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Mi alumna favorita

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Sobre las cinco de la tarde he quedado con una chica española de 23 años, con el culito respingón. Me llama Señor, mientras me mira con sus enormes ojos negros. Es analfabeta, nadie tuvo tiempo para enseñarle otra cosa que no fuera follar de cualquier manera. Su madre la inició con un señor muy gordo, que tenía bastante dinero.

He decidido enseñarle a leer. Es mi contribución a mejorar la cultura en el poblado donde reside. Lo digo sin sarcasmo. Pero, no gratis, en esta vida nada es gratis, así que hemos cerrado un buen negocio. A los dos nos dejará satisfechos.

Mi propuesta ha sido que mientras le enseño el abecedario, la construcción de sílabas y de palabras, ella debe procurarme sus favores sexuales. Ha aceptado gustosamente.

Hoy ha avanzado considerablemente, en un solo día ha aprendido a distinguir las vocales de las consonantes. Mañana me he propuesto enseñarle, a distinguir todas las vocales. Está muy ilusionada. En alguna ocasión me resulta difícil continuar, sobre todo cuando devora mi miembro con los ojos abiertos mirándome... Arriba y abajo, con esos contoneos de su cabeza que dejan su melena negra desparramada entre mis piernas.

Han pasado unos dos meses y la joven ya lee casi perfectamente, le cuesta algo de trabajo distinguir la letra z de la letra s, pero lo va haciendo cada vez mejor. Ya sabe leer sílabas, en esto he sido un poco travieso, he empezado a enseñarle a leer palabras que ella utiliza con frecuencia: mamada, follar, coño, dinero, y algunas más.

Ella está muy agradecida, y creo que cada vez se va esmerando más en darme placer; ahora, para tener su boca desocupada mientras aprende, le he dicho que pronuncie las frases que le muestro mientras me masturba. Casi es mejor con sus manos, que, con su boca, sobre todo desde que me aplica un aceite de no sé qué planta, que me pone como una moto.

Es curioso, pero todavía aún no hemos tenido penetración. Me reservo para más adelante. Han pasado ya cuatro meses desde que comenzamos este programa. La verdad, que ha sido una idea fenomenal. Ella se siente cada vez más cómoda a mi lado, y yo también me siento muy bien. Es una chica muy agradable y dócil.

Últimamente nos vamos tomando una copita al atardecer, antes de irse al club; mientras hablamos y ella me acaricia, yo a veces también recorro su cuerpo con mis manos, pero lo primero es lo primero, y procuro no eludir la tarea que nos hemos propuesto.

Me fascina esta sensación, después de cinco meses se podía decir que es un placer tener sexo con ella. Desde que ha aprendido a leer de seguido, estoy teniendo las mejores corridas. Es alucinante como mueve el culo esta mujer, cuando se la encajo por detrás, mientras lee un libro, le encanta leer. Da igual que se la meta por adelante o por detrás, ella sigue leyendo, hasta que me corro. Es muy disciplinada y sumisa.

Ahora, cuando está sobre mí, le encanta recitarme poemas de Neruda, y a mí me hace disfrutar, la cadencia que adoptan los versos con el movimiento de su cuerpo. Sus pechos descubren en cada polvo, canciones desesperadas y poemas de amor. También le gustan Lorca, y Pessoa, pero apena les entiende.

Han pasado cinco años desde que comenzó esta aventura, y sigue a mi lado, bueno, puedo decir que han cambiado algo los papeles, sigue follando extraordinariamente, tan bien que le he propuesto que nos vayamos a vivir juntos, pero no ha aceptado. No he conocido otra mujer que folle como ella.

Ahora la veo con menos frecuencia, desde que ha sacado la oposición en la oficina de integración, joder, casi gana más dinero que yo, y en sólo cinco años ha cambiado su vida por completo; le tengo mucho cariño, y creo que ella a mí también.

Sólo acepta que nos veamos de vez en cuando, leemos mientras follamos, escuchamos música, nos contamos algunas cosas, y al final, como siempre le pago los sesenta euros acordados, porque desde hace dos años me cobra cada vez que echamos un polvo. Con lo que yo le pago, definitivamente gana más dinero que yo. Pero es tan maravillosa en la cama que no puedo dejar de verla.

Por cierto, ahora soy el único cliente de esta niña, es una chica muy lista, me siento orgulloso de ella y estoy muy satisfecho. La quiero mucho. Ella a mí, dice que también.

Gracias por leerme después de tanto tiempo. Como siempre acepto comentarios. Nos leemos

(9,11)