Nuevos relatos publicados: 16

Fin de semana largo e inesperadamente divertido (2/3)

  • 9
  • 7.277
  • 9,41 (17 Val.)
  • 3

Me desperté y Julia no estaba. Pensé que podría haber vuelto a su casa y me provocó tristeza.

De pronto percibí el olor a café fresco y la escuché cantando. Me volvió el alma al cuerpo. Me iba a levantar cuando entró con una bandeja con dos tazas y tostadas con dulce.

-Buen día dulce

-Buen día para ti corazón. Que rico desayuno preparaste

-Me gusta mucho complacerte y hacerte sentir bien- Rubricó dándome un besote en la boca

-Mmm deliciosa como siempre

Nos acomodamos en la cama y atacamos el desayuno con alegría, mientras charlábamos de lo que íbamos a hacer y de nosotras.

Siempre calientes nos untamos las tetas con mermelada para chuparlas. Las grandes tetas de Julia eran tan esponjosas y naturales que sabían a gloria. Y lo mismo su boca en mis pezones que se pusieron muy duros. Unte su vagina con dulce y baje a lamerla con placer, ella respondía con suspiros y espasmos.

-Si, si,… chúpame que me volvés loca!

Mojé mis dedos en sus jugos y los introduje en su anito

-Así, más, más… no pares

La deliciosa mocosa acariciaba y apretaba mis cachetes de culo. Más jadeaba y más me excitaba chuparla y dedearla. Quería que acabara en mi boca, deseaba ese orgasmo. Bruscamente me clavó sus uñas en el culo y lleno mi boca con sus sabrosos jugos. Se relajó por completo.

-Gracias por el desayuno- le dije y la bese en esa boca tibia.

-Gracias a ti amor… te debo una

Más tarde hablamos de nosotras. Siempre desnudas no podíamos evitar tocarnos, si nos hubiésemos vestido nada habría cambiado. Ambas reconocíamos es necesidad de tocarnos chuparnos y besarnos todo el tiempo. Era algo magnético que nos unía con fuerza.

-Me gusta estar así contigo siempre Victoria

-A mí me encanta… En el colegio no sé cómo vamos a hacer

-Si, resistirnos va a ser muy bravo, pero ya encontraremos la forma

-Seguramente… Esta relación me hechiza. Déjame preguntarte algo, y sé sincera. Querrías algo más?

-Mmm… De ti sé que puedo obtener todo, no nos falta nada de nosotras. Pero creo que ansiamos algo fuera… Algo que esté pero no siempre… Y que nos revitalice

-Ya sé. Dos cosas. Hombres y aventuras, no?

Sus ojos se abrieron como descubriendo el mundo, y sonrió pícaramente.

–Si eso, hombres en situaciones divertidas… No es de muy putas eso?

-Si, pero somos dos putitas muy traviesas no?

Nos reímos de eso un largo rato. Y empezamos a planear nuestras correrías. Lo primero que se nos ocurrió fue ir a bailar. Pero no sabíamos a qué lugar. Yo recordé que en las afueras de la ciudad había un lugar particular. Se llamaba Zona X. Había muchos chicos jóvenes como Julia que iban allí a bailar y algo más. El boliche tenía un “túnel” una zona oscura donde todos iban a manosearse, hacerse chupar o coger. Además tenía un bosquecito oculto para hacerlo al aire libre. Cuando le conté Julia quería ir corriendo.

Pasamos el día eligiendo la ropa para nuestra incursión. Julia eligió un top pequeño negro por donde sus tetas asomaban por encima y por debajo, y una pollera cortísima blanca y negra. Yo preferí un vestido muy escotado de lycra azul con trazos transparente que mostraban mis tetas y mi culo. Nos pusimos medias con portaligas, en negro ella en azul yo, y tacos altos. Estábamos de infarto. Nos maquillamos muy de color con ojos provocativos y labios muy rojos. Como toque final unas pequeñitas tangas negras.

Tardamos una hora en llegar, pero lo valió. Recién abrían, eran eso de las 0130. Muchos chicos haciendo cola para entrar, nos miraron, silbaron y prometieron hacernos todo tipo de cosas. Las chicas teníamos entrada libre así que pasamos primero que todos ellos.

El lugar era grande y se accedía por un pasillo entre una pared y el respaldo de unos sillones. Allí había dos hombres conversando. Me acerqué a ellos.

-Hola, qué tal

-Muy bien linda

Me arrimé más y les pregunte por el baño.

-Allí al final de la barra- Señaló con una mano mientras con la otra me manoseaba el culo.

-Gracias… Vamos nena, esta noche promete.

En el baño nos retocamos, entre nosotras y de aspecto. Cuando salimos ya muchos habían entrado. Y eran más chicos que chicas.

-Julia. Ten cuidado. Divertite, si nos separamos nos encontramos en el auto, ok?

-Si, mami no te preocupes- Bromeó con cara de nena.

Sonaba la música pero nadie se acercaba. Un par de parejas que parecía habían venido juntas bailaban pero nada más. Esto podía arruinar nuestra noche. Nos acercamos a la barra para pedir unos tragos. La chica que la atendía era transexual y era la dueña, se llamaba Susan.

-Está un poco lento o me parece a mí?- Le pregunté

-Si está lento –contestó – A los chicos cada tanto les agarra como parálisis y no se mueven por nada- ironizó

-Por nada?

-Bueno a veces un show los provoca

Nos miramos con Julia con ojos iluminados, y la miramos a Susan

-Ustedes se animan?

-Poné música sensual y después lo que quieras… podemos bailar en la barra?

-Si claro!

Subimos a cada extremo de la barra, y allí se hizo un silencio cuando todos nos miraron.

