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Cita en app: Samuel, una especie de sueño cumplido

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Esta es la historia de la primera vez que decidí descargar una app de encuentros porque andaba algo aburrido en el cuarto y debía quedarme ese fin de semana en Lima.

Sucede que era un viernes en que quería al menos conversar con alguien así que de curiosidad decidí descargar la app de encuentros casuales. Luego de un rato vi en los perfiles uno que no tenía foto, de 48 años, activo. En su descripción pedía discreción, se le notaba serio por como escribía así que lo saludé. A los minutos me respondió y me dijo que aún trabajaba, me quedaba cerca a la casa y por su conversación que me pareció interesante, me dijo que trabajaba en seguridad, o sea esas personas que andan con chalecos, arma y todo, me pareció un hombre serio y discreto. Era lo que me parecía bien, la reserva.

Yo tenía algunas cervezas en la nevera, así que me propuso conocernos, yo le dije que ya y nos vimos en el parque que estaba a la vuelta de mi casa. Me pareció un hombre interesante, más me cayó bien por su tema de conversación, las cosas en común que teníamos. Nos hemos quedado conversando en la banca del parque buen rato hasta que me propuse ir a tomar algo por ahí cerca. Yo le dije que tenía cervezas en mi cuarto y tal vez podíamos tomarlas. Yo sé que no es bueno hacer pasar a gente desconocida, pero este hombre me inspiraba mucha confianza. Muchísima.

Hemos llegado al cuarto en que vivía, cuarto con ingreso independiente, la dueña nunca estaba, siempre de viaje y nadie me conocía por ahí así que por eso fue que le dije para ir. Tomó asiento, saqué dos cervezas, luego dos más, dos más y se me acabaron las 6 que tenía. Yo estaba algo picado, pero más allá de todo conversamos de todo, de todo. Era tan entretenida esa conversación y él que lo que pensábamos que podía pasar quedó a un segundo, tercer, décimo plano en ese momento.

Hemos bajado a comprar 6 latas más, un six pack y volvimos. Con música, él bien a la ropa de seguridad con el chaleco y todo, hasta que no sé por qué entre broma y broma le pedí probarme su ropa, o sea vestirme de seguridad. Solo se río y me dijo: estas seguro? pues siiii. Entonces va, espérame. Se metió al baño y a los minutos salió en bibidi, medias y boxer. Se veía bien, pero más quería verme como me quedaba. Entré al baño y salí a los 10 minutos. OJO, el arma no la tenía ya. Así que no había peligro. Me vio y me dijo que le gustaba como me quedaba. A mi igual, se me marcaba bien. Yo estaba cumpliendo una especie de "sueño" por así decirlo porque me parecía chevere ponerse esa ropa al menos una vez así sea como disfraz.

Me cambié, se puso su ropa él, seguimos tomando y ya casi por acabar las cervezas entre una y otra cosa me confesó que vivía con su esposa, tenía 3 hijos ya y al parecer para la sociedad su matrimonio era perfecto.

A mi me tomó por sorpresa, pero solo escuché y no lo juzgué. Me dijo que le parecía muy guapo, que era un chico muy buena onda y que si quería podíamos vernos de vez en cuando y que le caía tan bien que no buscaba más que mi amistad. Me dio un beso en la boca al que correspondí. Así fue, nos hemos visto con Samuel unas 3 veces más y solo para salir a tomar un café, conversar de la vida. Nunca tuvimos sexo, no nos volvimos a besar ni pretender.

Es más hasta algunas veces que he pasado por su trabajo nos hemos visto y nos saludamos. Sabemos la discreción que debe haber y el respeto es de parte de ambos. Por pandemia perdimos comunicación, sé que lo sacaron del trabajo por recorte de personal, yo me mudé. Hasta hace unos meses escribió para saludarme y desearme todo lo bueno. En su foto de whatsapp aparece él con una niña, imagino será su nieta o sobrina.

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