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El mejor viaje a España (P. 5): La casa del amor

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Ashe colocó los dos platos de cereal en la mesa con una sonrisa. Llevaba puesta mi playera de la noche anterior haciéndola ver tan sexy. Yo tan sólo llevaba puesto mi calzoncillo, podía notar la mirada de Ashe mientras comía, pero no dijo o hizo nada, lo cual me decepcionó un poco, aunque no estaba seguro que tenía fuerzas después de la noche anterior. Quizá necesitaba un poco más de tiempo.

Comíamos en silencio, mirándonos uno al otro, sin que la sonrisa se borrara de nuestros rostros.

Finalmente hable.

—Ayer fue…

—Sí —dijo ella con una sonrisa.

—Estuviste tan…

—Gracias.

—Crees que…

—Claro.

—¿Podrías dejarme terminar una frase? —le dije con una sonrisa.

Ella también me sonrió, dejó el plato en la mesa y caminó hacia mí para besarme.

—Sí, ayer estuvo increíble —me dijo con sus brazos en mi cuello—. Tú también estuviste muy bien y claro que quiero repetirlo —continuó besándome—, pero tenemos tiempo, aun vas a quedarte otra semana más.

—Tienes razón —le contesté besándola y haciendo que se sentara sobre mí—. Pero te deseo tanto.

Ella correspondió mis besos con cariño, moviéndose ligeramente sobre mí, apretando mi miembro. Estaba en una posición algo incómoda debido a que la silla en la que estábamos era muy pequeña, pero no quería parar. Ashe alejó un poco su rostro y me miró con sus hermosos ojos.

—¿Por qué no vamos a esa casa que rentaste? Vamos por tus cosas y te vienes a quedar conmigo. Además me gustaría conocer a las personas que cuidaron a mi chico mientras yo no estaba.

—Ah, ¿ahora soy tu chico?

Ella alzó las cejas con una sonrisa y me besó.

—¿Lo eres?

Quise contestarle, pero mi mente divago un momento, pensando en si sería bueno llevar a Ashe a la casa. Tenía un poco de miedo que Luna le dijera lo que había pasado, no la creía tan capaz, pero era una posibilidad que no me agradaba.

—Vamos, después de ir podemos dar un paseo en la playa —me dijo Ashe bajando de mí y dirigiéndose a su cuarto. Al hacerlo se quitó mi playera y la tiró al suelo. Volteó el rostro mientras se iba, deleitándome con la visión de su espalda completamente desnuda.

Sin mucho remedio, me tuve que poner la misma ropa con la que había llegado, por otro lado Ashe se puso una camisa color vino y unos pantalones que se ajustaban bastante bien a su figura. En la abertura del cuello podía ver el listón color rojo de su traje de baño y un poco de este saliendo de su escote.

Tomamos un taxi y regresamos al Airbnb que rente. Cuando llegamos nos encontramos a Luna, James, Rachel y Lisa en la sala platicando y riendo. Todos parecían estar preparados para ir a nadar. James y Luna tan sólo llevaban su traje de baño, él llevaba un bóxer negro dejando ver su cuerpo trabajado y un enorme tatuaje que bajaba desde su hombro derecho hasta casi la mitad de éste, ella un diminuto bikini negro liso. Rachel y su pareja en cambio estaban sin playera, portando la parte superior de su bikini y unos pequeños shorts, Rachel color caqui y Lisa de mezclilla.

—¡Eh! Ro —me saludó Luna—. Creí que te habías perdido o algo. ¿Quién es tu amiga?

—Soy Ashe —se presentó ella tomando la mano que le ofrecía ella—. Ro y yo nos conocemos desde hace tiempo.

—¡Ah! Así que esta es LA chica ¿eh? —dijo Luna mirándola de arriba abajo. Yo desvíe la mirada algo apenado—. ¿Y a que te debemos la visita?

—Venimos por las cosas de Ro —respondió Ashe—. Va a quedarse el resto de la semana conmigo, espero que no les importe que me lo robe.

