Nuevos relatos publicados: 18

Primerizos en el nudismo

  • 5
  • 13.832
  • 9,00 (1 Val.)
  • 2

Teníamos los dos diecinueve años, pasábamos mucho tiempo juntos y sobre todo en la playa. Éramos mejores amigos y de echo lo seguimos siendo, pero ahora hemos crecido y nos vemos solo de vez en cuando, por el trabajo.

En esa época frecuentábamos mucho unas calas que hay cerca de donde vivimos los dos, en esas calas la gente normalmente va vestida, pero si recorrías un sendero por poco tiempo llegabas a un lugar donde se practica el nudismo y también el dogging, no nos quitábamos el bañador, pero siempre íbamos a esa zona supongo porque nos gustaba ver cuerpos desnudos, por lo menos em mi caso, mi amigo me confesó que a él le daría vergüenza estar desnudo y que todos te vean.

- pues a mí me gustaría algún día probarlo, supongo que vendré solo. Le dije.

- pero si son todo hombre. Me dijo riendo. Si hubiese mujeres... A lo mejor. Añadió.

Entonces no sabíamos cuales eran nuestros gustos en cuanto a nosotros dos, pero acordamos volver al día siguiente y traer algo de cervezas para pasar el día mas a gusto, eso luego nos ayudaría a desnudarnos, todo empezó porque al ir le dije.

-oye yo creo que hoy me voy a quitar el bañador, me apetece, espero que no te importe.

-en serio! Dijo con cara de asombro. La verdad es que yo lo he estado pensando y no sé si hay poca gente también lo haré. Dijo.

No sé porque, pero me sentí entusiasmado por qué los dos nos animáramos, la cerveza ayudó porque temblábamos ante la idea de vernos desnudos. Al llegar vimos que en donde nos solíamos poner había gente y decidimos adentrarnos más en la cala. Llegamos hasta un sitio que ante nuestra vista parecía oculto, pero al bajar unas rocas llegamos al que sería nuestro lugar, perfectamente oculto a los demás en donde pusimos nuestras toallas y nos miramos como diciendo, a ver quien se atreve primero. El primero fui yo porque le dije.

-aquí no hay nadie, yo me lo quito. Y así hice quedé desnudo enfrente suya, cosa que me excito, pero no al punto de ponérmela dura. Me excito porque lo primero que hizo fue mirarme el pene y asombrarse.

-wow, ya entiendo porque no tienes problema en desnudarte, tiene un pollón. Me dijo riendo.

-no me digas que el tuyo es pequeño, jajaja. Bromeé.

-no pero vamos que no tan grande.

Entonces se quitó el bañador y yo también miré su pene, eran prácticamente iguales, no se porque dijo eso. Los dos somos flaquitos y con una buena polla y guapos.

-joder, porque será que no tenemos pareja, estamos buenos y estamos bien dotados. Dije.

-si sobre todo tú. Me dijo señalándome el pene que estaba erecto ya del todo.

-ostia, no me he dado cuenta, perdón. Le dije tapándome un poco.

-no serás gay? Me dijo riendo.

No sabía porque me había excitado tanto, pero por deducción supuse que fue porque mi amigo se desnudará y por ver su polla, que su imagen se me había quedado en la mente, y no paraba de mirar de reojo. Pero de repente me pude fijar en que mi amigo al ver mi pene erecto también se estaba excitando y se lo hice ver. Tenía una polla preciosa, la verdad a mí que nunca me había fijado en un pene que no fuera el mío me lo pareció, tenía el glande un tanto morado, un tronco más bien fino pero largo y ns porque eso me excito aún más y la polla que ya se me había bajado volvió a ponerse erecta. Vaya momento pensaba, a lo lejos vimos a otros hombres y una mujer, sería la mujer de alguno. La vimos desnudarse y quedar su pubis al aire que lo tenía recortado en un triángulo.

-crees que los hombres se harán también un triángulo en el pubis? Le pregunté.

-no sé cómo quedaría, pero puede estar bien, en una mujer me excita mucho. Me contestó.

-pues puede que me lo haga, me llama la atención.

A todo esto, nuestra conversación empezó a ir por el lado sexual, en concreto en las pollas. Confesé temblando que me había parecido que estaba muy bueno y que tenía un pollón, que no hay porqué tener vergüenza porque estábamos disfrutando mucho el estar desnudos, tomar el sol, bañarnos. Sin duda era mucho mejor que con el bañador. Empezamos a ver qué las miradas de los demás no nos molestaban que de echo si había alguna mujer que nos mirara nos excitábamos. Mi amigo también me dijo que le había despertado curiosidad mi polla, que cuando la vio dura la suya también se puso dura. Pero no hablamos de nada más mi atrevimos decir que pensábamos o que queríamos hacer.

