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El creador de genios

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Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei. 

Barai Chusai era un recién graduado del Instituto Tecnológico del Rayo, de la ciudad de Kumogakure en el País de los Rayos, una de las Naciones más avanzadas del planeta. Se había graduado con todos los honores en la carrera de robótica y actualmente trabajaba en la empresa más prestigiosa de su país en esa área, ganando una cantidad más que decente de dinero.

Le permitía pagarse un departamento cómodo y algo grande para él, pagarse todos los servicios más que a tiempo y tener unas comodidades más.

Entre ellas, comprar una que otra cosa cara que deseara. Como el libro que le dio la idea en la que actualmente estaba trabajando.

Chusai era un hombre culto, amable y gentil, y aunque no era el tipo más guapo de la ciudad, tampoco estaba feo, promedio si lo quieren ver, en el departamento físico. Sobresaliendo mucho en el intelectual.

Aunque comenzaba él mismo a dudar eso último, debido al proyecto en plan de experimento que estaba llevando a cabo.

Chusai había comprado un libro antiguo en el mercado de pulgas local, más para rescatar esa antigüedad de ese ambiente que para leerlo.

El libro se veía sumamente viejo y era de hecho, tan antiguo que tuvo que hacer algo de investigación para poder leerlo, pero Chusai aprendía rápido y tras un año de estar cursando lingüística como extracurricular, pudo leer el contenido del libro que compro por centavos y que podría valer miles de ryos.

Era un libro de Magia, de la antigua Nación de los ancestros y fue escrito por un mago llamado Tenji, en el libro narraba como con ayuda del conocimiento que fue acumulando por años, logro toda clase se maravillas que aún hoy, si la memoria de Chusai no le fallaba, eran leyendas.

Leyendo en libro, llegó a una parte que hablaba de unas criaturas que habitaban una dimensión a parte que se habían extinguido, llamadas Djinn.

Los Djinn eran seres sumamente poderosos que podían usar magia libremente, pero que tenían bastantes reglas para poder hacerlo y que por lo que vio, se habían exterminado entre ellos en una larga y cruel guerra.

¿Cómo sabía eso? Sencillo, por accidente había abierto una puerta a esa dimensión y la energía mágica resonó con él y le explicó eso, aunque inmortales en apariencia, los Djinn podían morir si se sabía cómo eliminarlos.

Básicamente, su única debilidad yacía en este mundo, solo un arma bendecida podía matarlos, por lo que solo habían estado viniendo por ellas a esta dimensión, sin intervenir para perjudicar o dañar este planeta.

Los Djinn nos veían como poco más que hormigas, seres nada dignos de su atención más allá de ese poder para matarlos y como tal, no tenían ganas de someter o ayudar a la raza humana.

Eso le había revelado "La Consciencia colectiva" de esa dimensión. Eso y que ella estaba muriendo debido a que si habitantes, la energía de ese mundo estaba frenando y desapareciendo. Pasarían al menos cinco milenios para que la energía cesará y colapsara y así, jamás volver… a menos que Tenji le ayudará.

Los Djinn se habían extinguido, pero eso no quería decir que se pudiera considerar cerrada la puerta al poder que empuñaban. Con restricciones y límites, sería posible que Tenji pudiera crear seres que no eran Djinn pero que podían ejercer su poder, usando como base a un humano, unos caracteres especiales, un ritual específico y un objeto en particular, se podía hacer que una persona emñupara los poderes de ese mundo y así, ayudarle a sobrevivir.

Claro, tendría una serie de restricciones, como la cantidad de poder a ejercer, el albedrío y demás, lo que a ese mundo relativamente no le importaba, siempre que pudiera existir, Tenji podría hacer lo que quiera con ese conocimiento.

Y al leer en el libro la parte donde narraba la creación de esos seres, entendió de dónde venían los relatos de los genios.

Usando una lámpara de aceite, una botella, un anillo y una pluma, se podía vincular a una persona con ese mundo y darle una fracción del poder de "La Consciencia colectiva".

