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Mi primera madura y como rival el Coleta

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Nada más llegar me impresionó, su balanceo de caderas, era alta, tetona, un buen culo, rostro felino, labios carnosos y ojos almendrados. Mi curiosidad me ganaba.

-¿Me dejas ver el...? -pregunté al compañero de recepción.

-Joder viene una buena maduraca y todo dios quiere saber... Tiene 46, casada. Creo que viene a cazar. Marca terreno la cabrona. No te olvides que mañana viene el animador, ese no le falla ni una al hijoputa.

Por la noche le serví en la barra, sostenía mis miradas. La invite a un tercer mojito.

-¿Qué edad tienes, Rober? -dijo mirando mi placa que llevaba mi nombre.

-24, señora.

-¿Te gusta ser camarero? Está bien aquí con este ambiente, y solo es servir copas, además muchas jóvenes... -al mismo tiempo me guiñaba un ojo.

-Bueno... estudio...

-¿De camarero? -exclamó en tono burlón.

-No, me queda un año de ADE. Veo que le gustan los tattoos -dije mirando sus antebrazos.

-Sí, son los nombres de mis hijos en escritura china, llevo más -dijo retadora con una sonrisa sexual.

-¡Me gustaría verlos! Podemos vernos después...

-¡Qué pillo! pero mejor dentro de 3 días.

-Pasado mañana me voy 3 días, se casa mi hermana -dije en tono apenado y la verdad es que no me daba pasada de mi mala suerte.

Ella quedó un rato pensándolo y dijo:

-Estoy menstruando, pero me caes bien y siempre te puedo hacer una buena rusa. ¿Te han hecho alguna?

-No... no... no... no sé...

-Follarme las tetas -al mismo tiempo que se las estrujaba-. Ven al terminar -se levantó y empezó a andar moviendo el culo como el péndulo de una campana.

Algunos compañeros habían visto que ella conversaba conmigo. La verdad es que me gustó ese momentazo de gloria. El barman, un gordo cuarentón lleno de envidia exclamó " Es una devora hombres" " No es más que un coño con patas". Fui agasajado por dos compañeros. Me felicitaron ya que en esta época del año hay "Poco género" y que mejor que una experimentada madura.

Una hora más tarde me duchaba y subía con la complicidad del sereno a la 312. Nada más entrar ella salió con un salto de cama transparente. En su espalda llevaba tatuadas unas alas encima de su trasero, en la pierna una serpiente. Se quedó solo con sostén y entangada. El realce de su piel molaba.

-Te haré llegar rápido, tengo sueño -giró sobre si misma para que la viera.

Hice un escaneo rápido. Era material de primera calidad. Sin celulitis, prieta. Una mujerona con curvas. Mi primera maduraca de verdad y tenía un pibonazo.

Se desbrocho el sujetador y salieron rebotados dos tetazas, algo caídas, de pezones grandes y oscuros.

-Quiero esa leche ya, tengo prisa -al mismo tiempo que con un golpe de pecho hacia rotarlas y se sentaba sobre la cama.

Yo estaba que putoflifaba. Me despelotė en un abrir y cerrar de ojos.

-Parecés alterado... ufff si gastas buen rabo, ponla aquí en medio -dijo abriendo el tetamen.

Coloque mi polla en medio de los pechos, note el tacto de los huevos con su piel. Empezó a subir y bajar sus pechos mientras me miraba a los ojos. La morreé, su lengua era dulzona. Hice el mete saca pectoral, pero no había engrase. Dejé caer saliva. Mucho mejor. Arriba, abajo. Empecé a sobreexcitarme. Al asomar mi glande encima de su tetamen ella me lo lamía. ¡Cómo gozaba, era un pasote!

-¡Oh, oh, oh, haz... haz... hazme una ma... mamada -supliqué.

-Quiero que te corras ya, siéntate en ese sillón con las piernas apoyadas en los reposabrazos. Voy a sacarte hasta la última gota de leche.

Así lo hice, me hubiera gustado gozar más tiempo, pero por lo visto el tiempo apremiaba, ni siquiera se había destangado. Empezó una mamada lenta con volteo en espiral. Lamió el tronco, llegó a mis testículos y succionó mis huevos uno por uno mirándome a los ojos.

