Por el último año he venido chateando con una amiga de mi infancia, pues de hecho estudiamos juntos en primaria y nos volvimos a encontrar de nuevo en los pasillos de la escuela en la secundaria. Realmente ella no era una gran amiga, pues es menor que yo unos dos o tres años. Con la que, si tenía una relación más que amistad, era con su hermana mayor de nombre Gaby. En ese tiempo yo tenía 18 años al igual que Gaby y su hermana Chanel comenzaba la secundaria. Por esas casualidades y por lo que trama el destino, ella me encontró por estas redes sociales muy populares hoy en día.
Después de chatear por algún tiempo hemos llegado a tener más confianza o recobrar en algo la que ya teníamos en aquellos años. Hace algunas semanas atrás me confesaba que ella nos espiaba cuando en algunas veces llegaba a la habitación de su hermana cuando nos dábamos tremendas cogidas. Al igual me contó de lo que las chicas hablaban de mi y que por lo menos ella sabía que del grupo de esa época, por lo menos unas siete admitían haber cogido conmigo. Los nombres que me dio lo corroboraban, pues en realidad con todas ellas e inclusive con otras que ella no mencionó, porque nunca lo supo o no recordaba sus nombres.
Las pláticas por los últimos días venían dándose así, lo que me hizo intuir que Chanel en todo ese morbo creado alrededor de todo aquello, realmente buscaba más que recordar: Debo decir que Chanel es una mujer ahora de 49 años, es viuda desde hace 3 años atrás, tiene solamente una hija, vive holgadamente, pues su marido se encargó de que nada le faltara al él morir de complicaciones renales, así que mi amiga Chanel vive una vida placentera y quizá lo único que le hace falta, es un poco de afecto del género masculino y lo más probable una buena dosis de sexo, pues últimamente todas sus pláticas conllevaban al tema: Ella me hizo una confesión bastante cruda al respecto:
– Sabes… -me decía. Recuerdo el día que te cogías a mi hermana. No podía creer como esa enorme cosa que tu tienes, se metiera en el culo de mi hermana. No sabia si jadeaba de dolor o de placer, pero debió haber sido placer, pues la siguiente tarde te la volvías a coger y ella como una puta entregándote el culo de nuevo.
Si Chanel había visto esto, también fue testigo de cómo su hermana me la mamaba y como su hermana tenía esos orgasmos múltiples cuando le chupaba su clítoris. Chanel sin yo saberlo, me conocía igual que todas esas muchachas que me cogía por ese tiempo. No dudé en preguntarle:
– ¿Y qué hacías ahí? ¿De dónde nos mirabas?
– Ese día no había ido a la escuela y ustedes solo llegaron y se olvidaron de que yo estaba ahí en mi habitación. Han dejado la puerta entreabierta y lo he visto todo. Por lo menos en tres ocasiones.
– ¿Has hablado de esto con tu hermana?
– Si… cuando estábamos en la universidad le confesé que yo los espiaba. Y nuevamente en estos días que te he encontrado.
– ¡Mira que recuerdos me has llevado hoy!
– No solamente yo te miré, también Connie lo hizo cuando te cogías a sus hermanas las gemelas. Ella me lo contó primero y aquello fueron esas imágenes donde Connie y yo nos masturbamos recordando lo que habíamos visto.
– ¡Me sorprendes! Nunca imaginé que me hablaras así de algo muy íntimo tuyo.
– Tony, ya estamos viejos… los dos sabemos lo que tenemos y lo que queremos.
– ¿Y qué es lo que tú quieres?
– Verdaderamente que ya tengo un buen tiempo de no dar una buena follada. Últimamente me he venido conformando con los juguetitos y nada más. ¡Tengo unos siete años de que no me han dado una buena follada!
– Pensé que tu esposo había muerto solo tres años atrás.
– Si, pero recuerda, que debido a sus problemas renales no podía funcionar al 100. La última follada fue por esas cosas del destino con alguien que solo lo miré un día hace un año atrás, pero nada extraordinario.
– ¡Dijiste una buena follada hace siete años!
– Si… pensé que mi marido me engañaba, pues no teníamos sexo como años antes. Nunca imaginé que debido a su enfermedad no podía funcionar. Esa fue la excusa para ponerle lo cuernos con un compañero de trabajo. No me arrepiento, pues la verdad lo volvería hacer… nunca me habían follado como la que me dio ese compañero. De hecho, me recordaba de ti. Estaba muy bien dotado y tenía una muy buena pinta. Fue el único que me ha pedido el trasero y que por la gran cogida que me había dado, no se lo pude negar. Me despojó de lo único virgen que me quedaba a los 42 años.
– ¿Por qué me cuentas todo esto?
– Sabes Tony, he visto como lo hacías con mi hermana y quizá yo lo haya gozado igual que ella. Siento que te conozco en la intimidad, pues cuando le partías el culo a mi hermana, todavía tengo ese recuerdo tan vivo de cómo movías el culo dándole y como tus testículos chocaban en sus nalgas: ¿Por qué debería tenerte pena?
