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No me quedé con las ganas

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Sigo con mi esfuerzo para publicar en cada una de las categorías de la página, pensé mucho en que personaje de ficción y evitar personajes cliché, espero sea de su agrado y como siempre espero me motiven con sus comentarios.

Tomó algo de tiempo y mucha paciencia, pero finalmente lo logramos. Atlantis estaba trabajando en un nuevo prototipo experimental de un barco de combate híbrido mar-aire, debimos imaginar que Black Manta querría tenerlo en sus manos. Aunque la mayor parte de la tecnología de Atlantis se basaba en el agua, todavía había una necesidad ocasional de aeronaves para volar sobre el agua, principalmente alrededor de los océanos que controlábamos, pero siempre estábamos trabajando para mejorarlas.

La información se había filtrado a Manta, la nave híbrida en la que estábamos trabajando podría rivalizar con el armamento de los principales gobiernos del mundo. No solo sería el mejor submarino de la flota atlante, sino que también se convertiría en un avión de combate que podría alcanzar un gran territorio a velocidades increíbles. Y como remate, la nave fue diseñada para transportar lo último en armamento atlante.

Era obvio que Manta querría el híbrido para sí mismo para replicarlo para su propio ejército. Llegó con algunos de sus mejores secuaces con trajes de combate para aguas profundas que él mismo diseñó, superó la seguridad de Atlantis, mató a varios guardias, obligó a un científico a desbloquear los códigos de seguridad del barco antes de matarlo también. Y logró tomar el barco.

Lo hizo todo, gracias a información filtrada, sabía que Aquaman estaba en el otro lado del mundo ayudando a la Liga de la Justicia en otra misión, por lo que fue el momento perfecto. Por mucho que le hubiera gustado pelear contra Aquaman nuevamente, en ausencia del Rey de Atlantis sería más fácil conseguir esa nave.

El barco era enorme y mucho más impresionante de lo que habría esperado cualquiera. Encendió los motores y puso rumbo a la superficie. Allí, navegaría la nave hasta su base secreta. Mientras escapaban de la base militar submarina, los secuaces de Manta celebraron una misión exitosa. Celebración que duró poco ya que escucharon explosiones a su alrededor, sacudiendo la nave. Fueron descubiertos tomando el barco y ahora estaban bajo el ataque de Atlantis.

Manta ordenó a sus hombres que ocuparan sus puestos y se prepararan para la batalla. Se las arreglaron para destruir varios cazas atlantes, pero ellos mismos sufrieron graves daños. Después de una inmensa batalla, Manta llevó la nave a la superficie, la convirtió en un avión de combate y partió hacia el cielo.

Los secuaces celebraron de nuevo, pero nuevamente eso duró poco ya que varios guardias atlantes invadieron la cabina. Frente a ellos, de pie con mi tridente apuntando hacia Manta, estaba Yo, Mera, la reina de la Atlántida y esposa de Aquaman.

Manta: "Hola, Mera, Qué bueno verte de nuevo."

Yo: "Dile a tus hombres que se rindan", ordene.

Manta: "Sabes, no puedo hacer eso, ¡ATAQUEN!"

Una feroz batalla tuvo lugar en la cabina cuando me enfrente a Manta mientras mis guardias luchaban contra sus secuaces. Seguramente Manta querría usar la explosión de energía que podía disparar desde su gran casco, pero podría causar daño grave a la nave híbrida, por lo que se vio obligado a luchar cuerpo a cuerpo. Su armadura siempre resistió bien contra Aquaman, muy probablemente asumió que podría hacerlo mucho mejor contra una mujer. Aunque no era tan fuerte como mi esposo, le demostré que no debía subestimarme.

Los guardias derrotaron rápidamente a los secuaces y con destreza sometí a Manta. Seguramente se sintió inmensamente avergonzado de haber sido derrotado por una mujer. Y en contra de su buen juicio, me disparó su ráfaga de energía en su máxima intensidad directamente. Lo vio venir y me aparte, dejando que la explosión golpeara la pared detrás, causando mucho daño a los sistemas de la nave.

La nave comenzó a dar vueltas sin control; todos los secuaces y guardias cayeron por el gran agujero causado por Manta al océano. Sabía que mis hombres, por supuesto, estarían a salvo cayendo al océano; los secuaces, sin embargo, no tendrían tanta suerte.

