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Cuando nos entregamos en cuerpo y alma mi hija y yo
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola, amigos, soy nuevo por aquí y no soy muy bueno contando relatos, pero quiero y deseo contarles lo que me ha estado ocurriendo últimamente.

Mi nombre es David y tengo 37 años y soy de cuerpo normal y con rasgos masculinos muy marcados como son barba pronunciada y músculos marcados, soy padre soltero desde muy joven y tengo a mi cuidado una joven de 18 años de nombre Rocío, como verán fui papá desde muy joven ya que desde adolescente fui muy activo sexual, lo que les voy a contar es real y verídico.

Hace tiempo que mi esposa falleció desde que mi hija era pequeña y siempre me la pasaba tomando y llorando, mi pequeña niña me veía siempre triste y trataba de animarme, pero solo lográbamos llorar juntos.

Poco a poco pasaron los años y sin darme cuenta desde que mi hija llego a la pubertad se convirtió en una señorita, muy desarrollada hermosa y comencé a notar algo extraño en mi… Yo me encargaba de ella, de vestirla, de alimentarla de darle educación hasta que llegaron sus 18 años y yo comenzaba a notar un cierto comportamiento algo extraño en mí, puesto que mi pasatiempo es el gimnasio ella a veces iba conmigo y me daban muchos celos porque muchos hombres la veían con deseo, ella para ese entonces ya era una mujer hermosa con cabello negro largo y ondulado, pestañas muy largas y ojos obscuros, cuerpo realmente delgado y con pechos y nalgas pequeñas pero muy duras y puestas en su lugar. Rocío solía ir conmigo al gym en leggings negros, morados o rojos y puedo decir ahora actualmente que se veía encantadora.

Yo comencé a partir de esos momentos a obsesionarme con mi hija, incluso en el trabajo no dejaba de pensar en ella y me enfermaba pensar si tenía novio que tocara su cuerpo, no sé si conscientemente o inconscientemente comencé a comprarle ropa más provocativa entre ello tangas delgadas, bragas de seda, mini faldas y le compre faldas escolares más cortas y tableadas sustituyendo las aburridas faldas lisas y largas que usaba durante clases.

La verdad creo que mi hermosa hija comenzó a darse cuenta poco a poco de mi rara actitud sin en cambio no me decía nada creo que le agradaba. Un día fui por ella al gym a una clase de danza y cuando llegué por ella no pude evitar mi descontrol y mi mirada, mi hija traía puesta una blusa muy chica y leggings negros súper ajustados, dios mío… ese momento fue único en mi vida… Su vagina se veía tan rica y marcada en esos leggings. A partir de ese momento fue cuando descubrí que ya tenía un problema, deseaba y amaba a mi propia hija, estaba loco por ella y ya no había noche que no me masturbara pensando en ella, así mismo había días en los que le dejaba sus bragas manchadas de semen y las volvía a guardar en su cajón.

Poco tiempo pasó para comenzar a buscar sus pantys y tangas usadas en su cesto de ropa sucia mientras ella no estaba, las tomaba y olía al mismo tiempo que con otra panty me masturbaba… Enloquecía de ver y oler esas manchas blancas y pronunciadas en sus ropas, me venía sobre ellas especialmente en la parte de sus jugos, inclusive me llegue a preguntar si ya tenía relaciones sexuales o si se masturbaba puesto que su manchado era bastante marcado.

Un día me marco mi hija y me comentó que llegaría tarde a casa, cosa que yo aproveche para llegar a casa y masturbarme con su ropa mientras dejaba volar mi imaginación y así fue saque todas sus bragas, faldas, tangas y pantalones de yoga sucios de mi hija y me tumbe sobre su cama con toda sus ropas encima de mi cuerpo desnudo y comencé a desearla en secreto, una y otra tanga pasaba por mi nariz y una y otra panty de satín delgada tipo bikini pasaba por mi pene hasta que decidí venirme en su falda escolar tableada azul. allí estaba yo deseoso y excitado con los ojos cerrados y al momento de mi orgasmo abrí los ojos y allí estaba mi nena, viéndome lo que hacía con su ropa, allí parada en la puerta abierta de su habitación con los ojos exhumados y completamente sorprendida… había llegado temprano pues sus planes se cancelaron. El pánico el miedo y la culpa me invadió y no evite llorar de vergüenza y culpa, ante todo, le decía a mi hija entre llanto que me perdonará y que se lo tenía que decir pero que extrañaba y deseaba a su madre, Rocío tomo una actitud sorprendente y me abrazo, me dijo que me amaba y que no le gustaba verme triste, que no pasaba nada y que era normal por la ausencia de mi esposa y su madre, no paso a mayores y nos abrazamos hasta quedarnos dormidos.