Verdaderamente me sorprendía el nivel de confianza con que me hablaba, pues nunca nadie antes se comunicada de esta manera conmigo sin antes haber cogido conmigo. Siempre que hablo con Chanel son pláticas mínimo de 30 minutos y siempre llegamos a hablar de algo sexual. A sus 49 años ella sigue siendo atractiva; un poco mas llenita que en aquellos años de nuestra juventud, pero creo que todo su peso se concentra en sus glúteos. No la recordaba bonita, pues no me fijaba en ella por la edad y todas las chicas que me cogía, nunca me dieron tiempo de mirar a chicas como Chanel. Ahora ya de mayores, es Chanel quien se mira mucho mejor que su hermana, pues Gaby tiene tres hijos y se mira mas gruesa y Chanel que siempre fue llenita sin llegar a esos extremos de gorda, hoy se mira juvenil y con mucho vigor. Se viste modestamente, pero me gusta como le quedan los pantalones y unos vestidos ceñidos que a veces se pone. Ya hace un par de semanas atrás se me metido la idea de intentar cogérmela. Ya tenía tiempos de no estar con una mujer cercana a mi edad.
De la misma manera que ella fue abierta conmigo, de la misma manera la sorprendí yo con mi propuesta: Solo esperé a que ella llevara la plática a ese nivel de calor que regularmente creo le gustaba navegar. Se lo dije de una manera en forma de broma a través de una plática en video, pues ella vive a unas cinco horas de donde yo vivo.
– Mira Chanel, tu me has visto a mi desnudo, yo solo te he imaginado desnuda.
– ¿A poco te has tomado el tiempo de imaginarme desnuda? Un hombre como tú, a pesar de tu edad, de seguro le salen mujeres por todos lados. No dudo que te hayas vuelto un caza cunas.
– Bueno, no te niego que he tenido mucha suerte, pero hoy que te he vuelto a ver, tengo esa curiosidad de verte desnuda.
– ¿Solo verme o quieres algo más? Ya estamos viejos para el romance Tony y contigo eso de romance es algo imposible lo supongo. Dime lo que quieres y déjame pensarlo que lo más probable es que te diga que sí.
– ¿Me gustaría verte desnuda?
– ¿Aquí, por la internet?
– ¿Envíame una foto si te sientes más cómoda?
– Tony, porque no mejor te vienes para Orlando y haz conmigo lo que tú quieras.
Mi respuesta fue la de un sí, sin ninguna duda y después de haber terminado la conversación, 20 minutos después me enviaba una docena de fotos en poses provocadoras hasta pasar de lo semidesnuda a una total desnudez. Me pareció que tenía un cuerpo deseable, con unos pechos que obviamente tenían la experiencia del bisturí, pero se le miraban unas nalgas de las que comencé a fantasear desde ese momento.
Dos días después estaba tocando su puerta y nos habíamos dado muchos abrazos y besos como nuestro primer encuentro 4 meses antes en mi casa. Me presentó a su hija que es tan linda como ella y que convenientemente este mismo día la hemos ido a dejar al aeropuerto rumbo a Nueva York. Tan pronto nos hemos subido al vehículo Chanel me hizo una propuesta tentadora:
– Mira, maneja tú y yo quiero hacer una de las mías que he venido pensando desde que dijiste que venías.
– ¿Y eso qué es?
– ¡Quiero manártela mientras regresamos a casa!
Así sucedía. Por varios tramos de aquel viaje, se había agachado por sobre mis piernas y donde yo le facilité que mi verga se liberara, para que Chanel tuviera acceso a ella. Fue una mamada incómoda, pero que satisfacían las fantasías de mi amiga de la infancia. Llegué empapado de su saliva a su casa y donde nos desnudamos sin muchos preámbulos y me pidió directamente que le penetrase su conchita. Sabía que estaba de por mas de sobrecaliente, pues al bajarle las pantis aquellas estaban tan mojadas de sus propios jugos vaginales. Mi verga se hundió a medias en su abertura y solo jadeo cuando sintió parte de mi paquete adentro de su cavidad. Me hizo saber que sin lugar a duda era la verga más grande que había tenido adentro, que la idealizada de aquel tipo que según ella le había dado la mejor cogida hace siete años, no se comparaba al pedazo de carne que ahora invadía sus entrañas.
– ¡Eres increíble Tony! La recordaba grande, no tan gruesa, pero sentirla es otra cosa. ¡Duele, pero que rico dolor!
