Nuevos relatos publicados: 14

La cogida de mi vida

  • 18
  • 23.250
  • 9,58 (24 Val.)
  • 1

Espero que aquellos que lean esto estén al tanto de mi historia, si son nuevos y tienen el interés, los invito a leer los relatos anteriores para que puedan entrar en contexto, si alguien se ha tomado el tiempo de seguir mi historia, GRACIAS. Como advertencia les aviso que este relato será largo y tal vez no tan interesante, pero es importante y no me siento a gusto omitiéndolo, una vez advertidos siéntanse libres de leer lo que gusten (obviamente).

Es muy difícil tener que hacerte a un lado para tratar de sanar heridas, dejar a quienes amas y que son lo más importante en tu vida para no perderlos por completo por esa razón me mude a un pequeño departamento a unos 10 minutos de mi familia y trate de mantener contacto en todo momento y siempre que Laura me lo permitía o cuando ella se prestaba mejor dicho, visitaba a mi hijo todos los días cuando no se quedaba conmigo aun con esto casi no veía a Laura y de verdad que lo intente, supongo que hacia lo que fuera para evitarme, no tengo idea de lo que sucedía en su vida personal ni tampoco en su vida sexual, pasaron semanas enteras sin poder hablar con ella más de lo rigurosamente necesario y cuando al fin cruzamos unas cuantas palabra más allá solo fue para pedirme que le comprara ropa nueva a mi hijo, aun cuando me hablo de forma más amable y con una sonrisa en la cara no pude evitar sentir muchas cosas negativas, rabia más que nada pero tuve que controlarme.

Aproximadamente 3 meses después en los que literalmente fui una monja, comencé a salir de mi guarida y frecuentar amigos y lugares, pensaba que eso me ayudaría a resignarme aun que siendo honesto eso no pasaría nunca, en una de esas ocasiones estuve en un bar muy tranquilo en la terraza de una casona, un lugar muy bohemio estaba en una mesa con un par de amigos platicando, disfrutando de la música en vivo, bebiendo y burlándonos un poco de nosotros mismos para amenizar el rato, eran tal vez la 11 de la noche cuando escuche detrás de mí “hola Neto, como estas” una chica hermosa de pelo muy chino largo hasta debajo de los hombros, 1.65 m aproximadamente, morena clara, ojos verdes, algo robusta de cuerpo sin llegar a ser gordita, un enorme par de tetas acompañadas de una cintura digamos promedio, pero que la hacía lucir perfecta, piernas carnosas y torneaditas, rematadas con un par de nalgas redonditas y bien proporcionadas, todo esto resultado del ejercicio diario aunque casero (o eso es lo que ella siempre dice). Sorprendido me di la vuelta y sentí que se me salía el corazón por la impresión y es que Nancy tiene un parecido impresionante a Laura, su hermana mayor.

Nancy es una chica muy inteligente, a primera vista parece ser una chica muy amable, social, alegre, buena onda, etc., si digo parece es porque en realidad tiene un carácter muy difícil, a pesar de que la conocía ya hace mucho e incluso un poco antes que a Lan, no éramos muy amigos, de hecho ya siendo cuñados su actitud para conmigo fue muy diferente, negativa y por qué no decirlo hasta hipócrita, por eso después de la sorpresiva confusión me decepciono mucho que no fuera Lan.

Tanto ella como su novio Ricardo que la acompañaba me saludaron de forma efusiva lo que honestamente me extraño, para devolver la cortesía los invite a que nos acompañaran pero se negaron ya que venían con un grupo de amigos de Ricardo, de la misma forma cordial nos despedimos, después de eso la vi en su mesa ocasionalmente y cuando paso al baño en algún momento, para cuando me di cuenta ya solo quedaron las personas con las que estuvieron compartiendo mesa.

La velada termino para nosotros a las 2:30 de la mañana, aún tenía un mojito cubano recién servido pero pagamos y nos retiramos nadie del lugar dijo nada así que me lleve mi bebida, al salir del lugar Nancy y Ricardo se encontraban un poco más delante de donde yo estaba, me despedí de mis amigos ya que ellos venían en un auto y yo en el mío, mientras me acercaba a mi cuñada y concuño me di cuenta que discutían pero se detuvieron cuando me vieron acercándome con una mirada a la defensiva en sus rostros me sentí obligado a comentar.

