón.

—Yo también —Soltó el columpio con una mano y tomó la parte posterior de la cabeza de Daisuke acercándolo a un beso.

—Te ves tan bien... muy bien... chico sexy —Y sexy no era necesariamente algo bueno, ya que podía meterse en muchos problemas como por ejemplo correrse en un sitio público

Cada palabra fue rozada sobre sus labios, cálidas bocanadas de aire que casi lo distraen de las palabras mismas

Daisuke sonrió al ver como Ken no dejaba de besarle, que era él quien buscaba el beso y no quería separarse

—Eres "Culpable" —Los besos no cesaban

—¿De que? —Volvió a decir tras otro beso apasionado

—De tantas cosas, mi cuerpo es sensible a ti, amor

Lamió el labio inferior de Daisuke, luego chupó el de abajo con la boca y la lengua y lamió la nuez interior con toque Cálido y húmedo, y algo dentro de él quería morder y tomar un pedazo para guardarlo siempre. Un pensamiento extraño y aleatorio que no tenía nada que ver con nada, por lo que Daisuke lo sacó de su mente, en lugar de concentrarse en la deliciosa forma en que Ken se retorcía contra él, levantando y presionando rítmicamente, con el culo firme y apretado y "tan" caliente a través de la delgada tela de sus pantalones cortos.

—Ken...

—Mmm —Y le sonrió con esa boca llena de ansias y ganas, una sonrisa que era medio entrometida, mitad ángel mitad demonio con labios fruncidos, como la materia de los sueños húmedos, un hijo de puta nacido, y Daisuke sintió su tenue dominio sobre cosas como La responsabilidad y la madurez

Las cadenas crujieron cuando él se apartó, y Ken le miró

—Sujétate a las cadenas, no te sueltes, no quiero que nos caigamos —dijo en voz baja, inclinándose hacia adelante, envolviendo sus brazos con fuerza alrededor de la espalda de Ken

No hubo respuesta en Ken, solo una sonrisa de felicidad y satisfacción ya que Daisuke al estar inclinadole mordió suavemente el cuello, los dientes agarrando la piel tierna.

Mordió de nuevo, apenas pellizcando la garganta, luego movió su boca hacia abajo, chupando ligeramente. Podía probar la sal, y debajo de ella, el sabor picante que quedaba del gel de baño de cítricos que usaba siempre Ken.

A menudo pensaba que podía ahogarse la piel de su chico: en el tacto suave de su piel, cremoso, suave y pálido, sobre los músculos tensos y duros; en los sabores exóticos de sal y dulce, las especias de la goma de canela que Ken masticaba tan a menudo; en el calor que fluía de él como un río, rojizo rojo anaranjado, dorado, azul y blanco en la punta, como llama de fuego, y asi se sentía él, como el fuego, presionado contra él, la piel ligeramente húmeda por el sudor y la humedad, pero muy, muy caliente.

Luego estaban los sonidos, como ahora, suaves susurros de ruido, un golpe auditivo contra sus terminaciones nerviosas, como dedos sobre la piel. Y cuando acarició *sus dedos sobre Ken, esos susurros aumentaron, en volumen y tono, una canción sin palabras que hablaba directamente a todas las partes de Daisuke

Volvió a acariciarlo, lamiendo golpes largos y húmedos, subiendo y bajando por la garganta desnuda; Ken inclinó la cabeza hacia atrás y el columpio se movió alocadamente, inclinándolos y meciéndolos, golpeando la erección de Ken contra el vientre de Daisuke, ayudándolo a empujar hacia arriba contra el cojín tentador del culo de su chico. Deslizó sus manos hacia arriba debajo de la camiseta holgada y rodeó los pezones erectos con las puntas de sus dedos, cubriéndolos con movimientos fluidos y líquidos, frotando solo lo suficiente para hacer que Ken se moviera contra él, y gemir suavemente.

—Dios... Daisuke...

—Me encanta tocarte —lamió las palabras en la piel de Ken, luego las mordió de nuevo, mordiéndolos rápidamente y con agudeza justo en la base de su cuello.

—Amo la forma en que saboreas, hueles, sientes... Dios... si... —pellizcó suavemente los pezones de Ken, luego más fuerte, gimiendo mientras lo tocaba y se estremeció e inclinó el columpio de nuevo, meciéndose contra él.

