Me llamo Luis, soy hombre. Todo comenzó cuando un día que me quedé solo en casa y decidí probarme una calza de mi madre para ver que se sentía. Quedé impresionado por lo bien que se veía mi cola con eso. Parecía una mujer. Me gustó y seguí haciéndolo a escondidas cuando podía.
Al lado de mi casa vivía un viejo de 60 años. Otro día cuando me encontraba solo en casa, observo que el viejo estaba barriendo y juntando hojas secas en su vereda y sentí un morbo terrible por querer exhibirme y que me viera con algo puesto.
Fui al cuarto de visitas donde había estado mi prima días antes y extraje una tanga blanca, me la puse, me puse un short también de ella y salí disimuladamente a tirar la basura.
Cuando salgo y lo saludo como todos los días disimulo que se me cae una de las bolsas y derrama basura… cuando veo de reojo que me estaba mirando, me agacho totalmente y siento como la bombacha quedó totalmente expuesta.
Cuando me reincorporo y me doy vuelta lo veo a él, me estaba mirando fijamente.
Esa noche me fui adentro y sentí un placer extraordinario. Desde entonces cuando estoy solo busco cualquier excusa para mostrarle a mi vecino las bombachas que uso.