–Perdón no intento entrometerme pero tengo que pasar por aquí para llegar a mi auto -comente con un interés casi nulo meneando mi mojito en la mano.

-no te preocupes, ¿ya te vas? -dijo Nancy con los ojos hinchados por el llanto, pero tratando de sonar alegre.

–Sí, cuídense -le respondí ahora con mucha seriedad fijando mi mirada en sus ojos con la intención de que entendiera que si necesitaba ayuda ese era el momento, pero solo se limitó a decirme.

–tú también -y se giró hacia donde Ricardo la esperaba.

Subí a mi auto que estaba un par de calles adelante en un pequeño estacionamiento con servicio 24 horas, acomode mi bebida en el portavasos, me puse el cinturón, acomode los espejos, etc… tarde un poco en arrancar, a la salida del estacionamiento frente a mi coche paso Nancy haciéndome una seña para que me detuviera, lo cual hice y un poco alarmado baje la ventanilla del copiloto, se inclinó sobre la puerta dejando que su hermoso par de tetas colgaran detrás del escote y pregunto si podía llevarla a su casa y me sentí más tranquilo, mi respuesta fue obvia.

Fue mucho el tiempo que paso para que rompiera el silencio, (yo no tenía intención de hacerlo).

–¿y cómo te va? -preguntó de repente, lo pensé un poco pero al fin respondí sin saber exactamente a lo que se refería

–Pues… hago lo que puedo -soltó una sonrisita como si supiera de lo que estaba hablando

–ya se -dijo tristemente y después dejo escapar un tímido suspiro.

-¿y tú? -a riesgo de parecer tonto pregunte lo que era obvio.

-¿pues tu qué crees? -queriendo parecer muy maduro y honestamente sin tener ni puta idea de lo que estaba diciendo solté algo como

–Se pierde y se gana -se le dibujo una sonrisa acompañada de una risita más de compromiso que otra cosa

–¿no te importa verdad?

Giré mi cabeza hacia ella inmediatamente muy sorprendido, pero al instante me sentí aliviado al ver que se refería al mojito que ya con el vaso en la mano me preguntaba si podía tomarse mi trago, solo asentí con la cabeza y de un solo trago bebió la mitad que restaba, a partir de ese momento empezó una plática que yo no deseaba, no es que tenga algo en contra de Nancy, nunca lo he tenido, simplemente no nos llevamos bien y sabía que a pesar de su buena vibra en ese momento era cuestión de tiempo para que se pusiera en guardia y a la ofensiva como en otras ocasiones, pero afortunadamente sucedió todo lo contrario, la plática fue muy amena e incluso me hizo sentir mejor.

Al llegar a su casa ya con un semblante totalmente alegre me daba ánimos y me pidió que cuando saliera la invitara, haciendo énfasis en lo mucho que le gusta la parranda y que yo lo sabía bien, me dio un beso en la mejilla, me abrazo a la vez que me decía cuídate mucho, bajo del auto diciendo “¡me llamas!” y entro a su casa, espere hasta que cerró la puerta para irme, honestamente y a pesar de todo en algún momento pensé que terminaríamos cogiendo y sé que ustedes también, pero no fue así.

Quisiera presumir de una buena autoestima, de mucha hombría, ser un don Juan que consigue a cualquier mujer cuando lo decide, etc… pero la verdad solo soy un hombre común que ahora se estaba sintiendo como un adolecente estúpido que toda la semana sintió repicar incesantemente en su cabeza las palabras de Nancy pidiéndome que la invitara a salir y que le llamara y al llegar el fin de semana estuve a punto de hacerlo aunque pareciera urgido (la verdad es que si lo estaba) pero sonó mi teléfono y al atender era Laura que me preguntaba a qué hora pasaría por mi hijo quien esa noche se quedaría conmigo, había olvidado mi promesa de que esa noche tendríamos una velada de videojuegos, así que me dedique a él totalmente hasta el lunes por la noche que quiso regresar a casa con su mamá.