Al ritmo de la música nos fuimos acercando voluptuosamente. Nuestras faldas volaban mostrando nuestras colas al final de las largas piernas. Al encontrarnos nos abrazamos y dimos dos giros, después nos besamos con las manos en el culo de la otra como siempre. Allí Susan, muy lista puso música más movida, lo que nos permitió bailar sacudiendo nuestros cuerpos y exhibiéndonos más. De espaldas al público nos doblamos hasta tocar nuestros zapatos, dejando expuestos nuestros traseros. Los chicos aullaban y aplaudían. Terminamos en una reverencia hacia adelante mostrando nuestros generosos escotes.

Cuando bajamos no faltaron los manoseos y los tragos invitados generosamente. Algunos pedían lamer el trago de la raja de nuestras tetas y era rico. Bailamos todos juntos, nos alzaron varias veces tomándonos del culo, todos estábamos transpirados de la agitación y el calor, así que las pieles resbalaban entre sí. En algún momento nos separamos con Julia.

Un muchacho rubio y grandote se me acercó y me pidió de ir al túnel. Era tan lindo que no me pude negar. Me llevó agarrada del culo. Entramos y había algunos ya disfrutando. No había luz pero los pajeros con sus teléfonos aydaban.

-Mami chupámela – me pidió

Me puse en cuclillas y le baje el cierre, el pantalón y el bóxer. Saltó una verga enorme y blanca que olía deliciosa. La empecé a lamer y lentamente, abriendo la boca muy grande empecé a tragarla. Yo me movía en su verga y él seguía el ritmo. Me agarró la cabeza para guiarme y apretó más en mi boca. Se apartó y me pidió que me diera vuelta apoyada contra la pared. Con destreza apartó la tanga y abrió mis cachetes. La froto un poco en la raja y después empezó a metérmela. Era enorme, sentía como me abría el culo y me encantaba.

-Así te gusta mami

-Si, que pedazo de pija tenés, metémela más

-Si te voy a dejar bien abierto el orto mami

-Mmmm siii dale

La metió toda y empezó a moverse más rápido. Cada pone y saca me abría más y me cautivaba. Me agarró de las tetas como punto de apoyo y me dio más fuerte.

-Ayyy grité

-Uy te duele?

-No seguí seguí por favor

-Ya casi acabo nena

-Llename de leche corazón, dale

Descargó como un caballo y me desbordó el culo. La leche me chorreaba pero calmaba la fuerte dilatación. Me di vuelta, me agache y le chupe y limpié la verga enlechada.

-Gracias mami. Sos maravillosa!

Salí del túnel al baño a revisar el estado de mi pobre cola. Estaba recuperándose de semejante dilatación. El baño era unisex, y una de las chicas se me quedó mirando.

-Me gustaría que te cogiera mi novio

-Está acá con vos?

-Si afuera, tomando una cerveza

-Dale, vamos

Era un morocho de cuerpo bien formado. En el túnel peló una verga gruesa y rica que chupamos juntas con la novia, de los huevos a la cabeza.

-Dale cogétela- le ordenó

Otra vez me acomodé contra la pared y el morocho me hundió la pija bien profundo y empezó a cogerme. De pronto siento que la novia empieza a chuparme la verga y muy bien. Era genial, una pija en el culo y mi verga en una boca ardiente. El morocho empezó a jadear, como para acabar y me calentó dándome ganas de acabar a mí. La noviecita muy advertida, nos dijo –Ahora acaben a la vez- y se volvió a tragar mi pija. No duramos nada, la leche del chico entró en mi culo y la mía en la boca de su pareja. Así enlechada la chica nos besó a ambos y nos separamos.

Pasaron muchas vergas y no encontraba a Julia.

Tres chicos me invitaron a coger al bosquecito. No estaba segura pero me tentaron con tragos y manoseos. Salimos, la noche estaba espléndida para coger a la luz de la luna.

Hicimos unos pocos metros y nos acomodamos cerca de un gran roble. Me pidieron que me desnudara y así lo hice. Sacaron sus vergas y se las empecé a chupar mientras magreaban mis tetas y nalgueaban mi culo. Así en cuatro uno empezó a cogerme mientras los otros se hacían chupar o frotaban sus pijas en mi cara y tetas.

Escuché una voz familiar y me asome a ver detrás del roble. A pocos metros Julia estaba cogiendo con dos. Le estaban haciendo una doble. Julia me miró con cara de súper placer.

Los míos se turnaron hasta acabaren mi culo los tres y recostados en el roble nos pusimos a fumar.

-Esa de ahí es tu amiga?

-Si, casi mi hermana

-Coge rico con esos chicos

-La está regozando

-Me recogieron estos dos- Dijo Julia acercándose, también desnuda

-Me alegra mucho nena- le dije mientras nos besábamos rodeadas de cinco pijas.

Nos frotaban las vergas en la cara y nos las hacían chupar. Pronto estuvieron listos para acabar. Nos llenaron de leche las caras y las bocas. En medio de todo relamíamos y compartíamos las acabadas. Cuando terminaron estábamos hechas un desastre.

-Jeje no sé cómo nos vamos a limpiar- dije

-Chicos ustedes nos ayudarían?- preguntó Julia

Sin dudarlo apuntaron sus vergas, mientras nos poníamos en cuatro y nos besábamos. Nos mearon las caras, el pelo, las tetas y los culos. Nos dejaron limpias de toda leche. Les retribuimos chupando sus vergas meadas.

Nos vestimos como pudimos y fuimos al coche.

-Vicky qué noche hermosa pasamos no?

-Si esto necesitábamos para divertirnos

Mientras volvíamos a casa nos contamos las cogidas y vergas que tuvimos esa noche. Y empezamos a pensar qué hacer al día siguiente.

Todavía teníamos dos días por delante…

(9,41)