Las fiestas decembrinas se acercaban y como todos los años en el departamento se organizaba la fiesta de fin de año, la cual se realizaría en un local rentado para ello, allá por el velódromo. Asistiríamos más de cien compañeros, algunos nos conocíamos y otros sólo de vista. Usualmente en esta reunión hay comida, bebida, baile y rifa de regalos. El horario sería de las tres de la tarde a las ocho de la noche. Los de la oficina organizamos un intercambio de regalos y me tocó darle a una compañera. Todo transcurría con normalidad, esperando llegara el día de la fiesta. Siempre eran amenas y todos deseábamos sacarnos una de las pantallas que rifaban. En la oficina hicimos el intercambio y la que me tocó me regaló una bolsa de mano y dentro tenía unos labiales en forma de pene, todas reímos por la ocurrencia. Me pidieron que usara uno y así lo hice, en medio de bromas.
Llegó el día y gustosos nos dirigimos a la reunión, la cual se llevaría a cabo en uno de los salones del hotel Gran Prix, ubicado en la calle de Añil y Churubusco. Una de las compañeras nos dio un aventón. Ese día me vestí algo coqueta, pero sin exagerar: falda algo corta, zapatos de tacón, blusa sexy y un blazer. Varias de mis compañeras iban igual vestidas, eran más jóvenes que yo y al parecer la seguirían después en otro lado. Yo quedé con mi marido de que si me sacaba algo grande lo llamaría para que fuera por mí, sino me regresaría temprano. Llegamos y ocupamos una mesa al fondo, ya no alcanzamos cerca de la pista, éramos seis y la mesa era para diez. Llegaron unos compañeros, cuatro que mis compañeras conocían y les pidieron que se sentaran con nosotras, ellos aceptaron gustosos. Eran de otro piso y yo solo los conocía de vista, como quedé en la orilla uno de ellos se sentó junto a mí, se llamaba Raúl, algo serio y más joven que yo. El mesero trajo refrescos y una botella de tequila, todos pidieron palomas y yo lo pedí derecho. Brindamos y comenzamos a charlar de tonterías. Pasó un rato y nos volvieron a servir otra ronda, alguien comentó que la botella no nos iba a rendir, por lo que dos compañeros fueron a un Oxxo por más bebida.
Comenzó la música y de inmediato nos invitaron a bailar, a mí me sacó un compañero que no conocía de otra mesa, bailaba bien y me lucía dándome vueltas, yo me cuidaba que la falda no se subiera más de la cuenta ya que traía medias de silicón con encaje. Bailé con él unas tres canciones y mientras bailábamos me platicaba de cómo era y preguntaba cosas de mí, noté que Raúl observaba mis piernas, discretamente en varios momentos lo caché de fisgón. Regresamos a la mesa y Carlos, el compañero con el que bailé, “amablemente” me acomodó la silla para que me pudiera sentar y con un apretón en mis hombros agradeció el haber bailado con él. En la mesa ya habían servido más tragos y brindamos celebrando el momento. Comimos y después vino la rifa, desafortunadamente nadie de la mesa se sacó algo. Eran las seis de la tarde y para ese momento ya estábamos alegres, ya nos habíamos acabado dos botellas y la tercera iba a la mitad. Quedaban dos horas de fiesta por lo que decidieron ir por dos botellas más.
Más desinhibido, Raúl me platicaba cosas de cómo era él, que yo bailaba muy bien y entre plática y plática discretamente volteaba a ver mis piernas. Sentada mi falda se subía más de la cuenta y se alcanzaba a ver el encaje de mis medias. Me bajaba la falda, pero se volvía a subir, por lo que dejé que se dieran un taco de ojo. El alcohol estaba haciendo efecto, me sentía algo mareada pero alegre. Varios compañeros me sacaron a bailar y yo gustosa aceptaba, quienes ya contentos, me trataban de cachondear con palabras de doble sentido o con frases “pícaras”. Yo sólo sonreía o movía la cabeza con sus ocurrencias y cuidando que con las vueltas mi falda no se subiera tanto, aunque no dudo que algunos atentos como Raúl hubieran visto un “poco más”. Regresé a la mesa y volvimos a brindar todos hasta el fondo deseándonos felices fiestas decembrinas y un próspero año nuevo. Raúl me sacó a bailar y durante tres canciones me estuvo diciendo coqueterías, trataba de seducirme, a lo que yo le decía que estaba loquito. Dieron las ocho y la fiesta se terminó, nos acabamos el tequila que sobraba, todos de un solo trago hasta el fondo. Yo ya iba, sino borracha, si bastante mareada. Pensé llamar a mi marido para que viniera por mí, pero en el baño mi amiga me dijo que me daba un aventón, el cual acepté. Ya en la salida varios compañeros me dieron su número de celular, incluido Raúl y me pidieron el mío. Al despedirnos, algunos de ellos me abrazaron “efusivamente” y me besaron muy cerca de la comisura de mis labios, cosa que he de decir más que molestarme, me calentó.
