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Haciendo de mi madre mi mujer, mi amante y mi puta

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Antes de empezar a contar lo sucedido con mi madre, te preguntare ¿que harías si vieras a tu madre a punto de irse a la cama con algún desconocido?

Mi nombre es José, soy de México y vivo solo con mi madre de nombre Mónica esto ya que mis padres se divorciaron apenas tenía cinco años.

Con mi madre la convivencia siempre ha sido normal, como la de cualquier madre con su hijo, nos teníamos cierta confianza, pero con algunas secretos por parte de los dos y de alguna manera este relato lo confirma.

Por mi parte nunca pensé mal de mi madre como puedo ser en la mayoría de los hijos, para mí siempre fue una mujer sin defectos o que me pudiera dar un mal ejemplo, por el contrario trataba de siempre ser correcto para ser su orgullo, más esto cambió hace unas semanas.

El día 25 de septiembre, sábado se casó una amiga de mi madre y esta nos invitó a la fiesta que darían por dicho motivo.

Asistimos, mi madre llevaba un vestido negro un par de centímetros arriba de las rodillas y con un ligero escote. Se veía muy hermosa realmente.

En cuanto llegamos a la recepción nos sentamos con otras de sus amigas, alguna con su esposo y una más también con su hijo y pareja.

Al principio iba todo en marcha, comimos y ellos platicaban cosas de la oficina mientras también tomaban algunos tragos.

Al empezar a atardecer empezó la música para amenizar la tarde-noche. A esto, las amigas de mi madre salieron a bailar con sus esposo, lastimosamente yo no pude invitar a bailar a mi mamá ya que a pena de toda Latinoamérica, yo no sé bailar y por más que practico, nada más doy pena, así que nos quedamos sentados los tres, sin embargo no tardó quien llegará a sacar a mi madre.

Ella me volteo a ver en cuanto esté señor le pregunto si le concedía bailar con él.

- Si tú quieres, má - fue mi respuesta.

Ella no tardó nada en ponerse de pie e ir con él.

Me alegro mucho ver cómo mi madre se divertía bailando y mientras eso sucedía yo platicaba con el hijo de la amiga de mi madre.

De esta manera transcurrió gran parte de la fiesta, en ocasiones alguna de las tres parejas regresaba a sentarse con nosotros para descansar, cuando mi madre y aquel tipo se sentaban mi mamá aprovechaba para refrescarse con un trago de tequila con refresco como hacia sus amigas, yo no lo tome mucho en cuenta, pues lo más que deseaba es que ella disfrutara de la fiesta para su desestres provocado por el trabajo y si para ello ella consideraba oportuno un trago para mí estaba bien.

Sin embargo pronto me arrepentiría de fiarme. Pues en una de las ocasiones que se acercó a nuestra mesa me dijo.

- cariño, iré afuera a caminar, estoy un poco acalorada.

- Si má - conteste mientras me ponía de pie.

- No te molestes cariño sigue platicando con Jesús, ahorita me acompaña Ernesto que ni hemos podido platicar con lo fuerte que está la música.

- Si má, está bien, cualquier cosa que necesites vienes.

- Si cariño, no tardamos.

Después de que mi madre salió me quedé platicando con Jesús, el hijo de la amiga de mi madre.

No sé realmente cuánto tiempo paso, desde que salieron, quizá media hora o más, pero sentí que había sido bastante y por eso, al chico le dije que necesitaba ir a los sanitarios.

- Te acompaño - me contestó.

Me sentí incómodo pues no quería decirle que realmente quería ir a ver a mi madre, pero pensando en que me vería como un hijo celoso si iba solo a buscar a mi mamá, así que salí del salón con él.

Mientras caminábamos hacia los sanitarios yo miraba hacia todos lados buscándola pero sin éxito. (Los sanitarios estaban fuera del salón de fiestas pero dentro del terreno del mismo, en un cuarto donde había un mingitorio grande para por lo menos 5 hombres y apartados para wc).

Ambos entramos, afortunadamente él entro a un apartado de Wc lo que yo aproveche para salir y buscar a mi madre.

La busque alrededor del salón pero nada, no estaba. Me empecé a preocupar y lo único que se me vino a la mente fue que quizá había entrado a los sanitarios para mujeres o había ido al estacionamiento a buscar algo en el auto.

A los sanitarios no podía ir a buscarla pues solo podían entrar mujeres, así que se me ocurrió ir al estacionamiento. (Este estaba en otro apartado en el cual se accedía por una puerta de quizá 1.30 metros de ancho),

Por el aspecto solitario y obscuro del lugar me maldecí no haber acompañado a mi madre desde un principio o por lo menos no haber tomado mi teléfono cuando baje del auto.

