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Semental motero

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Unos días después de mi sesión de sexo con José María y Juana volvía a tener picazón en el culo, ganas de polla básicamente, mi relación con mi mujer ya era una relación de amigos, sabíamos que la de pareja tenía fecha de caducidad pero ninguno dábamos el paso, tal vez nuestros trabajos, ambos trabajábamos a turnos, hacían más fácil continuar ya que apenas coincidíamos, por eso nunca discutimos, en cuanto a nuestros hijos, eran ya dos jóvenes que pasaban olímpicamente de nosotros.

Como he dicho, tenía picazón en el culo así que aprovechando que el fin de semana estaba solo, decidí salir de marcha y volver al local donde conocí a Pedro, el hombre que me desvirgó el culo.

El viernes noche el bar aún no estaba lleno, era un garito muy animado frecuentado por osos, había actuaciones de transformistas pero todavía no habían comenzado cuando yo llegué, busqué una mesa no muy cerca del escenario y pedí un vodka-martini, poco a poco la cosa se fue animando, ya no era el sitio que yo había conocido, ahora, aunque continuaban siendo mayoría los “osos”, la fauna local era de lo mas variopinta, yo miraba buscando uno de esos machos peludos que tanto me gustan cuando se acercó el camarero y colocó un nuevo vodka-martini en la mesa.

- Cortesía del caballero.

Miré en la dirección que me indicaba y en la barra se encontraba observándonos un individuo grande, fornido, con pinta de motero, de unos cuarenta y cinco a cincuenta años, cabeza afeitada y un frondoso bigote en herradura. Levanté la copa que me acababan de traer y le hice señas para que se acercara, mientras venía hacia mí pude verlo mejor, era alto aunque no tanto como yo, pantalón negro, botas, camiseta negra de Iron Maiden, chaleco de cuero y muñequeras también de cuero.

- Gracias por la copa

- No hay de qué – tenía una voz ronca, por su acento no era sevillano, ni siquiera andaluz– me llamo Paco.

- Encantado Paco, yo soy Einar.

Estuvimos charlando, me contó que era leones, divorciado, trabajaba de soldador en una empresa que se dedicaba al montaje, había estado una temporada en las instalaciones de gas de Argelia y ahora estaba en Sevilla en la reparación del horno de una fábrica.

- ¿Podemos ir a otro sitio?

- ¿Tienes donde ir? Es que en el hotel comparto habitación con otro compañero.

- Sí, se donde ir ¿cogemos un taxi? – yo no había ido en mi coche para poder tomarme unas copas.

- Tengo la moto cerca.

- ¿Tienes casco?

- Sí, no te preocupes.

Retiramos nuestras chaquetas del guardarropa, la suya una chupa de cuero negra, salimos a la calle y efectivamente, cerca tenía la moto, una preciosa VN1700 Voyager negra.

- ¡Guau! Vaya preciosidad.

- ¿Te gustan las motos?

- Sí, tengo una monster 696 que uso para ir a trabajar y para alguna salida a la sierra.

- Esta es nueva, no tiene ni un año, a la anterior le hice una burrada de kilómetros por toda Europa.

Del baúl trasero sacó un casco tipo aviador que me coloqué, el se puso el suyo y partimos.

- ¿Dónde vamos?

- A un piso que tengo para estos menesteres.

- ¿Tienes Jack’s Daniel’s?, es lo que bebo.

- No pero sé donde comprarlo.

- ¿A esta hora?

- Si, tira que yo te indico.

En aquella época yo tenía un amigo trabajando en una conocida cadena de tiendas y sabía que una estaba abierta hasta las dos de la mañana, teníamos que desviarnos un poco pero no importaba.

- ¿Cómo quieres el bourbon? – habíamos llegado al piso y yo estaba en la cocina, sirviéndome una copa de Belvedere, un vodka polaco que siempre tengo en el congelador.

- Solo, sin hielo.

Serví en otro vaso bajo una generosa cantidad de Jack’s y volví al salón con las bebidas, Paco estaba en el sofá, se había puesto cómodo y había encendido un cigarrillo de maría, coloqué los vasos sobre la mesa y me senté a su lado, me pasó el pitillo después de darle un par de caladas, me desabrochó la camisa y la abrió, me acarició el pecho y me pellizcó los pezones.