La lámpara de aceite dotaba de un enorme poder y dejaba mucho albedrío al efrit, aunque seguía siendo esclavo de quién portará la lámpara, solo podía cumplir tres deseos antes de que se desvincule de ese amo y se vaya para siempre en busca de otro amo.

Las botellas reducían mucho más el albedrío, disminuían el poder, aunque los deseos eran más, diez para ser precisos.

Mientras que él anillo básicamente te daba un esclavo en mente y alma, con deseos ilimitados aunque muchísimo más reducidos.

Un efrit de lámpara podía revivir básicamente billones de personas, sin importar cuándo y cómo fallecieron. Uno de botella solo a cientos recién fallecidos por muerte no natural y uno de anillo a un recién fallecido por asesinato.

Uno de pluma… no podía, estos seres eran básicamente autómatas, criaturas que dependían totalmente de las órdenes de sus amos y que no eran más que cáscaras vacías de su ser.

Chusai entendió al leer la descripción, que sí había usado Tenji ese conocimiento, si las leyendas y relatos sobre esos seres que coloquialmente se les conoció como "genios", al menos para crear a dos seres de cada tipo.

Había leyendas de dos poderosos "genios" Kurama y Gyuki, dos genios muy poderosos y nada confiables que podían torcer los deseos de sus amos a su conveniencia y que fueron destruidos al fundir o romper sus lámparas. Dos genios de botella, Chomei y Saiken, cuyo fin fue idéntico debido a que se sacrificaron por su amo, a diferencia de los otros dos que fueron destruidos para poner fin a sus fechorías. Dos de anillo, Matatabi e Isobu, de los que las historias no decían que fue de ellos. Y había el relato de un par de autómatas en una ciudad que parecían estar vivos…. Y de los que no se sabía su paradero.

Con mucha curiosidad, sin saber que era "La Consciencia colectiva" que lo animaba a probar la veracidad de lo ahí escrito, Chusai se puso manos a la obra y aprendió cabalmente todo lo necesario para saciar su curiosidad.

Compró un anillo de oro, lo grabó él mismo con los sellos que sentía, harían falta para ello y pensó en alguien para probar su teoría, eligiendo a su vecina de al lado, una mujer rubia muy hermosa de nombre Nosekai Samui.

De piel muy clara con figura atlética de reloj de arena y cabello rubio sedoso, de pechos color vainilla y además grandes, redondos y espesos, parecían seductoramente suaves y parecían desafiar la gravedad de la manera más natural. Con piernas largas y fuertes, pantorrillas bien formadas y pies delicados, ojos azul zafiro y un corte Bob, le pareció la persona ideal para probar su idea por dos razones, era su vecina y hasta donde sabía, no tenía amigos y familiares. La segunda, era su vecina y nadie sospecharía mucho, de funcionar esto, que se volviera de repente cercana a él.

Espero que Samui regresará muy noche a su apartamento, dejando a la vista el hermoso anillo de oro para que ella lo recoja, sabiendo que nadie a esa hora saldría para nada, así que pacientemente espero a ver por la mirilla a que ella llegara

Efectivamente, luego de esperar una hora, vio como la rubia levantaba el objeto, así que rápidamente comenzó a recitar el hechizo, mientras los ojos de Samui se agrandaron de sorpresa al notar que estaba paralizada y que el anillo estaba brillando.

-Como hacedor de este anillo y abridor de la puerta, te nombro la guardián de la puerta. Samui, te ato en corazón, alma y cuerpo a este anillo mientras exista. Tú controlas su poder, quien quiera que la controle, te controla. Estás atada como la Efrit de este anillo, ¡así que repite ahora tu juramento ante el fabricante de este anillo! - expresó Chusai muy emocionado al ver que no eran patrañas las cosas que ese libro tenía.

La joya parpadeó y los ojos de Samui brillaron, dándole una mirada perdida a la hermosa rubia.

-Yo, Samui, estoy ligada a este anillo como su Efrit. Juro por mi alma que serviré a quien posea el anillo como mi amo hasta que yo sea liberada de su servicio por su fallecimiento o un nuevo amo me tome- juro Samui con voz monótona.