Sin embargo nada me había preparado para lo que vería apenas unos cuantos pasos dentro del estacionamiento.

Era mi madre recargada en una de las paredes mientras aquel tipo le besaba la boca y le acariciaba las nalgas. Al primer instante me dio mucho coraje, sin embargo mí excitación actuó tan pronto miraba todo aquello como lo que en parte era, una escena erótica, no podía moverme, mis pensamientos acaparaba toda mi atención.

Era prudente importunar mi madre llevaría 13 años sin pareja y tal cual era mi objetivo inicial, ella necesitaba distraerse, también era consciente de sus necesidades sexuales, sin embargo no olvide que mi mamá apenas conocía a aquel señor.

Me molestó y quizá hasta me dio celos pensar que un desconocido tocara con descaro las nalgas de mi madre y que ella lo permitiese.

Pero las cosas no terminaban ahí, pues el hombre empezaba a recorrer los tirantes del vestido de mi madre, no me cabía en la cabeza que él apenas siendo nada en nuestras vidas, viera el cuerpo desnudo de mi madre, que pudiera conocer sus redondas tetas y aún menos que pudiese tocar aquella zona del cuerpo de mi madre que mi madre ocultaba con recelo.

Pero lo que realmente me ponía a temblar de irá es que él pudiera meterle la verga a mi madre, eso no lo podía digerir, pues mi madre era pura ante mis ojos, o por lo menos hasta ese momento.

Él le tomo el brazo derecho y le hizo girar media vuelta, apenas la espalda de ella quedó ante aquel tipo, él tomo el vestido y lo subió hasta la cintura de mi madre quedando las nalgas de mi madre ante nuestras vistas, eran perfectamente redondas, antojables a cualquier apetito masculino y yo, su hijo no era la excepción, por ello que tomara una decisión.

Regrese hacia la entrada y la hice sonar fuerte como si recién llegará, de esta manera ellos cesarían sus acciones temiendo ser descubiertos.

- ¡Má! - grite para hacerme notar aún más.

Aún alcance a ver cuándo ambos se acomodaban las ropas.

- ¿Que hacen aquí? má - pregunté cómo si no me hubiera dando cuenta de nada.

- Vine a relajarme y platicar un poco con Ernesto, que haya con la música ni se escucha lo que uno dice y ya me estaba empezando a doler la garganta de tanto grita.

La voz de mi madre se notaba más ebria de lo que era cuando salió del salón así que imaginé que su inapropiada decisión de mantener relaciones sexuales ahí, era estimulada en parte por su estado etílico.

- Ya nos vamos - dije a Ernesto.

- Pero si la fiesta aún continúa.

- Aún no me quiero ir - me dijo mi madre con palabras entrecortadas.

- Ya estás muy mareada má.

Mire con pena a Ernesto y dije.

- Además sucede que... Algo me hizo daño y me está doliendo el estómago, el sanitario de aquí está muy saturado y mejor voy a un Oxxo a comprar una pastilla y de paso entro al sanitario, pero igual y regresamos solo voy al sanitario.

- Entonces déjala en lo que regresas.

- Estaría bien, solo que ya está muy mareada y puede volver el estómago por eso mejor la llevo conmigo me mataría si la dejo aquí y hace un espectáculo.

Entre los dos sujetamos a mi mamá para ayudarle a entrar al auto y así nos marchamos de ahí.

Maneje por algunos minutos hasta que vi un camino de terracería entre dos milpas en ese momento me entró una idea, voltee a ver a mi mamá la cual estaba casi dormida así que decidí entrar a pesar de que estaba temblando de los nervios, pero solo tenía en la mente que mi madre quería que alguien se la cogiera y no importaba quien, por ello no le importo que fuera un hombre quien apenas había conocido hace 5 o 6 horas, había tenido opciones y estás eran haberme retirado sabiendo que un extraño le metiera la verga a mi mamá, otra era quedarme a ver cómo lo hacían y la que yo había elegido, disfruta de su cuerpo y ser yo quien metiera mi verga a ese lugar que de cierta manera era sagrado y prohibido para mí, además de que sería en un lugar cualquiera tal y como ella lo había permitido con aquel tipo.

Al llegar a dónde creí nadie nos vería, me detuve y baje hacia donde mi mamá, le ayude a bajar y la lleve al frente poniéndola espaldas a mí, subí su vestido hasta la cintura dejando sus redondas nalgas a mi disposición, pensé que me diría algo pero solo puso las manos sobre el cofre.

Tome su tanga y lo baje hasta la mitad de sus piernas y subí las manos lentamente acariciando sus piernas hasta pasarlas al frente sintiendo sus vellos púbicos.

