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El exjefe
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Les cuento la metida de pata que he cometido, no pensé ni hubiese imaginado tan siquiera caer así, no sé qué me pasó, conste que soy precavida, ahora les explico.

En mi trabajo estoy desde que tenía 18 años, joven y sin experiencia me dio la oportunidad mi jefe, en ese entonces culminaba mi secundario, obviamente el jefe me veía como la más chiquita de la oficina, siempre se comportó bien conmigo, no se empezó a fijar en mi hasta hace año y medio atrás, cuando empezamos a tener relaciones y me convertí en su amante, ahora tengo 28 años.

Pues bien, en ese primer año dentro de la empresa, como les dije, era inexperta, mi primer trabajo, virgen (luego aclaro esto), no sabía nada de la vida fuera del entorno familiar, en esa época, el hermano de padre de mi jefe era el que me tenía bajo su mando, donde él iba, debía ir yo, siempre fue muy amable, a veces me abrazaba tipo abuelo-nieta, en ese momento él tenía 55 años y yo 18, el abrazo no lo consideraba acoso, es más me trataba tan bien que incluso yo lo buscaba para dárselo, era como un familiar para mi, pero cuidaba mucho estando delante de los demás, esos abrazos y bromas fueron haciéndose una constante cuando estábamos solos en su oficina, llegaba incluso a llevar sus manos por mis nalgas, nunca lo malinterprete hasta que en una de esas me besa el cuello, recuerdo perfectamente la cara de susto que puso al salirme de él, supe enseguida que no era cariño de padre, abuelo, pero no le dije nada, seguí haciendo las tareas de forma normal, no quería perder el trabajo y mucho menos que se enoje conmigo, porque en verdad lo apreciaba y lo sigo haciendo.

Creo que el hecho de que no le haya dicho nada hizo que él crea tener luz verde y que me gustaba, bueno, debo admitir que el beso en el cuello me dio cosquillas.

Una tarde de viernes, los demás ya habían salido de la oficina, solo quedábamos el señor Marcos y yo, me llama y me abraza pidiendo disculpas por lo de aquella vez, le correspondí y le dije que no había problemas, apenas terminé de decir eso, siento sus manos bajar por mi cintura, sus labios rozar mis orejas, me quedé quieta como estatua, metió su lengua en mis oídos y me apretaba contra él sentí que se ponía duro y cuando llego a mis labios nos besamos, me congelé, recuerdo que solo lo correspondía, pero le atajaba la mano, pensé luego y me salí, al día siguiente pedí mi traslado de departamento, el motivo nunca lo conté, a nadie, solo a ustedes les estoy ventilando esto, si bien no me fué desagradable, no podía exponerme a perder la virginidad con un hombre 37 años mayor que yo, mayor que mis padres, con hijas mayores que yo y esa posibilidad hubiera existido de seguir con él, si ya no era virgen en ese entonces, iba a dejarme coger de seguro, sé eso ahora pensando y no tengo dudas, creo que hizo que me atraigan los mayores.

Al cabo de 5 meses que me cambié de oficina, él mando a llamarme y a otros también porque quería despedirse de nosotros, había vendido a mi jefe actual todas sus acciones porque ya se quería jubilar como dijo, todo bien, me pareció súper, estaría más calmo todo.

De eso pasó 9 años, hasta que volvió a aparecerse por la oficina este mes de visita, nos saludó a los antiguos y a los que no lo conocían, esa sensación de aquella vez volvió a mi con la diferencia de que me excitaba, ya tengo 28 años, practico el sexo de manera constante, he cogido con personas que casi me triplican la edad, ya soy mujer hecha y no la inexperta de aquella época.

Apenas me ve, se lanza por un abrazo, le correspondí como siempre, me susurra al oído: "estás hecha una hermosa mujer", a lo que sonreí y le dije que él se veía guapo como siempre.

Antes de retirarse se acercó a mi oficina, me preguntó si aceptaría que me invite un café, le dije que café no quiero, "mejor invítame a cenar" le dije, "no le molestará a tu pareja?" preguntó, "no tengo pareja, vivo sola" le contesté, "me das tu dirección y te busco a las 20 h", lo anoté en un papel y se lo di.

Pasó por mi, fuimos a un conocido restaurant, cenamos, tomamos un par de copas, me halagaba en palabras, me hacía sentir una estrella jajaja, luego salimos y ya frente a mi departamento, lo abracé y esta vez fui yo quien le besé el cuello, el helado era él, se quedó mirándome, le pregunté si tenía cosas que hacer, "no, ya voy para casa" me contestó, entonces le pregunté si no quería pasar a ver mi departamento, "estás segura?" me preguntó, "ya no soy la nena virgen de 18 años" le contesté.