- ¡Ay! – tenía las manos ásperas.

- Vaya, estas todo depiladito.

- Sí.

- ¿Abajo también?

- ¿Por qué no lo compruebas?

Me quitó el cinturón y los botones del vaquero que llevaba puesto, le ayudé a que me bajara el pantalón y el slip, quedé desnudo de cintura para abajo, mi polla estaba ya dura como una piedra.

- Vaya, ni un vello, me encanta.

Me agarró los huevos y se acercó a mí, me besó en la boca, mordió mis labios, me metió la lengua que yo chupé y mordí suavemente, pasó luego a mi cuello mientras me agarraba la polla, me besó y mordisqueó, sentí su aliento caliente que me hizo estremecer, paseó la punta de su lengua por mi pecho hasta llegar a mis pezones duros y erectos que chupó y tomó entre sus dientes.

- Mmmmm ah, ay.

Volvió a mi boca, metió su lengua y comenzó a pajearme suavemente.

- ¡Quieto! Si sigues así voy a correrme y no quiero hacerlo todavía.

Continuábamos besándonos, entrecruzando nuestras lenguas, con sus manazas duras pellizcaba mis pezones haciendo que me mantuviera caliente como una perra, se levantó y se sacó el chaleco y la camiseta, estaba fuerte aunque tenía algo de barriga y tetas, mucho vello canoso en el pecho y en el vientre, todo el hombro derecho y el brazo cubiertos de tatuajes, se quitó luego las botas y los calcetines y a continuación se desabrochó el botón y la cremallera y se bajó el pantalón, no llevaba ropa interior, quedó a la vista su polla, una hermosura grande, circuncidada y curvada hacia arriba, mucho vello también en unos preciosos huevos grandes y colgones y en sus piernas.

- Ven aquí.

Lo atraje hacia mí agarrando su polla, coloqué una mano en su cadera y con la otra levanté aquella cosa, respiré sobre ella y muy despacio lamí el tronco hasta llegar al frenillo.

- Mmmmm, joder.

Bajé nuevamente, lamí sus huevos y me los metí en la boca chupándolos por turno, nuevamente recorrí el tronco hasta llegar al glande, lamí el borde y me entretuve en el agujero con la punta de la lengua, abrí la boca y me metí aquel cabezón succionándolo y jugueteando con mi lengua en su frenillo.

- Aaay que boca maricón.

Solté sus huevos y recorrí con mi mano su perineo hasta llegar a su peludo ojete, abrió las piernas para que lo alcanzara mejor mientras seguía chupando aquella polla.

- Sí si sii. Hay que rico maricón.

Saqué su pene de mi boca y mirándolo a los ojos me chupé un dedo ensalivándolo a conciencia, volví a metérmela en la boca y con el dedo lleno de saliva le acaricié el esfínter hasta que se lo metí en el culo.

- Ayyy zorra, eres una golfaaa.

Agarró mi cabeza con las dos manos y comenzó a follarme la boca, cada vez más rápido, yo acompañaba sus movimientos de pelvis con mi mano follandole el culo con el dedo, en uno de esos vaivenes me metió la polla hasta los cojones haciéndome dar una arcada y llenándoselos de baba espesa.

- Argg.

- Puta, puta, putaaa, me corro, me corro ooohhh.

Las primeras ráfagas las recibí en la boca viéndome obligado a tragármelas, luego la sacó y me llenó la cara de semen, era increíble la cantidad que estaba soltando, con ayuda de su pene me restregó la leche por toda la cara.

- Hijo de puta, casi me ahogas cabrón.

Tiró de mi para levantarme, me abrazó agarrándome por las nalgas y me besó mordiendo mis labios y metiéndome la lengua en la boca tragando así parte de su propia lefa, lo agarré de la mano y lo conduje al dormitorio, me coloqué en la cama a cuatro patas incitándolo a que se colocará detrás de mí, puso su manaza en mi espalda y presionó para que me tumbara boca abajo, dobló la almohada y la colocó bajo mi vientre para que mantuviera el culo levantado, abrí las piernas todo lo que pude para ponérselo fácil.

- A ver que sabes hacer.

