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El culo de mi esposa

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Miércoles en la noche,  después de haber solucionado varios conflictos en nuestra relación que nos traían con estrés, agotamiento mental y sentimental estoy aquí de pie, mientras mi esposa en 4 con su esplendoroso culo bien parado en medio de su jadeante orgasmo anal parece flotar en el sofacama y yo con mi garganta seca de gemir en medio de este rico polvo y mis labios aun con el sabor de sus jugos vaginales y el sabor de su exquisito ano, pienso que, no hay nada más rico que tu esposa te suplique por ser clavado por su anito, y aún más cuando tiene un culo como el que tiene ella, porque una cosa es tu pedir que te entreguen el anhelado anito y otra es que te digan en medio de sus gemidos, -cómeme el culito, pártemelo amor, con una necesidad llena urgencia.

Llevamos tres noches seguidas llenándonos de sexo y lujuria, juntos hemos podido revitalizar nuestra vida sexual, que si bien no era mala, si le faltaba chispa, picante y malicia, y ese punto de apoyo ha sido el confiarnos la posibilidad de incursionar en el mundo swinger, imaginándonos en ciertas situaciones mientras nos comemos mutuamente. No es la primera vez que lamo el anito de mi esposa, pero sin lugar a dudas en una de nuestras fantasías mientras lamina ese rico culo le decía que imaginara que había alguien más chupando ese rica cuquita húmeda y jugosa, y eso la volvió loca, y esa reacción despertó en mi unas ansias de lamer su culo, introducir mi lengua en su rosado ano, rodearlo con la punta de mi lengua, escupirlo para de nuevo volver a lamer y succionar. Y esta noche de miércoles he vuelto a experimentar esa necesidad de ponerla en 4 y devorar su vagina, meter mi lengua y deleitarme con su sabor, su textura, su aroma. Mientras meto mi lengua, mi nariz estimula ese anito, y sus caderas se mueven al ritmo de sus gemidos, al ritmo de ese idioma que solo aflora cuando elevas a tu mujer a las nubes, un lenguaje de puta, de mi puta, porque así le digo cuando la inunda esa excitación y placer que solo se vive cuando culea con el alma.

Sus ojos me miran mientras mi verga entra y sale de su boca chupadora, es una maestra en el arte de la felación, y estos últimos días al liberar su puta interior chupa mis huevos como nunca nadie, ni ella misma lo había hecho, toma con su mano mi verga por la base, la escupe solo para succionar con más ganas la cabeza de mi dura he hinchada verga, cada vez que la mete para mamarla no puedo evitar gemir y decirle cuanto me encantan sus mamadas, cuando me enloquece que sea mi zorrita mamadora, la dueña de la leche de mi verga, ese leche que tantas veces se ha tragado, así como cuando tomas un copa de licor con una necesidad casi inhumana, así es ella cuando chupa, mama, lame, succiona y lengüetea su verga. En esos momentos es inevitable tener las ganas de estar al mismo tiempo clavando su embriagante vagina inundada de sus ricos jugos que tantas veces he saboreado, catado y tomado. Y en medio de esa mamada y deseo de clavarla la dije que si le gustaría que alguien le estuviera dando, y entonces siento como su piel se tensa y se hace de gallina, y como mi verga es succionada mientras libera otro orgasmo, si lectoras y lectores, ella es multiorgasmica y tiene la habilidad de venirse mientras mama su verga.

No puedo evitarlo y hago que se detenga de su exquisita mamada, la pongo en 4 en el sofacama y le voy directo a lamer su panochon, porque es un panochon carnosito, con un clítoris que te invita a lamerlo. Mientras devoró esa vagina no puedo evitar pensar en ese anito, y me parece injusto que después de esa mamadota que me dio, no le dé el doble placer del sexo oral vaginal y anal, y entonces sus gemidos se intensifican pidiendo - más, más lengua en el culo mi amor, cómeme el culito; y yo no puedo evitar exigirle que diga en medio de sus gemidos quien es el dueño de su culo, de sus polvos. Y entonces llega ese momento mágico, donde pide que le haga lo que muchos apenas sueñan que digan sus parejas, - cómeme el culo con esa verga rica, clávame el anito, atraviésamelo y pártemelo en dos.

Mi verga reacciona y se tiempla aún más de lo que está, corro a buscar una crema para ayudar a que su culo disfrute más, y mientras con mis dedos aplico la crema en su anito, me agacho y lamo su cuquita para que no pierda su nivel de excitación, no quiero que salga de su transe, necesito que siga así, para que el primer vergazo en su culo sea memorable, empiezo con suaves presiones de la cabeza de mi verga en su ano, parece que besara la entrada de su glorioso culo, y poco a poco se abre camino, dilatando, exigiéndole que relaje eso rico anito, para que albergue y reciba su anhelada verga, y ya en su punto, hago más presión, empujando con mi cintura mi verga cada vez más dentro de su caliente culo, y noto como su cuerpo disfruta pidiendo penetraciones mas continuas, mas profundas.

Su culo me succiona la verga mientras sus dedos juegan con su vagina y acarician mis huevos, como estimulándolos para más tarde rellenar su culo en medio de su orgasmo con mi caliente leche, y así cada clavada saca gemidos mas profundos, con más placer, casi convirtiéndose en gritos de deseo y satisfacción absoluta. Ahí estoy yo de pie, notando que su orgasmo se aproxima y preguntándole solo para que ella afirme que quiere toda la leche de su verga rellenando ese culote de diosa sexual, mis gemidos se acumulan en mi garganta, mi corazón bombea fuerte, así como mi verga bombea esa rica leche caliente dentro del culo de mi mujer, dejo mi Verga dentro de ella mientras sus gemidos flotan en el aire, y con mis manos masajeo su espalda, su cuello, su culo, para que relaje su cuerpo tembloroso por su orgasmo, y así repose en una profunda tranquilidad y satisfacción.

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