Al día siguiente me prometí a mí mismo que jamás volvería a ver a mi hija con pasión y deseo sin en cambio ahora mi hija comenzó a tomar un comportamiento completamente diferente y que me dificulto mi decisión por completo, comenzó por utilizar más minifaldas, más tangas que cacheteros y compro medias negras y blancas que llegan al muslo y las combinaba con sus faldas tanto escolares como de mezclilla. Un día en el comedor ella me ayudaba a preparar la comida mientras tenía las piernas abiertas y fingiendo no darse cuenta, por supuesto mis ojos jamás se escaparon de su entrepierna, viendo percatarme bien su tanga azul, tan delgado que pude apreciar su vello púbico, se veía muy deliciosa combinando esa tanga y falda tableada tipo escolar con calcetas escolares blancas y mi pene ya a diario en frente de ella estaba erecto incluyendo ese día.

En una ocasión desde su escuela me mando una foto con su uniforme de bastonera preguntándome como se le veía, la verdad es que estoy perdidamente enamorado de ella que con lo que use se ve divina ante mis ojos, le dije que se veía como una diosa y que teníamos que festejar con cerveza en casa por haber ganado el concurso de bastoneras. Al llegar el día compre cerveza y tomamos juntos mientras convivíamos juntos, ella se emborracho y comenzó a ser muy provocativa conmigo ahora no solo me mostraba su hermoso encaje de su tanga morada bajo su falda escolar y calcetas blancas que yo mismo le compre, con blusa delgada blanca escolar y sin zapatos, ahora hacía que por accidente pasaba a rozar mi verga totalmente erecta para tomar su cerveza y en otras ocasiones me miraba a los ojos muy lascivamente, yo por mi parte no me quede atrás y comencé a acariciarle las piernas por encima de sus calcetas lisas ya llevábamos días así provocándonos… ya una vez bastante tomada mi hija Rocío dijo las palabras mágicas “papá sigo notando las manchas de semen en mis calzoncitos que están en mi cajón de verdad me deseas tanto papá? digo… si quieres puedo prestarte mis calzoncitos húmedos cuando me los quito… yo ante tal situación no sabía que responder y se me puso el pene erecto y le dije que si la seguía deseando y mucho, entonces ella se levantó la falda mostrándome su pantaleta ya mojada aun y ella me pregunto…

"Papi quieres hacerme el amor, te gustaría cogerte a tu hija?" yo solo reaccione por instinto la tome con violencia le arrebate la blusa y el bra, abriéndola de piernas mientras nos besábamos desenfrenados y cuando ella intento quitarse su deliciosa tanga de encaje yo lo impedí y le dije que no, lo que hice es ponerla en 4 y haciendo de lado su calzoncito metí mi mástil completo y erecto mientras ella gritaba de deseo y entre su excitación y deseo no dejaba de decir "cógeme papito, coge bien a tu hija" yo desenfrenado no paraba de decirle "Te amo mi niña, mi nena, siempre te he deseado mucho amor y cuando no estas no dejo de oler y masturbarme con tu rica ropa interior" allí estaba yo tomándola de la cadera por encima de su falda y mi pene rozando su prenda íntima al tiempo que entraba en su interior, en nuestro éxtasis sexual ella me dijo que usaba las faldas y la ropa íntima que yo le compraba solo para mí para provocarme, me confeso que ella se masturbaba imaginando que yo la hacía mía desde la secundaria, desde que una vez me vio despertando completamente desnudo y con el pene erecto, nunca dejaba de decir que tanto le excitaba mi verga por su tamaño y grosor, ella me monto y note que mi pequeña ya no era virgen pues sabía moverse bien, también me confesó que siempre buscaba novios mayores y que ya no andaba con nadie en serio porque desde que me vio masturbándome se calentó y constantemente se masturbaba pensando en que la haría mía, ella se propuso seducirme así mismo hacerme el amor, y como fuera sería mi mujer.

Seguimos haciendo el amor, de misionero y no pude dejar de hacerlo me baje hasta su vagina y me bebí todos sus jugos, era un cáliz era deliciosa era una bebida deliciosa el cómo se corría, por fin llegó el momento en que yo llegaría mientras que ella ya iba por su cuarto orgasmo, así arriba de mí, montándome se vino violentamente sobre mí y descubrí algo que me trae muerto de mi niña que ella chorrea y eyacula de una forma deliciosa y exquisita dejando su tanga y su falda escolar completamente mojadas, es el placer más grande que alguna vez tuve en mi vida, yo eyacule violentamente a chorros dentro de ella.

Terminamos y quedamos dormidos hasta al otro día mi niña me despertó con el desayuno y semi desnuda sólo traía puesto un calzoncito rosa de seda que le había comprado y sus medias negras a medio muslo, me olvide del desayuno y la tome, desayune su concha y lo volvimos a hacer, a ella le encanta el sabor de mi semen, actualmente llevo una dieta rígida para mejorar el sabor y así mismo tomo pastillas para eyacular abundantemente ya que a mi nena le gusta mucho y la consiento en todo, ahora hacemos el amor casi diario, nos amamos, y queremos formar familia en un tiempo. Si alguien está interesado en interactuar deje su correo electrónico para compartir aventuras y referencias.

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