—Para nada, pero empezábamos a llevarnos bien entre todos —dijo Luna mirando al resto de los presentes—. Pensábamos ir a la playa todos juntos hoy, sólo estábamos esperando a ver si aparecía.

—Oh —exclamó Ashe—. También queríamos ir a la playa hoy.

—¿Por qué no nos acompañan? —sugirió James.

—Sí, que vengan —dijo Rachel.

Mire a Ashe no del todo convencido, ella se alzó de hombros.

—No suena tan mal. Regresando podemos venir por tus cosas.

Mire a todos un momento y luego asentí. Aún no del todo seguro que fuera una buena idea.

—De acuerdo, voy a cambiarme.

Ashe se quedó hablando con ellos mientras iba a ponerme mi traje de baño. En el proceso también comencé a armar mi maleta para estar listo para irme en cuanto regresáramos. Decidí igual sólo quedarme con mi traje de baño y nada más, cuando regresé había visto que habían convencido a Ashe de también quitarse la ropa. Ahora podía ver su hermoso cuerpo en un bikini a rayas de color rojo en la parte superior y blanco en la inferior. Una vez listos todos, salimos por la puerta trasera que llevaba a la playa. Note que James llevaba una mochila bastante grande, aunque ignoraba el contenido de esta.

—¿Qué traes en esa bolsa? —preguntó Rachel a James.

—Me alegra que preguntes —respondió él abriéndola y sacando unas cuantas pistolas de agua del interior y pasando una a una a nosotros—. Creí que sería divertido usarlas.

Las chicas parecían entusiasmadas por la idea y la verdad es que a mi también.

—Oye, pero ¿qué no la sal y la arena del mar luego atora estas cosas? —comenté un momento.

Se detuvo y me miró.

—Mmmm, creo que tienes razón. ¿Qué les parece si regresamos las llenamos en la piscina, nos refrescamos un poco y luego nos vamos a la playa?

Todos accedimos y salimos por la puerta trasera para ir a la alberca. Comenzamos a llenar nuestras pistolas. James le hizo la maldad a su novia y la empujó mientras lo hacía. Luna cayó en el agua y rápidamente salió para mojar a James.

Empezamos una guerra campal. No había equipos, tan sólo nos mojamos entre todos. Nos reíamos mientras nos lanzábamos agua. Rachel intentó ayudar a Luna a tirar a James al agua, pero él era muy fuerte para las dos, así que entre ambas comenzaron a mojarlo con las pistolas. La adrenalina se acrecentaba cuando teníamos que acercarnos a la alberca para recargar munición, con el temor de que alguien nos tirara al agua.

En un momento, James se quedó sin agua y Luna aprovechó para tirarle la pistola en la alberca en cuanto intentó recargar. Luna atacó a su novio sin piedad, obligándolo a correr y meterse a la casa. Rachel y Lisa se mojaba mutuamente entre risas y Ashe intentó sorprenderme, pero tomé su pistola y comencé a rociarla con ambas armas.

Ella también corrió, bajó un poco por el camino que daba a la playa y la seguí.

Se detuvo a la mitad y vacíe el agua sobre ella. Ashe intentaba alzar las manos para intentar detener los chorros, pero sin mucho éxito.

—¡Ya, ya! Me rindo —me dijo entre risas.

Me detuve, dado que se me había acabado el agua. Ella intentó secarse un poco. Su cabello estaba mojado y el bikini también. Al mirarla así no pude evitar acercarla a mí y besarla.

—Gane —le dije.

Ella me dio una ligera bofetada a modo de juego y sonrió.

—Tramposo, me quitaste mi arma.

—En la guerra todo se vale.

—Y en el amor también —me dijo besándome de piquito—. Vamos, hay que regresar.

Asentí y dejé que ella fuera primero. No quería admitirlo, pero quería ver como su bikini se había hundido en su trasero debido a lo empapado que estaba. En cuantos nos acercamos a la casa nos dirigimos a la alberca y nos quedamos quietos.