Ya en el trayecto le pedí a mi amiga me dejara en la estación del metro Velódromo, pero ella me dijo que por qué no las acompañaba, que la iban a seguir, que iban a ir a bailar con varios de los compañeros. Les dije que me gustaría pero que no había pedido permiso, a lo que me contestaron: vamos, lo bailado nadie te lo quita, nos salimos temprano. Dudando, acepté y nos dirigimos a un local en la Condesa, en donde se toca música cubana. Al llegar ya estaban los compañeros, entre ellos Raúl que efusivo me ofreció una silla para sentarme junto a él. Ellos ya estaban tomando, por lo que nos sirvieron nuestros tragos, les dije que yo no quería, pero insistieron. Brindamos hasta el fondo por el motivo de estar reunidos. Éramos doce personas, seis hombres y seis mujeres, un poco apretados en la mesa, por lo que sentí como rozaba su pierna con la mía. Volvieron a servir bebida y Raúl brindó conmigo, chocamos nuestros vasos y le di un buen trago. Comenzamos a bailar y me iba turnando con ellos, quienes con el alcohol ingerido bailaban más insinuantes con nosotras. Yo cuidaba que la falda no se volara de más, pero era imposible hacerlo en cada momento, por lo que supongo eso los calentó a ellos. En cuanto nos sentábamos, volvíamos a brindar todos. Observé que algunas compañeras estaban bastante alegres y flirteando con algunos de ellos, se dejaban “querer”. Raúl no dejaba de alabar mi físico y en una de esa me preguntó:
-¿eres casada?
-Si y tengo dos hijos.
-Vaya, no se te nota, te ves muy joven y guapa.
-Gracias, pero no es para tanto.
-Además, estás aquí cotorreando, ¿no te dicen nada?
-Nop, no me dicen nada, me gusta divertir, pasarla bien y ¿tú eres casado?
-Si, ya somos dos.
-¿Y no te dicen nada?
-No, pedí permiso hahaha…
-Pues a divertirnos hahaha…
Para esa hora, las doce de la noche, ya todos estábamos bastante alegres y parecía que el plan de mis amigas era hacer algo más con ellos, se dejaban cachondear y ellas provocaban situaciones calientes. Sentía que Raúl rozaba más mi pierna y ponía su mano cerca de la mía. La amiga que me tocó de intercambio me dijo que presumiera el regalo, por lo que saqué el labial y frente a todos me pinté coquetamente los labios causando su hilaridad. Seguíamos brindando y bailando, el alcohol hacía efecto en todos. Bailaba con Raúl cuando pusieron una calmada, inmediatamente me abrazó por la cintura y se quiso pegar, sentí como su bulto me rozó. Lo separé un poco, pero insistente se pegaba a mí, buscaba frotarse y sentir mis senos y mi pubis en él, situación que me emocionó y me excitó, aunque no se lo demostré. Su rostro estaba cerca del mío y sentía su respiración entrecortada, estaba caliente y me lo quería demostrar. Nos sentamos de nuevo y en algún momento posó su mano en mi pierna, sorprendida, pero sin decir nada me le quedé viendo y sonriente me dijo “perdón” y la quitó. Momentos después la volvió a poner, no le dije nada y seguí platicando. Un poco nerviosa de que lo vieran la volví a quitar, pero insistió; comenzó a rosarme con sus dedos, suavemente, delicadamente los pasaba por mi pierna subiéndolos hasta el borde de mi falda. Para calmar la situación me paré y fui al baño con el ánimo de enfriar su calentura y no generar comentarios en los demás por esa actitud. Me tardé un poco para calmar el escenario pensando en lo que pasaría con Raúl, quién me atraía, pero no quería tener problemas después. Al regresar noté que varias compañeras, la mayoría, ya se habían ido; sólo quedaron una de mis compañeras, su “pareja” y Raúl. Dije que ya era tarde y que ya me tenía que ir, aunque insistieron que me quedara un rato más para que nos acabáramos el tequila que quedaba. Acepté y les pedí me permitieran un momento para hacer una llamada, eran pasadas la una de la mañana y tenía que llamar a mi marido. Me contestó medio tomado y medio dormido, le dije que llegaba un poco más tarde, que todo estaba bien, que no se preocupara. Me respondió que disfrutara del convivio y que tuviera cuidado al regresar. Nos despedimos con un beso y colgamos.