Chusai sacó una aguja, le pinchó el dedo índice de la mano que no sostenía el anillo y lo presionó contra él. La sangre pareció hervir en vapor y fluyó hacia arriba. En lugar de disiparse, se espesó y fluyó alrededor de Samui como una envoltura corporal. Chusai vio cómo sus pies parecían convertirse en niebla y su forma fue devorada gradualmente por la niebla cada vez más espesa. Su rostro fue lo último en desaparecer y justo antes de que desapareciera el joven la escuchó decir: "Mierda, ¿qué me está pasando?" en un tono tranquilo y confuso. Su rostro desapareció en la niebla y la niebla de repente fue absorbida por el anillo en su totalidad.

Chusai recogió el anillo y lo sostuvo frente a él con su mano derecha. Era frío al tacto y casi parecía tararear en sus manos. Exhaló lentamente y lo frotó… Una corriente de humo salió disparada del objeto y giró como un tornado frente a él. Rápidamente se disipó y allí, de pie frente a él, estaba Samui.

Ella le sonrió a Chusai con una mirada que derretiría el acero, y luego juntó las manos como si estuviera rezando. Luego inclinó la cabeza y entonó con voz sexy:

-Soy Samui, Efrit del anillo, y tu humilde y leal sirvienta. Seré tu lean sirvienta hasta tu muerte o si alguien más logra hacerse del anillo que me ata a este mundo.

El joven sonrió mientras miraba a Samui. Estaba vestida de forma muy parecida a lo que él esperaba. Su cabello, ahora largo, estaba recogido en una cola de caballo con una cinta negra que lo ataba hacia atrás. Llevaba una diadema con monedas de oro brillantes y un velo transparente de seda negra. Sus magníficas tetas estaban a la vista con un pequeño sujetador de encaje negro que tenía tres filas de monedas cruzando sobre su busto. Cada uno de sus pezones colgaba una lágrima de diamante reluciente. Su abdomen estaba desnudo hasta que la tanga negra de encaje que sostenía más transparencias a través de la seda negra cubría sus largas piernas. Llevaba los pies ataviados con zapatillas negras con cascabeles. Su rostro estaba perfectamente pintado y sus labios eran del color de rubíes oscuros. Lazos dorados colgaban de sus orejas y brazaletes dorados colgaban de sus muñecas. Los brazaletes estaban conectados a mechones de seda negra como los usaría una bailarina del vientre y luego se unieron a su sostén.

En resumen se había convertido en una genio súper sexy que era su leal sirvienta.

Asintiendo satisfecho consigo mismo, Chusai levantó su anillo y con gesto dominante juro, por simple teatralidad.

-Samui, te reclamo como mi sirvienta. Ya tendré tiempo de pedirte deseos- comenzó a pensar en esos detalles que no venían en el libro y tomando una precaución, añadió- Pero por ahora, deseo hacerte algunas preguntas y me responderás completa y sinceramente.

La rubia volvió a inclinar la cabeza con una hermosa sonrisa antes de responder.

-Por supuesto Maestro. Lo que deseas es mi orden. ¿Qué es lo que mi Maestro desea saber de su leal sirviente?

El joven la pasó a su departamento y le pidió sentarse en su sala de estar antes de hacerle una pregunta.

-Dime sinceramente ¿te recuerdas a ti misma como eras antes? ¿Te acuerdas de ser humana?- Preguntó.

-Sí Maestro. Recuerdo varias cosas de mi vida mortal, sé que era una gran belleza y trabajé para complacer a los hombres. Bailé para ellos y les proporcioné placer sexual a cambio de dinero u otros obsequios- respondió ella sinceramente.

-¿Disfrutaste lo que hiciste?- Preguntó Chusai.

-Disfruté burlándome de los hombres y manipulándolos. Recuerdo que pensé lo fácil que era con mi apariencia y cosas simples como un beso o un baile. Recuerdo que pensé que mi madre tenía razón y que una mujer inteligente puede tener una vida fácil sabe cómo usar su cuerpo y sus encantos- respondió sinceramente Samui, sin una pizca de arrepentimiento o cualquier otra emoción en su voz.

