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En una supervisión

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Supervisaba una obra en un pueblo de la zona sierra, específicamente construimos unos baños para los habitantes de los diferentes pueblos que no contaban con este servicio; resulta que cuando fui a supervisar la obra, por primera vez, me impactó la belleza de una dama, muy bella ella, su color de piel era blanca, sus ojos marrones claros, de estatura aproximadamente 1.50m y de contextura delgada, asu, tenía unos labios hermosos y casi perfectos, con una sonrisa que te invitaba a verla sonreir. Esa primera vez me hizo sentir inquieto y enamorado, ella llevaba puesto una falda blanca larga y resaltaba un poco sus hermosos gluteos.

En la segunda visita, fui con una ansiedad de volverla a verla, entonces me ingenié a ir a supervisar los módulos que se venían construyendo e indiqué que quería verificar solo y que los demás vayan avanzando con los trabajos; luego de ir de casa en casa, llegué a ubicarla en su domicilio, estaba un poco desalineada pero aun continuaba siendo tan linda para mis ojos, al verla mi corazón aumentó su celeridad. Puse en práctica de ganarme la confianza y saber de ella y me comentó que tenía una hija y un marido, pero que este tomaba demasiado, ella tenía 22 añitos, yo tenía 32 años. Conversemos de muchas cosas y lo brindé toda mi confianza y que si viajara a la ciudad que no dudara en buscarme o llamarme, sin embargo, en esos tiempos no había cobertura de telefonía en aquel lugar y ella no contaba con celular.

En mi tercera visita, de igual manera, fui a visitarla e indiqué al maestro de obra, quien es personal de mi confianza, para que agilizara en culminar la construcción de su módulo y que lo implemente con la instalación de luz, agua caliente y que los gastos corren por mi cuenta. Ella me miraba y me regalaba su hermosa sonrisa, de pronto me atreví a preguntar por su marido y me contestó indicando que estaba tomando como siempre, la noté triste y la dije que estuviera tranquila y que si necesitara algo contara conmigo sin miedo alguno, en esos precisos momentos, saqué unos billetes de mi bolsillo y lo di 100.00 soles para que se comprara algo, ella me recibió y me dijo gracias ing., ahí aproveché en coger su mano y lo dije que era muy bella, en esos momentos ella vestía un pantalon de tela color negro y un polito rosado, resaltaba su hermoso trasero y que tenía el vientre plano, eso me excitó mucho. Teniéndola cogida de la mano, lo dije que era muy bella y de que no se preocupara por nada y me gustaría cuidarla por siempre a ella y a su hija, que no se incomodara por lo que lo estaba diciendo, pues le dije que estaba enamorado de ella, ella agachó la cabeza y me dijo ¡ing. que estas diciendo!, en esos momentos escucho la voz del maestro de obra buscándome, la suelto y procedo en contestarlo e indicarlo que estoy adentro, ella y yo disimulemos, aunque el maestro de obra ya sabía que me gustaba, salí de aquella casa y continúe verificando los demás módulos.

En mi cuarta visita, seguí la misma rutina, pero me di cuenta que su marido estaba en su casa, así que busqué al maestro de obra para que me ayude; según las indicaciones que lo di el maestro dispuso al personal y encargó los trabajos a realizarse, y el se encargó de invitarlo al marido sus cervecitas y que yo aprovecharía para poder verla a mi amada, así pasó y de tanta ansiedad por la espera me acerqué a su casa a verificar el trabajo, cuando fui, ella esta bien vestida y como siempre tan linda, lo pregunté por su marido y me dijo que había salido y que estaban tomando con el maestro. Empecemos a conversar un rato y su hijita de dos añitos estaba jugando en su patio con sus juguetes. Lo dije, veo que ya está terminando la construcción de tu baño y que estaba quedando bonito, ella me respondió ¡sí ing., gracias!, ahí lo invité a acompañarme a ver y ella aceptó sonriente, entramos al baño y de verdad estaba quedando bonito, ahí me abalancé sobre ella y ella no se resistió, la pegué a la pared y la empecé a besar, hice que sus brazos me abrazaran y empecé a acariciarla, por suerte mía aquel día llevaba puesta una falda y que eso me ayudó a poder tocarla su hermosos muslos y su delicioso trasero, estuve besándola aproximadamente 3min y estaba muy excitado, mis manos apretaban esos hermosos glúteos tiernos, redonditos y duritos, que delicioso, así que ya no aguanté y decidí bajarme el pantalón y lo bajé sus bragas y al tocarla, la sentí húmeda, su chuchita era chiquita y al meterlo mi dedo la sentía apretadita; me agaché y la penetré, luego procedí a agarrar su trasero de manera fuerte, ella continuaba abrazándome y continuábamos besándonos con nuestras lenguas intensas, lo hice el amor paradito, un poco mas de 10 minutos, y luego eyaculé todito dentro de ella y no lo saqué hasta que mi pene perdiera su dureza erecitl, fue un sexo muy delicioso. Luego procedí a ponerme de cuclillas para poder recorrerla sus pantorillas y sus muslos, tenía una piel suavecita, asuuu le dije que era el amor de mi vida.

Así continuamos besándonos un rato más y en cada instante yo seguía recorriéndola con mis manos, en especial agarrando su hermoso traserito, hasta que su hijita empezó a llorar y buscarla a su mamá, solo fue un polvo delicio aquel día, me despedí con un rico beso, con lengua adentro y lo dije que por ella volveré lo más pronto posible. Así fue.

Si gustan saber más de estas escenas y quizás tengan preguntas por momentos no narrados por lo breve que redacté, no olviden en comentar.

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