Regreso a la mesa y sólo estaba Raúl, esperándome con los vasos servidos, mi compañera bailaba muy coqueta con su pareja, intuí que pronto se irían a un lugar más íntimo, disfrutaban el momento, ambos eran casados, pero parecía que eso no era obstáculo para dejarse llevar por sus emociones. Me senté y brindé con Raúl quien de inmediato se sentó junto a mí para preguntarme si iba a permanecer un rato más. Le dije que sí y chocamos de nuevo nuestros vasos, se me quedó viendo mientras tomaba su bebida, yo busqué a mi amiga y embelesada observé como desinhibida cachondeaba en la pista, ambos bailaban muy pegados. En eso sentí de nuevo la mano de Raúl en mi pierna, volteé y me le quedé viendo, quité la mano de ahí. Aunque la situación me tenía excitada, le reclamé su actitud.
-Oye, ¿qué te pasa? no te confundas, no por que esté aquí a estas horas y tomando creas que soy una fácil, no pienses mal, cómo te atreves.
-No perdón, no quise ofenderte, para nada, pienso que eres una mujer plena y madura que le gusta disfrutar los momentos que la vida le ofrece, imagino que disfrutas plenamente del sexo, pienso que eres sexy; eso creo y te repito: perdón si me he atrevimiento te molestó, pero también me gustas, eres atractiva y sin ofenderte quisiera algo más contigo.
-Pero porqué crees que me prestaré a esto, la sola insinuación me ofende, vine a bailar a divertirme.
-Lo sé, pero tambien te digo que tu sensualidad me provoca, me encendió, tu figura y tu vestimenta llaman la atención.
-Además, no te conozco y no sé como seas, que tal si luego andas hablando de mi. ¿Qué te hace suponer que disfruto plenamente el sexo?
-No se, imagino que eres muy fogosa, muy entregada, una mujer madura en edad y pensamiento, que disfrutas plenamente los momentos que se te presentan. Eres sensual, coqueta, erótica y por eso me atreví contigo. Con respeto y sin el, hahaha, me gustaría cumplir algunas de mis fantasías contigo. Créeme, soy discreto. no me gusta tener problemas, de verdad.
-Gracias por los halagos. ¿Y de que fantasías hablas?
-Todas las que se nos ocurran, las que el deseo nos provoque.
-No, no esta bien esto, no compliquemos las cosas, me he enterado de habladurías, de como ustedes presumen sus “logros” y no son nada discretos. Además ¿Y tu esposa, que tal si se entera?
-Seré discreto, no se va a enterar. Ella aún no es tan abierta en lo que respecta al sexo, se limita y la verdad me gustaría probar más.
Puso de nuevo la mano, se la quité pero la volvió a poner. La charla aumentó mi calentura y lo dejé hacer. La subió poco a poco buscando mi entrepierna. Envuelta entre el alcohol y mis emociones, dudaba en permitirle algo más; sin embargo, al ver a mi amiga cachondear con su pareja y la posibilidad de tener una noche de sexo prohibido con Raúl me despertaron pensamientos lujuriosos. Un cosquilleo lleno de deseo recorría mi cuerpo, quería evitar esa situación, pero mi excitación era más por lo que decidí permitirle algo más que sólo platicar y bailar. Ya sin pudor alguno entreabrí un poco mis piernas provocadoramente, por lo que alcanzó a tocar mi vagina húmeda. Por unos instantes hurgó mi clítoris y quiso meter un dedo, pero mi amiga y su pareja regresaban a la mesa por lo que se la retiré rápidamente.
