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Coronas, clases de francés

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Saberse gordita, ¡ups perdón!, ahora no se lleva ese término: Una curvy de abundantes carnes, la ha hecho más sensual y con mas ganas de disfrutar de su cuerpo. Desde jovencita le encanta masturbarse.

En cuanto descubrió el sexo con otro cuerpo, con otra piel se ha convertido en una de sus ocupaciones favoritas. Le gusta follar con todo el que se pone por delante: chicas, chicos o por que no los géneros que ahora quedan en medio, transexuales se considera omnisexual.

Cuando le pasea sus impresionantes melones, así los llama ella orgullosa, en su lujurioso escote a alguien por delante se hace muy difícil resistir. Es fácil ligar con ella pues ya se encarga de dejarlo claro que vas a hacerle el amor. Si le pones interés, a acostarte con ella es algo seguro.

Si la ves sin sujetador marcando los grandes y duros pezones por su blusa blanca y con muchos botones abiertos o por la camiseta ajustada y le gustas Coronas va a follarte. Le gusta el sexo muy húmedo y morboso, lascivo.

No ha tenido nunca novios o novias y si a eso vamos solo ha disfrutado de polvos. Mejor dicho actos de amor, pues le gusta ser dulce y sensual, tierna y cariñosa y muy muy morbosa.

Quiere guerra, quiere revolcarse desnuda y sudorosa con otro cuerpo, piel con piel lenguas lamiendo y jodiendo y besando. Que tenga polla o coñito le da igual si la persona le atrae.

Le gusta el sabor del semen en su garganta o el de una mujer en su lengua, una polla en su coño o culo o los dedos agradecidos de sus amantes femeninas. Ser ella la que con los suyos se folle el coñito o el culo que tiene a mano.

Le gusta desvirgar jovencitos y jovencitas tímidos que nunca se han atrevido a hacer nada con otras personas, explicándoles las verdades de la vida y dejarlos sexualmente agotados. Pero muy agradecidos por la inolvidable experiencia, sexual sensual, por los polvos salvajes que con ella han disfrutado.

Que luego ha de servirles en el resto de su vida y con el resto de sus compañeros y compañeras de cama. Igual que ella fue desvirgada por una experta lesbiana que la ayudó a comprenderse a si misma. Que le hizo el amor de forma cariñosa, enseñándola a la vez que le hacía disfrutar.

Le gusta ver porno, piensa que siempre puede aprender algo nuevo. Casi todo tipo menos los de dominación. No le agrada ver cómo alguien tiene que forzar a otra persona a tener sexo, aún más sabiendo que ella no necesita que la obliguen a follar, a hacer el amor.

Le gusta ver como jovencitas japonesas se comen los morros con ansia, como chicos se comen las pollas y se follan los culitos. Cualquier porno en el que haya morbo y la gente se trate con cariño. No simplemente el de meter y sacar sin ningún sentido.

Le encanta hacer tríos con chicos bisexuales. La emociona verlos comerse las pollas, amarse y darse cariño delante de ella y hacerla participar y darle ese morbo y caricias. Ponerse entre los dos y hacer que ellos entren dentro de ella por todos los orificios posibles.

Sintiendo cómo las seis manos acarician los tres cuerpos sin complejos. Hacer lo mismo cuando ella está con otra chica y un chico, acariciar por igual y ser acariciada por los dos.

Es una pervertida, una cachonda calentorra, sensual sexual. Adora las pollas y le encanta comer coñitos. El sexo se le humedece a la menor provocación y la vista de un culo bonito la emociona tanto que apenas puede apartar la vista.

Le gusta hacer el amor por el simple placer conseguido, por sentir una piel caliente acariciándose, frotándose con la suya.

A Coronas le encanta ir desvirgando jovencitos, y jovencitas inexpertos de diez y ocho años.

Da clases particulares de francés. no de sus alumnos es un muchacho muy guapo de diez y ocho años, alto, delgado y musculoso por practicar baloncesto. Pero es muy tímido y que se sepa nunca ha tenido novia, ni novio ya que estamos, ni lo ha intentado con nadie.

Ella va a su casa cuando él acaba de entrenar y normalmente dan clase con el chico en pantalón corto y camiseta de tirantes Ella procura excitarlo con actitudes insinuantes y ropa provocativa. Averiguar durante las clases si el joven tiene novia. Conocer toda la experiencia que tiene en asuntos amorosos que en realidad es nula.

Los martes se quedan solos del todo en el piso pues los padres se marchan a una reunión y ese día Coronas aprovecha para ir lo más provocativa posible. Estirarse la camiseta sobre sus impresionantes pechos y no llevar sujetador. Alisarse y subirse la falda apretada a sus poderosos muslos.

Tocarse ella misma por encima de la ropa o cogerlo a él de la mano o el brazo y sacar la lengua y mojarse los labios con frecuencia. Coronas se daba cuenta de lo excitado que lo dejaba, de lo caliente que lo tenia.

