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Las historias de Cindy (Cap. 2): Ex esposo

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Soy Cindy y hoy voy a contarles la ocasión en la que tuve sexo con mi ex esposo estando mi pareja en el mismo lugar.

Habían pasado unos meses de mi segundo divorcio, a mi ex le voy a llamar “Juan”, ene s entonces ya había empezado una relación con Fernando, un tipo que conocí y estando vulnerable empecé una relación con él. El caso es que llegamos a una fiesta y cuál fue mi sorpresa, Juan estaba ahí, también iba acompañado, resulta que era amigo del hermano de Fernando, yo no sabía qué hacer, nunca supe eso, solo que me sentí muy incómoda ya que “Juan” no disimulo nada y aunque no dijo que era su ex, ¡si aclaro que me conocía muy bien!

Afortunadamente Fernando no le dio mucha importancia y empezamos a disfrutar la fiesta, como acostumbro a vestirme muy sexy, ese día no fue la excepción, mi vestido en tonos rojos arriba de la rodilla entallado, mis tacones blancos y un poco escotada, obviamente muchas miradas estaban en mí, pero Fer, estaba tan contento con su hermano que me descuido bastante.

Caso contrario de Juan, que, pese a que llevaba s u nueva novia, no se me despegaba y aprovechaba cada momento para estar cerca de mí.

J: ¿Cómo te ha ido?

C: Pues, ¡no me quejo! ¿Y a ti?

J: ¡Igual, con nueva nena!

C: Si, ¡ya lo noté!

J: ¡Pero nadie como tú!

Sus comentarios me parecían fuera de lugar y más porque su novia no era tonta y se daba cuenta de lo que ocurría, yo trataba de ignorarlo, pero el buscaba la forma de ponerse en frente de mí, ya entrando la noche y con un poco de alcohol y molesta porque Fernando no me pelaba para nada, más que para manosearme, decidí ser reciproca con Juan, quien ya más tomado estaba insistente en bailar y bailar conmigo.

Baile un par de piezas con él, el no desaprovecho la oportunidad de rozarme con sus manos y con su amiguito, que en otras ocasiones me había dado mucho placer, me deje querer, me abrazaba y me besaba la mejilla y los brazos.

J: ¡Hay corazón, no sabes cuánto te extraño!

C: ¿En serio?

J: ¡Extraño todo de ti!

C: ¡Pues cuando estábamos juntos, eso no parecía!

J: Si, pero, había más cosas que nos unían, como las noches de placer, de solo recordar tu cuerpo, ¡uf!

C: ¡Ya, espérate, tu novia está ahí!

J: No me importa, ¡ella sabe que tú eres mi ex y a veces le eh dicho tu nombre mientras cogemos!

C: ¡Que!!!

J: Si, ¡le digo tu nombre pensando que es a ti a quien penetro!

Su confesión más que molestarme me hizo excitarme y fantasear despierta, el que me conocía perfectamente supo donde darme, en el ego, el saber que soy deseo de otro, me pone a mil y él supo aplicarla.

Pero aun así quise mantenerme firme, lo nuestro ya había pasado así que para evitar malos entendidos le pedí por favor al hermano de Fernando, si me permitía ir a recostarme un poco, alegando dolor de cabeza, el ya ebrio me permito ir a su cuarto, ¡donde corriendo fui prácticamente a esconderme de Juan!

Ya en el cuarto me quite los zapatos y me estaba acariciando mis pies hasta que escuche la puerta, pensé que era Fernando quien tocaba, así que fui inmediatamente abrir, ¡pero me lleve una sorpresa cuando el que estaba atrás de la puerta era Juan!

C: ¿Qué haces aquí?

J: ¡Sabía que estabas aquí!

C: ¡Que quieres, vete o nos meteremos en problemas!

J: ¡No me iré, hasta sesear mi sed de ti!

Inmediatamente se lanzó abrazándome fuerte, me apretaba las nalgas y me besaba muy apasionadamente, trate de alejarlo de mí, pero él me tenía toda aprisionada en sus brazos, ¡mientras besaba mi cuello y me acariciaba las piernas me tiro en la cama!

J: ¡No sabes cuánto deseo esto!

C: ¡Juan, nos van a descubrir, esto está mal!

J: Ese wey está en su mundo, ¡se nota que no sabe la bomba que tiene ahora!

C: ¡Ya para! y tu novia?

J: Se fue, no tolero verte aquí, ¡y que le dijera lo rico que coges!

