Nuevos relatos publicados: 9

Mi madre trajo al vecino para que me desvirgue

  • 6
  • 58.066
  • 9,49 (39 Val.)
  • 3

Mi nombre es Laura, tengo 19 años, soy una joven rubia, de cuerpo delgado y de pequeños pechos. Mi vecino se llama Jorge, tiene 44 años y es una persona casada con 3 hijos.

Esta historia comienza cuando un día se me ocurrió contarle a mi madre de que quería tener sexo y dejar de ser virgen. La causa de esto era que mis amigas ya habían tenido sexo y yo era la única que seguía siendo virgen.

Un día yo estaba recostada en el sofá viendo la televisión cuando escucho que mi mama regreso de comprar en compañía de alguien. Me acerco y al ver que era nuestro vecino lo saludo con un beso.

—Hola hermosa como estas?

—Muy bien señor.

—Hija, anda para el sofá que tenemos algo que decirte.

—Bueno, má.

Yo volví al sofá y ellos al rato regresaron y se sentaron conmigo. Él estaba sentado en el medio de las dos, yo a su izquierda y mi madre a su derecha.

—Tu madre me contó algo de vos.

—Qué cosa?

—Me dijo que querés dejar de ser virgen?

Yo me puse media tímida y le respondí que sí.

—No te pongas así, todas las mujeres en algún momento se quieren iniciar en el sexo.

—Tiene razón hija, yo también pase por un momento así.

—Quizás yo te pueda ayudar.

—De que manera?

El miro a mi madre y ella le hizo un tipo de seña a lo cual él respondió bajándose el short y el bóxer quedándose desnudo. A mí me dio un poco de vergüenza y quedé viéndolo medio de costado. Mi madre agarró su pene y empezó hacerle movimientos de masturbación. Su pija se fue agrandando cada vez más y fue algo que vi desde el principio.

—Te gusta hija?

—No sé qué decir.

—Mira que grande que es, ni tu padre la tiene así.

—Enséñale como se hace?

Ella se agachó un poco y empezó a hacerle una mamada en frente mío.

Antes que continuar debo decir que mi madre sigue siendo una diosa a sus 40 años, sigue teniendo un hermoso cuerpo y un hermoso pelazo rubio.

—Que bien me la chupa tu madre —decía mi vecino.

Mi mama se la chupaba como una profesional y yo debía mirarla para aprender un poco. En un momento ella saco su lengua y empezó a lamerle la pija mientras me miraba a los ojos.

—Es tu turno hija.

Ella soltó la pija de mi vecino y ahora me tocaba a mí. Se la agarre y empecé a tocársela a la vista de mi madre. Ellos luego empezaron a besarse mientras yo seguía tocándosela.

—Dale hija, anímate.

Yo fui bajando mi cabeza y a medida que me acercaba a su poronga iba abriendo mi boca para metérmela. Cuando ya la tenía en la boca empecé a chuparla como si fuese un helado de palito.

—Seguí así hija.

Mientras se la chupaba veía como los dos se besaban con pasión y mucho amor. Luego con sus manos agarró todo mi cabello y empezó a hacer fuerza para que me la trague toda.

—Lo está haciendo muy bien hija —decía mi madre mientras me aplaudía.

Yo me tomé un respiro y ahora era mi madre la que se la estaba chupando. El me agarró de la nuca y empezó a besarme como lo hacía con mi madre. Cosa que me gustó mucho hacer.

Luego mientras mi madre seguía chupándosela me saco la remera y después el corpiño. Me agarró fuerte de la cintura y empezó a chupar mis pezones. Eso me excito bastante.

—Que rica está tu hija.

—Salió a su madre.

Luego mi madre y yo empezamos a lamerle la pija a la vez mientras él nos tocaba la cola.

—Son mis vecinas favoritas.

—Gracias —dijo mi madre mientras sonreía.

Él se levantó del sofá y me pidió que me saqué la ropa. Yo me la saqué con ayuda de mi mamá y me quede completamente desnuda. El me abrió las piernas y empezó a practicarme sexo oral. Mi madre estaba sentada a mi lado y me sostenía la mano dándome confianza.

—Estas muy sabrosa mami —dijo mi vecino.

—Metesela —dijo mi madre.

—De acuerdo.

El primero empezó a rozar su pija por la entrada de mi concha y luego la introdujo hasta el fondo. Mi cuerpo se puso bastante tenso al sentir que su pija se iba abriendo pasó dentro mío. Ya con su pija dentro de mí empezó a moverse primero lentamente de atrás hacia delante y luego de forma rápida. Esa transición de lento a rápido hizo que el dolor disminuya hasta no sentir nada y empezar a sentir mucho placer por parte de él.

—Ahh ahh —yo decía.

Cuando él había empezado a moverse lentamente dentro mío mi madre me empezó a besar y así estuvimos hasta que el empezó a moverse más rápido.

Mi madre se mordía los labios mientras veía como el me penetraba de forma salvaje. Luego el la agarró del cabello y después de retirar su pija de dentro de mi hizo que se la chupe. Puso a mi madre en cuatro patas y ella se puso a chuparme la concha. Él se colocó detrás de ella, le bajo el jean y empezó a follarsela por el culo. Mi madre me practicaba sexo oral mientras era penetrada por detrás.

—Ahh ahh así bebe, seguí así bebé.

—Te gusta putita?

—Me encanta.

Mi madre lo estaba disfrutando, yo lo estaba disfrutando y el también. El luego se detuvo y se recostó en el piso, mi madre dejo mi concha y empezó a chupársela.

—Vení hija, no te quedes allí.

Me levanté del sofá y me puso a un costado y ambas nos pusimos a chuparle la pija al vecino.

—Subite encima hija antes que se venga.

Yo me coloque encima de él, mi madre acomo su pija y yo empecé a cabalgar encima de él. Yo me movía hacia arriba y cuando caía golpeaba mi cola con sus bolas. Mientras me movía el me agarraba los pechos y mi madre cuando la pija se salía de lugar se ponía a chuparla y luego la volvía a acomodar dentro mío.

—Quieren lechita putitas?

—Siiii —ambas respondimos.

El me saco de encima de él, se levantó del piso y empezó a masturbarse. Nosotras nos pusimos juntitas, abrimos la boca y sacamos la lengua.

—Ahí viene.

Él se vino un poco en la lengua de mi madre y otro poco en la mía. Mi mama y yo nos pusimos a besar y a compartir su leche.

—Como se dice hija?

—Gracias señor.

—Cuando podés venir con tus hijos de nuevo?

—Te quedaste con ganas de más?

—Pues claro. Diles que esta vez yo no voy a ser la única mujer, mi hija me va acompañar.

(9,49)