La nave se estaba saliendo de control cuando Manta intentó tomar el control de los sistemas.

Yo: "¡Pendejo, Lo estás haciendo todo mal!" grite.

Manta: "Cállate, perra, ya lo tengo bajo control”

Manta obviamente no sabía lo que estaba haciendo, lo empuje fuera del camino para tratar de estabilizar la nave. Manta se ofendió y luchó por los controles, causando más daños a los sistemas.

No sabía cómo, pero la nave comenzó a volar a velocidades increíbles y muy alto en el cielo, a kilómetros de distancia del océano. Ninguno de los dos teníamos idea de hacia dónde se dirigía. Todo lo que podíamos hacer ahora era aferrarnos a algo mientras la nave estaba fuera de control.

La nave dejó de volar y comenzó a descender. La computadora alertó que estábamos a punto de estrellarnos.

Manta: "Esto es tu culpa" gritó.

Yo: "Es mejor que este accidente te mate antes que yo", le grite.

Nos aferramos con fuerza cuando el barco se estrelló. No se detuvo de inmediato, sino que siguió saltando por la tierra, disminuyendo la velocidad antes de que finalmente golpeara algo en el exterior y se detuviera. Tanto Manta como yo volamos alrededor de la cabina, golpeando nuestros cuerpos contra las paredes con mucha fuerza.

Estuve inconsciente por un tiempo, al abrir los ojos, me sorprendí al ver a Manta sin su armadura, solo con camiseta y bóxer, de pie sobre mí. Vi que sostenía un trozo de tubería rota con borde afilado e irregular en su extremo que bajaba hacia mi cuerpo, sin más protección que mi uniforme verde que abrazaba firmemente cada curva, en un instante, usé mis habilidades hidrocinéticas para usar el agua que me rodeaba y formar un escudo de sobre escote. El escudo impidió que la tubería me atravesara.

Manta trató de sacar el tubo del escudo, pero no fue lo suficientemente fuerte. Mientras estaba distraído, estaba en una buena posición para patear directamente en la ingle de Manta, haciéndolo caer de dolor. Me levante del suelo. Justo cuando Manta se levantó para enfrentarme, use mis habilidades nuevamente para con el agua del escudo contener Manta, dejando solo su cabeza libre.

Manta: "¡Déjame ir, perra!"

Yo: "No, creo no".

Mires alrededor pude ver la armadura dañada de Manta, agarré la misma tubería que Manta intentó usar para matarme. Lo golpeó con mucha fuerza contra su cabeza con el extremo desafilado de la tubería, noqueando a Manta al instante.

Tenía que actuar con inteligencia y no desgastar mis energías, busque con que atarlo para que no fuera un peligro, mientras lo hacía no pude evitar reconocer su buena masa muscular era un buen espécimen de macho humano, palpar su tonificado cuerpo, estimulo mi lívido, si tan solo Aquaman pasara más tiempo en Atlantis que en sus misiones, no era momento para pensar en ese tipo de necesidades, después, revise el sistema de comunicaciones, y para no variar nuestra suerte estaba averiado.

Cuando Manta se despertó algún tiempo después, se encontró incapaz de moverse. Estaba atado con varios de cables eléctricos que puedo cortar del barco. Encontrándome haciendo todo lo posible para arreglar el sistema de comunicación.

Manta: "¡Déjame ir!" gritó.

Me levante, me acerque a Manta y le di un fuerte puñetazo en la cara.

Manta: "¿Y eso, por qué?".

Yo: "Trataste de matarme, pendejo".

Lo golpe con fuerza en la cara nuevamente antes de regresar al sistema de comunicación.

Manta: "¿Dónde estamos?"

Yo: "En medio del desierto de Mongolia".

Manta: "¿En serio?".

Yo: "Eso es lo que pasa cuando dañas el sistema de navegación".

Manta: "Al menos no estamos cerca del agua, Eres débil aquí".

En ese momento, gotas de agua comenzaron a volar a su alrededor. Le estaba demostrando el uso de mis habilidades hidrocinéticas; el poder me dio control total sobre el agua y la capacidad de usarla de la forma que quisiera. Convertí parte del agua en un gran pico de hielo y lo apunte directamente a la yugular de Manta.

