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Una delicada prenda interior
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Fuimos de paseo a ese lugar donde hay muchas albercas para nadar, nos ubicamos cercano a un asador de carne puesto que en el camino compramos cecina y otras cosas para asar, el calor es muy intenso en Morelos, razón suficiente para que en cuanto llegamos, mi hermana pasara directo al vestidor para ponerse algo más ligero, en cuanto salió y llego al lugar donde nos instalamos, comenzó a acomodar la comida en el asador no sin antes quitarse la toalla en la que iba envuelta, de espaldas a mi dejo la dejo caer en el pasto dejándome ver su hermoso trasero solamente cubierto por algo cómo un mini short que apenas cubría la mitad de sus redondas nalgas y que perfectamente resaltaba su figura arriba cubierta aun por una larga playera blanca, yo estuve todo el día embelesado viéndola pasar, ir y regresar, pero sobre todo al agacharse era lo mejor, se notaba algo de celulitis, muy normal para un culo grande, pero esta no restaba un gramo de belleza a sus nalgas.

Al final del día me adelante al carro para orinar pues los baños no eran para nada accesibles así que solo me quedo hacerlo en el carro, mi hermana me ayudo a pasarme de la silla al carro, en cuanto termine de sondearme y mientras esperaba a mi familia, vi que junto al freno de mano había una bolsa, para quitar la curiosidad decidí investigar, la tome y la abrí y me lleve la mejor sorpresa de mi vida, adentro estaba una delicada y fina tanga blanca, la ropa interior que trajo puesta todo el camino y que se quitó para ponerse el mini short, la sensación de encontrarme con ella es algo que tratare de describir, fue intenso, al abrir la bolsa y ver de lo que se trataba un nerviosismo recorrió mi cuerpo y mi corazón se aceleró, esto sucede porque se trata de una prenda de mi hermana, porque esta prenda se usó ese día y conservaba su aroma, su aroma más secreto, voltee para todos lados y cuando estaba seguro que nadie me veía, con ambas manos la tome y cubrí mi rostro con ella, tratando de que la parte acolchada quedara justo en mi nariz, a que olía no puedo decirlo, sé que olía a algo prohibido mezclado con perversión y lujuria, después el olor cambio a deseo, esa parte acolchada de la ropa interior que besa todo el tiempo sus labios vaginales me excito tanto que no pude evitar lamerla,

Pase una y otra vez mi lengua tratando de recoger lo que todo el viaje emano de su fuente, que momento tan excitante, tener una erección era algo inminente, desabroche el botón de mi pantalón y saque mi pene, pensé en envolverlo con aquella tanga blanca pero de hacerlo el aroma y humedad legítimos iban a perderse al combinarse con los míos, entonces pensé en olisquear la parte de la tanga que rozaba su culo, fue exactamente igual de excitante y antes de hacer cualquier otra cosa volví a acercarme la tela acojinada que protege las vaginas, decidí que era momento de cambiar.

Voltee a todos lados para asegurarme que seguía solo y con la prenda envolví mi pene y el primer contacto fue electrizante e inusual, con ella rozaba mi glande y comencé a subir y bajar la piel, no aguante demasiado y pensé donde eyacular, estaba tan caliente que deposite mi semen justo en esa parte de la tanga que ya les he contado, sé que arriesgue demasiado pero mi lujuria en ese momento no tenía limites, solo pensé en esparcirlo por toda la prenda confiando en que por el calor que hacía dentro del carro se secaría rápidamente.

Regrese la gloriosa tanga blanca al lugar de donde la tome, cerré los ojos y suspire satisfecho, a los pocos minutos la familia llego al carro, todos recién bañados, mi hermana con un vestido corto de tela muy ligera y floreada, se sentó en el asiento del piloto, tomo la bolsa que yo había profanado antes y con el puño cerrado dentro de el extrajo la delicada prenda, mi corazón se aceleró imaginando ser descubierto pero lo prohibido es excitante, sin pudor alguno la extendió con ambas manos y frente a mis ojos se la coloco bajo el vestido con gran destreza sin necesidad de levantárselo, solo se elevó un poco del asiento, cuando termino de colocarla en su lugar, hizo un gesto extraño, estoy seguro que sintió la tibieza o humedad de mi esperma al rozar su vagina, pero no paso a más porque jamás imaginaría todo lo que sucedió, solo sé que el camino de regreso iba solo sumergido en mis pensamientos.

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