-¿Y qué piensas de tu nueva vida?

-Ser hermosa para siempre y poderosa es un sueño hecho realidad- expresó Samui con algo de emoción en su voz- aunque no puedo manipularlo, me gustaría ayudarlo a crear a otras como yo, para que las pueda usar a su conveniencia

El ingeniero en robótica arqueó una ceja ante esa respuesta. Ya que el subtexto más probable era la crueldad o el desquite. Ayudar a hacerles a otros lo que le hicieron a ella, un pensamiento mezquino del que tomó nota.

"Así que aunque está atada a mi como mi esclava, al menos todavía puede sentir sus propias emociones y tener sus propias ideas, aunque no pueda actuar en consecuencia" meditó Chusai "eso es algo a tener en cuenta y algo de lo que deberé tener cuidado. Pero será mejor que cubra mis bases con ella"

-Está bien- asintió Chusai de acuerdo, pensando en qué hacer con esa decisión sobre la marcha- te permitiré que me ayudes a manipular a otras chicas doblegarlas a mi voluntad, SI SE presenta la oportunidad. ¿Te gusta la idea de controlar a mis otras mujeres? ¿Ayudarme a hacer más sirvientes? esclavizar más bellezas?- Preguntó Chusai, ya intuyendo la respuesta.

La nueva genio sonrió con una sonrisa muy malvada pero hermosa y se inclinó con las manos y la cara tocando el suelo frente a él mientras se arrodillaba. -Maestro, estoy muy contenta de que me mantengas y te serviré lealmente para siempre. Me encantaría ayudarte a esclavizar a otras mujeres y me siento honrada de que me coloques a tu servicio. Te ayudaré con todos mis poderes y capacidades para hacerte más grande y más poderoso. Te ayudaré a esclavizar las mayores bellezas que este mundo tiene para ofrecer y me aseguraré de que todas sean esclavas leales de tu voluntad- dijo con convicción, dando a entender que podía expresar sus emociones en el entorno adecuado.

Así que aprovechando que ella podía cumplir sus deseos de forma limitada, pensó en los primeros que iba a pedirle.

-Levántate, Genio. Escucha las órdenes de tu Maestro y obedece- ordenó Chusai. La rubia se puso de pie con gracia. Y el ingeniero sintió que su pene se endurecía con solo mirar su hermoso cuerpo. Pero primero tenía cosas que hacer- Samui, Genio del anillo, tengo mis deseos. Escúchalos y concédelos: primero, quiero que tengas tu antigua personalidad, manteniendo las leyes y restricciones de tu nueva naturaleza- pidió el joven para así no tener una muñeca casi sin emociones como juguete. Eso no sería nada divertido después de todo- y también deseo tener una gran destreza sexual, ser un amante maestro que pudiera hacer el amor y disfrutar del placer toda la noche sin efectos nocivos y el cuerpo físico, la capacidad y la fuerza para igualarlo sin trucos ni problemas- Chusai quizás al principio no planeaba tener un gran harén de mujeres hermosas, pero no era estúpido y estaría condenado si no iba a poder disfrutarlas toda la noche todas las noches.

-Tus deseos son órdenes amo- asintió Samui antes de chasquear sus dedos- ¿Lo he hecho bien, Amo? ¿Tu esclava ha cumplido correctamente sus órdenes?- Preguntó con una voz que goteaba de deseo. Samui tenía una fascinación por los hombres poderosos y su amo lo era, en más de un sentido, eso la puso muy cachonda y ansiaba que su atuendo y el hecho de que no lo rechazaría, lo hiciera tomarla.