Eran pasadas de las dos de la mañana y brindamos con lo último que quedaba del tequila. Mi amiga me preguntó:
-¿Qué vas hacer Mar? Es que ya me tengo que ir y le voy a dar un aventón a él. ¿Te vas?
-Dudosa le inventé: mi marido ya viene por mi, no te preocupes tardará unos 15 o 20 minutos, si quieres ya vete para que no se te haga más tarde.
-¿Y tú? Le preguntó a Raúl.
-Yo vivo por aquí, cerca de Parque Delta, voy a pedir un uber.
-¿Entonces te vas a quedar sola un rato?
-No, yo me quedo a acompañarla mientras llega su marido, al fin que ya no tarda.
-Bueno ok, nos vamos.
-Vayanse con cuidado, nos vemos el lunes. Mi amiga se acercó para despedirse de beso y me dijo al oido “cógete a Raúl, aprovecha”;
-Hahaha… sonreí y le dije “no, cómo crees, estas loca”, no lo conozco bien, que va a pensar de mi.
-Aprovecha para conocerlo, se ve que anda caliente por ti, cógetelo.
-Nooo ya es tarde, además que va a pensar de mi.
-Lo que piense, qué te preocupa, pero bueno, tu te lo pierdes, yo se lo que te digo.
-¡Qué bárbara eres! ¿Tú te vas a coger a él?
-Por que crees que ya me voy. Vamos, hacemos un trío.
-Hahaha… eres tremenda mujer, ya vienen por mi, mejor para la otra.
-¡Órale, conste! No te vayas a rajar eeeh.
-Sale, bye, qué todo salga bien.
-Ojalá, a ver cómo responde, el lunes te cuento, bye.
-¿De qué se reían?, me preguntó Raúl.
-De nada, de tonterías.
-Entonces, ¿a qué hora llega tu marido? Me preguntó suspicas.
-Hahaha… reí sin responder.
-¿A qué hora llega tu uber? Le pregunté yo.
-A la hora que ya quieras irte, si quieres nos vamos ya.
-Mmm… no sé, yo creo que mejor si, me siento un poco tomada y no vaya a ser tonterías.
El comentario de mi amiga me dejó intrigada y caliente; además de que el manoseo de Raúl me dejó temblando de deseo.
-En lo que te decides, pido otros tragos.
-No, ya no, ya estoy tomada, algo borracha y si sigo tomando no sé cómo voy a terminar.
-La caminera, la última y nos vamos.
-Ok, la última, ¿me vas a llevar a mi casa o pido un uber?
-Hahaha… déjame pedir los tragos.
-Ya es tarde, me van a regañar, mejor ya vámonos.
-Ya los pedí. Nos los tomamos y nos vamos, en lo que llega tu marido ¿no? Raúl se acerca a mi y vuelve a poner la mano bajo mi falda y más atrevido hurga en mi vagina, con su dedo índice la masajea. Me vuelve a preguntar: ¿en verdad ya te quieres ir o prefieres ir a otro lado?
-Mmmm… no sé, como te dije apenas y te conozco no se cómo eres, si eres discreto, no sé qué pienses de mi, no sé por quien me tomas, no sé que te imaginas al irme contigo a la primera. Soy una mujer casada, seria, responsable, no sé mmmm y ¿a dónde quieres ir?
-Te reitero, pienso que eres una mujer que disfruta de sus momentos, una mujer madura, sensual y sexual, que sabe lo que tiene y lo que quiere. No soy indiscreto, no busco ni genero problemas. Me atráes y pienso que te gusta disfrutar del sexo plenamente. Quisiera estar contigo a solas en la intimidad, en un hotel.
-Mmmm… y en tu casa, ¿tu esposa no te espera, no te dice nada?
-No hay problema por eso, le dije que llegaría tarde.
Observé que venía el mesero y le retiré la mano. Nos trajo cuatro tragos, pensé que este cuate me quiere tener perdida, totalmente borracha.
-Oye pediste cuatro, nada más era un trago, voy a terminar borracha.
-Mmmm… pues qué rico, te has de poner más cachonda ¿no? Salud.
-Hahaha… Salud, qué cosas dices, total hasta el fondo. Pide esta para llevar y vámanos, sino se va hacer más tarde, ya van a dar las tres de la mañana.
