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La segunda vez

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Ya en una relación no oficial con la ex de mi amigo, porque ya era una, pero nunca ninguno se atrevió a proponer el noviazgo por temor a que se enteren nuestros amigos cercanos.

Dos semanas después de la primera noche, un viernes, yo llegaba de un viaje de trabajo que hice a Encarnación y vuelvo a recibir un whatsapp de ella diciéndome explícitamente "Amor, vamos a coger hoy, mañana tengo que ir al teatro a ver la obra de *mejor amiga* y no quiero fallarle, pero hace días que te tengo ganas y se te ocurre viajar!!". Obviamente accedí y después de un relajante baño me encontré rumbo a su morada y me esperaba espléndida ella en el punto de encuentro pactado.

Tenía unos risos que con el reflejo del ocaso de verano se ponían dorados, un vestido negro haciendo juego con unas sandalias y su bolso... Esa era mi musa, que encontrome un día con mi caja musical de seis rayos de plata, la detuvo y fue motivo suficiente para regalarme todo ese amor aquella tarde-noche.

Nos saludamos con un beso de apenados y jóvenes enamorados, partimos hacia el sur de la ciudad al lugar que a partir de ese día nombraríamos como "nuestra casa".

Al entrar ella sube a la cama y tira sus sandalias, yo acababa de cerrar la puerta y dirigiéndome a la cama la veo venir con prisa y salta aprisionándome con sus brazos y sus piernas para comerme la boca con un beso apasionado, la sostenía fuerte de sus nalgas y con mi travieso dedo medio ya pude sentir como estaba esperándome húmeda y tibia su cavidad del amor.

Nos despojamos de nuestras indumentarias de prisa, nos tumbamos en la cama y nos devorábamos mientras estimulaba y medía con el dedo su elástica cavidad. Se estremeció, jadeo y de un empujón me pone boca arriba, coloca el preservativo y empieza a hacer unos movimientos que denotaban sus ganas, muy rápidos, tanto así que no pude contenerme y tuve que ceder a liberar de forma precoz mi esperma.

Ni lenta ni perezosa, se dio cuenta y con profunda mirada y el ceño fruncido me dijo "no te puedo creer". Me empujó y se puso de costado con los brazos cruzados.

Fui al baño, volví después de respirar y acomodarme la mente y la encontré de espaldas a mi, me acosté y comencé a estimularla con mis dedos y poco a poco fue cediendo de nuevo con movimientos suaves hasta que sentí que mi mano estaba bañada en su dulce y lujurioso jugo. La besé y los deseos comenzaron a aflorar de nuevo, ni bien me di cuenta ya me encontraba con el profiláctico puesto por su pequeña mano y me guiaba a su entrepierna, se acomoda y empiezo penetrarla subiendo la velocidad cada vez más hasta que el fuego volvió a su rostro, mordía sus labios, comencé a besarle el cuello, pasarle la lengua por la clavícula y eso la volvía loca, tenía mucha sensibilidad ahí y entonces me di cuenta que estaba dominando perfectamente la situación que le pregunté unas tres veces seguidas "De quien sos?" A lo que me respondía "tuya mi amor" y "tuya bebé".

Ya mi orgullo entró al juego cuando le dije "te gusta mi pija, te gusta cómo te cojo? O preferís la de *mi amigo*" y a lo que me respondió "tu pija bebé, me encanta tu pija y como me haces tuya" prosiguió después con "te chupo amor? querés que te chupe?"

Me acomodo, me saca el preservativo y lo lame de desde el medio hasta la punta y empieza a chuparme el glande lentamente y eso me estremecía muchísimo!, se la introducía hasta dónde podía, alternaba velocidad y luego le digo "mostrame de nuevo bebé como querías cogerme" y vuelve a sentarse y mientras la introducía suspiraba hasta que entró completamente, sentía como sus fluidos iban cayendo alrededor de mi pene hasta dejarme mojada toda la ingle, "que pija, que pija que pija tenés amor!!" me decía y yo me sentía un inalcanzable espécimen humano, me di cuenta en ese momento que su parlamento de que me estuvo esperando toda la semana era cierto. Comenzó de nuevo con sus movimientos rápidos, cambiamos de perrito y ya con el efecto de segundo round pude penetrarle profundo y con velocidad para terminar haciéndola explotar en un orgasmo divino, unos jadeos tan agudos como la de una loli.

Descansamos y fuimos al baño, yo la veía aseando su cuerpo adolescente mientras me frotaba el pene por que no pude terminar más y la erección no pasaba, al salir ella sin aviso se arrodilla y me lo comienza a chupar y le pido por favor que me deje eyacular en su boca y ella accede mostrándome su lengua y afirmando con la cabeza. Y con esa mirada y esas lamidas que de vez en cuando rozaban mi glande pude descargar por primera vez toda mi lujuria en esa boca que fue morada de mi esperma a partir de ese día hasta el último encuentro de amor vivido con mi musa.

Después de ese encuentro, nos seguimos viendo hasta que obviamente le iba llegar la hora a nuestro romance prohibido y tuvo que terminar todo con la excusa de que ante el deseo no dudáramos en encontrarnos de nuevo en un futuro, tal cual sucedió pero sólo una vez más. Hoy día ya todo quedó en recuerdos...

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