Yo: "Creo que ese golpe en tu cabeza te hizo olvidar cómo te derroté antes de noquearte, Todavía queda mucha agua del océano embarrada por todo el barco y el motor, así que no empieces a pensar que estoy tan indefensa".

Manta vio cuánto estaba esforzándome para que el comunicador funcionara; arregle algo, pero no sabía mucho sobre tecnología para que funcionara perfectamente.

Manta: "Déjame arreglar eso, ya sé qué hacer".

Yo: "No".

Manta: "Soy un experto en tecnología atlante. Y tu solo sabes cómo ordenarle a la gente que lo arregle, Puedo arreglarlo mucho más rápido si me sueltas".

Yo: "Ni en tus sueños, te soltaría".

Manta: "¿Porque no?" Exigió saber.

Yo: "¿En serio? A lo largo de los años, has intentado matarme a mí o a Aquaman cientos de veces, incluso hoy. ¿Por qué chingados confiaría en que no los vuelvas a intentar si te desato?"

En ese momento, Manta se dio cuenta de que no estaba llegando a ninguna parte y dejó el tema, al menos por el momento.

Dos días después, era obvio que Atlantis, la Liga de la Justicia o cualquier otra persona no tenía idea de dónde estábamos. Durante ese tiempo, intente y falle innumerables veces arreglar el comunicador. Me las arregle para obtener un sonido proveniente de él, pero no tenía forma de llamar a nadie para pedir ayuda.

Manta no ofreció su ayuda esos dos días; quería esperar para ver si le pedía ayuda. Lo desate por breves momentos para dejarlo comer o ir al baño, siempre tenía una serie de grandes carámbanos apuntando a varias partes de su cuerpo listos para apuñalarlo.

Sabía que a estas alturas habría pensado en cómo escapar y matarme, pero sin su armadura Manta, no había forma de que pudiera lograrlo. Era un hombre en muy buena forma física, que podía dominar a una mujer humana de tamaño regular, pero Yo era atlante y no solo más fuerte que la mujer humana promedio, sino también más fuerte que la mayoría de los hombres humanos.

Al tercer día, mientras comíamos, Manta finalmente decidió decir algo.

Manta: "Déjame ayudarte a arreglar el comunicador, y tienes mi palabra de que no intentaré matarte", dijo Manta.

Yo: "No".

Manta: "Escúchame, tenemos que trabajar juntos, sé que traté de matarte, pero ya llevamos aquí tres días. Obviamente, Aquaman no sabe dónde estamos ni cómo encontrarnos.

Yo: "No, solo intentarás matarme de nuevo"

Manta: "Lo siento, pero no podemos seguir así para siempre, ¿Cuánto tiempo más podemos sobrevivir aquí con raciones militares?".

Lo pensé por un momento y consideré si era sincero o no. Era difícil saberlo con los supervillanos; eran expertos mentirosos.

Yo: "Necesito preguntarte algo que siempre quise saber. Si alguna vez logras destruir a Aquaman y Atlantis, ¿entonces qué? ¿Qué pasará después?".

Manta: “No lo sé, Realmente nunca pensé en lo que debería hacer a continuación. Todo lo que puedo pensar es en vengarme de Aquaman por dejar morir a mi padre, sin importarle".

Hice una pausa incómoda cuando dijo esa última parte. Trate de ocultarlo al seguir comiendo, pero Manta lo vio.

Manta: "¿Qué? ¿Qué fue eso? Mencioné cómo dejó morir a mi padre, y me disté esa mirada rara".

Yo: "No es nada, Es solo algo que mi esposo me dijo hace mucho tiempo, pero no es nada."

Manta: "¿Qué? ¿Qué te dijo sobre mi padre?"

Tratando de pensar en qué decir.

Yo: “Aquaman me dijo que lamentaba haber dejado morir a tu padre, Ese momento tuvo un efecto en él. No de inmediato, pero con el tiempo, se dio cuenta de lo equivocado que estaba y deseó haber hecho más para ayudarlo".

Manta quedó atónito ante esa revelación; seguramente siempre pensó que a Aquaman nunca le importó dejar morir a su padre, pero ahora acababa de escuchar cómo lo lamentaba. Pude notar en su mirada una especie de liberación.