-Ok, pago y nos vamos. Pero… te digo un secreto, me tienes muy caliente, mira cómo estoy ¿si nos vamos a un hotel?
-Volteo y le veo un tremendo bulto en su entrepierna, grande. Con razón mi compañera me dijo que “sabía lo que me decía”, recordé. Ups, ¡qué barbaro! ¿qué es eso?
-Lo que quiero que complazcas, te desea mucho, lo tienes muy caliente.
-Mmm ok, vámonos. Pero, por favor no vayas a decir nada, ni vayas a pensar mal de mi por irme contigo luego, no soy una cualquiera y ¿a qué hotel me llevarías?
-No pienso mal de ti, al contrario me gusta tu madurez y apertura, tu erotismo excita. Vamos a uno que está sobre viaducto, es un hotel butique, con un ambiente muy erótico. Está cerca de donde vives.
-Si lo he visto, ok vámonos, pero apóyame estoy algo mareada.
-Ya está el uber afuera, toma tu trago, recargate en mi.
Raúl me tomó por la cintura, caminaba tambaleante, el alcohol ya había hecho su trabajo. Nos subimos al coche y enfiló sobre Insurgentes hacia el hotel. Raúl me abrazaba, tomó mi mano y la puso sobre su bulto, me dijo al oido que se la acariciara. Miré si el conductor no nos veía iba concentrado conduciendo. Lo palpé, tenía un buen miembro y se lo empecé a sobar con mucho deseo, se lo fui apretando durante todo el trayecto hasta el hotel. En eso sonó mi celular, era mi marido, no contesté. Volvió a sonar y Raúl me dijo que contestara y así lo hice.
-Bueno, si mi amor, vamos a tomar un café, es que se nos subió, pero todo bien, todo está muy bien (apreté con fuerza el miembro de Raúl). Si, me van a llevar más tarde, no te preocupes, en un rato llego. Si un café y un pastelito me voy a comer, rico mmmm seee, si voy a pedir un pedazo grande tengo hambre, si mi cielo, te veo al rato, si, chao besos, bye.
El conductor al oirme me observó por el espejo retrovisor durante toda la plática y con morbo sonrió. Llegamos al hotel, al Love, entramos y pidió un cuarto, alcancé a escuchar una suite. Nos dirigimos al elevador, iba nervioso, apenado. Al parecer había ambiente entre parejas en los cuartos, se oían gemidos, risas, gritos de placer, de todo. Entramos al cuarto y de inmediato Raúl se abalanzó con mucho deseo, acarició desesperado todo mi cuerpo: mis nalgas, mis senos; me besaba con lascivia, su lengua buscaba la mía, apretaba mis nalgas con sus manos, me embarraba su bulto en mi entrepierna, estaba muy caliente. El alcohol ingerido nos desinhibía y yo estaba muy excitada. Me iba a coger a alguien más joven que yo, casado y a la primera de conocerlo. Sus manos comenzaron a hurgar por debajo de mi falda y se emocionó al sentir lo que traía. Se separó y vio mis medias de silicón, mi pantaleta roja de encaje entreabierta.
-Guau, venías preparada ¿no? Te gusta provocar, ¿verdad mujer?. Lo noté al verte bailar, enseñabas tus medias.
-Mmm nooo, pero me visto para la ocasión, a ustedes les gusta ¿o no? Les gusta que vistamos así, sensualmente, provocativamente.
-Si, a mi me encanta verlas vestidas asi. Desabotona mi blusa y ve mi brasier de lencería transparente. Mmmm que ricos se ven tus senos.
-¿Te gusta cómo me veo? ¿Qué piensas?
-Que te vez ves muy rica, muy sensual, muy erótica, muy, muy…
-Muy qué, dime muy qué…
-Muy cachonda, una señora muy rica, muy caliente, llamando la atención provocativa..
-¿Si, te parezco asi, muy provocativa, como si me estuviera ofreciendo?
-Seee contrastas, en el trabajo te ves una mujer muy seria, pero se ve que también eres muy cachonda que te gusta gozar del sexo.
-Seee en estas situaciones soy una mujer caliente, me gusta disfrutar del sexo y me gusta hacerlos sentir bien, que me trataen como quieran, como sus bajos instintos quieran. Me dejo gozar como… tus fantasias te lleven, por eso estoy aquí, para ser y hacer lo que quieras esta noche.