Me agarró la polla, acerco su boca y me chupó un huevo y luego el otro, con la punta de su lengua recorrió mi perineo y toda la raja del culo hasta llegar a la espalda.

- Uuufff.

Luego volvió y se centró en mi ojete, lamió y chupó y me lo folló con la lengua, sabía moverla el hijo de puta.

- Ay, ay que bien, que ricooo.

- Tienes un culo muy tragón putito. Se ha abierto como una flor en cuanto he puesto mi lengua.

Mordió mis nalgas y mientras con una mano me estrujaba los huevos con la otra metió uno de sus dedos en mi culo.

- Ay, como me tienes cabrón, fóllame, dame por el culo.

- Sí putón, te voy a follar ese ojete tan glotón que tienes.

Sacó el dedo, se puso un condón, colocó una mano al lado de mi cuerpo y con la otra dirigió su polla a mi esfínter, en cuanto la punta de su glande estuvo encarada con mi agujero dio un golpe de pelvis y me metió el miembro hasta los huevos.

- Aaaah – su polla era grande, más de la media y con esa curva…, un ramalazo de dolor me recorrió el culo – ¡hijo de putaaa!

- Tranquilo puto maricón, ya verás como pasa el dolor.

Se dejó caer sobre mí, me susurraba al oído como me iba a dejar de reventado, me acariciaba la espalda, me besaba la nuca, el dolor se fue diluyendo cuando mi pobre culo se fue dilatando y acostumbrando al tamaño, Paco se incorporó liberándome de su peso.

- Plaf – sacó su polla casi hasta la punta y la volvió a meter de golpe.

- Aaaa, cabrón

- Plaf – otro pollazo enorme.

- Ay, ay cabrón.

- Plaf – de nuevo su polla hasta las entrañas.

- Cabrón, eres un cabrón, ay mi culo.

Incrementó el ritmo pero sin bajar la fuerza con la que me estaba enculado.

- Ay cabrón, aaaah, ay mi culo.

Intenté levantarme pero me colocó una mano en la nuca y me apretó contra el colchón.

- Ay, ayyyy mi culo, cabrooon.

- Puta – plaf – eres una pedazo de puta.

- Ay, sigue maricón, no pares. – comencé a apretarle la polla con mi esfínter.

- Uf que culo cabrón, que culo tienes.

- Todo tuyo perro, todo tuuyooo.

Estaba al borde del orgasmo, Paco era todo un semental, su miembro salía y entraba en mi culo, cada vez que la sacaba ansiaba el golpe de caderas que me la volvería a clavar hasta los cojones.

- Plaf

- Ay ay que rico, ay mi culo, ay

- Maricón, toma, tomaaaa.

Oleadas de placer me subían por el vientre hasta el pecho, un placer intenso, Paco continuaba incansable, sentí ganas de mear.

- Ay, ay que me corro, me corro cabrón, no pares, ay ayyy, me corrooo.

Sentí como una explosión en mi pecho, un río incontenible de semen brotó de mi polla, una oleada de placer recorrió todo mi cuerpo, comencé a temblar, parecía que estaba convulsionando.

- Ah aaah, me muero perro, me muerooo.

- Maricón, me corro, me corrooo

Apreté el esfínter, Paco me metió su polla hasta el fondo y comenzó a correrse, noté sus contracciones.

- Aah aah, que culo, que cuuulo.

Tiré de la almohada y me la quité de debajo, él cayó sobre mí con su polla todavía dentro, olía a sudor, a macho, me acariciaba y me besaba la nuca y el cuello.

- Vaya polvo maricón, glorioso.

Salió de mí y quedó a mi lado, boca arriba, yo estaba exhausto, agotado, había sido un orgasmo increíble, tumbados en la cama nos fumamos otro cigarrillo de maría y nos tomamos una última copa, lo acompañé a la puerta y me acosté, me quedé dormido lamentando no haberle pedido el número de teléfono, por la mañana, en el comedor, junto a la botella medio vacía de Jack’s Daniel’s un papel manuscrito.

- “jamás olvidaré ese culo, éste es mi teléfono, dame un toque, espero volver a verte en próximas ocasiones que baje a Sevilla, adiós putón”.

Pueden escribirme a [email protected]

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