Al cuarto día, seguí fallando en arreglar el comunicador. Manta trató de ofrecer consejos sobre cómo solucionarlo; pensó que, si no podía arreglarlo él mismo, entonces tal vez podría decirme qué hacer. Pero decirle a alguien cómo arreglar una pieza sofisticada de tecnología fue mucho más difícil de lo que imaginaba. Conseguí que funcionara un poco con su ayuda, pero aun así no fue suficiente.

Manta: "Escúchame, tienes que dejarme poner mis manos en esa máquina, Sé que no confías en mí y no te culpo, pero no podemos seguir así".

Ya a estar alturas, mi desesperación hormonal, no solo deseaba que pusiera sus manos sobre la máquina para volver a estar con mi esposo, ya me hacía desear un remedio más cercano para encontrar alivio a mi fogosidad.

Yo: "Lo pensaré".

Vi su cara de satisfacción al decir eso porque era mucho mejor que escucharme decir que solo un No.

Me tome un descanso, para comer. Tuvimos suerte de que el barco estuviera lleno de raciones militares; la comida era terrible, pero aun así era comida.

Manta logró sacar una pequeña charla, incluso haciéndome reír un poco. Conseguí que Manta hablara un poco más sobre sí mismo y vi un cambio en su personalidad. En lugar del hombre loco con el que estaba peleando días antes, podía ver que en el fondo era un tipo normal.

Al día siguiente, cuando Manta no estaba tratando de convencerme de que lo dejara arreglar el comunicador, hablamos un poco más. Le conté algunas anécdotas divertidas sobre la Liga de la Justicia que le hicieron reír.

Lo intentamos una vez más, con Manta diciendo qué hacer para arreglar la máquina, pero se estaba volviendo cada vez más frustrante. Con las raciones de comida y agua agotándose, mis hormonas cada vez más iracundas y sin esperanza de ser rescatada, finalmente decidí DARLE una oportunidad… de ayudar a calmar la tensión.

Yo: "Está bien, dejaré que intentes arreglarlo".

Manta puso cara de satisfacción al escucharme decir eso.

Manta: "Gracias, No te decepcionaré".

Yo: "Será mejor que no, si sabes lo que es bueno para ti".

Manta: "No te preocupes, sé lo que pasará si lo hago, Puedes mantener tus estacas de agua flotantes sobre mí todo el tiempo que quieras".

Yo: "Espero que eso no sea necesario".

Lo desate y él se levantó de la silla en la que estaba siendo retenido y estiro su cuerpo. Mientras lo hacía, lo GRANDE que eran TODOS sus músculos, disfrute del serpenteo de su cuerpo y quedé impresionada con lo bien tonificado que estaba. Manta era un hombre afrodescendiente alto con rasgos atractivos, y no pude evitar pensar en lo sexy que se veía; cuando no estaba tratando de matarme.

Manta comenzó a trabajar en el comunicador, y lo estaba haciendo mucho más rápido de lo que esperaba. Observe y pudo ver cómo él estaba trabajando en los diversos componentes de la máquina, dándome cuenta de las cosas que había hecho mal cuando yo misma lo intente.

Me preguntaba para que más eran hábiles esas manos grandes y callosas.

Después de unas horas, Manta terminó de trabajar y probamos la máquina. Envíe una señal a Atlantis con un código de comunicación secreto; Manta accedió a mirar hacia otro lado mientras lo usaba. Envíe un mensaje para que mi gente supiera que estaba viva y que necesitaba ayuda.

Tomó algún tiempo, pero finalmente conseguimos señal.

Vulko: Mera, ¿eres tú?

Yo: "Sí, soy yo, ¿Quién eres?"

Vulko: "Soy Vulko, Te hemos estado buscando por todas partes”

Estaba encantada de escuchar que era Vulko, uno de los principales asesores y confidente más cercano de Aquaman.

Yo: "¿Pueden localizarme?"

Vulko: "Sí, ahora que tenemos señal de la ATLANTIS-05”

Manta: "Espera, ¿ATLANTIS-05? ¿tienes más de estas naves?"

Yo: "Algunas, pero en realidad son versiones menores de esta"

Vulko: "Le haré saber a Aquaman dónde estás, Deberíamos estar allí en unas pocas horas".

Apagaron el comunicador y celebramos con un fuerte abrazo. Sin que Manta supiera, disfrute de la sensación de su tonificado Y DURO cuerpo mientras nos abrazábamos, su cercanía me dejo sentir su fuerte olor, de MACHO humano.

