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El despertar sexual de Amelia (2)

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Como ya se contó anteriormente, la dulce e inocente Amelia, una chica muy tranquila, inocente e ingenua de 26 años de edad, había perdido su virginidad con Bobda, eso ocurrió de manera imprevista cuando fueron a ver una película en el cuarto de este; dicho día, cuando se despertaron se avergonzaron y solo atinaron a mirarse sin decir palabra alguna, procediendo ambos a vestirse, pero en su interior pensaban diciendo: “que hicimos?, si éramos amigos ahora que somos?, a partir de ahora seremos enamorados?, etc.”, pero la vergüenza no les dejo hablar de lo ocurrido aquella noche.

Al día siguiente, en el trabajo se volvieron a encontrarse Amelia y Bobda, no tocaron el tema, es más hicieron como si nunca hubiera pasado, seguían siendo los amigos incondicionales, se ayudaban y aconsejaban como siempre; sin embargo, esto no duro mucho, ya que pasado unas semanas estaban nuevamente en la cama; pero cuando terminaba su encuentro amatorio ninguno tocaba el tema y hacían como si nada hubiera ocurrido, no se atrevían a conversar ni dejar en claro que tipo de relación tenían, quizá evitaban tocar el tema porque ambos sabían que Bobda tenía una novia, y mientras no termine con ella, ellos no podían hablar de lo que tenían.

Sus encuentros se hicieron más continuos y sin darse cuenta habían pasado seis meses, ambos se habían acostumbrado el uno al otro, y lo que vivían se volvió en un cariño inmenso, pero eso no pudo continuar, debido a que por esa esa época Bobda, se fue a vivir a otra ciudad; al momento de despedirse lograron conversar sobre ellos, decidiendo quedar como amigos, ya que por la distancia no podían seguir, más aún si él tenía una relación que debería aclarar, en ese momento Bobda le pidió perdón por no poder darle el lugar que se merece y le aconsejó que rehaga su vida; Amalia en todo momento estuvo fuerte y le despidió con una sonrisa, pero cuando llego a su habitación se puso a llorar por el amor que se marchaba para nunca regresar.

Pasado los días ellos comenzaron a intercambiar llamadas, a fin de saber cómo se encontraban cada uno, y volvieron a ser amigos a la distancia, la mejor cura al mal de amores es el tiempo, y así se fueron curando las heridas de amor de Amelia; pasado cinco meses, en la casa donde vivía Amelia, llegó a vivir un nuevo inquilino que tomó una habitación contigua a la suya, este joven apuesto se llamaba Slash, era un profesor llegado de Lima, y trabajaba en la escuela pública de la ciudad, durante una semana ambos coincidieron en los pasillos de la casa y se saludaron respetuosamente, esto ocurría por las mañanas cuando se dirigían a sus centros de labores. Una noche debido al calor sofocante que hace en dicho lugar, Amelia salió de su cuarto y se sentó en el balcón que hay en el pasadizo de la casa, la misma que da hacia la calle, con la finalidad de tomar aire y ver a las personas que transitan por la calle, esta rutina lo hacía muy a menudo cuando se sentía estresada por su trabajo; al cabo de unos minutos salió de su habitación Slash, se la acercó y se pusieron a conversar y conocerse, él le conto de su vida, y que se encontraba solo en dicho lugar al igual que ella, también, le conto que trajo su moto, invitándole a pasear con dicho vehículo a fin de conocer la ciudad a lo cual ella acepto.

Durante el paseo nocturno se dieron más confianza y parecía que se conocían de mucho tiempo, pasado las horas él detuvo su moto en un parque y le pregunto si tenía novio, a lo cual ella respondió que no, sin mediar más palabras Slash se abalanzo y la beso; este chico era alto, tez trigueño, corte de pelo corto y contextura un poco gruesa, muy hablador, egocéntrico y aventado, típico limeño, de 24 años de edad, muy contrario al carácter de Amelia, quien era ingenua, callada y tímida, debido a ese carácter no pudo reaccionar al beso de Slash y pese a estar asustada se dejó llevar, luego de esto él le propuso ser enamorados, aceptando inmediatamente ella.