-Ahhh! Mmmm! Ayyy!!! Ssssí!, Ohhh! qué gustazo.

-Levanta más ese culo y levanta las piernas tienes que tirar la lechada.

Estaba excitado y confuso, pero tenía pinta de que me iba a... Y así fue, metió la lengua en mi culo y con la otra me pajeaba. Notaba ese cosquilleo brutal en mi culo, la metía bien adentro, después lamía alrededor siempre pajeandome. Me vino un gusto electrizante que empezaba en mis cojones y me subía a la polla. Exclame:

-¡Me...! ¡me...! ¡Me voy a correr! ¡Oh, oh, si, si, ya.. ya me corro! ¡Ohhh!

Solté una tremenda descarga. Fueron tres lechadas, la primera me llegó a la cara, la segunda en la barbilla y la tercera sobre mi pecho. Quedé inmóvil. Ella se levantó como quien tiene prisa. Me tiró unos Kleenex. Dijo que tenía que irme ya.

Al bajar el sereno tenía gente en la barra de recepción, aunque me preguntó con gestos qué tal y le levanté el pulgar; él sonrió y junto pulgar y meñique en señal de ok. Le di las buenas noches y le dije " ya hablamos".

En los tres días que estuve fuera a causa del bodorrio de mi hermana no dejé de pensar en la madura. Incluso los compañeros me whasapeaban:

«- (Sergio) k tal la maduraca me han dicho k foyastes.

- no veas tío me corrí en besazo negrote.

- (Dani) eso ke koño es

- comidaza de culo

- (hector) ke pasote kolega eres un punto krak aunke cuando vuelvas el animador ya le ha puesto la vista encima.»

Este último mensaje ya me jodió. El animador, alías el "Coleta " era un follador nato. Un auténtico referente, a sus 35 años tenía un historial follamentistico impresionante. Follaba a diario y en esta época del año sin muchos turistas no le iba a pasar desapercibida. Era una pieza a abatir.

No iba desencaminado, al volver al curro me tocó turno de noche. Vi a la madura con vestido veraniego. Tras ella hablando y riendo el Coleta. Mulato, fibrado, alto, su coleta ondeaba en cada giro del baile del programa del hotel. Ella vino a pedir bebida.

-¿Cómo estás?

-Pero si eres el chico del otro día.

-Veo que te acuerdas - contesté.

-Ponme dos mojitos -miré y no vi a nadie a su lado- ahora vendrá el animador.

Llegó a la barra con aires achulados, paso largo. Yo seguí con mi trabajo.

-Te has quedado prendado de la hembra. Tranqui ya vendrán otras -me consoló el colega.

-Razón tienes, pero el cabrón.

-No te lo tomes a pecho, Rober.

El hijoeputa del mulato me miraba desafiante. Disfrutaba de levantarse chicas y dar el paseíllo con ellas a modo de tributo ante las narices del personal. Su hablar era exagerado, alardeaba a todas horas. Volvió a salir sobre el escenario a bailar. La madura se lo comía con los ojos. Sabedor él chuleaba con movimientos llenos de plasticidad. Al terminar el baile el animador ya

Charló distendidamente con la madura. Ya eran las dos de la madrugada, ya terminábamos el turno. El Coleta se acercó con aires achulados y soberbios.

-Ponme una botella de champán y dos copas, la señora quiere tomarlo a la luz de la lunita con una copita como en las peliculitas -dijo con tono de burla a la misma vez que me miraba a mi y se cogía los testículos.

-Hostia Coletas, no dejas ni una, a la playa le vas a hacer la monta -dijo un compañero.

-Mejor sin expectación no deseada de clientela, dirección me dio un toque, le daré mi fierro en el lateral cerrado por las noches -dijo con ampulosidad.

Mi rabia aumentaba, había venido en clara alusión hacia mí para darse tono y chulear. Encima el espacio donde iban era accesible solo al personal del hotel desde el lateral de la cocina y él, era consciente, inclusive hecho adrede para que pudiéramos verlos asomando por los setos. Había lanzado el reto y avisado. Obviamente los dos compañeros de turno lo sabían.

-Supongo que quedarás a ver cómo la peta - dijo un camarero al otro.

