Nuevos relatos publicados: 13

Regando las flores blancas del geriátrico

  • 17
  • 11.256
  • 8,83 (6 Val.)
  • 0

Cumplía un año de estar trabajando en el geriátrico, era mi primera experiencia laboral después de graduarme de estudiar Enfermería en la capital. Hubiera estudiado para ser doctor pero por escasez económica nos tocó estudiar algo a fin, sin embargo me fue difícil ubicarme laboralmente porque en todas las vacantes me decían: 'Se necesita enfermera' y me descartaban por ser hombre y en otros casos por discriminación por ser negro, solo en el geriátrico Renacer me brindaron la oportunidad.

Y en gran parte irónicamente por ser un hombre de talla grande, de 1.96 cm, con contextura física gruesa y fuerte, que ayudaría en este trabajo para alzar a los pacientes seniles del geriátrico, además seria la mano derecha del director el doctor Godoy un hombre aparentemente gentil de unos 41 años un poco obeso para ser doctor, pero por ser alto no podríamos llamar gordo sino robusto que llevaba más o menos 6 años como director del hospital Geriátrico cuando lo compro casi en quiebra, pero el doctor Godoy aprovechando la infraestructura del geriátrico que en el siglo pasado fue un hacienda, lo remodelo de tal forma que hizo que la casona terminara con 100 habitaciones, sala de estar, 2 salas de televisión, un teatro, sala de juegos, un comedor enorme al igual que la cocina, también contaba con caballerizas y un lago. Parecía un hotel de cinco estrellas pero lejos de ello, porque todo lo bueno tiene su lado oscuro solo que en este caso era siniestro.

El doctor Godoy había hecho un negocio redondo porque ahora los pacientes del Geriátrico en esta nueva etapa eran adultos mayores pensionados y con alto poder adquisitivo “Ricos” que pagaban fortunas por hospitalizase que para los ojos de la sociedad era simplemente por las instalaciones y el servicio especializado, pero al pasar el portón grande del hacienda que solo se abría para los días de visita de familiares o los amigos una vez al mes, se encontraba una realidad muy diferente aunque los pacientes seniles nunca se quejaría del buen servicio. Y todo me di cuenta desde que firme el contrato con el Hospital en cabeza del doctor Godoy el cual era muy generoso que no solo compro mi silencio, también vendí mi conciencia y corazón.

Pronto me acomode a las reglas que no solo era de enfermería básica sino más allá, era un capataz pero también abecés parecía un vasallo siempre obediente a los deberes que me imponía doctor Godoy como también a los caprichos de los pacientes del geriátrico que poco a poco me fui acostumbrado a pesar que en muchas oportunidades era perversos, y todo porque la mensualidad que cancelaban los viejos les incluía todo tipo actividades recreativas pero lo que más gustaba entre los viejos eran los servicios sexuales que ofrecía el Hospital y que lo hacía diferente a todos los demás geriátricos que en su mayoría no contrataban putas, pero El Renacer si, por lo que el desfile de prostitutas entrando era permanente por eso el personal operativo del Hospital era todo masculino (Un cocinero, un aseador, un peón y tres enfermeros entre los que estaba yo) al pasar los días para todos era hasta agradable el habiente laboral, aunque abecés los viejos eran malvados con las pobres rameras que en muchas oportunidades salían estéricas y en algunos casos llorando, pero igual no era algo que nos preocupara nuestra preocupación era simplemente tener felices a los viejos, por lo que era importante tener un buen inventario de repontencializadores “Viagra” y de condones que era una exigencia de las rameras.

Todo marchaba bien hasta que el doctor Godoy me llamo a sus oficina y me indica algo sobresaltado: ‘Jacinto tenemos problemas ya no quieren venir las rameras a trabajar, “todo por el maltrato recibido por los viejos” Además tengo que despedir a tus compañeros enfermeros que los descubrí robando no solo a mí y sino a los pacientes’ y mi cara lo dijo todo ‘Que Problema!’ Pero el doctor Godoy que me doblaba en edad y experiencia, por lo que tenía una solución diciéndome: ‘Jacinto usted no tiene un par de Enfermeras’ a lo que sorprendido le respondí: ‘Mujeres enfermeras aquí?’

