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Cumpliendo una fantasía lésbica
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Conocí a una chica de unos 27 años. Muy guapa, de senos grandes, redonditos y muy firmes, que a cualquier hombre o mujer desearía tener entre sus manos y poder besarlos y masajearlos. Con unas nalgas muy paraditas y deliciosas, de verdad una mujer muy sexy y deseable, un tanto bajita de un metro cincuenta y cinco más o menos, más bajita que yo, en fin. Charlábamos por la App pero después nos contactamos por otra App más íntima, y es entonces que coqueteábamos y bueno un día quedamos en vernos, quedamos en que yo iría a verla en su departamento, me envió su ubicación y fui a verla.

Cuando la vi, estaba yo muy nerviosa, puesto que ella era lesbiana y yo solo quería experimentar y tener sexo con ella. No sentía deseos, sino solo nerviosismo al comienzo, después comenzamos a entrar en confianza y pues resulta que nos agradamos mucho y seguimos charlando por más tiempo. Hasta que llegó el día indicado y decidimos ir a un motel a las afueras de la ciudad, quedamos en que yo la recogería he iríamos a pasarla bien. Ya que antes de ello, nos excitamos por mensajes y nos decíamos cuanto nos deseábamos y que tan rico nos la pasaríamos juntas en un jacuzzi a solas, desnudas y con un deseo desenfrenado, e inclusive llegué a masturbarme mientras la escribía, porque en ocasiones teníamos conversaciones subidas de tono, como que ella me chuparía todo mi clítoris mientras yo grito de placer y cosas así.

Cuando llegó el día, nos vimos, nos saludamos, e inclusive nos perdimos un poco porque no nos acordábamos la ruta donde quedaban los moteles, puesto que cuando yo he ido nunca he manejado y además ha sido de noche y no se veía el camino, lo mismo le pasaba a ella. Por lo que, disfrutamos un poco del camino mientras charlábamos. Al entrar a la habitación, estaba nerviosa, pedimos algo de comer y beber, mientras yo me quitaba los pantalones y bueno no llevaba brasier por lo que mis pechos estaban erectos por la excitación que en ese momento tenía.

Ella hizo lo mismo, se quitó los pantalones y se recostó en la cama, yo me posé en el filo de la cama y charlamos un poco, decidimos ir al jacuzzi y continuar la conversación allí, en un momento, decidí cogerle por el cabello y acercar su boca hacia la mía y nos sumergimos en un apasionado beso, metí mi lengua en su boca y ella en la mía, me excité tanto al sentir sus labios y su saliva mezclarse con la mía que acerqué mi cuerpo y enlacé mis piernas en su cintura y froté mi vagina con su pubis que sentí que tendría un rico orgasmo, de tanta excitación nos recostamos en el jacuzzi y ella empezó a frotar su cuerpo y vagina con la mía, yo estaba abajo y mis piernas seguían en su cintura, ella gemía y se notaba la excitación y lo rico que se la estaba pasando, me decía:

"Mi amor, que rico, quiero más" mientras movía su cintura y sus senos tan hermosos brillaban por el agua que corría por ellos.

"Te gusta, mi amor?" Le preguntaba y ella solo gemía y me decía que le encantaba sentirme.

Llegamos a un punto en el que decidimos ir a la cama para estar más cómodas y entonces, me puso boca arriba, ya que no tenía yo nada de experiencia, entonces bajó por mi abdomen besando cada parte de mi cuerpo, hasta que llegó a mi vagina y empezó a chuparme tan rico que no tardé en gemir y gritar de placer, ese placer que ningún hombre me había hecho sentir, su lengua se introducía por mi vagina, mientras que ella, se tocaba los senos y su vagina con las manos, eso me excitaba demasiado, además decía:

"¿Quieres que siga, te gusta?" y yo solo respondía que "Sigue mi amor, me encanta, sigue, no pares"

Subió hasta mi boca, saboreé mi vagina, y empezamos a besarnos tan rico y puse mis piernas sobre su cintura y empezó a frotar su vagina contra mi pubis y se movía delicioso, yo no aguanté más y tuve un orgasmo increíble, me mojé tanto que eso le hizo excitar de tal manera que me hacía gritar del placer, ella metió sus dedos en mi vagina y empezó a moverlos riquísimo que yo no soporté más y me corrí en su cara. Luego empecé a frotar mi vagina con su pierna para concluir con un orgasmo más grande. Pero ella quería llegar al suyo y yo solo quería más de esa rica sensación.

Me volteó y empezó a lamer mi ano y mi vagina, introdujo un dedo en mi vagina y empezó a tocarse su vagina, apoyó su cuerpo sobre mi espalda y sentía sus senos erectos, tan ricos y ella los movía para que yo sintiera sus pezones duros y bien parados.

Me di la vuelta y ella puso su vagina en mi cara y empecé a lamerle esa vagina tan linda y rica que tenía, mientras ella movía sus caderas y mi cara quedó llena de mi saliva y de sus jugos, estaba tan mojadita que sus gritos se escuchaban tan fuerte que me excitaba cada vez más.

Estaba tan excitada que enderezó sus piernas con las mías haciendo una tijera tan rica, sentía su vagina tan húmeda rozando con la mía, que sus jugos corrían por mi vagina que estaba bien abierta y dilatada que nos frotamos tanto que finalmente ella llegó a un orgasmo intenso al mismo tiempo que yo, cayendo exhaustas en la cama, besándonos y tocándonos nuestras vaginas llenas de nuestros jugos vaginales.

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