-No me equivoqué, eres una mujer excitante. Si, mi fantasía es estar con una mujerzuela, con una mujer sin inhibiciones quisiera tratarte como una… como una golfa, te quiero coger como a una puta.
-Seeee trátame así, cógeme así. ¿A tu esposa le gusta tratarte así, se viste así para ti? ¿le gusta provocarte?
-No, no le gusta, por eso quise contigo, porque se ve que eres una caliente, que eres muy cachonda al coger, que disfrutas calentar a un hombre y pienso que estoy con una puta, una puta seria, pero puta al fin.
Se bajó el cierre y se sacó su verga, era larga, no tan gruesa, prieta, grande y cabezona; una vergota como me insinuó mi amiga. Pensé en lo rico que iba a sentir. Me volteó hacia el espejo de la pared, le di la espalda, me levanó la falda y acomodó su verga a la entrada de mi vagina. De un golpe me metió la mitad, grite de dolor y placer, era una gran verga.
-Aayyy que verga, aayyy cabrón qué vergota tienes, ya me la metiste, aahhgg seee, que ricaaa está, aahhh me duele, pero rico, huummm…
-Ahí te va toda puta, cómetela toda, toma.
-Aagghh que verga, hasta el fondo aayyy toda cabrón, toda. Qué rica la tienes aahhh, seee hasta adentro, qué rica está aayyy… dame duro, asi seee, así, toda, caliente, dura aahhgg…
-Qué ricas nalgas tienes plaf, plaf, plaf, sabrosas y paradas, nalgona, para mi verga, muévelas rico cabrona. ¿Te gusta dar la nalgas verdad? Para que te la metan rico, señora seria, ¿le gusta andar cogiendo, le gusta la verga?
-Seee, me gusta el sexo, me gusta coger, que me la metan rico, disfrutar plenamente de una buena verga. Muévete rápido, hummm, así así aayyy, dame duro, muévete así aahhgg…
-Gime fuerte aahhh para que se escuche como te comes mi verga.
-Aayyy que rica verga me están metiendo, aahhgg que verga seee métela duro, nalguéame cabrón, aayyy dale duro a tu puta, aahhh qué rico me la metes, qué vergota tienes muévete duro, dame duro aayyy, aayyy seee, qué verga tan rica tienes cabrón, que verga me vas hacer venir pendejo, seee así dame, duro, muévete rápìdo… aahhh ¿tu esposa te mueve las nalgas como yo, se deja coger así?
-No, no me deja disfrutarla así, por eso quise contigo, para esto te me antojabas. Qué ricas nalgas tienes, que rico las mueves, qué rico me la aprietas, eres una puta nalgona, las mueves mejor que mi esposa, aahhh que nalgotas plaf, plaf, plaf, plaf…
-Aayyy qué verga tan rica tienes, que vergota aahhgg, muéte rápido, métemela toda aayyy, así dame duro. Piensa que soy tu esposa que te da las nalgas como una puta aahhh, muévela rico, así cabrón así…
-Seee, estoy con mi puta nalgona aahhh, cabrona las mueves muy rico, muy sabrosa, aahhh me vas a hacer venir cabrona, aahhh, aahhh… ahí te van todos.
-Sáca tu verga, sac… aayyy ya me los echaste cabrón, ya me echaste tus mocos calientes aahhh, ricos, me llenaste de tu leche aahhgg… también me estoy viniendo, hummm, aahhgg, con tu verga rica, vergota grande y caliente, rico palooo, qué rico me vine, que rico, aayyy aahhgg, que ricos mocos me echaste aahhh, seee rica verga…
Relajado, Raúl se separó de mi y se fue a recostar a la cama. Yo fui al baño para limpiar el semen que me escurrían por las piernas. Regresé y me senté junto a él, tenía su verga totalmente parada, babosa. Lo empecé a masturbar y en eso sonó su celular, era su esposa. Contestó y al parecer le reclamaba su tardanza, me incliné y se la empecé a mamar. Cachondamente le chupaba su glande, lo succionaba, me la metía toda hasta el fondo, sentía volver el estómago, me tomaba de la cabeza y empujaba su cadera para meterla toda, yo sentía que me ahogaba. Me soltó y se la chupaba haciendo ruidos mientras la succionaba, él continuaba justificándose con su mujer. Eran cerca de la cuatro de la mañana. Le dijo que estaba con unos amigos, que se le habían pasado las copas, que llegaría un poco más tarde. Le empezó decir que cuando llegara quería cogersela rico, cachondamente, que si le daba chance de hacerlo así, que estaba caliente y que la tenía parada pensando en ella. Yo se la seguía mamando, chasqueando a cada momento al succionar su cabeza, me la metía toda , bueno hasta donde podía.