Vi a Lan al llevar a mi hijo, resulto muy estresante pues aunque siempre es muy amable cuando trato de acercarme es completamente despectiva y eso me llena de rabia, no hay forma de hablar con ella ya que es tajante sin contemplación alguna, siento como si hablara con un muro, al grado de que se viene a mi mente aquella fría pared de la bodega de un hotel donde termine volcando mi lujuria mientras mi esposa rompió todo lazo conmigo sin darme razón alguna, nuevamente sentí hundirme en un mar de sentimientos negativos, me embriagué cada noche sin importarme que tenía que trabajar al día siguiente y así paso toda la semana hasta el sábado que de pronto me encontré en un bar a media noche con el teléfono en mano enviándole un mensaje a Nancy invitándola a salir junto con mi ubicación, decidido a meterle la verga hasta por los ojos, claro que el alcohol en mi sistema (aunque esa noche no había tomado tanto aun) contribuía mucho o completamente en mi “seguridad”, misma que poco a poco se fue desmoronando mientras pasaba el tiempo sin que Nancy viera siquiera mi mensaje, no pude evitar sentirme estúpido por la situación y llame a la mesera para pedirle la cuenta y largarme de ahí (no entendí como paso desapercibida siendo tan linda pero da igual) termine mi bebida de un trago y mientras me limpiaba la boca con una servilleta escuché:

-tienes mucha sed -me dijo, gire hacia ella diciendo

–sí, me tras l… a… hmm… -mudo por la impresión no daba crédito a lo que veía.

–perdón por la tardanza, no podía conseguir un taxi-.

Sin poder siquiera hablar me levanté para saludar con un beso en la mejilla a mi cuñada que lucía espectacular en un pequeño traje o vestido (no sé cómo llamarlo) de algodón creo, color negro con grandes flores rojas, en una sola pieza sin mangas cuello muy amplio sin escote, en la cintura un cinturón negro bastante amplio que detallaba perfectamente su figura, abajo terminaba en un short por encima de sus muslos dejando al descubierto sus hermosas piernas que gracias a sus tacones altos igualmente negros resultaban exquisitas, su pelo suelto y completamente chino casi afro y su delicioso olor frutal mesclado con la frescura de haberse bañado recién, tuve que apresurar las cosas para sentarnos rápido y no dejar en evidencia mi creciente erección, la verdad no sé si logre disimular pues se me paro instantáneamente, para empeorar el asunto la mesera también se encontraba ahí, rápidamente las distraje preguntándole a Nancy que deseaba tomar mientras nos sentábamos.

La noche fue increíble, Nancy era otra persona completamente, nada que ver con la que yo conocía, no podía quitarle los ojos de encima y nos divertimos tanto que nos sorprendió de sobremanera la mesera al traernos la cuenta con el anuncio de que estaban por cerrar, cuando salimos de ahí nos dirigimos lentamente como queriendo nunca avanzar hasta la siguiente calle donde se encuentra ubicado un sitio de taxis, por más ganas que tenía no encontraba la manera de acercarme ni las palabras para insinuarle algo, respire profundo y decidí que simplemente le diría que me la quería coger, respire nuevamente y…

-¿buscamos dónde comprar algo o en tu casa tienes que tomar? -dijo con toda la tranquilidad del mundo.

-sí… tengo -aun hoy no estoy seguro si lo dije en voz alta.

Llegamos a mi departamento, entro al baño, prepare unas bebidas rápidas y la espere sentado en un pequeño sofá que conformaba aproximadamente el 30% de los muebles de mi hogar, trataba de ocultar mi erección cuando regreso del baño se sentó muy cerca de mí e inicio una conversación sobre el lugar y lo que estaba pasando en mi vida personal tal vez con el fin de darme un consejo o que se yo, honestamente no escuchaba, estaba perdido en su hermosura y las ganas que tenia de abalanzarme sobre ella, de pronto su conversación se tornó sutilmente hostil, algo muy familiar que trate de evitar y que me planto los pies en la tierra nuevamente recordándome quien era ella en realidad, aunque trataba de contenerse no podía esconder un dejo de coraje o resentimiento en su semblante que se yo, trataba de ser amable pero eso la hacía más ofensiva hasta que no pude contenerme y la increpe:

–¿por qué me odias tanto? -hubo un silencio un poco largo.