Se despojó de la camisa y de su pantalón, la tenía parada como brazo de santo y muy dura y es que mi ex es de buen tamaño, ¡al verlo solo me recosté y permití ser su víctima!

Su lengua empezó a recorrer mis pies, la subía suave por mis piernas, ¡levanto mi vestido y arranco mi tanga, como loco se lanzó a mi vagina que ya estaba húmeda y la comenzó a devorar!

C: Dios, ¡que rico!

J: ¡Extraño tu rico sabor!

C: ¡Dios Juan, nos van a ver!

J: ¡Que importa, no perdemos nada!

Y honestamente tenía razón, Fernando me dio los suficientes motivos para estar en cama de su hermano con las piernas abiertas recibiendo sexo oral de otro, estaba segura que él seguía tomando y en lo suyo, ¡así que decidí entregarme bien a mi ex!

Me quité el vestido y el brasear, lo subí para besarme muy apasionadamente con él, sus dedos entraban y salían de mi vagina, nuestras lenguas se enroscaban bien, ¡ambos sabíamos cómo hacernos gozar!

C: Ya, métemela, ¡apúrate!

J: ¡Me excita cuando te pones loca!

C: ¡Y a mí cuando eres terco!

J: ¡Uf, que rico, que rico entra!

C: ¡Agh, si, así, métela!

Me penetraba rico mientras lo abrazaba con mis piernas, sus manos recorrían de mis senos a mis pies, su lengua mi cuello y mis tetas, yo gemía y gozaba, ¡el imaginar que me descubrieran con el me excitaba muchísimo y me ponía más caliente!

J: Chiquita ven, ¡cabálgame rico!

Él se recostó y subí para dejarme caer en su rico palo, él me tomaba las tetas y también movía su cuerpo, yo empecé a cabalgar como nunca, me apoyaba en la luna de la cama para tener mayor velocidad, el gemía y se ponía más y más duro, ¡y yo de forma salvaje seguía moviéndome muy duro!

J: ¡Ah, así, que rico, uf!

C: ¿Te gusta?

J: ¡Si, que rico, siempre me gusto tu forma de coger en esta pose, uf!

C: Y a mii lo rico que es tenerte así, uf, ¡que duro!

¡No quería que se viniera aun, así que me puse en cuatro, el gustoso dándome de nalgadas, empezó a penétrame en es apose!

J: ¡Uf, que nalgas, que rico aprietas!

C: ¡Si, te gustan, uf!

J: ¡Me encantan, agh, no sabes uf, cuanto las extraño!!!

Se movía fuerte, la cama estaba ya toda revuelta, nuestros fluidos estaban regados por todas partes, ¡pero increíblemente nadie nos buscaba ni se percataba de lo que sucedía en el cuarto!

J: ¡Cindy, eres la mejor!

C: ¿Te vas a venir?

J: ¿Quieres mi leche?

C: ¡Si, dame tu leche, lléname de ti!

Me tumbo boca abajo en la cama y el encima mío moviéndose majestuosamente me penetraba muy rico, el sentir en esa pose s u verga me ponía a mil, me jalaba el cabello, me mordía la oreja me arañaba la espalda, me mordía el cuello, ¡uf me estaba dando una riquísima cogida!

J: ¡Cindy, me vengo, me vengo!

C: ¡Si, dame tu leche, dámela!

J: ¡Agh, nena!

C: ¡Si, dios!

¡Empezó a chorrear muy rico en mi vagina, no paraba de sacar su leche caliente, yo estaba teniendo un orgasmo maravilloso, obvio también escurría de placer, nos retorcíamos haciendo más rico el orgasmo!

Terminamos sudados y todos llenos de fluidos, nos besamos apasionadamente en lo que nuestros cuerpos se relajaban, en cuanto estuve más relajada le pedí que se fuera, ya que al parecer me estaban buscando, mi celular tenia mil llamadas de Fernando, ¡Juan se vistió y se despidió de mi dándome una nalgada!

J: Que rico, igual esto no pasara otra vez, ¿o me equivoco?

C: No, ¡sabes que no volverá a pasar!

J: No importa, ¡al menos te cogí una vez más!

Se fue burlándose, pero no me importo, arreglé a la cama, me fui al baño a limpiarme y salí de nuevo a la fiesta, ¡donde encontré a Fernando muy ebrio y pidiéndome ayuda para irnos!

En otro momento lo hubiera mandado al carajo peor me sentía mal por lo que le había hecho y más en casa de su hermano, así que lo lleve a su casa y me quede con él, afortunadamente nadie se percató de lo sucedido.

Espero les haya gustado.

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