De hecho, Chanel se sentía apretada. Y la verdad que con el tiempo mi verga se ha reducido en lo larga, pero he sentido que se ha engrosado más. En posición del misionero se la he empalmado hasta adentro, donde mis testículos colgantes chocan con su perineo, se escucha ese chasquido de mi verga entrando y saliendo de esta rica panocha que Chanel mantiene sin ningún vello. Tiene labios gruesos y de un clítoris pronunciado más grande que el promedio. La piel del monte venus es tersa; no se ha afeitado, es un proceso delicado de cera. Le mamo las tetas de un pezón café de medio tamaño y de forma redonda. Sus tetas son el trabajo de un cirujano plástico pues se miran y se sienten firmes como una piedra. No ceso de chocar con su pelvis y Chanel lleva un ritmo acelerado que presiento está a punto de venirse. Ella hace pausa y me pide que la ponga de perrito. ¡Qué gran culo tiene Chanel! A pesar de su edad, se nota que hace ejercicio, pues sus muslos son firmes y sus glúteos son una roca. No le observe extrilla algunas. Se pone a la orilla de la cama y veo como cada centímetro de mi verga se hunde en esa rica cavidad. Comienzo por juguetear con mis dedos su ano y mi pulgar se hace camino con toques circulatorios para hundirlo en su ojete. Todo mi pulgar se hunde y le hago ese mismo movimiento que siente su concha con mi verga, se lo meto y lo saco y sé que Chanel se masturba el clítoris a la misma vez. Ella jadea, grita, me dice que se lo abra más y le doy con más ímpetu con mi verga y mi pulgar que le ha dilatado de tanto entrar y salir su esfínter. No aguanta más y observo ese temblor en sus piernas, brazos y los músculos de sus glúteos. Entre sus jadeos logro escuchar: ¡Que cogida más rica papacito!
No me detengo y le sigo dando hasta que su orgasmo ha culminado y llega lo relajante de su explosión. Me pide que quiere cabalgarme y lo hace a la inversa y deja ver ese majestuoso culo que tiene. Se da unos sentones y apenas puedo ver que mi verga aparece y desaparece. Su vagina segrega mucho fluido y toda mi pelvis está lleno de sus jugos. El chasquido de esta fricción se toma un volumen mayor. Chanel mueve bien sus caderas y tiene una manera muy sensual de hacerlo. Mientras tanto ella me lo insinúa: ¿Te quieres follar esa colita mi amor? – de tanto repetirlo, insinuándome de todas las maneras posibles que quiere que le dé por el culo, me hace explotar con una potente eyaculación. ¡Qué lindo es ver como mi esperma le rebalsa la cavidad a Chanel!
Tan pronto mi verga se puso pasiva de tremenda cogida, ella no esperó tiempo para seguir con un oral donde Chanel probaba sus propios jugos. Me invadió con su lengua mi culo y en cinco minutos después mi verga tomaba de nuevo altura y potencia. Ella hizo una pausa y sacó una regla que tenía en un gabinete: 24 centímetros. – dijo… – y tienes de grosor 5 centímetros. Definitivamente tienes una verga grande… lo más rico, que ese grosor estimula que es maravilla.
Sin mucho preámbulo, solo le dio una breve mamada a mi verga y en posición de cabalgata ella misma tomó mi verga y se la apuntó a su rico y apretado ojete, mientras ella observaba mi gozo al verle hacer aquello. Poco a poco se la introdujo, con alguna dificultad al principio, pero con la seguridad y experiencia de una mujer de 49 años. En minutos comenzó una cabalgata que en momentos parecía que el jinete era el salvaje. Se metía aquellos 24 centímetros a placer y solo hizo pausa para ponerse a la inversa y dejar que yo viera tan rico espectáculo al ver mi verga entrar y salir de ese rico ojete. Me pidió algo que muy pocas mujeres lo han hecho: ¿Puedes filmarlo con mi celular? Quiero conservar este momento, así como tengo el recuerdo cuando culeabas a mi hermana. – me dio su celular ya listo y comencé a filmar ese momento, del cual yo tengo una copia también. Mientras cabalgaba también se masturbaba y su orgasmo fue explosivo y quedó ausente en shock por un momento. Su ano me apretaba sin control alguno, ella no respondía y cuando lo hizo lo hizo a carcajadas: Tony, con esa verga matas a cualquiera… que rico orgasmo anal me has provocado.
Por el susto que me llevé al verla en ese estado tan extremo, pues había visto orgasmos así en muchas chicas, pero no tan extremos como el que conllevó Chanel ese día. Tuvo dos orgasmos igual de potentes ese día, pues parecía que realmente gozaba del sexo anal y de esa manera me hizo acabar 4 veces ese día. Siempre dándole por ese hermoso culo que tiene.
Hoy que volví hablar con ella, me dijo que Gaby había visto el video. Chanel me ha dicho que su hermana al igual que ella idealizaban ese momento de la juventud y dice que Gaby le había dicho, que nunca desde ese día que me la culeé en su habitación y que su hermana nos había espiado, desde ese día no había tenido una verga tan potente, que le hubiese dado tanto placer por el culo. De esta manera, es cuarta vez que me cojo a dos hermanas, aunque en esta ocasión, décadas tuvieron que haber pasado.