–no te odio, es solo que las cosas entre Lan y yo cambiaron mucho cuando se casaron y además… -otro silencio.

-¿además qué? -se quedó en silencio e insistí- ¿además qué? -la cuestione nuevamente, pero ahora un poco desesperado y algo molesto, me miro extrañada, pero sin pronunciar palabra y así como así se lanzó sobre mí besándome con ansiedad, casi me muero de la sorpresa, pero de inmediato respondí de la misma forma tocando, acariciando y estrujando todo lo que me encontraba.

–¡eres un pendejo! -me dijo en cuanto tuvo oportunidad.

Tenía mejores cosas en que pensar así que solo la ignore y seguimos adelante además tampoco me dio mucha oportunidad de responder, en cuestión de segundos me tenía en el sofá en calzones, yo le había quitado el cinturón (era lo único que sabía cómo funcionaba) me tomo tiempo descubrir el cierre en su espalda y más tiempo aun un botón a cada lado de su cintura que se tenían que desabrochar para poderle quitarle el mini vestido de no haberlos encontrado se lo habría arrancado por la desesperación, bajo este traía puesto un sugerente conjunto de lencería en color negro de tela semitransparente (nylon creo) y adornado con encaje negro, recordé algo que escuche de una fina dama amiga mía “cuando llevas a la cama a una chica y su ropa interior hace juego, no te la cogiste, TE COGIERON”.

Tenía que hacer algo, sentía que esta mujer me estaba dando una paliza, me veía a mí mismo como un adolecente de 16 años y no es que me moleste la idea, pero me inquietaba un poco que ella pensara que así de torpe soy realmente, pero cada minuto que pasaba ella avanzaba sin darme tiempo de reaccionar y para cuando me di cuenta estaba acostado en el sofá completamente desnudo mientras ella detenía con la palma de su mano mi verga al tiempo que lamia de abajo hacia arriba, cada cierto tiempo me daba unas chupaditas en la punta y en seguida con su lengua masajeaba esa tirita de piel entre mi glande y el prepucio lo que era sumamente placentero con su otra mano frotaba suavemente mis testículos y posicionaba sus dedos en el tronco detrás de estos con sus uñas rascaba cuidadosamente provocándome un estremecimiento que corría por todo mi cuerpo al tiempo que se metía mi verga completa en la boca hasta llegar a su garganta y volvía a repetir el proceso, pensé que terminaría rápidamente con esa increíble mamada que estaba recibiendo pero no fue así, por el contrario la tenía más dura que nunca y sentía como si pudiera tenerla así por horas después de un par de minutos y al tiempo que lamia mis huevos se llevó las manos a la espalda y se quitó su sostén dejando libres sus increíbles tetas y sin perder tiempo coloco mi verga entre ellas moviendo de arriba abajo deliciosamente, era algo increíble para mí.

Recordaba cuantas veces había deseado simplemente ver desnudas las enormes tetas de mi cuñada y ahora no solo podía verlas sino que podía sentirlas alrededor de mi verga y podía tocarlas cuanto quisiera, chuparlas, lamerlas y eso me emociono tanto que casi me chorreo pero afortunadamente en ese momento Nancy se detuvo, supongo que sintió mis contracciones y decidió no darme tregua, se levantó para sentarse sobre mí teniendo el cuidado de no estimular demasiado mi miembro, me besaba apasionadamente restregando su cuerpo al mío, poco a poco fue subiendo hasta aproximar su panochita húmeda a mi cara, era obvio lo que estaba esperando de mi así que no la hice esperar, comencé lamiendo y mordisqueando con mis labios sobre su tanguita ya bañada en jugos vaginales, la sujetaba por las nalgas mientras tanto estrujándoselas y por momentos pasando mis dedos entre sus nalgas para detenerme en su caliente culito y estimularlo un poco pensando que en algún momento de esa noche se lo atravesaría hasta correrme dentro.

