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Mi novia de 19 años

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Hace algún tiempo por medio de un trabajo que tenía, conocí a una chava de 19 años, bien buena! Ella ya tenía una vida con una persona.

Comenzamos a mensajear y a hablarnos por teléfono, las cosas se iban dando pero yo le pedí que dejara a su pareja si íbamos a estar bien.

Así lo hizo, salíamos, nos veíamos cerca de su casa, realmente estaba bien buena.

A mis 34 años para mí era excitante estar con una de 19 años.

Cuando íbamos al hotel me la cogía muchas veces en la cama y terminábamos en la regadera. A veces en la madrugada me metía a escondidas a su casa y en su cuarto la desnudaba, le mamaba la panocha, las tetas, me la agasajaba bien rico.

A veces nos poníamos de acuerdo y salía en una pijama muy cortita, ajustada. Una blusita de tirantes.

Tenía unas piernas bien buenas, unas nalgas de buen tamaño, me volvía loco con su cuerpo.

Una vez le pedí que se pusiera la pijama y la blusa de tirantes, pero que se pusiera una tanguita y quedamos en vernos en la madrugada ahí en su casa. Yo ya iba con la intención de robarle la tanga después de cogérmela.

Entrando a su cuarto la recosté en la cama, le quite la pijama, después la tanga y me la guarde en la bolsa de pantalón. Levante sus piernas y le mame desde la vagina hasta el culo.

Después quite su blusa y brasier, mame sus tetas, la puse en 4 en la orilla de la cama, yo de pie y así me la cogí hasta que le avente mi semen en las espalda y nalgas. Recuerdo que le limpie el semen con su pijama. Y me decía:

-te pasaste, ya la manchaste toda.

-búscate otra cosa en el ropero

Y me preguntaba que donde estaba su tanga, yo le decía que la había arrojado y no sabía donde había quedado. No podía prender la luz porque sus padres dormían en el cuarto de enseguida.

Esas cogidas y agasajadas duraron cerca de seis meses, realmente lo disfrute, tal vez me inyectaba juventud, no lo sé, pero cuando me venía se la volvía a meter y en una ida al hotel me la cogía hasta 5 veces. Eso se estaba convirtiendo en una obsesión, por eso lo mejor fue alejarnos ya que realmente no me pertenecía.

A pesar del tiempo conservo de recuerdo su tanguita, y a veces que me acuerdo de ella, la verga se me pone como en esos tiempos.

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