-Es tarde, pero en casa la mujer guarda el nieto y de todas formas tendré que dormir en otro cuarto. Además ver en acción al Coleta con sus 20 cm dando caña mola mucho. Rober no te sientas defraudado, caerán más.

Me buscaba y no me encontraba psicológicamente. Estaba defraudado, el otro me pisaba la madura. Como siempre.

No tardó en venir apresurado el joven camarero avisando que "Empezaba la función". Me dejaron el cierre del bar solo

Sabía que yo me comportaba como un niñato.

Cerré el bar, hice la caja. Cuando me iba no puede evitar dar el rodeo por la cocina y ver lo evidente en el pequeño jardín trasero. Los dos compañeros estaban apostados tras el seto. Hice un hueco en las ramas y miré: la palabra exacta era una escena brutal, la había colocado a la luz del foco los veía en horizontal a mi vista no más de tres metros lejos de mi posición. Estaban en 69, ella encima comía cipote, le costaba engullir, ella, esta vez sí, entera en despelotė, podía ver las alas del tatuaje en la espalda. Le aplicaba una mamada de sube y baja aspirada y rotación bucal, paraba a ratos para ensalivar, inclusive le hacía el agujero del glande con la punta de la lengua. El Coleta gemía, era dominado por una mamadaza fantástica. Solicita ella adelanto su posición para succión testicular y darle chupones sonoros. Me moví hacia la esquina, unos metros más allá estaban apostados mis compañeros. Ya en la esquina tuve una estupenda visión del coño de ella, el Coleta se lo abría de par en par y lamia de forma bovina el depilado coño. Pasaba a la zona anal, también estirada y le comía el culo. Empezó a lametear abajo y arriba de corrido acaparando coño, culo. Lo que se llama un cunnilingus de primera.

Mi polla estaba que estallaba y vi que mis compañeros empezaban también a machacársela cada uno por su cuenta. El Coleta y la madura ya respiraban entrecortado, lo que evidenciaba una monta temprana. Como si el Coleta hubiera leído mi pensamiento con un reflejo rápido se la quitó de encima, la volteo y la posicionó en postura perruna o lo que se llama el clásico a 4 patas. Como buen follador que era inspeccionó la entrada vaginal dándole un lameteo y un sonoro escupitajo. Cogió posición arrodillándose y comprobando la altura idónea para alinear su polla. Una vez posicionado con una mueca salvaje la empotró de tacada sonora y dejándola clavada sin moverse. Volvió a sacarla entera y a clavarla. Empezó el dominio tanto físico como verbal:

-¿La notas, di que quieres polla?

-¡Siii! ¡Dame! No pares por favor.

Metió el pulgar en su culo y bombeo dos veces. Ella emitía sonidos roncos guturales.

-Flípala nena. Voy a full.

Tomo aire y con decisión empezó un pistoneo eléctrico de menos a más. El Coleta parecía un caballo desbocado; el tetamen de ella penduleaba hacia adelante y hacía atrás.

El camarero veterano vi como vaciaba la leche en pajeo y el otro se daba unos meneos salvajes

No pude evitarlo y me saqué la polla para pajearme.

Mientras tanto el Coletas sostenía el intenso pistoneo, cada embestida sonaba como un latigazo. Ella empezó a suspirar, la respiración se le hacía pesada y rápida cuando exclamó:

-¡¡Me... me...!! ¡¡Oh!! ¡¡Si!!

Empezaron a oírse chapoteos vaginales y un grito ahogado:

-¡¡Me vengo!!

El Coleta empezó a darle los últimos bombeos, embestía como un toro, se la clavaba a full, al mismo tiempo gritaba:

-¡¡Toma!! ¡¡Toma!!

Ella en un largo suspiro quedó estática, manos flaquearon quedando tendida en el suelo. El Coleta la volteo, se acomodó sobre su tetamen y con un rugido de león escupió una abundante lechada sobre la cara de ella. Ni que decir tiene que yo también tenía mis manos llenas de semen. El Coletas vino hacia el seto con la polla aún tiesa y orinó de forma generosa y después levantó una mano haciendo la V.

Para no alargar más la trama decir que esta fue mi primera experiencia con una madura. Dura y aleccionadora. Esto me enseñó a respetar a los grandes. El Coleta me quedó marcado a fuego.

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