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Código clave hypno sex slave exe

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Soy Luis un técnico programador, trabajo reparando sistemas y equipos es entretenido y me ha permitido seguir un sueño que tengo desde mi adolescencia.

Siempre me llamó la atención la hipnosis el poder controlar la mente de otra persona y hacer que haga lo que uno quiera sin que se resistan me ha excitado bastante.

Me he imaginado teniendo gran poder e influencia mientras me rodean hermosas mujeres que obedecen cada uno de mis mandatos

Pero como todo sueño requiere dos materiales para ser creado: dinero y esfuerzo.

Del segundo tengo bastante e sido muy aplicado en ciencias y soy gran fanático de la tecnología, del primero nunca lo suficiente teniendo siempre que esforzarme el doble que mis compañeros así que tomé algo en lo que soy bueno y le saque provecho.

Siendo programador no solo me muevo en el comercio formal sino también en la Deep Web lugar en el cual he ganado algunos amigos afines a mi sueño.

Durante mucho tiempo he desarrollado un software que de funcionar a la perfección me daría control sobre cualquier persona, todo había sido terminado y solo hacía falta probarlo.

Y yo tenía al sujeto de pruebas perfecto.

Durante mi tiempo libre arregló los desperfectos en los aparatos eléctricos de mis vecinos por una fracción de lo que costaría en un servicio normal entre mis clientes más frecuentes está mi conejillo de indias una mujer llamada Elizabeth una ama de casa aburrida que me pidió revisar sus lentes VR ya que no funcionaban adecuadamente

Elizabeth es lo que definiríamos como una curvy con gafas, tetas grandes, muslos y nalgas apetitosos asentado por su estatura apenas llegando al metro sesenta.

Desde que la conozco siempre me ha gustado, lamentablemente es casada y la verdad desconozco mucho de su vida marital siempre que platicamos es de otros temas fuera de nuestras vidas privadas.

Sé que vive en el piso superior al mío junto a su esposo sin hijos conocidos, ella no interactuaba con sus vecinos más allá de un amable saludo cuando se cruzaban en los pasillos pero de ahí en más estaba casi recluida en su propia casa.

Durante la reparación de las gafas VR instalé el programa de control mental esperando por mi bien que funcione, mis compañeros esperan resultados por el dinero invertido en él.

Era un martes por la tarde cuando le mandé un WhatsApp a Elizabeth diciendo que podía venir por sus gafas VR que ya estaban reparadas a lo que me respondió que en 1 hora iría por ellas.

Una hora más tarde sonó el timbre de mi apartamento.

Mire a través de la mirilla para ver quién era, ahí estaba ella usando una camiseta gris holgada que hacía muy poco para ocultar su amplio busto junto a unos jeans deslavados y tenis.

—¡Hola Elizabeth! tus gafas VR ya están listas— dije mientras le hacía pasar a mi apartamento

—¡Muchas gracias por repararlas!— dijo ella mientras entraba alegremente.

—Claro para eso estamos los amigos— respondí mientras cerraba la puerta

La dejé en mi sala de estar mientras iba por las gafas que estaban en mi taller había preparado el Software para que esté se ejecutará de manera inmediata en el momento en que ella entrara en algún programa de los lentes.

— Perdón por la tardanza tuve que reinstalar tu sistema operativo— dije mientras le entregaba las gafas.

—¡Gracias!, Son mi único escape personal— dijo la mujer mientras le daba un vistazo.— Mi esposo acapara el televisor y no me deja usar los streaming,

— Pruébalas para que veas que todo está bien.— dije tratando de contener mis propios deseos

— Pero necesito internet y no quiero ser una molestia— me respondió apenada.

— No sería ningún problema, aquí tienes mi clave de wifi— respondí mientras le extendía mi clave de internet.

—¡Además un regalo a mi mejor cliente y amiga— en ese momento le entregue unos audífonos con bloqueo de ruido compatibles con sus lentes.