Terminado el paseo llegaron a la casa donde vivían, se despidieron con un beso y cada uno entro a su respectiva habitación; Amelia luego de cerrar su puerta, se quedó parada en dicho lugar pensando en lo que había pasado, se preguntaba que estará haciendo Bobda, y que sería del amor que le tenía ahora que está comenzando una relación, le daba nostalgia dejar de quererlo, ya que pese al tiempo transcurrido aún lo amaba; en esos instantes alguien tocó su puerta, ella pensó quien puede buscarme casi a media noche, nunca nadie antes lo hizo, al abrir la puerta Slash estaba parado es su frente, la miro y abrazándola la beso, el abrazo fue tan fuerte e intenso que los pies de Amelia dejaron de tocar el piso, seguidamente Slash ingreso a la habitación casi cargando a Amelia y con uno de sus pies cerró la puerta, así abrazados la hizo echar en la cama que se encontraba a tres metros, y sin dejar de besarla comenzó a sacarle las prendas que traía puesta; ella no era capaz de decir nada debido a su timidez e ingenuidad que la caracterizaba, dejando que aquel hombre le haga lo que él quisiera; luego de sacarle su calzón, él le comenzó a tocarle la vagina, pudiendo sentir ella unos dedos grandes y gruesos que no dejaban de jugar con sus labios menores y mayores de su órgano sexual, esto provocó que Amelia se mojara inmensamente y abriera ligeramente sus piernas, este movimiento fue una invitación tácita a ser penetrada, él entendió rápidamente el mensaje subliminal y procedió a desvestirse, luego se puso un condón y se subió encima de ella, con la finalidad de penetrarla; sin embargo, pese a los intentos que hacía su pene no lograba ingresar, ante lo cual le pregunto hace cuanto que no lo haces, ella avergonzada no respondió; mientras éste intentaba poseerla ella comenzó a pensar en lo que hacía, pensaba en Bobda, y que luego de esto jamás podrían volver a estar juntos, sus valores le habían hecho pensar que solo podía estar con Bobda por haber sido quien le había desvirgado, pero él se fue y debía rehacer su vida, olvidándose por completo de su amado, no podía vivir una vida esperando a alguien incierto, Slash puede ser esa persona quien le podría ayudar a olvidarlo por completo y formar una relación normal con él; por otro lado recordaba sus encuentros sexuales con Bobda, los cuales le gustaban mucho, pero no era tan indispensable para ella, el sexo con él era puro amor, ella esperaba que él haga todo, recibiendo con ilusión cualquier cosa que él hacía, por amor solo quería complacerlo y no importaba que la complazca; al terminar de pensar pudo ver que el joven Slash seguía en su encima intentando fallidamente clavarla, ante esto se propuso a colaborar y poner de su parte, debía dejar de ser un participante pasivo en el sexo, decidió relajarse e intentar disfrutar de lo que hacía, para lo cual abrió al máximo sus piernas, luego con una de sus manos lo abrazó y con la otra agarró el miembro viril del chico, el cual estaba durísimo y caliente, parecía que iba explotar, asimismo, se sorprendió al sentir que era muy grueso y grande, lo cual por unos instantes le dio miedo, pero la lujuria estaba al máximo, así que con su mano dirigió aquel pene a su vagina y relajándose lo dejó ingresar, mientras entraba aquel descomunal trozo de carne, sentía que le faltaba la respiración, podía sentir como sus paredes vaginales se estiraban y sufrían al darle paso a tan grande miembro, incluso podía sentir las venas del pene, esto le daba mucho placer pero a la vez dolor; por lo cual pidió a su amante que no se lo metiera todo, y así fue, solo se lo metió una parte, hasta donde ella podía aguantar, y a partir de ahí comenzó a bombear de manera lenta, subiendo la intensidad luego de cada envestida, esto le comenzó a gustar mucho a Amelia, quería que nunca termine, lo abrazaba con fuerza, le arañaba la espalda, movía sus caderas a fin de que ingrese con mas facilidad, ella también colaboraba y ponía de su parte, a fin de que ambos puedan disfrutar del momento; sin embargo, a los pocos minutos él eyaculo y cayo exhausto al costado de ella. Ambos quedaron desnudos en la cama, luego de esto se vino un silencio interminable, no podían decir ni una palabra, en esos instantes Amelia comenzó a analizar lo que había ocurrido, se dio cuenta que si una mujer pone de su parte, colabora y aprende a gozar con lo que hace, el sexo pude ser más rico de lo que es, pese a no amar a su pareja, pero si en el sexo se juntaría ese amor incomparable como el que le tiene a Bobda y la pasión, colaboración que le puso esa noche, el sexo sería una bomba atómica, sería insuperable e indescriptible si se juntan en el sexo amor y pasión, se pesó de no haber puesto de su parte cuando estaba con Bobda.

Pasado unos minutos Slash se repuso y le pregunto a Amelia si quería volver a hacerlo, ella muy tímida dijo que si, a fin de poder aplicar todo lo que había estado pensado, esta vez decidió poner todo de su parte, se sentó en la cama y le agarró el pene medio flácido con la finalidad de poder ayudar a que se endurezca más rápido, luego del cual agachó su cabeza y comenzó a chuparle el pene, el cual inmediatamente se comenzó a parar y endurecer al máximo, en pocos segundo esa verga había tomado un tamaño descomunal que no cabía en su boca, así que solo atino a lamerlo, esto hizo que su vagina comenzara a chorrear líquidos de excitación pidiendo que la penetren, acto seguido Slash mediante un gesto con su cabeza y mano la invito a montarlo, ella acepto y se subió en su encima, ya arriba tomo el falo y lo ayudo a ingresar lentamente en su vagina estrecha y fogosa de disfrutar de un buen sexo; sin embargo, igual que la primera vez no logro ingresarle toda esa polla, procediendo a cabalgarle a partir de lo que ingresaba, evitando que ingrese todo ya que le dolía, se concentró y se puso a disfrutar de aquel hombre, esta vez si se prolongó bastante el acto y disfruto mucho; cayendo exhausta junto a él en la cama, su acompañante rápidamente se quedó dormido, lo cual fue aprovechado por Amelia, quien al haber experimentado aquello, pensó en Bobda, tomó su celular y lo llamó, proponiéndole encontrarse lo más antes posible...

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