Y el doctor Godoy me respondió: ‘Si, si y deben ser hermosas muy atractivas’ lo que me dejo pasmado pero le conteste: ‘Doctor pero que pretende?’ El doctor Godoy me respondió: ‘Ganar más planta y darles más diversión a los viejos y usted seria el jefe de Enfermería. Todos ganamos’ sin embargo interpele ingenuamente: ‘Doctor y las rameras? Cuando vengan?’ Y crudamente me respondió: ‘Ya no necesitaremos más putas’ Atónico respondí: ‘Como no entiendo?’

Y luego de suspirar me dice: ‘Jacinto, Jacinto hay que reclutar enfermeras buenas! Para diplomarla en putas. Y los viejos serán los instructores’ Yo me reí un poco, algo incrédulo y conteste: ‘Por lo menos tienen los viejos bastante experiencia’ pero doctor Godoy riendo, me dio la orden: ‘Hay que buscar el personal ya!’ Por lo que inmediatamente publique un aviso de los que me llegaron cientos de hojas de vida pero la preselección estaba en detallar la foto, de las cuales termine llamando solo 6 enfermeras que parecía ser bonitas por la foto, para una entrevista en persona.

Para la entrevista estaba el doctor Godoy, y entre los dos escogeríamos el personal más adecuado, una a una fueron pasando y la elección fue basada principalmente en lo físico por lo que solo bastaba con que diera un vuelta de 360 grados para ver si pasaban o no! Y ese filtro lo paso primero Ana Brenda una trigueña de 29 años quién al pedirle la medidas para el uniforme fueron 86-63-86 con 1,70 cm un cuerpo armonios ojos color miel con cabello largo de color castaño oscuro y de carácter firme, lo que en un principio me hizo dudar pero el doctor Godoy tuvo la última palabra diciéndome: ‘Jacinto los viejos se van a divertir amansando a Ana Brenda’ Luego vino Claudia de unos 26 años y un poco más robusta que Ana Brenda pero también delgada de medidas 91-65-92 y 1,72 cm de estatura, piel blanca y unos ojos verdes como esmeralda, cabello largo de color castaño oscuro también y aparentemente de carácter dulce como la miel por lo que el doctor Godoy dijo: ’Con Claudia se van engolosinar los viejos’.

Y para la tarde ya teníamos las dos nuevas enfermeras que cuando les entregue sus uniformes saltaron de alegría, sin saber que iban directo al matadero, tanto Ana Brenda como Claudia les había quedado muy bien el uniforme el cual era blancos, como el todos de las enfermeras solo que estos tenían como detalle un traje enterizo de abotonar al frente, con cuello en V que mostraban sus atributos delanteros, con la falda a unos centímetros arriba de rodilla y todo el uniforme ajustado al cuerpo para resaltar sus siluetas, lo que las hacía ver realmente sexys y provocativas. Pero su trabajo comenzaría al día siguiente, por lo que este primer día solo las acomode en sus recamaras los cuales estaban algo retirados de las habitaciones de los pacientes para evitar contratiempos tal como lo ordeno el doctor Godoy, porque según dijo había que darle un nuevo orden al Geriátrico para que fuera rentable.

Por eso al día siguiente muy temprano reunió a los pacientes en el comedor y les comunico las nuevas noticias solo que manipulo la situación diciéndoles: ‘Que por una semana no podría tener visitas de las fufurufas o rameras porque habíamos contratado dos enfermeras que mandaba el gobierno para verificar la sanidad del Hospital Geriátrico por lo que tendrían que comportarse por este tiempo y hasta nueva orden’.

Dichas instrucciones me dejaron inquieto porque no entendía nada, pero el doctor Godoy no daba puntada sin dedal y en privado me explico, la idea era sacar la mayor ventaja a la nueva situación por lo que buscaba primero provocar a los viejos, sugestionándolos a tal punto que pague lo que sea por joder Ana Brenda y Claudia. A lo que contesté sínicamente: ‘Pues esos viejos se van a volver locos con esos dos manjares’.

