Fue hace 5 años, tenía 21 años, estudiaba la carrera de Biología y tenía una novia hermosa, Esmeralda. Era feliz y me jactaba de salir con una de las niñas más guapas de la Universidad, siempre me habían atraído las chicas, jamás un chico, mucho menos pensar en tener relaciones con alguien del mismo sexo, pero…
Mi nombre es Alex, siempre he sido delgado, trato de cuidar mi alimentación y hacer ejercicio, como les decía, siempre me habían gustado las chicas, pero, en mi grupo de amigos había un chico, Roberto, éramos amigos desde la infancia, y seguíamos siendo inseparables, aunque estudiaba en otra universidad siempre salíamos a jugar baloncesto, de antro con las novias, y realmente nos teníamos mucha confianza, tanto que siempre había lugar para bromas pesadas, siempre que lo veía no saludábamos con un golpe, en ocasiones aludía a mis nalgas y me decía entre bromas que me estaba poniendo muy nalgón, que si fuera chica, no dudaría en cogerme, creo que esas bromas fueron despertando ese instinto de atracción hacía él, pues no paso mucho tiempo en que empezó a fijarme en que Roberto cada vez estaba más fornido, y tenía unos músculos muy desarrollados, aunque no era delgado era el clásico chico que atraía a las chicas por su complexión, y eso claramente llamaba mi atención…
Sacudía la cabeza y borraba las ideas cada que lo veía, las bromas acerca de mis nalgas y de mi cuerpo, siempre me generaban cierto nervio que ni yo me explicaba porque, cuando íbamos al baloncesto la mirada se me iba instintivamente hacía él, sabía que él era un chico varonil hecho y derecho, que tenía novia al igual que yo, pero generaba en mí una atracción, que no ejercía ningún chico, modelo o ningún otro hombre en mí, pero en fin sabía que solo eran ideas y trataba de enseñarle a mi mente que solo eran pasajeras…
Una tarde, terminando el baloncesto, quedamos de acuerdo de salir por unas copas, cabe decir que ambos llegamos a la ciudad de provincia, por lo tanto vivíamos solos, claro en departamentos distintos y en diferentes partes de la ciudad, pero solos, la noche llegó y nos reunimos 3 o 4 amigos para salir de fiesta, era una noche de septiembre, los bares y antros dela ciudad lucían llenos, el ambiente era de lo mejor, tomábamos y bromeábamos, bailábamos con las chicas del lugar y lo que empezó como una noche tranquila pronto se convertía en una fiesta alocada, mientras el alcohol hacía efecto, miraba como Roberto seducía a una chica de la mesa contigua, disimuladamente lo veía con la camisa ceñida y algunos botones desabrochados, pero nuevamente regresaba la mirada a la mesa, con mis amigos… eran ideas, solo ideas
La noche pasaba y el alcohol seguía consumiéndonos, no supimos detenernos y en un parpadeo de la fiesta y diversión nos encontrábamos peleando con los guardias de seguridad del bar, no sé cómo libramos el lío, pero cada quien corrió por donde pudo, después de alejarme unos minutos recordé que Roberto tenía las llaves de mi departamento en su mochila y regresé a buscarlo, le marque por el móvil y contesto después de muchas llamadas, su voz se oía intermitente, regrese al bar y lo encontré recargado en la puerta, no estaba golpeado pero no aguantaba su estado de alcohol, llame un taxi y lo subí, le día al taxista la dirección de su departamento y pedí que nos llevara allá, planeaba llevarlo para luego irme al mío, en el camino despertó levemente y le pregunte por las llaves, pero por más que buscó en la mochila no estaban ni las suyas ni las mías, en fin que llegamos a su departamento y no las encontramos, en todo el lío con los guardias de seguridad se habían caído en el bar, le pedí al taxista que nos llevara a mi departamento puesto que ahí yo tenía otra llave escondida en el buzón…
Llegamos, para entonces Roberto ya había despertado, aun en estado de ebriedad, pero al menos ya caminaba suficiente como para que mientras yo le pagaba al taxista e intentaba abrir el departamento él ya había ido al depósito de la esquina y traía consigo dos si de cerveza y una botella de tequila, – quiero seguirla fiesta dijo, mientras entraba al departamento…
Entramos y destapo dos cervezas, se quitó la camisa, los pantalones y se sentó en el sillón, no era nada nuevo, siempre que venía al departamento hacía eso, solo que, ahora, ahora yo estaba alcoholizado, la imagen sin querer cimbró en mi cabeza, no había puesto atención en esas piernas en ese tórax, en ese miembro que se marcaba en el bóxer entallado que traía, mientras bebía la cerveza trataba inútilmente de sacarme esas ideas de la cabeza. Me levante fui al baño y me lave la cara, mire el espejo, ese fue el momento justo que perdí la cordura, en ese instante pase por alto todo lo que me detenía y rebase la línea… muchas casualidades nos habían llevado hasta ahí… me atraía, era hoy, o no iba a ser nunca… volví a la recamara con las ideas revueltas, con la mente abierta, y sin ningún deseo reprimido.
