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Con Carlos de Buenos Aires

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Hola. Hace tiempo que no escribía en relatos. Me faltaba tiempo y alguna otra experiencia para comentarles.

En enero de 2022, recibí un email de uno de los lectores de mis cuentos, pidiendo si podía mantener correspondencia, pues le habían gustado mis "cuentos". Con comillas porque algunos eran cuentos, otros, como los de mi primo y mi primer trans, y el con Lau, eran verdaderas experiencias. Pero fueron tantos emails, que al final le pasé mi número de celular y mantuvimos, mantenemos el contacto más fluido vía wasap.

Su nombre: Carlos.

Nacionalidad: argentino.

Edad: no importa.

Estado civil: también casado, como yo.

Hoy, a un año de ese primer contacto, por lo tanto lo considero nuestro aniversario.

Nos hemos enviado fotos y vídeos porno gays, y fotos y vídeos de cada uno de nosotros. Nuestros penes, mi cola, pajas mías y de él, con hermosas acabadas.

Y el tema mío, es que desde la primera semana, no he dejado de tener sueños, durmiendo y despierto, pornográficos con él.

Uno de los tantos es con el que amanecí todo húmedo.

Nos encontrábamos en su país, Argentina, y me llevaba a un "mueble". Íbamos a la habitación, y apenas cerré la puerta, se me puso detrás mío y empezó a besarme la nuca, las orejas, mientras sus manos me recorrían todo mi cuerpo, caderas, nalgas, mi pija, mis tetillas. Me calentó tanto que me di vuelta le agarré la cara y empecé a besarle la boca, busqué su lengua, nos besamos apasionadamente y le pasaba mi mano derecha por la pija sobre el pantalón. Levanté la mano y se la pasé entre su cuerpo y el pantalón hasta llegar a su pija. Caliente estaba. Hermosamente erguida.

Cogeme, le pedía.

Nos seguimos besando y me fui agachando hasta quedar arrodillado frente a su cremallera del pantalón. Le desabroché el botón, le bajé la cremallera y empecé su pija por sobre el bóxer que estaba usando. También se lo bajé y saltó una hermosa pija, gruesita y de unos casi 20 centímetros. Un poco menos quizás, pero hermosamente gruesa y caliente. Lentamente me la fui poniendo en la boca. Sentir ese pedazo, caliente, en mi boca me enloqueció. Empecé a lamerle suavemente el glande, rodeándolo con mi lengua, y sentía los gemidos de gozo de Carlos, los cuales hicieron que me llevara más adentro su pija y dejar que me cogiera por la boca. Primero lentamente, pero cuando estaba por acabar, empezó a cogerme la boca más y más rápido, y le agarré el tronco y lo empecé a pasear también, hasta que me llenó la boca de su elixir con un dulzor exquisito, y mientras lo saboreaba y tragaba, alcé la vista, y me estaba mirando con una cara de gozo, que le seguí lamiendo y chupando muy suavemente esa pija, que ya estaba deseando tenerla dentro de mi cola. Sentir ese pedazo tibio y firme, ocupando mi boca, sigo diciendo que es un placer indescriptible, al igual, que sentirlo dentro de mi cola. Qué hermosa acabada. Así amanecí, con mi bóxer completamente húmedo.

Luego sigo con otro de los sueños con Carlos, de Buenos Aires.

Te deseo, Carlos. Muchísimo.

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