Al llegar a casa solo pensaba en mi amigo y su polla, en chuparla, pajearla y probar su semen. En que lo hiciera en mi cara o en mi polla, y en la ducha me hice una paja de la que salió charcos de semen. Luego por probarlo chupé mi mano con mi propio semen y mi hice otra paja, esta vez lo puse todo en mi mano y me lo metí en la boca.

Me encantaba la sensación, pero me dije que a lo mejor lo otro era muy extremo, porque hasta entonces a mí me gustaban exclusivamente las mujeres y no los hombres. Le hable a mi amigo por WhatsApp, le dije que me lo había pasado fenomenal y que me molaría volver al día siguiente, él me dijo que claro que él también había disfrutado y dijo "creo que me lo he pasado mejor que nunca" cosa que me hizo ver qué seguramente él también tenía la polla en la mano.

Me hice un triángulo en el pubis, lo hice siguiendo unas fotos que había encontrado era más gordo que el de las mujeres, pero sinceramente al acabar se me puso dura. Estaba explorando mi cuerpo y me encantaba, quería ver a donde llegaba todo esto, no paraba de pensar en mi amigo, desnudo claro, normal no me atraía. Me dije que los hombres lo me gustaban como tal, que no saldría con uno, pero a lo mejor follar si que me interesaría.

Al día siguiente quedamos pronto y fuimos a nuestro nuevo sitio, habíamos traído cervezas con una neverita y todo, incluso una sombrilla. Nos desnudamos super rápido nada más llegar al sitio al principio nos daba corte hablar de lo que pensábamos y queríamos hacer, porque éramos los dos los queríamos echar un polvo no solo yo. Le confesé que no paraba de pensar en sexo y sobre todo en sexo con hombre.

-tú al llegar te pajeaste no? Dijo riendo.

-si la verdad, y probé mi semen. Dije tímidamente.

-Dios, que quieres que me corra en tu boca. Dijo bromeando.

-la verdad que no me resistiría. Dije bromeando también.

Obviamente broma no era, era nuestra forma de confesarnos. Empecé a ver la polla de mi amigo ponerse dura la mía también lo hacía.

-solo de pensarlo se me pone dura, me dijo.

-tampoco pasaría nada si lo hacemos, lo podemos dejar entre nosotros. Estamos los dos excitados, que más dará. ¿Tú me dejarías chuparla? Dije.

-si quieres prueba. Me dijo agarrándose la polla y empezando a pajearse.

Entonces puse una toalla encima de la sombrilla que nos dio un poco de intimidad, aunque nadie nos podía ver, y empecé a hacerle una paja, el me confeso que le encantaba mi pubis que le ponía cachondisimo, me acerque por primera vez una polla a la boca ya solo el olor me ponia cachondo, y empecé a chuparle el glande con la lengua, luego me metí un poco en la boca, luego otro poco y así hasta mi garganta, el no poder respirar y tener la polla en la garganta me excitaba muchísimo, él se notaba que está disfrutando no paraba de gemir y decir así, así. Yo estaba a punto de correrme y paré de pajearme, le empecé a chupar los huevos, me encantaba tenerlo en la boca y le dije.

-quieres que te chupe el culito.

-si le he depilado solo para ti. Me dijo.

Entonces empecé a pasar la lengua por su culo y mientras le hacía una paja el me hacia otra a mí, también le metí la lengua dentro cosa que le gustó.

-Me gustaría que tú también me lo comas. Nunca lo había probado y al ver que le gustaba tanto quise hacerlo.

Entonces me dijo que parara que se corría se levantó y empezó a llenarme la cara de semen luego la boca yo cuando note el primer chorro de semen me empecé a correr, la boca la tenía llena y me lo trague fue jodidamente erótico.

Después de eso seguimos haciendo nudismo, pero la situación sexual nunca más se repitió, hablamos de ello y los dos estábamos de acuerdo en que ya no nos apetecía repetirlo. Con el tiempo encontramos pareja, seguimos siendo muy buenos amigos, pero como dije al principio el trabajo ya no nos deja seguir yendo todos los días a esa playa.

Relato de ficción.

(9,00)