Este pensamiento me puso más caliente y en mi desesperación jale su tanguita reventando uno de los tirantes lo que me sorprendió y me detuve pensando que se molestaría pero ni siquiera le importo solo me restregó su conchita caliente en la cara y se movía exigiéndome que siguiera adelante, termine por romperle el otro tirante, hice a un lado lo que quedaba y enterré mi boca entre sus piernas decidido a dar mi mejor esfuerzo para no quedarme atrás pero incluso en esto ella era quien marcaba la pauta utilizando mi lengua a su antojo, se movía de forma cuidadosa pero con la dirección y velocidad que ella quería, por más esfuerzos que hice por hacer algo notable al final entendí que no podría ponerme a la par con ella, así que decidí solamente ser un dildo humano y dejar que me cogiera como le diera la gana.

Cuando estaba a punto de conseguir un orgasmo se detuvo, restregándome sus tetas por la cara fue bajando hasta quedar montada en mí, al momento que me besaba sujetó mi miembro y prácticamente sin esfuerzo se la enterró en su cálida conchita para cabalgarme sin tiento, sin calma, sin intención de prolongar el placer, poniendo sus manos en mi pecho se levantó y solo desato su lujuria hasta que no pude más y aunque no estaba usando un preservativo no mostro signos de precaución, siguió cogiéndome hasta que me vine de forma escandalosa dentro de ella, no sé si fue por el modo tan violento en que se movía montada en mi verga o el intenso trabajo previo que me había proporcionado pero sentí una fuerte sacudida en todo mi cuerpo con cada chorro de esperma que disparaba provocando en mi vientre una contracción involuntaria haciéndome gemir y pujar de placer hasta lentamente fue amainando.

Tan absorto estaba en mí que casi no me doy cuenta que ella también estaba teniendo un orgasmo y seguía clavándose en mi miembro sin detenerse un poco, acompañando cada penetración con un delicioso gemido que me estremecía cada vez y justo cuando pensé que me quebraría el miembro ya que no se detenía y me empezaba ya a doler, disminuyo el ritmo drásticamente desfalleciendo lento sobre mi pecho aun agitado pero nunca se detuvo por completo, ahí exhaustos sentía mi miembro siendo estrujado aun por algunos espasmos ocasionales, casi por inercia mis manos estrujaban sus nalgas para incrementar estos espasmos pues se sentían muy bien, casi me arrepiento de lo que hice después, se me ocurrió meterle un dedo en el culo que instantáneamente apretó al sentirlo dentro y al mismo tiempo ocasión una reacción igual en su puchita cálida aun penetrada con mi verga.

Llevó su mano hacia atrás y sorpresivamente sujetando la mía para que no la moviera de donde estaba de menos a más retomo nuevamente sus enérgicos movimientos clavando en mi pecho uñas y dientes y aun que fue doloroso al principio en cuestión de segundos se tornó placentero nuevamente, no podía creer lo duro que me ponía la verga sin ningún esfuerzo, parecíamos locos cogiendo a todo vapor, poco tiempo paso para venirme dentro una vez más de la misma escandalosa forma que la primera vez, fue entonces que después de descansar unos segundos se acercó a mi oído para susurrarme:

-la próxima vez vas a terminar lo que iniciaste -refiriéndose a mi dedo que invadía su suave culito, se levantó con una sórdida sonrisa en el rostro y se dirigió al baño, solo el frio que de pronto sentí me saco de mi transe, con gran sorpresa me di cuenta de lo empapado que estaba en una mezcla de fluidos corporales y la impresión se incrementó al ver la gran mancha húmeda en el sofá.

La verdad no me moleste en limpiar estaba fascinado como para echarlo a perder de esa manera, cuando mi cuñadita salió del baño fue mi turno de entrar a la regadera, después de un largo baño caliente salí para proponerle ir a cenar y después llevarla a casa pero las sorpresas aun no terminaba, creí estaría lista para salir y en su lugar ya me esperaba en la cama aunque cabe aclara que solo para dormir lo que no me decepciono, la verdad es que todo lo que paso esa noche fue toda una experiencia nueva aun que me sentí muy extraño y me da un poco de pena admitir que me gustó mucho ser cogido tan deliciosamente por mi cuñada que tantos corajes me había hecho pasar.

El resto de la noche dormimos y al siguiente día no paso mucho en realidad así que dejare esta historia hasta aquí.

(9,58)