-Si mi amor te quiero mucho y te respeto, pero quiero tener sexo rico; si lo sé, pero es contigo, anda vistete sexy, ¿si?; no, pero me gustaría verte rica, jugar a eso, no, no pienso mal de ti; te digo es entre tu y yo; no, estoy en el baño, si vine aahhh ya me andaba, seee, uufff ya no llegaba, aahhh; ¿si mi vida? Te me entojas mucho ahorita, si, no no estoy con nadie, bueno con mis cuates, creo que ya se van, seee; si quieres ven por mi, aajaaa, vienes rica y nos vamos a coger, seee, anda mi amor, bueno aunque sea en la casa, pero quiero que sea cachondo, si ando un poco tomado, seee quiero cogerte como una, una… pero no te enojes, es entre nosotros, si anda; como una puta mi amor, déjame hacerte el amor como una puta, ¿si mi vida? Ya te dije que ando tomado y caliente.
Mientras decía eso, lo masturbaba y se lo chupaba rico, golosamente morbosamente, lo veía a los ojos y él a mi mientras hablaba con ella. Estaba caliente, excitado no iba a aguantar, se iba a venir.
-Si, ya se que es tarde, seee, aayyy mi vida, ¿sí, me complaces? Anda, nada te cuesta, ¿no? Ok, ok, esta bien, llego al rato, si mi vida, te quiero, bye. Aahhh qué rico me la estás mamando qué rico me la chupas, si sabes como hacerlo. Ya vez como no quiere mi mujer salirse de su forma de ser, por eso te me antojas, por eso me atreví a insinuártelo. Tú disfrutas del sexo aahhh, qué rico me vas hacer venir aahhh…
-¿Te gusta cómo te la chupo? ¿Te gusta que te la mame asi? ¿Para eso me quieres? ¿Para que sea tu puta mamadora? ¿Si, te gusta?
-Seee, aahhh qué rico, aahhh me voy a venir cabrona, te los voy a echar puta seeee, ahí te van aahhh qué rico te los echo, todos en tu boca en tu cara, aahhh…
-Seee embárrame la cara, así aayyy, los siento calienes, tus mocos ricos, los que tu esposa no quiere probár. Cuanta leche me estás echando, uufff… mmm rica, me la como, glup, glup, aahhh, ricos tus mocos.
Con semen en mi cara, le limpio su verga con mi boca, le chupo las últimas gotas que le salen. Excitado y respirando de manera acelerada, Raúl se queda recostado recuperando el aliento. Con unos pañuelos desechables me limpio el rostro y el cabello, también me recuesto.
-Qué rico me la mamaste, sabía que no me ibas a fallar, sabes como hacerlo, esta rica tu boca. Te gusta disfrutar del sexo, sin inhibiciones y te entregas toda. Tu madurez te hace disfrutar y que lo disfrutemos. Me gustó hablar con nuestras parejas mientras cachondeábamos, fue excitante y morboso.
-Si, lo disfruto mucho, tener sexo de manera furtiva me excita, con casados o no, con maduros o jóvenes, con serios o perversos. Cumplir sus fantasías, entregarme totalmente sin pena y hacer lo que me piden es excitante.