Abrí la puerta, le pedí que se sienta como en su casa, fui hasta la habitación, me saqué la ropa y me puse un pantaloncito corto, de los que apenas cubren las nalgas y una blusita semitransparente sin brassier, me paré frente a él y le dije "podrías darme de esos abrazos que tanto me gustaban?", se levantó y me abrazó, solo que esta vez estaba casi desnuda prácticamente, sus manos recorrieron mi espalda, pasando por mi cintura hasta llegar a mis nalgas, cuando llegó ahí le pedí que me las apriete, "sé que me tenías ganas antes y también ahora" le dije mientras sus labios recorrían mi cuello, ya no se aguantó y empezó a sacarme la blusa, yo apurada le desabrochaba el pantalón, me apretaba los pechos, mordía mis pezones, por fin pude bajarle el pantalón y saqué su pene ya erecto, me agaché y empecé a chupársela lentamente, el líquido seminal era abundante, le escupía por la punta y le pajeaba, bajé un poco más para lamerle los testículos, me las metía en la boca en tanto él observaba sorprendido acariciándome el cabello me decía que lo hago muy rico, "soy experta mamadora" le dije sonriendo, "debo terminar primero una vez para poder aguantar bien el segundo" me dijo, "termina" le dije, "en mi boca termina, quiero probar tu semen" le dije mientras me sacaba sus vellos de la boca, comencé a pajearle chupándole hasta que me apretó fuerte la cabeza por su miembro y se vino en mi boca, en varias contracciones me llenó de esperma, "te gusta?" me preguntó, entonces me tragué el semen y le contesté que me encanta.

Lo llevé a mi habitación, me acosté con las piernas abiertas y lo estiré sobre mi para que me pase lengua por la vagina, empecé a gemir como loca, pude notar que se le hacía difícil tener de vuelta una erección, entonces lo recosté en la cama y lo besé rico mientras lo masturbaba, "me deseas, siempre quisiste hacerme tuya, ahora podés, quiero que te relajes, te voy a chupar hasta que se ponga bien dura y me subiré sobre vos" le dije en susurro frente a su rostro, estaba sorprendido, pero eso no le impidió masajear todo mi cuerpo, apretarme las nalgas y mordisquear mis pezones.

Bajé hasta su pene, lo introduje en la boca, mientras se la chupaba me agarraba del cabello, por fin volvió a ponerse firme y con besos llegué hasta su rostro, con una mano acomodé su miembro para poder meterlo en mi vagina, lentamente me senté hasta que la penetración fue completa, comencé a mover suave, rico, mi cabello sobre su cara en típico movimiento de atrás para adelante, él me lamía el pecho y con suspiros me apretaba, ya estaba yo a punto del orgasmo, pero quería que él esté sobre mi, cambiamos de posición, quedé abajo con las piernas abiertas y el penetrándome, no me pude contener más y mientras él me bombeaba la vagina, llegué a tremendo orgasmo, mis gemidos de placer hicieron apresuraron su eyaculación, teniendo aún yo las contracciones de mi orgasmo, él me dijo "estoy a punto de llegar, voy a sacarlo", le dije "seguí, termina adentro, tu leche quiero adentro", al terminar de decir eso, siento como se viene adentro de mi, muriendo de cansancio sobre mis pechos, "te sacaste las ganas que me tenías, nos chupamos y ahora tengo tu semen en la concha" le dije, "hace como 5 años que ya no tenía relaciones, valió cada segundo la espera, solo espero que no te embaraces" me dijo, "tranquilo, me cuido siempre" le contesté…

Quedamos un rato en la cama desnudos, luego se duchó, nos despedimos y se fue, entré al baño para ducharme también, vi como su semen iba cayendo de mis partes por la pierna, blanco manjar para mi vagina, me gusta mucho ver cómo va saliendo, siempre lo observo cuando me eyaculan adentro, me encanta.

Ahora solo espero que mi jefe no se dé cuenta, tampoco le dije a su hermano que no diga nada, no podía pedirle eso y menos contarle que tengo sexo con mi jefe, eso haría que se sienta mal.

Pues espero todo quede como si nada pasó, ya no creo volver a tener la oportunidad de acostarme con él, solo estuvo de visita, vive en otro país, pero de lo que estoy segura es de que no me olvidará, en cada masturbación que se haga estaré presente, pude sacarme esa espina y él, se lleva mis gemidos y fluidos como para renovarse al estar con una mujer más joven.

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