—Estoy muy caliente, por favor —Ken gimió aquellas palabras, su voz sin aliento y áspera. Su corazón era ruidoso en el silencio alrededor de ellos, pareciendo hacer eco. Daisuke cerró los ojos contra el grito de necesidad en esa suave palabra, y se frotó los pulgares sobre los pezones apretados antes de empujar la camiseta de Ken hacia arriba e inclinarse para lamer uno, arrastrar la punta de la lengua alrededor del suave pezón, Ken por su parte gimió, sonrió y luego abrió la boca para chupar, con una mano extendida sobre la espalda de Daisuke, y este sujetándolo mientras frotaba sus pezones, tirando suavemente con sus dientes. Alternó de un lado a otro, lamiendo un sendero caliente entre los dos pezones, lamiendo y chupando ambos. Su otra mano se dejó caer en el regazo de Ken, sus dedos se curvaron fuertemente alrededor de la dura y palpitante polla escondida detrás de una capa de ropa.

—¿Estás cómodo? —Su voz sonaba tan temblorosa como el cuerpo de Ken contra él se sentía.

—Sí

Daisuke sonrió y lo soltó, ignorando el gemido de protesta de su novio

Deslizó su mano por la ancha pierna de los pantalones cortos y tiró suavemente del fino y grueso cabello que encontró, luego envolvió sus dedos de nuevo alrededor de la polla de Ken. Escuchó tanto como sintió el gemido que se abrió camino a través de ambos, sintió la sacudida abrupta hacia atrás cuando Ken se arqueó en su agarre.

—Necesito... dios... —Se mecieron uno contra el otro y Daisuke abandonó el banquete del pecho y los pezones ofrecidos por su boca, lamiéndolo y rodeándolo. Lamió la lengua de Ken y se estremeció cuando Ken le lamió la espalda, previamente quitada la ropa por Ken, y luego mordió suavemente antes de chupar, inclinando su cabeza para profundizar el beso, pensó que tal vez Ken estaba tratando de meterse dentro de él y estaba totalmente de acuerdo con eso.

—Voy a sacudir tu mundo, ya sabes que no puedo mas —susurró en su boca y Ken asintió feliz, arqueándose de nuevo cuando Daisuke frotó su pulgar sobre la punta húmeda y pegajosa polla que palpitaba acaloradamente, atrapada dentro de sus pantalones cortos, pero todavía se sentía bien, la presión y la fricción de Ken se frotaban y se movían contra él. Saltó hacia arriba, con un jodido movimiento, y sí, la idea de follar a Ken sacudió totalmente su mundo.

Trabajó la polla de su salvaje chico en el mismo ritmo, deslizando los dedos y acariciando sobre la piel aterciopelada envuelta en acero, resbaladiza con sudor y antes de correrse Contra él, Ken se estremeció y tembló, sus muslos se aferraron a Daisuke incluso más fuerte que hace un momento, este Sacudió a Ken más rápido, deslizando su pulgar sobre la cabeza resbaladiza en movimientos alternativos. Y luego se inclinó de nuevo para chupar con fuerza un pezón, mordiendo mientras chupaba.

Su sangre estaba hirviendo, estaba seguro de ello.

—Sí... —Ken se movió violentamente contra él, avanzando, y el columpio se inclinó alarmantemente, las cadenas crujieron y chirriaron con fuerza.

Daisuke saltó en el asiento, empujando hacia arriba con fuerza, estremeciéndose cuando la última fricción lo empujó totalmente sobre el borde. Se sacudió cuando llegó, el calor húmedo se extendió hacia afuera, empapando su ropa interior y pantalones cortos, Ken se arqueó una vez más en su mano y la repentina ráfaga de semen en su mano hizo que Daisuke se estremeciera a través de otro espasmo más pequeño, la réplica de tanta estimulación que todavía estaba sonando en su sistema.

Ken se desplomó contra él, respirando áspero y entrecortado, con el sudor hecho con gotas en la frente, Daisuke lo probó con sus labios, probando la sal, y luego se lamió los labios para obtener el último sabor, Los dos iban a estar unidos para siempre en sus mentes.

—Tenemos que regresar —dijo en voz baja, después de que se sentaron durante un par de minutos, el columpio meciéndose lentamente, una suave brisa aliviando un poco el calor. Ambos estaban empapados y pegajosos de sudor y de semen

—Sí —Ken le dio una sonrisa cansada, luego le dio un beso en la boca y Daisuke lo apretó con fuerza, espero que nadie me vea tal como estoy, lleno de sudor y apesto a ti

—No me importa —Sonrió Ken satisfecho y luego lo abrazó y lo besó suavemente, seguido de un sincero "Te amo."

—Te amo perra salida —Daisuke se retorció contra él, desenredando sus piernas y bajándose.

Aunque no se fueron. Solo se quedaron allí por un minuto, abrazándose el uno al otro. Este momento, uno de los pocos, sería un refugio tranquilo durante algún tiempo en la mente de ambos

Se besaron una vez más, luego Daisuke se dirigió hacia la entrada del parque y le dio a Ken un suave empujón.

—Vamonos

Ken asintió y deslizó sus dedos a través del hombro de Daisuke como mejores y grandes amigos apretandose contra él una vez antes de soltar.

—Si, vamos

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