Ella tomó el regalo sumamente sonrojada como si nunca hubiera recibido algo así de un hombre.

— Si claro espera un momento— ella procedió a encender el aparato e ingreso la clave de WiFi cuando el aparato mostró que la conexión era completa se quitó sus lentes y se colocó las gafas.

Aparentemente ella escogió un paseo virtual por los bosques franceses

—¡Las imágenes se ven mucho mejor ahora!— dijo ella emocionada— solo falta el aroma de los pinos y estaría en un bosque—

Mientras ella decía eso el programa de control mental empezó a funcionar.

Lentamente el bosque se llenó de una gama de colores fantástico y los audios que se reproducen cambiaron a cánticos espirituales.

Elizabeth pensó que eso era parte del viaje virtual y no sospecho nada lentamente quedó completamente inerte en medio de mi sala de estar parada con la boca algo abierta sin moverse deje que el programa siguiera su trabajo mientras tanto fui a darme una ducha.

Regrese unos minutos más tarde solo cubierto con una toalla para encontrar a mi cliente bien plantada en medio de mi sala de estar un hilo de saliva escurría por sus labios manchando su playera gris mientras recitaba

"Estoy vacía... cachonda... obediente" una y otra vez sin parar.

Lentamente le retire las gafas y los audífonos para encontrar sus ojos completamente en blanco señal de un profundo trance.

Tengo que aceptar que estaba muy emocionado, el proyecto que me tuvo tantas noches en vela estaba funcionando frente a mis ojos, me acerqué a su oído y le susurré.

— Harás lo que te diga cada vez que escuches mi voz— le dije tranquilamente a Elizabeth

—Are lo que me digas cada que escuche tu voz— me respondió sin emoción en su voz.

Le di una orden sencilla para empezar que levantará una mano encima de su cabeza a lo que ella inmediatamente obedeció.

Emocionado por el avance le di una orden más complicada.

—¡Elizabeth retirate el pantalón y quédate en pantis!— dije con tono firme esperando el resultado.

Elizabeth acercó sus manos temblorosas al broche de su pantalón y vio que inconscientemente se resistía a la orden y si la intentaba forzar corría el riesgo de romper el trance y sería muy malo.

—¡Elizabeth cancela esa orden!— con esa orden se quedó quieta con las manos en los costados como si de una muñeca se tratase.

Por lo que pude ver necesitaría un par de sesiones más para tener completo control sobre ella.

Tomé las gafas VR y empecé a cargar varios mensajes subliminales y audios mientras estos se cargaban empecé a interrogar a Elizabeth.

—Elizabeth, ¿cuántas horas al día usa su sistema VR?— pregunté tranquilamente.

—Cerca de 6 horas al dia— me respondió

—Elizabeth ¿cada cuando está sola? y ¿tiene alguna computadora personal?— volví a preguntar para saber que alcance podría tener.

—Estoy sola la mayoría del tiempo en casa, mi esposo trabaja todo el día y no tengo una computadora personal la que tenía mi esposo me la quitó — me respondió inmediatamente, siento que ella parecía molesta a pesar de la hipnosis.

—Elizabeth, ¿cuándo fue la última vez que tuviste relaciones con tu marido?— realmente tenía curiosidad por eso.

Había visto varias veces a su esposo delgado como palillo siempre vestido de traje caminaba como si fuera una especie de ejecutivo de alta gama y no el contador que realmente era.

Al preguntarle sobre su marido ella comenzó resistirse justo como con los pantalones así que decidí que era mejor continuar y dejar esos asuntos para más tarde.

—¿Elizabeth que talla son tus tetas?— pregunté con genuino interés.

—38D— respondió con más calma y hasta cierto punto con orgullo.

Esa respuesta me encendió de verdad y decidí arriesgarme con mi siguiente orden.

—¡Quiero que te quites la Playera!— dije lo más firme que pude

—Sí, entendido— me respondió en esta ocasión.