Y así fue! Para la tarde me correspondió hacer el recorrido con Ana Brenda y Claudia por todo el geriátrico y presentarla al casi centenar de viejos que teníamos como pacientes, su comportamiento al verlas lo dijo todo. Unos se comportaron galantes y otros serios, pero todos las miraban quedando atrapados con su belleza física, que obviamente al transcurrir la semana se fue despertando aún más el gusto por ellas y poco a poco como lo dijo el doctor Godoy los viejos se iban alborotando con su presencia, pues ya se observaba que no pedían oportunidad para hablar de ellas en voz baja, como también en morbosearlas.

Para el cuarto día pasaba por el pasillo y vi como en la sala de televisión estaba Ana Brenda con unos viejos sentada en el sofá viendo alguna novela, pero los viejos morbosamente aprovechaban para mirar el escote de Ana Brenda que incomoda no solo trataba de cubrirse sino de manejar a los viejos, pero los que estaba de pie a espaldas de ella era los que mejor vista tenía como también los que más se estaban deleitándose y ni hablar cuando le pedían que alcanzara algo porque ahí sí que gozaban mirando la cola de Ana Brenda. Y a Claudia no le iba mejor con los viejos, solo que ella era más ingenua por lo que no se daba cuenta aun de los trucos que hacían los viejos para ver más, trucos como hacerla que se agachara para amarrar los zapatos o recoger algo, todo con el fin de ver a través de sus escote sus pechos abultados pero también los muy depravados usaban espejos para ver debajo de la falda.

Todo esto ya lo iba reportando a doctor Godoy que en lugar de preocuparlo lo entusiasmaba como quien espera el clímax de la película, y no demoro. Para el quinto día empezaron los manilargos en acción el primer caso fue sutil pero muchos fueron testigos, un supuesto tropiezo de don Lucho un hombre de unos 66 años que usaba bastón y que al disque tropezarse no tuvo de donde más sostenerse que de Claudia, que aprovecho para ponerle la mano en su teta derecha. Pero Claudia no le prestó atención al tema y siguió en sus labores, en cambio don Lucho lo vi feliz comentando la experiencia a sus compinches: ‘Sisisi Claudia tiene buenas tetas señores!’ Más tarde el rumor había crecido, al igual que los manilargos solo que esta vez con Ana Brenda y ocurrió en una de las habitaciones mientras acostaban a don Eduardo un viejo ya con el pelo blanco, su compañero don Wilson que igual que su compañero tenía 72 años vio que Ana Brenda estaba de espaldas acomodando a don Eduardo en la cama y no tuvo problema en palmarle la cola a Ana Brenda la cual reacciono brava gritando, ‘Don Wilson no sea atrevido!’ pero mientras que se volteaba para recriminar don Wilson, don Eduardo aprovecho también y le pellizco la cola a Ana Brenda lo que la puso aún más brava y salió corriendo de la habitación al encontrarme afuera se detuvo para ponerme la queja: ‘Jacinto esos viejos me tocaron la cola abusivamente, eso es el colmo! no me voy aguantar’ pero yo solo le dije: ‘Tranquila Ana Brenda ve a descansar yo me encargo’.

Al día siguiente era evidente que los viejos estaban más inquietos desde la mañana, estando en el comedor con Claudia que ayudaba a servir empezaron a molestarla sin embargo ella estaba sabiendo sortear la situación, pero al acercarse don Roberto un viejo de manos gruesas por haber sido granjero de pica y pala, no vio problema en meterle la mano debajo de la falda a Claudia mientras que ella le servía el desayuno, que la hizo brincar en su sintió y soltar la bandeja de comida, pues fue evidente que la mano pesada de don Roberto recorrió debajo de la falda de Claudia lo suficiente para rozarle los muslos que solo tuvo tiempo de cerrar sus piernas, pero igual la mano gruesa llego a sus partes íntimas, por eso fue que Claudia solo se limitó a irse abochornada llorando del comedor encontrando consuelo en Ana Brenda, que muy airada fue a renunciar junto con Claudia a donde el doctor Godoy pero este muy tranquilo solo escuchaba las quejas cuando se calmaron el doctor Godoy solo dijo: ‘Muy bien señoritas entonces quieren irse? Pueden hacerlo. La puerta está abierta pero debo informarles que no puedo protegerlas desde este momento afuera de mi oficina hay un centenar de viejos ansiosos por perjudicarlas’.

