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Mi contadora, por fin la mas puta
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Tiempo de lectura: 6 minutos

MI contadora ahora si tenia mucho trabajo, se vino temporada de declaraciones anuales y fueron semanas de estrés en demasía. Después de la experiencia en el hotel y de lo vivido en el camión como que habíamos evitado el tema. Llegue a pensar que habíamos ido demasiado lejos. Llegue a sentir que la perdía, que no volveríamos a explotar de placer. Que equivocado estaba.

Después de casi un mes, me llegó un mensaje de mi contadora a mi celular

-¿Ocupado?

-Para ti, jamás hermosa. Que gusto saber de ti. ¿En qué te puedo ayudar?

-Huuu, por qué tan serio?

-No, para nada, Perdón, he andado muy estresado.

-Justo para eso te llamaba, yo también ando igual, como desearía que alguien me tomara y me quitara todo este estrés…. ¿No conocerás a alguien?

La platica fue muy vivificante para mí ya que hablamos de sexo otra vez. Fueron al menos dos horas que estuvimos sexteando de nuevo. Nos calentamos demasiado y me pidió vivir algo mucho mas intenso que en la calle después del camión. Quería y deseaba en verdad sentirse la mas puta de las putas.

Me pidió que la sorprendiera. Que pensara en algo que le hiciera recordarlo toda su vida.

Incluso me dijo que no e llamara si no era para darle la cogida de su vida y hacerla sentir mas puta de lo que ella misma era capaz de desear.

Para serles franco tardé un par de días en pensar e imaginar cómo podría hacerle. Si para mi fue una eternidad no quisiera imaginar para ella, pero al final bien valió la espera.

Fui a unas cabinas que encontré a través de internet. En el centro de la CDMX encuentras todo. Entre y el lugar se veía algo lúgubre pero muy excitante. Había cuartitos con una pantalla adentro y proyectaban películas porno. Había un hoyo en la pared y justo aparecían vergas por ahí y otros y otras se dedicaban a mamar como becerros hambrientos.

Yo no podía esperar, hable con algunas personas. Saqué algunos teléfonos y me fui del lugar a preparar todo.

Le hable a mi contaputita. Le dije que la vería al día siguiente, que se pusiera ese vestido blanco cortito, pelo lacio y las zapatillas color cremita. Que se llevara una tanga blanca y sin bracier. Quedé de pasar por ella a su oficina y de ahí me la llevaría al medio día con el pretexto de ir a una comida de trabajo.

Desde la mañana me reporte a la oficina para avisar que no iría a trabajar. Me dispuse a ir a un hotel cercano al monumento a la revolución ya que ahí es común que entren personas diversas a las mismas habitaciones y nadie dice nada.

Alquilé una habitación, mandé varios mensajes con diversas instrucciones y esperé confirmación.

Cuando ya todo estaba listo, me dispuse a ir a la oficina para recogerla. Estaba vestida tal cual se lo ordené. De solo verla se empezó a levantar un bulto entre mis piernas.

Baje del auto, le abrí la puerta y avance un par de cuadras. Poco antes de doblar en insurgentes me orillé y le dije que le vendaría los ojos, que no podría ver nada. Su única orden era mantenerse en silencio y hacer todo lo que se le fuera pidiendo.

Me miro con un poco de extrañeza, pero no opuso resistencia.

Ya con los ojos vendados, me dispuse a incorporarme a la avenida de nuevo. Después de unos minutos me estacioné dentro del estacionamiento del hotel. Ya le había comentado a la recepción que llegaría con una chica con los ojos vendados para evitar levantar sospechas y que me fueran a echar a perder el momento. Obviamente tuve que dar una mordida para que no dijeran nada.

La lleve a la habitación. La senté en la cama.

Le pido que se recargue hasta la cabecera. La guio para que quede cómoda, pongo unas almohadas en su espalda y cuando se está acomodando abre las piernas y puedo ver la diminuta tanga blanca que trae y ardo en deseos de tomarla en ese momento, pero debo ser paciente.

Le sujeto las muñecas con unos listones y le amarro las manos a cada extremo de la cama. Le dejo cierta holgura para que no esté incomoda y pueda moverse de ser necesario.

Comienzo a rosarle con las yemas de los dedos muy suavemente los brazos, viendo cómo se erizan los bellitos de sus brazos y de todo su cuerpo.

Acariciando desde la punta de los pies, voy subiendo con un suave rose de mis dedos y de mis labios. Sin que sepa por donde llegará la siguiente caricia, solo se deja llevar por esas caricias furtivas, por esos besos robados.

Cuando mis dedos se posan por debajo de su falda ya se puede sentir lo mojada que está. Paso rosando solo el borde de su tanga, muy suavecito y aun así mi dedo se llena de sus jugos. De sus deliciosos fluidos.

Lo llevo a mi boca y lo pruebo, lo saboreo como si fuera el dulce mas rico de este mundo

Subo las caricias por su cintura, solo con la punta de mis dedos hasta llegar a sus tetas, las acaricio por el borde exterior hacia arriba y bajo por la parte donde ambos pechos se juntan, roso muy suave con mis pulgares sus pezones mientras mis demás dedos recorren todo el cuerpo de sus senos.

Siento su cuerpo temblar, estremecer. Escucho que quiere decir algo, pero le pongo el dedo índice en sus labios para solicitar que no diga nada.

-Hoy eres mía. Mi putita y solo disfrutaras de todo lo que está pasando.

Mientras sigo acariciándole, escucha que se abre la puerta de la habitación, percibe ruidos que suponen que alguien más se está quitando la ropa. Aunque nerviosa no se opone. Decide seguir.