Me dirigí al baño para limpiarme, regresé y me recosté junto a él. Mientras hablábamos le acariciaba su pene y él me tocaba las nalgas. Me empezó a besar mis senos, de manera suave los lamía, succionaba mis pezones, pero luego pasó a mis senos a lamerlos y succionarlos, me hizo un chupetón pequeño y ante mi consentimiento me comenzó a hacer más. Yo gemía al sentir su boca y sus labios succionando mis tetas. Su miembro reaccionó antes mis caricias y la plática, se puso de nuevo duro, lo empecé a masturbar. Sutilmente, Raúl acariciaba mi ano, intentando meter un dedo, poco a poco entró éste, suavemente lo metía y lo sacaba. Se estaba excitando, por lo que succionó con intensidad uno de mis senos y me hizo un gran chupetón; se pasó al otro e hizo lo mismo. Del cuarto de al lado se oian gemidos fuertes y gritos de varias parejas, parece que era una reunión swinger, era excitante tener ese concierto de gemidos, por lo menos me calentó de nuevo a mi. De repente, Raúl me tomó de la mano y me llevó al sillón tántrico y me pidió apoyarme en él; corrió las cortinas del ventanal, se podía ver el Viaducto al fondo. Regresó y se puso detrás de mi con su verga parada, la colocó en la entrada de mi ano, con su mano la manipulaba para dilatarlo lo cual logró minutos después. Empujó y entro su cabeza, volvió a empujar y entró la mitad haciendome gritar de dolor-placer.
-Aayyy cabrón, la tienes muy grande aahhgg, despacio, despacio, hummm seee rica verga, despacio aayyy, rica tu verga, rica métemela rico en mi culo, que rico me la metes mmm, así dame, dame duro para eso soy tu puta cabrón, nalgueame nalguéame duro, hazme tu puta, que rica verga tienes aahhgg… Hazme lo que no le haces a tu mujer, para eso estoy aquí aayyy, que vergota tienes seee, aayyy.
-Así gime, así grita puta plaf, plaf, plaf, plaf… qué nalgotas tienes, qué rico está tu culo, plaf, plaf, plaf; toma toda mi verga, cómetela toda plaf, plaf, plaf…
-Seee dame toda tu verga aahhh, métela toda como si fuera tu esposa aayyy, seee qué rico me la metes, dame duro y mevete rápido aahhh, verga rica aayyy, me vas ha hacer venir, aahhgg, ¿te gusta cómo me haces gemir?, aayyy me partes el culo papi, dame así…
-Seee, gimes muy cachonda, grita más, gime fuerte, aahhh me voy a venir en tu culo, aayyy qué ricas nalgas tienes, qué rico culo, ahí te van mis mocos cbrona aahhh, toma mi leche puta…
-Aayyy que verga tienes cabrón, que vergaaa, me estás haciendo venir, aahhgg cabrón, ya me vine, aayyy que palo tan rico tienes, haaa siento tu leche en el culo, seee así dame tu lrche, aahhh qué rico me vine…
En eso vuelve a sonar su celular, era de nuevo su esposa. Contesta y escucho los reclamos de ella preguntando que donde andaba, que porqué aún no había llegado, que eran las cuatro y media de la mañana y demás reclamos. Raúl no dejaba de moverse en mi culo, sentía su verga totalmente erecta, la metía y la sacaba mientras hablaba con su esposa. Yo le movía las nalgas, le apretaba su verga con mi ano, me empinaba más para que la metiera toda. El momento lo excitó de nuevo y comenzó a moverse rápido y con fuerza. Me mordía los labios para no gemir ni gritar, aunque no aguantaba de nuevo sus embates, lo que hizo que soltara un fuerte gemido. Al parecer le preguntó que qué había sido eso porque respondió que alguien se había pegado. Me siguió bombeando por unos minutos más mientras hablaba con su esposa, morbosamente me excitaba la situación que mientras hablaba con su esposa me la estuviera metiendo. Terminó de justificarse con su ella, colgó y me siguió bombeando por unos minutos más. Se relajó y se salío de mi, quedó exhausto sobre la cama con el palo aún firme. Adolorida me dirigí al baño para asearme y arreglar mis ropas.
Salí y Raúl terminaba de arreglarse también. Era tarde, casi las cinco de la mañana. Apresurados pedimos nuestros uber, cinco minutos después llegaron. Un último faje de despedida muy sugerente en el pasillo, frente a dos parejas y salimos del hotel, nos despedimos y cada quien se dirigió a su destino. Morbosamente satisfecha, aunque también en el fondo con cruda moral, excitada reflexionaba sobre lo sucedido. Sin buscarla, la ocasión se dio para disfrutar el sexo furtivo, de gozar con el deseo del otro, de ser su objeto sexual y dejarme llevar para cumplir sus fantasías. Ser la mujer, la hembra, la puta que varios quieren tener y disfrutar como tal. Un poco desaliñada, tomada, adolorida del culo y oliendo a semen caliente llegaba a mi casa, esperando no encontrar despierto a mi marido.