Y es que el doctor Godoy había dejado el comunicador abierto por lo que todos estaban escuchando por el altavoz del Hospital provocando una gran algarabía a fuera que se escuchaba decir: ‘Suéltelas, suéltelas…’Entonces el habiente de la oficina se puso más tenso que nunca tanto Ana Brenda como Claudia se les escurría las lágrimas era evidente el miedo en sus ojos, pero más en Claudia, pues Ana Brenda sacando valentía y muy alterada decía: ’Doctor Godoy usted es un miserable no puede hacer esto, lo voy a denunciar’ Y el doctor muy sínico le contestaba: ‘Bien pueda Ana Brenda cuando salga del Hospital, si le quedan ganas puede hacerlo’.

Las chicas comenzaron a llorar Ana Brenda fuerte trataba de consolar a Claudia pero el doctor Godoy les dio una alternativa: ‘Cálmense! Señoritas a mí me gusta ganar pero también me gusta que todos ganen o no Jacinto?’ Y yo que podía responder: ‘Que si’ pero la verdad es que siempre la mejor tajada la obtenía el doctor Godoy y unos solo le quedaba conformarse con lo que le tocara. Y en este caso no fue diferente el doctor Godoy les dio la siguiente alternativa: ‘Firmaremos un nuevo contrato de servicios que serán exclusivamente sexuales, donde ustedes ganaran el 5% de los que les paguen cuando obtengan ahorrado $100.000 dólares podrán irse. Lo bueno en esto para ustedes es que tendrán nuestra protección comida, vivienda, dinero para enviar a sus familias y descanso...’.

La propuesta obviamente las altero mas tanto a Claudia como Ana Brenda siendo esta ultima la que se lanzó a golpear a doctor Godoy por la impotencia diciendo repetidamente: ‘Usted es un desgraciado, pervertido’ pero con una cachetada el doctor Godoy la sentó y le reafirmo: ‘Si no quieren entonces lárguense y que las violen en su intento por escapar’. Palabras finales que marcaron su sentencia y obligadas no vieron otro camino que aceptar.

Entonces en doctor dio las nuevas directrices del hospital donde Claudia y Ana Brenda seria las nuevas rameras del hospital y yo coordinaría las agendas de estas, por lo que los servicios no se hicieron esperar pero bajo la reglas de la oferta y la demanda el primer servicio fue el más costoso se estaba tasando en $5000 dólares. Entonces Claudia y Ana Brenda cubiertas con una capucha fueron llevadas al teatro donde había dispuesto sobre la tarima dos camas y una mesa cubierta, luego le quietaron las capuchas y estaban los dos primeros clientes que había pagado el mayor valor, Claudia con don Roberto y Ana Brenda con don Wilson. Entonces Ana Brenda dijo: ‘Que hacemos aquí, esto no puede ser en privado?’

Y el doctor Godoy que todo lo tenía fríamente calculado le respondió: ‘Señorita Ana Brenda esto es un negocio de entretenimiento’ y se abrió el telón todos los viejos estaban como espectadores por lo que pagaron entre $10 a $500 dólares los de la primera fila que al verlas empezaron a gritar: ‘Viólenlas, viólenlas…’. Mientras que ellas aterradas sin saber qué hacer, miraban a todos lados buscando una salida pero no tenían nada que hacer la única opción era obedecer, de repente el doctor Godoy como maestro de ceremonias anuncio que empiece el show destapando la mesa cubierta antes mencionada que contenía una seria de juguetes y herramientas sexuales.

Entonces el teatro retumbaba en jubilo, de repente don Roberto más enérgico que nunca le arranco el vestido blanco a Claudia con el sostén y todo, dejando sus inmensos pechos al descubierto, mientras que Ana Brenda sorprendida también fue atacada por don Wilson quien no tan enérgico se abalanzo sobre Ana Brenda que más arisca se lo puso difícil a don Wilson para dominarla y a asumir el control por lo que me toco intervenir sujetando fuerte Ana Brenda diciéndole al oído a Ana Brenda: ‘Quieta! Quieta perra colabora!’.