Le subo la falda y hago la tanga a un lado. Paso mi lengua por el borde de sus labios llenándome la cara de sus fluidos, de su olor, me acomodo boca abajo entre sus piernas, paso mis brazos rodeando sus muslos para poder sujetarme bien. Ella sigues recargada en la cabecera de la cama, con sus manos atadas a los costados

Siente que alguien se para muy cerca de ella. A un lado suyo.

Percibe el calor de alguien muy cerca de sí. De su pecho, de su cara. No alcanza a comprender que sucede. Cuando el olor característico le hace saber que tiene un pene muy cerca de su nariz, de su boca.

Siente el calor y firmeza de ese trozo de carne que rosa sus labios pidiéndole que abra la boca.

Con reserva saca la punta de la lengua y prueba ese glande, su sabor te hace abrir la boca y engullirlo por completo. Yo no dejo de recorrer toda su vagina. Con mis manos abro sus labios y dejo su clítoris expuesto para poderlo besar libremente

Meto mi lengua más adentro, le escucho gemir, escucho como tiene esa verga en la boca porque ese sonido es muy característico. Se escucha como lo mama de manera intensa y rítmica

Se vuelve a escuchar de nuevo la puerta y siente que más personas entran a la habitación.

Una mano sujeta sus tetas. las acaricia, las aprieta. Siente una lengua en su pezón derecho junto con un par de manos que la sujetan cual si fuera un niño amamantándose, sucede lo mismo con el seno izquierdo. Ambas bocas ávidas de llenarse la boca con sus senos.

Ella sigue mamando esa verga que cada vez está más dura y palpitante, se para alguien mas al otro lado y sientes el choque de un pene en su mejilla pidiendo turno para ser chupado.

La curiosidad le llena de saliva la boca y voltea cual polluelo en nido buscando el pico del ave que le trae de comer. De inmediato sientes otra verga. Distinto sabor, tamaño, pero igual de rica

Siento como explota en mi cara, un chorro fuerte y de sabor tan característico llena mi boca y se desparrama, aún sigo moviendo mi lengua de manera frenética sobre su clítoris. Me levanto de la posición en la que estoy, paso sus piernas por encima de las mías y la penetro.

Se lo meto de manera fuerte mientras sus senos son devorados por dos bocas y la suya está disfrutando de un par de miembros dispuestos a llenarle de leche como sé que le gusta.

Se que goza de mamar vergas, de llenarse de semen y tragarlo todo y sabe que disfruto verla llena de semen.

Al que se lo está chupando empieza a temblar convulsivamente al explotar dentro de su boca.

Mientras que el otro explota también llenado su mejilla y parte de su cara de semen

Se retiran de la cama, le quito los amarres y la pongo en 4 con el culo bien empinadito y siente otro par de vergas ya listas para ser devoradas.

Ya con sus manos libres sujeta ambas y las mide, las siente y las recorre para elegir cual mamará primero, pero mis manos en su cadera y la manera en que la estoy penetrando no la dejan decidir por lo que opta por acercarlas lo más posible entre sí y comienza a jugar con su lengua entre ambas cabezas.

Trata de meter ambos penes a su boca, pero no caben así que mete uno y luego otro y cambia. Yo acelero el ritmo. Se lo meto más duro, más fuerte, le doy nalgadas de excitación, mis manos quedan marcadas en sus nalgas

Me chupo el dedo pulgar, lo lleno de saliva abundante y lo llevo hacia su ano. Lo empiezo a estimular, avisándole que quiero sentirlo. Que deseo meterlo. Lo siento palpitante. Dispuesto. Por un momento le saco la verga y me inclino hacia sus nalgas, las abro en su totalidad y hundo mi lengua en su culo.

Comienzo a lamerlo como si fuera un perrito deseoso de montar a mi perra por el culo. Lo lamo de arriba a abajo, metiendo y sacando mi lengua y puedo ver como se empieza a abrir, como se dilata. Me incorporo de nuevo y pongo la punta de mi pene el cual entra sin mucho esfuerzo

Lo empujo suavecito, te escucho gemir a pesar de la verga que tienes en la boca

Por fin entró todo mi pene en tu culito tan delicioso y apretado. Haces venir al que tienes en la boca, su semen chorrea de tus labios, pero tú lo persigues para devorarlo todo. Aunque tienes los ojos vendados sabes seguir el rastro lácteo que tanto disfrutas

Desaparece esa vega y solo te quedas con la que tenías en la mano.

Sin perder tiempo y con toda destreza mama la punta y lo masturba con la mano mientras con la otra aprieta sus tetas ella sola. Estas decidida a hacerlo explotar lo más pronto posible y lo logra. Recibe otra descarga de semen que no la deja escapar. Por completo lo tragas así como sale, lo saca de su boca y con la lengua sigue lamiendo hasta dejarlo por completo limpio. Desaparece.

Le doy la vuelta, le recuesto boca arriba, subo sus piernas a mis hombros y la penetro mientras lamo la plata y los dedos de sus pies. Esa sensación tan deliciosa de estarla penetrado mientras lleno mi boca con sus pies. Me recuesto sobre ella, bajo sus piernas y la beso apasionadamente. Nuestras lenguas pelean por entrar en la boca del otro.

Y en ese momento, justo en ese momento ambos nos venimos, nos envolvemos en un orgasmo múltiple y compartido.

Te retiro la venda de los ojos. Estamos solos.

Pero tú sabes realmente todo lo que pasó.

Sabes que a partir de hoy eres completamente mi puta.

Hasta aquí esta experiencia que de solo escribirla me hace revivirlo de nuevo.

Les dejo mi correo: [email protected] y mi enlace al Telegram está en mi perfil.

Si, efectivamente. Tengo la foto de como estaba justo ese día, por si quieres que te la muestre y veas lo putita que es. Agradezco sus comentarios y correos. Me inspira a seguirles contando nuestras experiencias.

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