Yo: "Espera, tengo algo para nosotros".

Fui a la parte trasera de la cabina, abrí un armario y saqué una botella de vino atlante de 200 años.

Yo: "Uno de los guardias debe haberlo colado en este barco, Ahora es nuestro”.

Encontré dos tazas y serví el vino para ambos. Entrechocamos nuestras tazas e hicimos un brindis por finalmente ser rescatados. Manta no sabía qué iba a pasar con él cuando llegara Aquaman; con su armadura severamente dañada, no pudo luchar para escapar y de todos modos no tenía adónde ir en ese desierto de Mongolia. Su mejor opción era rendirse cuando llegara Aquaman y la guardia atlante. No había pena de muerte en Atlantis, por lo que podía esperar su tiempo mientras estaba en prisión para escapar.

Bebimos más de ese vino, con Manta pidiendo más y más. Le di la botella, diciéndole que podía tomar el resto de la botella, y comenzó a beber directamente de ella.

Manta: "Esto está muy bueno el vino".

Yo: "¿Te imaginas si algún día logras destruir la Atlántida? Entonces no habría más de este vino en ninguna parte".

Manta: "Tengo que reconsiderar seriamente mis prioridades cuando se trata de Atlantis" bebió un poco más.

Manta comenzó a verse mareado y necesitaba sentarse.

Yo: "Aww, ¿no puedes manejar nuestro vino? Tal vez pueda encontrarte un poco de leche para bebés, eso sería más adecuado a tu resistencia".

Manta: "Puedo manejar mi alcohol, señora, He sido capaz de beber más que todos en la Legión del Mal. Especialmente Bane".

Ambos bebimos un poco más y pasamos un buen rato riendo y contando historias sobre las aventuras que habíamos vivido por el mundo. Quede impresionada con la cantidad de vino que pudo beber durante el buen tiempo que pasamos juntos.

Yo: "Tengo que disculparme. Supongo que puedes manejar el vino atlante", con sarcasmo.

Manta: "Se lo dije, señora, puedo con cualquier cosa Atlante", dijo.

Yo: "¿Con cualquier cosa ATLANTE?" con una sonrisa maliciosa en mi rostro. "¿Podrás conmigo?"

Manta: "¿Qué quieres decir con eso?"

Empuje a Manta al suelo, lo cual fue muy fácil teniendo en cuenta lo fuerte que era. Me puse justo encima de él, a horcajadas sobre su área pélvica. Seguramente, Manta pensó que esto era una trampa, que finalmente lo iba a matar. Estaba a punto de luchar contra mí, cuando se dio cuenta de que me había bajado la parte superior del escote de mi verde uniforme entallado.

Manta: "¿Qué estás haciendo?"

Yo: "Conseguir algo, que he estado deseando durante días"

Le quite la camisa y quede impresionada con su amplio pecho y hombros; no tan grandes como los de mi esposo, pero aun así era lo suficientemente bueno para excitarme. Comencé a besarlo, lo que lo tomó por sorpresa; para cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, nos estábamos abrazando con fuerza mientras comenzábamos a rodar por el suelo, besándonos. Manta agarró mis senos, amasándolos suavemente entre sus manos, llevándolos a su boca mordisqueándolos suavemente; nunca antes había tocado los senos de una mujer atlante; seguramente se sentían mucho mejor que los de una mujer humana.

Deslizo mi cuerpo fuera del resto de mi uniforme e hice lo propio con su bóxer, ambos estábamos desnudos por completo y quedé impresionada con el tamaño de su erección. Me había hecho una buena idea de lo grande que era por el contorno de sus calzoncillos, durante su cautiverio, pero no pensé que sería tan grande cuando se pusiera erecto.

Yo: "Wow, los rumores sobre los humanos afrodescendientes son ciertos",

Manta puso su cara de felicidad al escuchar eso.

Tome su venosa verga y lo acaricie, mientras embarraba mi cuerpo contra el suyo, mis senos se aplastaban contra su torso, mi entrepierna subía y bajaba por su musculoso muslo, podía ver en su rostro y gesticulaciones que lo estaba volviendo loco de placer. Sabía lo que les gustaba a los hombres humanos o atlantes, todos eran iguales. La sensación de piel contra piel, me humedecía satisfactoriamente, pensé en chuparle la verga, pero no quería ir tan lejos; ya era bastante malo que fuera a engañar a su marido con su archienemigo; lo menos que podía hacer era evitar poner su verga en la boca que el resto de su vida besaría.

