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Dame por el culo mientras me follo a mi marido

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Como conté en un relato anterior, he descubierto esta cuenta que mi esposo tenía escondida, donde veo que escribe varias guarradas e intercambia mensajes con sus lectoras, así que decidí a modo de venganza comenzar a escribir yo, la esposa, estos relatos aún más pervertidos que los suyos para hacerlo rabiar cuando se entere y mientras tanto quiero calentarme haciéndote calentar a ti.

Ya me puse bastante cachonda leyendo todos los comentarios y propuestas que me han escrito, así como los regalitos tan ricos que me enviaron a su correo, ya quiero ver su cara cuando se entere. Así que hoy decidí darle una buena follada pensando en todos los que se atrevieron a ponerse en contacto, imaginándome todo lo que me dijeron de cómo iban a darme así que cuando se acuesta me le aparezco desnuda en la alcoba.

Algo que me gusta de él es lo salido que es cuando le doy alguna señal, así que puedo notar como enseguida me pone atención. Me trepo a la cama en cuatro patas avanzando sobre su cuerpo y quito la sábana de un tirón, ya puedo ver como se le abulta el bóxer al mirar mis tetas colgando que se acercan. Lo froto por encima de la tela para que se le termine de endurecer, luego se lo bajo de a poco haciendo que su polla salte de golpe para vérsela ahí bien parada y me recuerda a tu sabrosa verga que me diste a probar la vez anterior, como la tenías bien mojada y dura, llena de leche a punto de hervir para llenarme la boca, pero no, no es a él a quien se la quiero chupar ahora, sino que la quiero bien adentro del coño.

Gateo sobre él rozando su miembro con mis pechos y haciendo que los sienta por todo su torso hasta que nuestros rostros están frente a frente, le meto la lengua en la boca pensando en que percibe un sabor desconocido, el sabor del semen que me hiciste comer tu la vez anterior. Le agarro la polla para acomodarla en mi vulva y empujo para que su verga se me meta bien adentro.

Siii, siii, empiezo a moverme mientras tu nos observas sobando tu propio pene, preparándote para sumarte en breves. Lo cabalgo con fuerza para darme gusto, me mojo más con cada embestida.

—Quiero que me abras el culo. —le ordeno entre jadeos.

Coge mis nalgas y las separa sin parar de penetrarme. Y ahí está mi culo listo para ti, quiero que metas tu cara allí para humedecérmelo bien, hazme cosquillas con la lengua por todo el perímetro dejando caer en cantidad tu saliva hasta dejarme empapada y que chorree hacia mi vulva y por los huevos de mi marido que no para de metérmela.

¡Así, que rico! Diosss, cómo me pone tenerte ahí. Sigue un poco más que me haces venirme, pero tú no te vengas aún porque quiero más, quiero esa sabrosa polla tuya bien adentro de mi culo. Me arqueo para recibirte, quiero que empieces por frotarme con tu miembro y apoyes tu glande listo para penetrarme.

¡Oh por favor siiii! ¡Cómo me gustas! Aaaah aaah aaaah.

Me vengo a chorros sólo por las cosquillas que me haces, me empujo en medio de mi orgasmo para que me la metas de una hasta el fondo. Ooooh, me duele pero me encanta. Quiero seguir, me vuelve loca como mi culo estrangula tu miembro, lo siento tan duro y apretado. Las dos pollas follándome a la vez son el nirvana, primero alternándose y luego con fuerza las dos entrando al mismo tiempo.

Mi marido empieza a gemir de gusto y puedo sentirlo palpitar dentro de mí. Me salgo porque quiero ver como se corre, tú no pares, a ti todavía te quiero adentro, aguanta, no te corras aún. Le agarro a él la verga con la mano para apretársela bien y hacerlo saltar lejos, le lamo el tronco de la base a la punta y hago que se venga sobre si con mis labios besándosela. Se corre tan fuerte que salta chorros hasta su pecho y mientras me das cada vez más fuerte encargo de recorrer todo su abdomen para limpiarlo con la lengua, sin dejarme ni una sola gota.

Ahora es tu turno, puedo sentir que te gusta verme comerme toda esa leche porque tu polla se siente enorme, durísima, ahora si, córrete, lléname, siii, oooh, que rico todo ese semen caliente que me inunda el culo, dámelo todo, no te dejes nada, dame mi premio. Siii, siii, delicioso.

Mira como me has dejado ¿Cómo he ganado mi trofeo? Mírame y cuéntame que tanto me está chorreando el culo ¿Es mucho? ¿Qué tanto te ha gustado? Con esto que te cuento espero merecer que en estos días me dediques unas cuantas pajas o que pienses en mi cuando te folles a alguien más. Cuéntame que has hecho y que más me quieres hacer.

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