Continuamos bebiendo, más bien continúo bebiendo, mientras él bebía ya directamente de la botella de tequila, yo hacía como que tomaba o tomaba muy poco… la técnica que había empleado con varias chicas la estaba empleando ahora, con Roberto, no tardó mucho en que el alcohol llegó a su límite, se levantó al baño y al querer volver quedo dormido en el pasillo, al verlo caer dormido mis piernas temblaron, mis manos sudaban y mi corazón latía intensamente, no podía creer lo que pasaría…
¿Lo levante con cuidado y lo lleve a la cama, estaba completamente dormido, escasamente movía las manos y la cara por momentos, lo acosté y fui a apagar la música y las luces, me quite la playera y me coloque un pantalón deportivo, me recosté a su lado, tampoco era la primera vez, muchas veces se había quedado a dormir en el departamento, lo mire a través de las sombras, estaba acostado boca arriba, con las palmas abiertas, mientras lo miraba pensaba porque me atraía tanto? Porque era el único chico en el planeta que me excitaba de esa manera, me levante de la cama y tome dos tragos de tequila… necesitaba un último soplo de valor.
Toque sus brazos con temor de que despertara, no lo sintió, golpee sus pies y solo respondió instintivamente sacudiendo un poco la pierna, con la confianza que estaba demasiado ebrio, pase mis dedos por su pecho, un extraño escalofrío me recorrió el cuerpo, bese sus hombros y baje por su tórax, él se movía solo por reflejo pero no sabía lo que hacía, llegue a su cintura y con un poco de temor aún baje un poco su bóxer, metí las manos y toque su verga, era tal como la maginaba, gruesa, larga con abundante vello y aún semirrecta se veía increíblemente atractiva, la acaricie suavemente mientras miraba sus gestos, su erección iba en aumento con cada caricia, con todos los nervios del mundo baje la boca y saboree por primera vez su pene, pase la lengua en varias ocasiones y ese sabor salado me encantó, comenzó por meterme la punta en la boca, luego otro poco, luego…
Me llegaba tan profundo que me provocaba arcadas, su verga se movía en mi garganta como un dulce delicioso, ahora comprendía porque lo deseaba tanto, continúe comiéndome ese miembro por muchos minutos más, su cuerpo reaccionaba con pequeños gemidos y contracciones, pero aún no sabía lo que pasaba, me levante, con la temperatura en el cielo y las ganas intensas de sentirlo dentro fui al buró por un condón y lubricante y volví, le coloque el condón en su verga, pero inmediatamente después pensé, quizá sea la única vez que me lo cogeré, porque hacerlo con condón, y se lo quite con la boca, lo llene de lubricante y me acomode sobre él, seguía erecto rígido, lo conduje a mi entrada y poco a poco lo empujaba, al principio no entraba pero lentamente fue tomando su lugar dentro de mí, no dolió, más bien lo deseaba tanto que quería metérmela de una sola vez, pero espere…me movía suavemente para no despertarlo mientras besaba su cuello y lo besaba en la boca, a esas alturas ya no me importaba si despertaba o no, las caricias lo hacían reaccionar por instinto y en ocasiones respondía a los besos o levantaba las manos para agarrarme las nalgas, seguía moviéndome y en un momento empecé a cabalgarlo, el colchón se movía con una rapidez increíble, yo estaba ya perdido en el placer de sentir todo su vigor en mis entrañas, lo besaba, mordía sus labios, le lamía las orejas…
Me quite lentamente de él cuando empezó a abrir los ojos, no quería que se despertará y terminará con el momento, apague la lámpara de cama que delataba mi presencia y en la oscuridad volví a besarlo, mientras lo masturbaba, cada vez su respuesta era mayor, respondía a mis besos y gemía, pero seguía sin conciencia, solo lo hacía por instinto, quería probar otra posición pero su cuerpo suelto por el alcohol no ayudaba, ahora si quería que despertará un poco, lo golpee y mordí sus labios para intentar que respondiera y poco a poco lo lograba, fui por klenex y limpie su verga, para luego ponerle más lubricante, volví a lamerla a saborearla a atragantarme con ella, cuando sentí sus manos en mi cabeza empujándome para llevármela más al fondo, aproveche el momento y me subí en ella, ahora entró con más facilidad, y él sostenía mis nalgas, dormido, aproveche esa reacción para que así sin sacármela voltearme y quedarme debajo de él, quien en ese momento ya movía las caderas metiendo y sacando lentamente, aunque por momentos se quedaba dormido, le mordía las orejas y besaba su cuello para despertarlo, de pronto reaccionaba y empujaba tan duro que sentía que me partiría, de pronto quedaba dormido nuevamente, pero me gustaba mientras reaccionaba le acariciaba la espada y besaba sus brazos…
Después de un rato así lo volví a quitar de encima de mí y lo coloque boca arriba, volví a montarlo y a cabalgar, mientras le decía en el oído cosas como que lo deseaba, que en la metiera, que soñaba con su verga dentro de mí desde hace mucho tiempo, sus manos no dejaban de tocar mi culo y el gemía y respiraba intensamente, incrementé el ritmo hasta que sentí con se contraía su verga y empezaba a darme su semen, fue lo máximo me masturbe en ese momento y antes que saliera de mi termine junto con él, estaba extasiado, había sido mejor de lo que imagine, sus piernas se contraían mientras su cuerpo aún estaba es pasmado… y yo seguía disfrutando las últimas gotas de leche que depositaba en mí…
Me quite de su cuerpo y busque los clínex lo limpie muy bien y coloque su bóxer, Roberto continuaba dormido, aún más que antes, lo bese, como despedida, antes de quedarme dormido en el otro extremo de la cama…
mi e-mail: [email protected].