Manta me puso sobre mi espalda. Abrí las piernas para él con anticipación, mi cuquita estaba lista y ansiosa por engullirlo y devorarlo, él hundió su polla directa y suavemente en mis lubricados interiores. Estaba caliente y mis músculos internos abrazaron con gusto al oscuro invitado; la cara de Manta reflejaba su sorpresa de lo apretado que podía ser el coñito atlante, pero estaba segura de que le era placentero. Grite de regodeo cuando él me penetro profundamente, amaba cómo se sentía dentro de mi cuquita.

Me culeo tan fuerte como pudo, mientras gemía fuertemente en su oído. Manta fue implacable; quería tanto goce como pudiera.

Después de un rato, giramos y estaba encima de él. Rebotaba rítmicamente engullendo su verga apretándola entre mis labios vaginales, estaba en mi modo más brutal. Mis senos se movían enloquecidas en cada impulso, mi cabello volaba salvaje. Manta seguramente al ser un hombre dominante, no era un fanático de la posición de vaquera. Pero sus manos recorriendo una y otra vez el camino entre mis nalgas a mis senos tomándome de la cintura, me indicaban que ahora disfrutaba tenerme encima de él.

De repente me tomo de la cintura y me bajo, acomodándome en cuatro patas. Él se puso detrás, empuño su verga más profundamente dentro, agarró firmemente mis caderas y procedió a darme el mejor sexo al estilo perrito de la vida. Siempre disfrute de esta posición, pero la forma en que él lo estaba haciendo me hizo disfrutar más que nunca, mucho más que con mi esposo.

Yo: "¡SÍ! ¡Cogemee, cogeeeme, asíii!" grite.

Manta: "¿Te gusta que te cojan así, perra atlante?" gritó.

Yo: "¡SÍ!" grite.

Me azoto fuertemente con su mano mis nalgas mientras me llamaba por una variedad de apelativos ofensivos. Estaba sorprendida por las cosas que le permitía decirme y me excitaba. Manta me agarró del cabello y lo jaló hacia atrás con fuerza, haciéndome gritar. Empezó a cogerme aún más rudo mientras me tiraba del pelo. Sentía la sangre en mi rostro que en esos momentos seguramente lucía un color rojo brillante mientras gritaba en éxtasis.

Después de un tiempo, Manta comenzó a disminuir la velocidad mientras me daba algunos buenos empujones finales en mi coñito y finalmente eyaculó, vertiendo hasta la última gota. Se las arregló para follarme lentamente durante unos minutos más antes de que su polla se ablandara y tuviera que salir de mi.

Yo: "Eso fue fenomenal".

Manta: "Estuviste asombrosa".

Ambos nos pusimos de pie y nos vestimos.

Manta: "En la madre, olvidé que tu esposo viene a recogernos, ¿Que hacemos ahora?"

Yo: "¿A qué te refieres?".

Manta: "Acabamos de tener sexo, Esto va a hacer las cosas incómodas".

Yo: "Para ti, tal vez, Especialmente con lo que tengo que hacer".

Manta: "¿Qué quieres decir?".

En un instante, golpe con mi rodilla la polla de Manta tan fuerte como pude. Se dobló con un dolor inmenso, incapaz de respirar o pensar con claridad por el repentino impacto en sus testículos. Le agarre por cabello y, con la misma rodilla, golpee su cara con todas mis fuerzas y salió volando hacia atrás. Quedo noqueado en el suelo.

Antes de que llegara Aquaman, había atado a Manta nuevamente. Decidí ser amable y curar su nariz lo mejor que pude. Busque en botiquín de la nave, un sedante que solo se puede encontrar en Atlantis y tiene efectos secundarios inusuales en humanos.

Aquaman llegó con Vulko a su lado. Cuando los vi, corrí hacia él y lo besé con fuerza.

Yo: "Te extrañé mucho".

Aquaman: "Yo también te extrañé, nena, Estaba tan preocupado por no saber de ti en días".

Yo: "Lamento haberte preocupado. Traté de arreglar el comunicador por mi cuenta, pero eventualmente tuve que confiar lo suficiente en Manta para arreglarlo y poder contactarte".

