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Me cogieron en los baños de hombres

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Trabajaba de intendencia en una fábrica, siempre que tocaba lavar los baños de hombres abría la puerta y gritaba si había alguien, si había respuesta me esperaba afuera a que saliera la persona, si no contestaba nadie entraba para hacer mis labores.

En una ocasión, grité, pero no hubo respuesta por lo que puse mi letrero de “FUERA DE SERVICIO” y me metí a lavar, fue mi sorpresa encontrar a un trabajador ahí dentro, le pedí disculpas y di media vuelta para salir, en ese instante me jalo del pelo y me regreso, yo no entendía lo que pasaba, tomó su teléfono e hizo una llamada, al poco tiempo llego otro de los trabajadores.

Mientras uno me tenía maniatada con los brazos por la espalda el otro de frente se tomó la libertad de desabrocharme el pantalón y bajármelo hasta los tobillos, grité, pero las troqueladoras no dejaban escuchar mis gritos y poco después me amordazaron.

El trabajador frente a mi empezó a tocarme mi vagina y mis nalgas con mis pantaletas puestas, no dejaba de manosearme mientras me decía que le gustaban las panochas peludas como la mía, el trabajador que me tomaba por la espalda, sin soltarme me dio una patada por detrás de mis rodillas doblándomelas y haciéndome caer al piso.

Estando de rodillas en el piso, el trabajador de enfrente se sacó el pene ya erecto y me lo embarró por toda la cara, cuando estuvo aún más parado me metió su pene en la boca al mismo tiempo que me quitaba la mordaza, me agarró la cabeza y me metió su verga hasta el fondo de mi garganta, solo me la sacaba para darme un poco de aire, traté de morderlo, pero me empezó a golpear y mejor seguí mamando.

Mientras, el trabajador de atrás soltó por un momento mis brazos para bajarme las pantaletas y manosear mi vagina, se escupió en una mano y me introdujo sus dedos, poco después se sacó la verga, se escupió de nuevo en la mano y embarró su saliva en su pene y me penetró mientras nuevamente me jalaba los brazos hacia atrás.

El tiempo se me hizo eterno, pero me estuvo cogiendo por unos 10 minutos, entonces le pidió al otro trabajador intercambiar posiciones, sin pensarlo el otro me saco la verga de la boca y se fue hacia atrás mío, aproveche para gritar de nuevo, pero nadie atendió, me resistí a meterme en la boca aquel pene con sabor a mi vagina, pero un fuerte jalón de pelo basto para que abriera la boca de nuevo.

El trabajador que ahora quedó detrás estuvo frotando su pene entre mis nalgas para después penetrarme hasta el fondo de una clavada, sin duda la tenía más grande que el primer trabajador, a estas alturas ya me había resignado un poco, por lo que empecé a mamar aquella verga que tenía en la boca y a disfrutar aquel pene que parecía quererme atravesar.

Cuando el trabajador que me cogía la vagina se cansó de hacerlo se paró y se puso junto al otro con su verga apuntando a mi cara, enseguida la tomé con mi boca y se la empecé a mamar, al poco rato salió su esperma, teniendo que tragármelo, aún no terminaba de pasarlo cuando el otro trabajador me jalo de la cabeza y me metió la verga, todo para eyacular dentro de mi boca también.

El que me dijo que le gustaban las panochas peludas como la mía saco su navaja y corto mis pantaletas para llevárselas, hicieron que les limpiara sus vergas con mi lengua y me dejaron ahí tirada, una vez recuperé la calma me subí los pantalones y fui al departamento de Recursos Humanos a levantar un reporte y pedir ayuda, pero no esperaba lo que me sucedió ahí...

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