Lisa estaba sobre Rachel en una tumbona al otro lado de la alberca, disparando agua directamente sobre su short. Rachel había perdido el bikini y se apretaba los pechos desnudos. Cuando el agua se acabó, Lisa subió al rostro de Rachel y comenzó a besarla con pasión y deseo.

—Creo que deberíamos dejarlas solas —me dijo Ashe tomándome de la mano y comenzando a jalarme, pero noté que su mirada estaba clavada en ambas.

Entramos a la casa, un poco sorprendidos con lo que acabamos de ver.

—No esperaba eso —comenté.

—Yo tampoco, pero...se veía bien.

—¿Qué quieres volver afuera y verlas? —dije bromeando, pero Ashe volteó a ver la puerta como dudando—. ¿En serio?

—No lo sé —dijo y desvió la mirada como avergonzada—. Se veía muy ardiente lo que estaba haciendo.

Me quedé sorprendido.

—¿Quieres que vayamos y nos... ammm, unamos o algo así?

—¡No! —dijo ella sorprendida—. Sólo me estaba gustando mirar, no quiero nada como eso.

—Ah, entiendo.

—Olvídalo —me dijo— Vamos a buscar a James y Luna, quizá podamos ir a la playa con ellos mientras ellas siguen con lo suyo.

Asentí y continuamos caminando por el pasillo, pero comenzamos a oír un ligero gemido y Ashe se detuvo al final del pasillo, luego retrocedió como intentando ocultarse. Me adelanté un poco para ver lo que ella veía y me quedé de piedra. James estaba sentado en el sillón de la sala, Luna estaba en cuatro a su lado, comiéndole la verga. Su cabello y bikini estaban completamente mojados, mojando también la tela del sillón. Las pistolas de ambos reposaban en el suelo mientras ellos hacían lo suyo. James agarraba a Luna por el cabello mientras marcaba el ritmo en que su verga entraba y salía de su boca. Estaba tan concentrado en lo suyo que pareció no notarnos.

—No puede ser, ¿ellos también? —susurré mientras continuaba viendo la escena.

—Supongo que por eso se metieron —susurró Ashe, pero había algo en su voz.

Volteé a verla, podía ver como sus manos recorrían su cuerpo lentamente, sus piernas estaban cruzadas y sus ojos no se desprendían de la felación que Luna le estaba dando a su novio. Podía ver como Ashe se debatía en quedarse o irse, notaba la excitación en su mirada, en sus caricias. No quería irse quería seguir viendo.

Y la verdad es que yo también estaba empalmado a más no poder, la situación en general, espiar a Rache y Lisa para después hacerlo con Luna y James. Mi erección me había estado molestando en mi traje de baño desde hace tiempo, pero no quería decir nada, pero al ver a Ashe en ese trance, ya no pude evitarlo.

Tome a Ashe por la cintura y la apreté contra mi pecho. Ella soltó una ligera exhalación mientras mi mano izquierda comenzaba a recorrer sus piernas hacia arriba y con mi mano derecha apretaba ligeramente su cuello. Ella movió su cuerpo al ritmo que el mío.

—¿Te gusta verlos? —le susurré al oído.

Ella asintió con lentitud.

—Me gusta ver como Luna le come la polla a su novio.

—¿Quieres que nos vayamos?

Ella negó energéticamente.

Sin decirle nada, ni siquiera un aviso. La lancé contra la pared y besé su cuello. Ella se mordió el labio, señal que le gustaba lo que estaba haciendo. Fui bajando a su hombro, dirigiéndome a su espalda, llegando hasta su trasero. Podía ver como Ashe seguía observando a Luna y a James. Los mire de reojo. Luna había dejado de chuparle la verga a su novio y ahora era él quien atacaba los pezones de ella como un hambriento. Los gemidos de Luna comenzaron

Tomé la cintura de Ashe para hacerla hacia atrás ligeramente y abrir sus piernas. Su lindo coño me saludó y comencé a lamerlo y meterle mi lengua. Ashe también comenzó a gemir. Giró ligeramente y jugó con mi pelo sin quitarle la mirada a la escena que se desarrollaba en la sala.