Los lleve a ambos al interior de la nave híbrida dañada para recoger a Manta, que estaba atado e inconsciente en el suelo.

Aquaman: "¿Es alcohol lo que huelo?”.

Yo: "Sí, por arreglar el comunicador y mostrar su mejor comportamiento, pensé en RECOMPENSARLO. Fue una buena manera de ganarme su confianza y no intentara nada estúpido antes de que llegaran".

Aquaman "Por lo que estoy viendo, es seguramente él intentó algo, ¿no?"

Yo: "Me ATACO CON TODO y tuve que romperle la nariz y noquearlo"

Manta comenzó a despertarse y trató de levantarse antes de darse cuenta de que estaba amarrado. Tenía una inmensa cantidad de dolor, no solo por su dolor de cabeza sino también por su nariz rota.

Manta: "¿Qué sucedió? ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?"

Miró hacia arriba y vio a Aquaman parado frente a él y comenzó a gritarle obscenidades. Aquaman lo pateó en la cabeza y lo noqueó nuevamente.

Vulko: "¿Él no parece recordar por qué está aquí? "Parece un poco aturdido. ¿Lo drogaste, Mera?"

Yo: "No quería más problemas con él en caso de que se despertara antes de que ambos llegaran, así que fui a la enfermería y tome algo de sedante atlante para dárselo.

Vulko: "¿Sedante atlante?" con una cara de sorpresa. "Mi señora, eso puede ser suave para los atlantes, pero para los humanos tiene algunos efectos secundarios graves".

Aquaman: "¿Qué tipo de efectos?".

Vulko: "Para empezar, hay vértigo, diarrea, una sensación de ardor al orinar y algunos meses de impotencia, Pero lo más común, como puede ver, es una pérdida grave de la memoria".

Yo: "¿Pérdida de memoria, dices?" tratando de contener una sonrisa. "No sabía eso."

Aquaman: "¿Cuánto de su memoria crees que ha perdido? Vulko”.

Vulko: "Como mínimo, varias semanas. Y nunca la recuperará"

Yo: "Eso es muy malo”

Tratando de disimular lo más posible. No quería darles una pista de que me delatara.

Aquaman: "¿Por qué es tan malo?".

Yo: "Es que... Mmm… no sabremos cómo se enteró del barco”, justificándome.

Vulko: "Creo que sé la respuesta a eso, fue Plastic Man” mientras sacaba su versión atlante de un teléfono inteligente. "Lo sigo en Twitter y de hecho mencionó el barco en un tweet. Varias veces, en realidad. Y puedo ver en su lista de seguidores que Manta es uno de ellos".

Aquaman: "Ese cabron, Vino la semana pasada para un juego de póquer de la Liga de la Justicia y vio el barco. No pensé que sería tan pendejo como para twittear algo al respecto".

Yo: "sí, él, es un pendejo de lo peor", con fingida indignación.

Me sentí aliviada de que no habría sospechas sobre la verdadera razón por la que drogue a Manta. Una de mis fantasías sexuales más salvajes era culear con un supervillano; me gustaba la depravación de eso para alguien en mi posición. Pero ninguna de mis fantasías involucraba estar con Manta.

Tener sexo con Manta no era mi intención. No me gustaba la idea de follar con el archienemigo de mi marido, así como con el hombre que intentó matarme varios días antes. Pero en los últimos días, mi sangre atlante le avivo esa fantasía en mi mente, y pensé que era mi única oportunidad de no quedarme con las ganas. Por supuesto, tuve que idear una manera de salirme con la mía, afortunadamente, ya estaba al tanto de los efectos adversos del sedante atlante en los humanos.

Aquaman recogió a Manta por los pies atados y lo arrastró de vuelta al barco en el que vino a rescatarme. Manta se despertó y comenzó a gritar que nos iba a matar a todos y destruir la Atlántida. Vulko lo volvió a desmayar con un sedante para humanos para que no molestara en el camino de regreso a Atlantis.

Aquaman dejó que Vulko pilotara la nave de regreso y le pidió que se tomara su tiempo para regresar a Atlantis. Sabía bien de mi temperamento fogoso y que necesitaba de la atención de un macho después de tantos días sin mi buena ración de sexo, Por tanto, me COMPENSO por la espera en nuestros aposentos antes de volver a casa.

Fin

(9,40)