Al instante se quito la playera dejando un sencillo brasier negro a la vista.

Tenía un enorme deseo en ese momento y una gran erección que lo demostraba, me había cansado de ser simplemente un espectador y quise participar en el juego.

Me acerque a ella y simplemente le dije

—Elizabeth voy a quitarte el brasier— le dije mientras le desabrochaba la prenda íntima

Cuando los pechos quedaron expuestos sus pezones de color rosado se mostraron en completa erección.

Llevé mis manos a esas perfectas esferas de carne, mis manos se hundieron en esa suave carne mientras jugaba con sus pezones.

— Esto te gusta verdad, ¿te excita que alguien juegue con tus pezones?— mientras decía eso amasaba con gusto esas enormes masas de carne.

— Yo… excitante… tetas…— comenzó a decir ella como si algo la molestará.

Este extraño comportamiento me intrigaba parecía ocultar algo en su subconsciente pero sabía que forzarlo podría romper el trance en el que ella estaba.

Pero realmente no tenía tiempo para eso, quería divertirme un poco antes de tener que dejarla ir.

— Elizabeth quiero que te pongas de rodillas y aprieta juntos tus pechos— dije mientras retiraba la toalla de mi cintura y liberaba mi erección.

Al momento en que Elizabeth se puso de rodillas puse mi erecta verga en medio de esos bellos melones

Comencé a moverme entre sus tetas haciendome una rusa espectacular con ellas cada vez que la cabeza de mi verga salía de en medio de sus tetas chocaban suavemente con sus labios como si ella la besará tras unos minutos le ordene que abriera la boca y sacaba suavemente la lengua.

Ella obedeció sin resistirse y comencé a moverme con más gusto esperando poder terminar en su boca

Disparé sin dudar mi carga en su boca manchando en el proceso parte de sus pechos y rostro, por el momento era suficiente así que me vestí y arreglé lo mejor que pude a mi invitada.

Mientras arreglaba sus ropa lo mejor que podía di los toques finales a la sesión de ese momento.

—Elizabeth cada que escuches "enter code Bitch Curvy" caerás de nuevo en este estado y obedecerás a quien te recite esa frase— dije mientras limpiaba los lentes de ella de mi semen — Ya sea en la calle, por teléfono o donde sea que estés te volverás esclava de quien te diga esa frase, ¿entendido?

—Entendido amo— respondió la mujer sin dudar.

— Y solo despertarás cuando escuches Exit code Bitch Curvy, ¿Entiendes?— continúe con la programación.

— Entiendo amo— respondió nuevamente

—Elizabeth cada vez que uses tu sistema VR entrarás en un salón especial que preparé para ti, ¿Entendiste?— dije mientras la guiaba a la salida de mi departamento.

— Sí amo entraré a la sala que prepárate para mí— respondió sin dudar.

Cuando llegamos a la puerta dije la frase gatillo para despertarla.

Ella reaccionó de manera tranquila para el tiempo que la mantuve en trance

— Vaya es muy tarde— dijo mientras miraba el reloj en mi pared— será mejor que me vaya—

— Elizabeth antes de que te vayas me gustaría darte algo— detuve momentáneamente a mi invitada para darle una mini laptop.

— De verdad me la regalas ¡gracias!— dijo ella mientras tomaba el aparato con singular alegría.

—Yo tenía una laptop pero— Elizabeth pareció dudar en continuar esa respuesta— olvídalo cosas tontas ¡gracias por el regalo!—

— El día que quieras puedes venir a visitarme y platicar si te sientes sola en casa— le dije mientras abría la puerta para dejarla salir.

— No quisiera ser una molesta y también no quiero problemas con mi marido— me respondió un poco apenada.

— Solo piénsalo Elizabeth, buenas tardes— dije mientras la veía irse.

Eso realmente no importaba sabía que tenía tiempo para prepararla a mi antojo y solo tenía que esperar pacientemente.

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