Todo con el fin de ayudarle a don Wilson para que el pudiera arrancarle el vestido a Ana Brenda, toteándole los botones del uniforme. Pronto se escuchó el primer grito de penetración, don Roberto había accedido a Claudia luego miro con sus ojos verdes esmeralda Ana Brenda quien amarrada por tres hombres miraba también a Claudia mientras que Ana Brenda con bravura permanecía resistiéndose, hasta que don Wilson por fin le hundía su verga en ella, que la hizo llorar también y ceder lo que fue evidente porque yo pude disminuir la fuerza para amarrar a Ana Brenda. Don Wilson apunta de una buena dosis de penicilina o “verguicina” había sometido a Ana Brenda.

Y mientras la algarabía se tomaba el teatro, la melancolía se reflejaba por unos segundos en Ana Brenda y Claudia que se miraban entre si buscando consuelo al verse que estaban siendo abusadas públicamente bajo los aplausos de los espectadores que emocionados con la obra de teatro porno gritaban: ‘Que giman esas rameras, Denle duro!’. En ese momento se me acerco el doctor Godoy y burlonamente me dice: ‘Jacinto relájate! Que la inyectada que le están aplicando a Ana Brenda y Claudia está haciendo efecto’.

Y en efecto ambas enfermeras con la inyección aplicada estaba experimentado los siguientes síntomas: Espasmos, ruidos bajos que salían de sus bocas abiertas que luego fueron gemidos. Donde los gemidos de Claudia eran muy agudos mientras abría completamente sus ojos verdes como si fueran a salir las esmeraldas y expandiendo sus pupilas perdiendo su mirada en el horizonte, fui testigo porque estaba a mi mano derecha Claudia y al verla experimentar uno de esos espasmos a Claudia, que la hacía inflar su pecho no me aguante las ganas de cogerle una de sus enormes tetas con mi mano derecha que al tocar puede saciar un deseo que había reprimido pero que al sentir su textura suave abundante y jugosas de esos pechos, era una paga extra! Pero luego sentí la mano de Ana Brenda que apretaba mi mano muy fuerte y posteriormente retorciéndose muy elocuentemente arrojo un gemido profundo que era el acto final de entrega a don Wilson.

Y así fue que fueron abusadas públicamente con mucha vehemencia, todo un éxito el espectáculo, el cual se fue repitiendo todos los días pero todos los días el espectáculo tenía la novedad de ser diferente no solo por los clientes que eran otros a don Wilson y don Roberto sino también la novedad estaba en que fue cambiando la forma como penetraban a Claudia y Ana Brenda que resignadas se prestaban para todo tipo de vejámenes, mientras que el doctor Godoy llenaba sus bolsillos y me preguntaba: ‘Que tal el negocio Jacinto?’ Bueno le respondía pero le agregaba sínicamente: ‘Tan bueno que ya no se compra tanta existencia de condones, con estas nuevas putas no usan. Lo que ocurre ahora doctor Godoy es que los viejos se extralimitan en auto-medicándose de viagra! Toca aumentar el inventario jajajaja…’.

Por lo que me respondió: ‘Compre entonces Jacinto para que gocen!’. Pero me surgió una duda la cual le pregunte al doctor Godoy: ‘Pero doctor Godoy a este consumo de servicios van a pagar rápido los $100.000 dólares y entonces?’ Por lo que rio el doctor Godoy macabramente y me dice: ‘Jacinto, Jacinto, que te dicho yo. Todo es un negocio ellas se van a demorar en ahorrar esa cantidad porque hay que restar la comida, el hospedaje, la protección, la dotación de vestir, y el viagra jajajaja…’’.

Pero cuando llegue ese día igual venderemos los espectáculos porque lo estamos grabando todo y abra que conseguir unas nuevas enfermeras serviciales. Aclare tus dudas Sr. Jacinto?’ y yo le respondía atónito ‘Si doctor NEGOCIO REDONDO’.

(8,83)