Ashe intentaba no gemir tan fuerte para evitar que Luna y James nos descubrieran, pero podía notar por las reacciones y la forma en como me agarraba el cabello que estaba disfrutando. Su coño estaba empapado, mi lengua lo atacaba con voracidad. Escuché el sonido de dos cuerpos chocar, me detuve un momento y miré a la sala. Luna monta con salvajismo a James. Sus gemidos se volvían gritos de placer mientras ella subía y bajaba sobre el falo de él.

Me levanté y le di la vuelta a Ashe, ella pegó la espalda a la pared y me miró. Desanude la parte superior de su bikini para sacar sus pechos al aire.

—Se ve que la están pasando muy bien —me dijo metiendo su mano en mi bañador y agarrándome el pene para comenzar a masturbarme.

—Vaya que sí —le susurré de vuelta.

Junte nuestras frentes para ver su expresión mientras metía mi mano debajo de sus bragas y estimularla directamente. Los gemidos de Luna seguían y el choque de sus cuerpos aumentó el ritmo. Ashe tan sólo me miraba y gemía por lo bajo mientras su mano aumentaba el ritmo. Se detuvo un momento para bajarme el bañador y continuar con lo suyo.

—Oui, oui. Baise-moi comme ça —decía Luna entre gemidos.

Ashe gemía con sus ojos puestos en mí y apretando los labios. Su cuerpo se movía de un lado a otro.

—Vaya, vaya.

Ambos miramos al otro lado y vimos a Rachel y Lisa tomadas de la mano, desnudas, mirándonos. Ashe soltó un ligero grito de sorpresa y yo intente cubrirme la erección que tenía. Luna se detuvo y ella y James nos miraron.

—Así que andan de espías —dijo Rachel con una sonrisa.

—Lo sentimos —dijo Ashe, mirando primero a la pareja de lesbianas y luego a los franceses—. No queríamos…

—Todo está bien —dijo Rachel dirigiéndose a la sala, guiando a Lisa que también sonreía—. Todos somos amigos aquí, ¿no?

Luna se mordió el labio al ver como Rachel y Lisa entraban a la sala. Se bajó de James y se colocó en cuatro sobre el suelo mientras Lisa y Rachel se quedaban de pie para besarse y acariciarse.

James se arrodilló frente a su novia y nos miró mientras se la metía con lentitud.

—Vamos, están en confianza.

Luna nos miró con una expresión de éxtasis cuando la verga de su novio se perdió por completo en su interior. Intentó gesticular, pero James comenzó a darle con dureza y lo único que salió de ella fueron gemidos de placer.

Mire a Ashe, sin saber qué hacer, ella parecía igual de perdida que yo mientras las dos parejas cogían frente a nosotros.

Rachel se agachó para comenzar a comerle el coño a Lisa, sus gemidos no se hicieron esperar. Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, volví a mirar a Ashe, sin saber que hacer o cómo reaccionar. Me sentía completamente excitado por lo que estaba pasando, al oír el placer de ambas parejas me tenían hecho una roca; y Ashe parecía estar igual de excitada.

Sin decirme nada, jaló el cordel de sus bragas del bikini para dejarlo caer al suelo y se acercó a besarme. Mientras me besaba, me jalaba a la sala para que nos uniéramos a esta locura.

Ashe me llevó hasta el sillón y me lanzó a él para luego darme la espalda, sabiendo lo que quería, tomé mi pene y se lo ofrecí, ella con cuidado se subió a mí, apoyando sus manos sobre mi pecho mientras se clavaba mi verga tan dura y caliente en ella. Lo había hecho así porque no quería perderse del espectáculo.

Comenzó a montarme con fogosidad y deseo. Sus gemidos se unieron a los del resto de las chicas, haciendo una sinfonía de deseo y éxtasis.