Me desabroche el pantalón y lo baje al igual que mis boxers dejando libre mi verga que ya estaba más duro que en cualquier momento que pudiese recordar.

Con ambas manos empuje suavemente su torso haciendo que parara las nalgas y estás las separé para acomodar mi verga entre los labios vaginales, solo basto empezar a empujar para irme introduciendo dentro de ella arrancándole un suspiro.

No lo podía creer que mi verga se estuviera adentrando al sitió más íntimo de mi amada madre, pero prefería ser yo quien profanara la conchita de mi madre, de cualquier manera su intimidad quedaba con alguien de confianza como ella muchas veces me había dicho, "debemos tenernos confianza, solo somos tu y yo".

Cuando pude darme cuenta, ya tenía toda mi verga alojada en la vagina de mi mamá, sus nalgas estaban ante mí y estás habían chocado con mis muslos y parte de mi abdomen, era como si nuestros cuerpos se hubiera fusionado.

- Que rica estas mamita - dije en un mormullo.

Espere una vez más que ella dijera o actuará de alguna manera pero no lo hizo, no sabía que tan consiente era de lo que estaba sucediendo, me era confuso ya que ella reaccionaba a los estímulos por si sola, como el haber puesto las manos sobre el cofre del auto o tomar su nalga derecha para separarla de la izquierda mientras yo la penetraba a mi gusto, no sabía si era consciente de que era yo quien hablaba y la empotraba a su antojo.

Después no recibir negativa alguna decidí empezar a cogérmela, deslice los tirantes de su vestido y libere sus tetas que parecían los de una chica de veinte años y una vez libres comencé a bombearla con un mete y saca que me hacía excitar aún más por el vaivén de sus tetas y el sonoro golpeteo con sus nalgas.

Mientras esto sucedía no pude evitar seguir diciéndole mi sentir con todo aquello que nos estaba pasando.

- Que rico se sienten tus nalgas mami.

- Tienes unas nalgas bien ricas mamita.

En un momento le pregunté - ¿Te gusta cómo te estoy cogiendo?

A lo que para mí sorpresa y susto ella contestó.

- Si, cógeme. Sígueme cogiendo rico.

No se por cuánto tiempo se la estuve metiendo hasta que sin poder evitarlo eyacule dentro de su vagina, imagine que mi semen le entró lo más profundo del útero, imaginé que nada podía llegar más dentro de ella.

Después de haber eyaculado me quedé ahí, pegado a ella.

- Tu vagina es una rica funda para mi verga mamita. Quiero metértela cada que se me pare - dije mientras mi verga aún seguía dura.

Poco a poco disminuyó la erección hasta que no quedó más remedio que separarme de ella aún que no faltaban ganas de estar así por toda la noche.

Le subí la tanga y la acomode, le di media vuelta a mi madre y apenas le va a abrir los ojos cuando la hice hincar no fue fácil meter mi verga en su boca pero lo hice.

Era una sensación muy placentera ver a mi mamá con una verga en su linda boca y en verdad que era buena mamadora, se me hacía raro verla como tal, nunca me la imaginé así era como un tipo de humillación pero a ambos nos gustaba a jugar por la forma en la que lo hacía y como ya he mencionado, era preferible verla con mi verga a verla con la de un desconocido.

No pude contenerme y le eyacule, ella trago y se quedó inerte, los nervios me hicieron decidir marcharnos de ahí.

Nuevamente le ayude a subir al auto y sin mediar palabra llegamos a casa, ella casi estoy seguro que estaba inconsciente durante el camino.

Al llegar a casa, le dije.

- ya llegamos - mientras la movía del brazo tratando de despertarla.

Reacciono un poco diciéndome.

- Ayúdame a llega a mi habitación por favor cariño.

- Si má - le contesté con la voz temblorosa aún por los nervios. Entramos a la casa y subimos hacia su habitación.

Al dejarla para que ella se metiera a la cama me percaté de que estaba como dormida.

Así que la deje acostada sobre las cobijas, las aparte para meterla entre ellas y dejarla dormir, aún que se me antojaba cogérmela nuevamente.

Antes de salir de su habitación revise su celular, era seguro que ella se daría cuenta de que había tenido relaciones con alguien y si hubiera intercambiado números telefónicos con aquel tipo, podía hacer conjeturas cayendo en cuenta de que había sido conmigo.

No podía dormir, me seguía preguntando ¿Que tan consiente era mi mamá de lo que había ocurrido?

Las repercusiones de mis actos, por cualquier cosa, me pensaba justificar con lo que ella había hecho y aceptado hacer con aquel tipo.

Una cosa era segura, quería volver a metérsela a mi madre y ser solo yo quien la cogiera.

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