Coronas se calentaba más imaginándolo corriendo al cuarto de baño en cuanto ella salía por la puerta, con la polla en la mano masturbándose pensando en ella.

Por fin un martes en el que ella vestía un ajustado pantalón de lycra, unos legins que marcaban el pequeño tanga y una blusa blanca transparente sin sujetador y con muchos botones desbrochados.

Él llevaba su habitual pantalón de deporte, esta vez muy cortito mostrando los muslos fuertes y una camiseta de basket amplia y de tirantes. Ya cansada de dar vueltas un día se decidió a entrar avasallando.

Comenzó la clase con un rotundo:

- Me gustaría lamerte y follarte.

Eso sí en perfecto francés.

-J'aimerais te lécher et te baiser.

El joven que no era lento en aprender extendió una mano hacia su profesora que la agarró. Se la puso inmediatamente sobre su palpitante seno. El chico se agarró a su pezón como si fuera a perderlo.

Ella se aproximó mas a él y lo beso en la boca, ya no estaba para dar más rodeos. Abrió los labios y su lengua inició la exploración profunda de la otra boca.

Recorriendo su lengua, dientes y hasta el cielo del paladar. Intercambiando saliva, mucha saliva. Rotas las barreras las manos de ambos comenzaron a explorar el cuerpo del otro, con ansia con deseo.

Coronas le sobaba el pecho metiendo su manita por dentro de los tirantes de la camiseta para acariciar y pellizcar los pezones del chico. Él dirigía sus manos a las caderas culo y pubis de su maestra, hasta ahora de francés y desde ahora de sexualidad además.

Ansiosa empezó a desnudarlo. Haciéndole levantar el culo de la silla le sacó el breve pantaloncito con la huevera hasta sacarlo por sus pies. Le arrancó la camiseta para poder lamer esos pezones que ya había tocado.

Se arrodilló entre sus piernas torneadas y efectivamente le demostró lo delicioso del buen uso de la lengua que estaban estudiando. El chico olía a macho, a sudor limpio, lo que la excitaba más.

Comenzó lamiéndole los huevos aunque algún pelo se le quedaba entre los dientes ambos lo estaban disfrutando. Cogiendo la orgullosa polla joven y dura, subió por el tronco, su lengua pegada a él hasta alcanzar el hermoso glande que golosa se introdujo en la boca chupándolo, lamiéndolo, prácticamente mascándolo.

Le hizo levantar los muslos para poder llegar a su perineo y al culo clavar la lengua en el ano para terminar de llevarlo al éxtasis. El joven no podía creerse su suerte, completamente virgen y disfrutando así su primera vez. Su primera experiencia sexual iba a ser con esta incomparable hembra.

Al poco Coronas se levantó y deprisa se despojó de sus escasas y provocativas ropas ofreciéndole sus pechos para que los comiera. Él no se hizo de rogar y su boca se dedicó a los enormes globos de la chica mientras que dos tímidos dedos iban en busca del preciado y chorreante coño recién depilado.

Ahora le toca arrodillarse a él mientras ella con las piernas bien abiertas, las rodillas levantadas hasta los pechos y tumbada en el sofá le ofrece la vagina y la raja del culo a la lengua curiosa.

Ojos inquisitivos y dedos investigadores precedieron a la ansiosa lengua que la hizo disfrutar. Recorrió todos los rincones que se le ofrecían: desde los pechos y las axilas, bajando por el vientre hasta clavarse en la vulva y en el ano y lamiendo toda la piel.

El chico, ansioso, aprovechó para lamer cada rincon del cuerpo que se le ofrecía, haciendo disfrutar a la chica. Ella le iba indicando cada una de sus zonas erógenas, allí donde quería ser acariciada y lamida.

Tras eso lo hizo sentar en la silla mas dura de la habitación para poder botar sobre sus muslos. Para poder clavarse la polla en su coño y follárselo. Ella se sitúa encima ofreciéndole las tetas inmensas a sus besos, a su lengua.

Él le agarra las nalgas con fuerza para poder sujetarla y que no se caiga, controlando así los botes de Coronas. Terminó la cadena de orgasmos con la polla clavada en su chumino hasta que el chico se corrió en su interior.

Sabiendo que era virgen no se había preocupado de tomar más precauciones que el tomar la píldora. Mientras la polla del chico va perdiendo consistencia y se sale sola del coñito ella vuelve a separar los muslos decidida a convertirlo en un pervertido.

Le pide:

- Vuelve a comerme el coñito.

Y él arrodillado entre sus piernas vuelve a recorrer los labios de la jugosa vulva con la lengua recogiendo los jugos y el semen que rezuman. No le importa saborear de allí su propia lefa y llevarla en su lengua para otro lascivo beso a la boca de la chica.

Desde entonces los martes dejan el francés y se dedican al sexo disfrutando ambos de sus cuerpos fogosos.

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