Mire a James quien se cogía a Luna en el suelo boca arriba, ella nos volteaba a ver a Ashe y a mí y nos sonreía. Su cara se rompió en una expresión de placer mientras su novio se la clavaba hasta el fondo.

Al otro lado de la sala, Lisa y Rachel estaban en un 69 que las hacía gemir entre ellas. Podía ver a Rachel debajo de Lisa mover su cuerpo al compás del de su amante. Verlas así me excitó más. Tome a Ashe por la cintura y la peque a mi pecho y comencé a metérsela con rapidez.

—¡AH! ¡AH! Así, Ro, no pares, me encanta, me encanta —me decía mientras no apartaba la mirada de las otras parejas.

Luna fue la primera que llegó a un orgasmo, James no dejó de metérsela hasta que su cuerpo se hubiera calmado.

—¿Puedo probar un poco de tu novio? —le preguntó Rachel a Luna mientras Lisa continuaba penetrándola con la lengua.

—Sólo si yo puedo probar a la tuya.

Rachel asintió y estiró la mano hacia James, él tan sólo la tomó y la alzó como si fuera una muñeca. James se paró frente a Rachel y ella comenzó a comerse su verga mientras Luna regulaba hacía Lisa y comenzaba a besarla.

Yo continuaba dándole a Ashe, jale su cuerpo para que ambos quedáramos acostados de lado en el sillón y pudiéramos continuar viendo el espectáculo. Rachel se comía la verga de James como una hambrienta, el francés la tomó del cabello e hizo que entrara al ritmo que ella quisiera.

Luna, por otro lado, amasaba y lamía los pechos de Lisa mientras ella tenía su mano en la entrepierna metiéndole los dedos, explorando su cuevita.

Ashe llegó al orgasmo en ese momento, abrazó mi cuello mientras su cuerpo se desplomaba y se agitaba. Mire un momento a James, quien me sonrió con un pulgar arriba y luego tomó a Rachel por la cintura para cargarla y empalarla en su verga. Rachel gritó de placer mientras subía y bajaba sobre él.

Lisa y Luna cruzaron sus piernas, intentando una posición de tijera, desde donde estaba podía ver como sus vulvas se rozaban. Ellas se miraban a los ojos, sonriendo entre ellas, disfrutando del contacto de sus clítoris.

—Ven aqui. —me dijo Ashe finalmente recuperándose del orgasmo y tomando mi mano.

Me llevo a la parte trasera del sillón y se recargó en el respaldo. Levantó la pierna derecha para darme entrada libre y me quedé un poco sorprendido ante su elasticidad, esto abría tantas puertas.

Se la metí despacio, para disfrutar el calor y humedad de su coño. Las cuatro mujeres gemían, como haciendo una competencia de ver quien estaba disfrutando más. James y yo nos esforzamos. Él había bajado a Rachel y la tenía en una posición parecida a la que yo tenía a Ashe. Yo me deleitaba con las expresiones de cada una. Ashe me volteaba a ver de vez en cuando y luego regresaba la mirada a las otras parejas.

—¡Dame! ¡Dame! ¡Dame! —le decía Rachel a James.

James comenzó a gemir, señal que estaba a punto de correrse. Rachel lo notó, pues ella se arrodilló y comenzó a comerse su verga rápidamente. Luna estaba en el suelo, Lisa le comía el coño y podía ver la primera también se estaba corriendo.

Rachel se sacó la verga de James y éste se corrió en su cara. Lisa dejó de chupar la vagina de Luna, reculó hasta su rostro y la dejó caer en su boca para besarla.

Llevado por estas imágenes, saque mi pene de Ashe y me corrí en su trasero. Ella me miró mientras descargaba, podía ver sus dedos jugar con su vagina, arrancándose otro pequeño orgasmo. Ashe se volteó y me besó.

—Eso estuvo divertido —me dije.