Chusai ni siquiera habló, pero agarró a su esclava y la besó con pasión. La rubia le devolvió el beso con igual pasión y entrelazó sus brazos alrededor del cuello de su amo. Él la empujó de vuelta a la habitación y ella tropezó con una hermosa alfombra persa y se dejó caer sobre ella. Chusai estaba sobre ella en un instante y ella chilló de alegría. Él besó su cuello, sus pechos, su estómago y su coño afeitado. Ahora que Chusai tenía el cerebro lleno de toda la información necesaria sobre cómo complacer a una mujer, muy pronto estaba tocando, besando y lamiendo a Samui de una manera que la hizo balbucear de alegría y puso los ojos en blanco. Se dio la vuelta debajo de su amante y amo y tomó su polla en su boca. El miembro de Chusai era enorme, grueso y tenía casi 15 pulgadas de largo, pero como lo descubrió el ingeniero, los genios no son para nada seres normales. Samui agitó las manos y Chusai sintió que toda su polla se deslizaba por la garganta de ella. Debería haber sido imposible, pero lo hizo. Su lengua se arremolinaba a su alrededor como una serpiente y jugueteaba con su punta mientras lo masturbaba al mismo tiempo. El joven soltó toda su carga por su garganta y ella tomó cada gota.

La Genio sacó la polla de su boca y se giró para enfrentarse a su amo. Ella lo besó con fuerza y envolvió sus piernas alrededor de su cuerpo duro. La polla del joven se puso dura rápidamente y la penetró con un gruñido y luego un jadeo y un suspiro.

El coño de Samui era indescriptiblemente impresionante. Se sentía hecho a medida para su polla y cada movimiento de su polla enviaba oleadas de placer a través de su cuerpo. Obviamente, ella también lo disfrutó mientras jadeaba, gruñía y susurraba ferozmente al oído de su amo.

-¡Sí Maestro! ¡Follate a tu esclava! ¡Mi coño es tuyo para que lo disfrutes y comas! ¡Empuja dentro de mí! ¡Tómame, maldita sea, toma a tu esclava y follarla hasta que se funda su cerebro!!- terminó con un grito de placer y su amo se dejó caer sobre ella jadeando. Pudo sonreír a su genio esclavo durante unos segundos antes de desmayarse de agotamiento. Tenía ya el conocimiento, pero ella juzgo conveniente transformar su cuerpo sin que el dolor de la transformación lo perturbara.

Samui hizo rodar suavemente a su amo hacia un lado y se sentó. Ella le dedicó una sonrisa tonta a mientras lo veía convertirse en lo que ella pensaba era físicamente un hombre ideal.

"¿Confío en que haya disfrutado de la atención de su Maestro?" Llegó a la mente de Samui, La Conciencia Colectiva que se sentía dichosa de no desaparecer al ponerse en cero nuevamente el reloj de su destrucción.

"De hecho, lo disfruté mucho. Creo que disfrutaré mucho estar al servicio de él"

"Me di cuenta de que los cambios que el dese, ahora es de piel más oscura, algo más alto y definitivamente más músculo. ¿Supongo que lo moldeaste en algo más a tu gusto?" Observó a través de los ojos de Samui La Conciencia.

"Sí, eso es verdad" admitió ella " Cumplí sus deseos y requisitos y no le hice ningún daño. Nunca me prohibió convertirlo en lo que considero un hombre ideal. Su personalidad es bastante atractiva como es. Cortés, fuerte y no uno que sea fácilmente distorsionado por la belleza o el simple placer físico o un beso rápido. Si lo hubiera conocido como una mujer humana, me habría sentido muy atraído por él al paso del tiempo. Pero rara vez nos cruzamos. Aunque estoy muy enojada por qué me esclavizara creí que disfrutaré mucho sirviéndole. "pensó Samui dijo mientras se sentaba en una almohada y miraba a Chusai dormir.

"Bueno, mientras haya más como tú y eso garantiza que siga existiendo, me da igual lo que pase" desdeñó la situación La conciencia y añadió "y quién sabe, tal vez yo le haga un día una vista para agradecer por evitar que me pierda en el olvido".

Samui solo asintió en comprensión, antes de convertirse en humo y regresar al anillo. Su nueva vida sería sumamente interesante.

Y corte.

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