Lo conocí por medio de una página de gays. Siempre estuve buscando a alguien que fuera totalmente activo y no como siempre me había tocado, unos que decían ser activos y ya después se baban la vuelta, esto suele suceder. Lo llamé al número que dejó y muy rápido me contestó, estuvimos hablando por largo tiempo, haciendo preguntas, así como yo a él. Por su horario de trabajo le es muy difícil concordar para un encuentro, pero ayer, después de muchos días por fin logró sacar libre un rato por la tarde y fue entonces cuando me llamó. Me dijo si podía ir a su apartamento y yo no lo podía creer, tanto esperar y por fin íbamos a tener una cita.
Al instante le dije que si y me apresuré a bañarme. Hice todo lo mejor posible para estar tan bien como él quería.
Me afeité muy bien mi cola, aunque poco vello tengo en mi cuerpo, esto sería muy importante para mi hombre.
Luego puse buena cantidad de crema para tener unas piernas y culito mucho más apetecibles, sabía que esto sería un buen toque secreto. Además de poner colonia sobre todo en mí agujero, yo sabía que él me iba a dar lo que a mí tanto me ha gustado, una buena faena de lengua en mi cola.
Ya dispuesto a salir me fui muy apresurado al encuentro con mi hermoso madurito, cuando por fin llegué me estaba esperando y me invitó a entrar a su apartamento.
Era un sitio muy cálido, acogedor y muy ideal para estar con él sin nadie que nos pudiera interrumpir.
Sólo fue entrar y al instante comenzó a besarme de una forma tal que nadie lo había hecho, esas besitos y caricias que me estaba dando me hacían derretir, derrumbar, y dar pequeños quejidos que no podía ni quería contener. Fue lo más hermoso y sexual que había recibido de parte de un hombre.
Yo después de deleitarme con esas caricias, me arrodillé y sin pensarlo mucho saqué ese hermoso pene de 17 centímetros y me lo metí a la boca con muchas ansias y deseos de mamar, él muy apasionado me enseñó la forma como le gustaba que se lo hiciera.
Con mucha calma y cariño me decía.
-Amor, mamamelo muy despacio, sin afanes.
Esto me encantaba.
Así estuve por unos 5 o 10 minutos, no recuerdo bien.
Después se acuesta en la cama y me invita a subirme al lado suyo, yo muy obediente lo hice quitando sus pantalones y todo lo que me pudiera estorbar, igualmente él hizo lo mismo con migo, dejando mis interiores, los cuales yo me había puesto dando forma de tangas de mujer, sé que eso le encanta. Seguí chupandoselo con mucho cariño como me lo había pedido mientras él me metía sus manos por mis pantaloncillos introduciendo una de sus dedos en mi. Acto seguido me quitó los pantaloncillos y me cargó asía su cabeza, dándome la lengua más espectacular que nunca me habían dado.
Duramos más de 30 minutos, yo embelesado con ese rico pene y él aferrado a mi ya muy ensalivado culo.
Eso es algo indescriptible. Cuando me pidió hacerme en el borde de la cama, lo hice elevando mi culito lo más alto que pude y agachando mi cabeza hacia el nivel del colchón, dejándole mis pompas todas a su disposición, lo cual no se tardó en agacharse y regalarme otro delicioso beso negro, maravilloso.
Fue tanta nuestra excitación que me lo fue tratando de meter sin protección, a lo cual no hice ningún reclamo, solo quería desfrutar el pene de mi enamorado y lo estaba haciendo de la manera más deliciosa que podía.
Tardó varios minutos pues yo llevaba unos cuantos años sin probar hombre, hasta que después de varios intentos lo logró, yo gemía como siempre me ha pasado. Me lo metía y sacaba, lo cual yo disfrutaba con tantas ganas hasta que después de varios minutos y muchas caricias y nalgadas se vino hacía mí y sentí como mi culito se llenaba de su deliciosa.
Empezó con un nuevo frenesí el cual me llevó a 10 deliciosos minutos más o menos hasta que me ordenó ponerme con mi espalda sobre el colchón y poner mis piernas sobre él, así me lo introdujo tan deliciosamente como por otros 8 minutos. Yo no paraba de gemir y él de cogerme hasta el fondo, lo arrimaba contra mi para sentir su miembro partirme sin cesar, lo disfrute hasta más no poder. Después de esos minutos tan cortos pero sustanciosos mi macho llegó al final, poseyendome sin dejar mi culo repleto de su hombría, así estuvimos por varios minutos hasta que se me separó, ya cansado de esa grandiosa faena que nos acabábamos de dar.
Me limpió muy cuidadosamente todas mis partes íntimas como tratando a quien más se quiere, luego lo hizo él, nos vestimos y muy feliz así como yo me acompaño a mi transporte.
En todo el camino no pude dejar de pensar en todo lo que ese hombre me hizo y cuán feliz me sentí.
Solo queda esperar a ver para cuando tendrá un ratito libre y me vuelva a consentir.
Este relatos es verídico, no soy persona de estar con una y con otra, pero fueron tantos mis años queriendo estar con un hombre que cuando lo encontré no pude resistirme y lo logré.
Se que lo del preservativo estuvo mal, pero quién con la excitación no lo ha hecho sin pensar.
Gracias por leerme.