Yo sólo asentí y miré al resto. Luna gateó hasta Rachel y comenzó a besarla y lamer los restos de semen de su rostro. Lisa se unió a ellas y se besaron entre las tres. Podía ver que la erección de James no había bajado y con esa imagen tampoco la mía. Él me volteó a ver.

—Ahora me toca con tu chica.

Me quede sorprendido ante la propuesta y miré a Ashe.

—No creo que sea buena idea —dije

—Lo siento, no quiero —le respondió ella simplemente.

—Vamos, no seas celosa —dijo James mientras Rachel se acercaba a comerle la verga de nuevo.

Lisa se quedó atrás mientras se masturbaba mirándolos. Luna reculó hacia nosotros.

—Podemos repetir lo de la otra noche —dijo ella.

Ashe me miró con sorpresa y yo me quedé sin palabras.

—No digas que no te gustó —dijo Luna acostándose en el suelo y comenzando a masturbarse.

—Yo...no —dije sin dejar de mirar a Ashe.

Ella me miró por un momento, me tomó de la mano y me llevó al pasillo para tomar nuestra ropa.

—Fue un gusto conocerlos, disfruten.

Luna se alzó de hombros y se fue con su novio.

Ashe me llevó a mi cuarto y sacó un poco de ropa para ponerme.

—Ashe, yo…

—No digas nada —me dijo lanzándome la ropa y vistiéndose ella también.

La obedecí. Escuchamos los gemidos de las tres mujeres viniendo de la sala. Cuando nos vestimos pasamos por la sala y vimos a James debajo de las tres chicas. Luna subía bajaba sobre su miembro mientras que Rachel estaba sentada sobre su rostro y Lisa la besaba.

Salimos sin despedirnos, mi erección aún estaba presente. Sin decir nada, Ashe pidió un taxi y le dio su dirección.

Viajamos en silencio la primera parte del viaje, no sabía qué decirle. Estaba completamente apenado. Ashe no me miraba, su mirada estaba clavada en la ventana, mirando a la gente pasar.

Finalmente me armé de valor y hablé. Le conté lo que había pasado, como Luna había entrado en el baño y como me había seducido. También le dije lo que había pasado con Jules y Lain, como me habían chantajeado. Ashe me miraba atenta, podía ver la mirada del taxista puesta en nosotros, completamente atento a mi historia, pero no dijo nada. Cuando termine de contar, mire a Ashe, ella tan sólo se alzó de hombros y me miró.

—Honestamente no puedo culparte, eres un hombre y estabas en una casa llena de mujeres. Debí imaginar lo que había sucedido —me dijo un tanto triste.

Me acerque a ella y le tome de la mano.

—Ashe, vine aquí para estar contigo, no vine a este país para coger con cualquier chica que me encuentre, tú eres la razón de que viniera.

—Pero sí te follaste a esas chicas...no debo recriminarte nada, viniste a quedarte dos semanas y estoy muy feliz de que vinieras, pero estarás poco tiempo aquí, no me puedo enojar por querer pasarte un buen tiempo en otro país.

Desvió la mirada un segundo. Tomé su barbilla y la bese, dulce, lentamente.

—Ya no estoy en esa casa, ahora seré tuyo por el resto de mi viaje. Después veremos que hacemos, quiero disfrutar estar contigo.

Ella me sonrió y miró un momento al taxista para ver si aún nos prestaba atención.

—Aún estoy un poco caliente después de lo que sucedió —me susurró mientras pasaba su mano por mi entrepierna.

La mire con una sonrisa, baje el cierre de mi pantalón y saque mi pene que no había recuperado la tremenda erección que había tenido en la casa.

Ashe y yo nos besamos el resto del camino mientras ella me masturbaba. No supimos si el taxista supo lo que estábamos haciendo, pero no nos importaba.

Cuando llegamos a su casa entramos casi corriendo. Lance mi maleta a un lado y le arranque la ropa a Ashe como si fuera un animal.

Volvimos a coger, llevados por la excitación y el deseo de ambos.

Definitivamente iba a disfrutar mi tiempo con ella.

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